[Contenidos] Hacer content curation sirve para crear una marca personal

Cada content curator es diferente: todos sienten curiosidad pero tienen su propio criterio y en base a él construyen su comunidad. Lo personal se convierte en corporativo cuando se crea la estrategia de content curation para las redes sociales de una empresa, pero siempre hay una persona detrás. Y las mismas tareas que se hacen para el trabajo (con o sin programa de embajadores) se pueden aplicar a un hobby o a la marca personal. Más aún si hablamos de hacer content curation en LinkedIn.

Viendo lo que se publica en esta red social profesional, acaba siendo evidente que se usa para contar los méritos propios, sean personas o empresas. Supongo que las segundas creen que así «entran ganas» de trabajar con ellos y que las primeras buscan «despertar el interés» en reclutadores y clientes potenciales. Pues no hace falta caer en el egocentrismo para crear una marca personal, de hecho, hacer content curation demuestra ciertas habilidades que pueden ser más interesantes que hablar de uno mismo.

Destaco las que me parecen más relevantes para cualquier tipo de empleo:

  • Estar al día: un curator lee mucho, mucho más de lo que comparte. Así que sabe bien qué se cuece en su entorno y cuáles son las fuentes más fiables de su sector.
  • Sentido crítico: después de tanto leer, un curator puede valorar la calidad de una pieza, encontrar sus puntos débiles y fuertes.
  • Capacidad de análisis: gracias a su interpretación de la información y la visión de diferentes ángulos, un curator llega a sus propias conclusiones (esto es bueno, sí, lo es).

La curación de contenidos también permite escribir mejores artículos, pero no todos los puestos lo requieren mientras que los tres puntos anteriores deberían ser obligatorios sin importar el puesto o el sector.

Hacer #contentcuration es beneficioso para la marca personal: no hables solo de ti, enlaza a contenido de otros. Compartir en X

Opciones de LinkedIn para hacer content curation

En España hay unos 12 millones de usuarios en LinkedIn: alguno estará ahí para encontrar y no solo buscar. Por mucho que Facebook haya incluido un apartado para ofertar empleos en las páginas de empresa, LinkedIn no ha perdido esa posición: es el lugar en el que (se supone) resulta más fácil encontrar candidatos y clientes. Así que es un buen lugar para hacer content curation y demostrar de forma práctica que valemos más de lo que pone en el CV.

Si quieres otro incentivo, el Social Selling Index de LinkedIn valora «descubrir y compartir actualizaciones que incitan a la conversación para crear y fortalecer relaciones», ¿no te suena a que premia hacer content curation? Así se demuestra que es verdad esa etiqueta de «experto/especialista» que tan fácil resulta ponerse en los perfiles sociales.

LinkedIn se centra en la búsqueda de empleo y por eso ayuda a que los candidatos brillen compartiendo contenido. Hay varias funcionalidades que sirven para facilitar el trabajo del curator, por ejemplo: el buscador no está nada mal y los hashtags son una buena ayuda para identificar personas y contenidos relevantes.

En mi guía «Content curation en LinkedIn» puedes encontrar una lista con todas las opciones.

Recuerda que lo básico para una buena curación es la selección de fuentes, así que los contactos y los hashtags que se siguen en LinkedIn así como los grupos de los que seamos miembros serán lo que determinará la calidad de lo que tendremos que seleccionar y decidir si compartir o no.

Para saber más sobre marca personal, pásate por la selección de Guillem en Flipboard o hazte con alguno de los libros de Andrés.

Media News S27 A20

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Si te digo «spot reciclado», seguramente lo primero que pienses sea en que lo emiten durante varias temporadas o quizá que reciclan una idea para actualizarla (como con Budweiser o Cola light). Si lees este blog con regularidad, incluso puedes recordar que Ecovidrio hizo una campaña reaprovechando los spots de otras marcas para crear el suyo y demostrar qué es el reciclaje (y de paso ponernos nostálgicos). Pues lo de Ikea también se puede considerar un spot reciclado porque la división de Canadá ha aprovechado imágenes de spots de otros países para su última campaña. Es un ahorro, pero también una buena idea.

Internet
Las videollamadas son divertidas para todos los que se reúnen, al menos hasta que aparece un troll. Ahora es tan fácil escaquearse como lo fue siempre, pero deberíamos recordar cuando no podíamos salir y esa pantallita era casi nuestra conexión con el exterior. Se convirtió en un formato televisivo y abrió plano para mostrarnos las casas de muchas caras conocidas haciendo desde ahí sus programas, anuncios y también películas. Todo gracias a la Red, por eso se me hace difícil imaginar cómo se vivió a principios del siglo pasado (ya, para eso están las novelas).

Televisión
Sigo con los viajes en el tiempo porque la semana pasada terminó «El Ministerio del Tiempo» y, en contra de lo que se puede leer, a mí no me ha parecido la mejor de las cuatro temporadas. Sí, hay escenas propias del género que merecen la pena, como imaginar el futuro. Pero cada vez pensaba más en las incongruencias temporales que en disfrutar de la Historia (sí, con mayúscula). Perdía interés, pero reconozco que la terminé viendo toda. Eso sí, no la voy a echar de menos porque parece que esta vez la despedida es definitiva, al menos con los personajes que ya conocemos.

Cine
Es época de volver al cine, se supone. Casi todas las salas vuelven a abrir, aún sin estrenos propios del verano y tirando de nostalgia. La buena noticia es que eso está funcionando al otro lado del charco, así que es posible que los cines de aquí también se lleven una alegría. Es una buena noticia para el sector, pero aún es mejor que abran cines nuevos. Considerando que han cerrado bastantes en la última década, da un poco de esperanza pensar que las salas grandes tienen cabida en un futuro acostumbrado a pantallitas de videollamada. Por cierto que los videoclubs físicos tampoco han sobrevivido bien últimamente, pero parece ser que los online funcionan.

[Contenidos] ¿Por qué defiendo el buen uso de los contenidos en las empresas?

Esta fue una de las preguntas que me hizo Mila para el programa «Todo irá bien» de Plaza Radio el pasado sábado: ¿por qué creo tanto en los contenidos para las empresas? Mi respuesta: porque sirven para expresarnos, explicar lo que pensamos y cómo nos sentimos, seamos marcas personales o corporativas.

Defiendo el buen uso de los contenidos en las empresas para que no se limiten a verlos como herramientas para vender o persuadir (spot, banner, web). Si lo vemos como una conversación real entre iguales, las empresas necesitan contenido para comunicarse con la audiencia. Por eso, el contenido ha de planificarse si queremos que aporte valor a la conversación y no sea una improvisación porque entonces se puede tender a lo fácil, léase al egocentrismo (vender).

Otro motivo para confiar en el contenido y en concreto en el marketing de contenidos es que inspira a las personas, crea experiencias para la audiencia y además funciona: tiene incidencia en la experiencia del cliente, en la reputación de la empresa, en su marca empleadora… y sí, en los ingresos. Puede costar de arrancar, pero es rentable.

Además, también hay que decirlo: los que trabajamos en contenidos somos buena gente, nos llevamos bien con los que nos rodean (siempre que respeten nuestro espacio y nuestra aportación) y dejamos una buena huella allí por donde pasamos, sea en el departamento que sea.

¿Por qué crees tú que hay que defender el buen uso de los contenidos en las empresas? Compartir en X

En la apenas media hora que dura la entrevista, comparto mi opinión sobre la diferencia entre redactor y copywriter, sobre la relación del contenido y el SEO o sobre cómo podemos convencer a un CEO de que invierta en contenidos, entre otros temas. Puedes escuchar el podcast desde varios servicios.

Agradezco a Mila y a Paco la posibilidad de defender a los contenidos en la sección de Marketing online del programa y más aún el haberme dejado hablar de mis libros pasados, nuevos y futuros.

Media News S26 A20

Televisión
24, 22, 20, 13, 10, 8, 6, 3 o 2: cualquiera de estos números sirve para contar los capítulos de la temporada de una serie de televisión. Coinciden bastante con los plazos para emitirla, pero complica saber cuándo llegará el desenlace (si llega). Con las series que duran medio año ya se sabe que no hay que esperar grandes complicaciones, pero hay más posibilidades de que nos la líen en las más cortas. En los estrenos, suele decirse cuántos capítulos tiene la novedad, pero podría añadirse esta información en la descripción. Ya fue todo un avance conseguir un consenso al enumerar cada episodio TemporadaXCapítulo y quizá un TemporadaXCapítulo/TotalCapítulos sea excesivo, pero reconozco que hasta algunas de 8 me da pereza verlas.

Cine
Comentaba hace unos meses las versiones de «Las cuatro plumas» y hoy es el turno de «Dos seductores» (1964), «Un par de seductores» (1988) y «Timadoras compulsivas» (2019). Entre la película original con David Niven y la nueva versión con Michael Caen hay muy pocas diferencias, tan solo el gusto por el arte y el guiño final. El resto es prácticamente un calco: considerando que entre ambas pasaron 24 años, es normal que «nadie se entere». Con la última versión han pasado unos cuantos años más así que las nuevas generaciones tampoco recordarán la anterior. Y es una lástima porque creo que es la mejor de todas: de hecho, la nueva, aunque actualiza algunas cosillas, calca la de Steve Martin, no la de Marlon Brando.

Internet
Las ideas cortas son la base del microblogging. «Qué está pasando», nos pregunta Twitter y contestamos porque para eso entramos/abrimos su app, para saber qué se cuece. Apunta Carlos en un hilo sobre la estrategia de esta red social en los últimos tiempos (más caracteres, hilos, voz) algunos datos interesantes sobre qué uso hemos hecho del espacio adicional que nos han proporcionado: hay menos abreviaturas, somos más educados y hasta iniciamos más preguntas. Parece que su idea ha funcionado y ahora nos expresamos mejor. Una parte del mérito es suya, vale, pero quizá también los usuarios hemos cambiado en estos años y nos hemos vuelto más ¿sociales? gracias a todas las redes sociales a nuestro alcance.

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Cada cierto tiempo aparecen gráficos que «descubren» mensajes en los logos de marcas conocidas. Pero hasta ahora nunca había visto que Pepsi tuviese otra lectura si se le da la vuelta. Vale, sí, hay que hacer unos pequeños ajustes, pero son tan mínimos que es muy fácil convertir el nombre en «isdad» para celebrar así el Día del Padre. Es un cambio que sorprende porque también «ha estado siempre ahí», pero no lo habíamos visto antes. Entonces, ¿qué caso hacemos a los logos si no somos capaces de ver más allá de lo evidente? ¿Se preocupan las marcas más de la cuenta en crear sentido a sus nombres y representaciones visuales? ¿Es cuestión de planteárselo como un impacto subliminal que quizá solo llegue a unos cuantos?

[Contenidos] Cinco preguntas que confirman que vives en la década pasada

¿Te apetece hacer un viaje en el tiempo? No será muy lejos, solo a la década pasada. Vayamos a principios de 2010. Sí, había redes sociales, aunque no eran como ahora. Es fácil imaginarse una Red sin Google+, pero ¿y sin Pinterest, Instagram o SnapChat? Estaba Facebook y Twitter, como cuando estaba la primera y la segunda cadena. Sí, también había blogs, pero vivíamos en la blogosfera. Quedémonos ahí por un momento.

¿Por qué te llevo a aquella época? Para que recuerdes las dudas que tenías entonces y consigas superarlas de una vez por todas y así hagas que tus contenidos sean mejores hoy, ahora, no la década que viene.

En estos años me han hecho muchas preguntas, las más típicas:

¿Qué extensión ha de tener un post?

No puedes medir un contenido por el número de palabras que tiene, tampoco una novela ni una película por su metraje. Escribe lo que sientas que tienes que escribir y listo. Sí, los redactores profesionales cobramos por palabra, pero porque hemos de cuantificar de alguna manera nuestro tiempo.

Existe una variante a esta pregunta: ¿cuánto hay que publicar? Lo que puedas y seas capaz de gestionar para conseguir tus objetivos.

Si pongo enlaces, ¿se irán y no volverán?

La respuesta fácil es que no, seguro que volverán. Pero puedes usar la opción de abrir en una ventana nueva para prevenir. La respuesta ¿mal educada? es contestar con otra pregunta: «¿lo haces tú?» Si dice que sí, no hay debate posible, no cambiará de opinión (el ladrón cree que todos son de su condición); si dice que no, aún hay esperanza aunque puede ser complicado ajustar la confianza que tiene en el usuario porque ya empieza dudando.

Los content curators sabemos cuánto se gana enlazando, por eso quienes se plantean esas cuestiones nunca lo podrán ser.

¿Cuál es el mejor momento para publicar?

Con las estadísticas hemos topado: publica, revisa tus datos y decide cuál es el mejor momento para publicar en tus canales. Repito: tus datos y tus canales porque se trata de tu audiencia. No todas las comunidades son iguales, afortunadamente, así que no hay un momento ideal para todo el mundo. ¡Qué saturación de contenidos supondría que todos siguiésemos las mismas recomendaciones!

¿Necesito un perfil en todas las redes sociales?

No. Experimenta si quieres y tienes tiempo, pero no, no has de estar en todas las redes sociales que van a apareciendo. Más que nada porque las dejarás de lado en cuanto te des cuenta del tiempo que se necesita para tener una presencia real y no solo testimonial.

¿Penaliza utilizar herramientas de gestión de perfiles sociales?

No está del todo demostrado es la respuesta más directa, pero da pie a que los seguidores de la teoría de la conspiración se vengan arriba y nunca estarán contentos: un «sí» les hará desconfiar de herramientas que claramente son útiles y un «no» les hará desconfiar de ti por no estar tan al día como ellos.

El problema de los algoritmos, sean de Google o de cualquier red social, es que cambian constantemente así que lo que antes era válido puede no serlo ahora.

No existe la respuesta perfecta

Preguntar es muy fácil, quizá demasiado en esta era tan social. Algunas preguntas se hacen porque no se sabe la respuesta, pero otras es porque se busca confirmar la que ya se tiene. Para los dos tipos de preguntones sirve la misma respuesta: deja de cuestionarlo todo, acepta una opción y ponte en marcha porque no existe la respuesta perfecta. Hay que conocer bien la situación de quién pregunta, no hay una solución mágica que responda a todos.

Lo que también es seguro es que las preguntas necesitan un contexto temporal porque caducan y parecen taaan del siglo pasado (o de hace un mes).

¿Aún sigues preguntándote por la extensión de un post o cuál es el mejor momento para publicarlo? Déjalo ya, no existe la respuesta perfecta. Compartir en X
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