Detenerse hoy para decidir mañana

He estado unos días de vacaciones más allá del círculo polar ártico y vivir la noche polar es lo mejor para conectar con una misma. Oír tu respiración competir con el viento, obligarte a caminar cuando la nieve te llega a las rodillas y embelesarse con el hipnótico baile de las auroras boreales te recuerda la obligación de elegir bien tus prioridades en cualquier espacio-tiempo.

No se deberían tomar decisiones en caliente, hay que detenerse para bajar la temperatura (la tuya y la de tu entorno). No hace falta estar a -8º, pero sí dejar pasar el tiempo que cada persona necesite para volver a tener ilusión y convencerse de que podrá ser feliz de nuevo. Pueden pasar días, semanas o medio año. Hay que tener paciencia. Coger perspectiva no siempre es fácil, pero conviene si se quiere trazar un plan y que esa pausa se convierta en el empujocinto para continuar en el camino.

La inercia suele ser mala compañera de viaje cuando te mantiene por derroteros de los que, pensándolo bien, quieres alejarte. Poner el piloto automático es una solución a corto plazo, pero no puede durar siempre porque no te deja ver tu meta. La tuya, no la de un algoritmo o la que tu entorno te asigne sin preguntarte. Tú has de decidir y priorizar y, si has de detenerte para elegir mejor, hazlo. No es debilidad: el mundo seguirá girando y (casi) nadie se dará cuenta de que te has bajado. El error sería no dejar a un lado lo que te retiene donde no quieres estar porque te hunde en un pozo del que cada vez te costará más salir.

Llevo varios meses dándole vueltas a cómo salir de esa oscuridad. Empecé 2025 con la misma energía con la que terminé 2024, pero siento que mis pilas se empiezan a cargar. Lentamente y sin prisa porque mi pirámide todavía necesita asentarse, voy vislumbrando hacia dónde quiero ir y los pasos que voy a tener que dar para mi personal punto y aparte. Ya te iré contando.

Dos décadas y 15 años después

d+m cumple hoy 20 años y yo acabo de hacer 15 como freelance. Una celebración siempre es una buena excusa para asomarme por aquí y hacer un poquito de balance.

20 años en la blogosfera

Dice WordPress que llevo 2700 posts publicados aquí (sería difícil contar los que he escrito para mis clientes). Han sido dos décadas en las que este blog ha evolucionado siguiendo el ritmo de mis intereses: publicidad y medios al principio, más marketing de contenidos después, luego estrategia de contenidos y recientemente cultura del contenido. Por eso no tenía sentido seguir escribiendo estos últimos meses: si yo necesito descansar, mi blog también.

Dejando de lado temas demasiado personales, ¿qué ha cambiado en estos 20 años en la blogosfera? Es sabido que los blogs ya no son como antes, pero tampoco las redes sociales y vinieron después. Fueron diarios íntimos, después profesionales y ahora son poco más que un intento corporativo de que Google haga más caso al dominio del que dependen.

¿Qué no ha cambiado? Siguen siendo una página en blanco esperando a ser llenada de ideas. Y eso merece ser conservado. Quiero que mi blog siga siendo un reflejo de lo que pienso, mi lugar para descargar ideas. Así que es posible que el año que viene abra una nueva etapa de d+m. Quizá sin objetivos profesionales, solo como un lugar para escribir lo que quiera.

15 años siendo freelance

Oficialmente fue en noviembre, pero suelo celebrarlo en el blogversario porque sin d+m no creo que hubiese podido llegar a ser freelance. En 15 años he participado en proyectos de diferentes sectores y para empresas de todos los tamaños, pero siempre con los contenidos en el centro de mis tareas. Con porcentajes variables según las épocas, sigo encargándome de organizar, redactar y sugerir contenidos, aunque en realidad cada cliente lo llame a su manera: escribir para su blog, humanizar los textos de su web, planificar su LinkedIn, coordinar los materiales de un evento, gestionar su branded content en medios…

Nunca he encajado en un cargo «tradicional», pero tampoco me voy a inventar uno solo para que quede bonito en mi perfil. Quizá por eso parece que tampoco encajo en las ofertas que se anuncian en redes y portales de empleo. Me mantengo fiel al reto y seguiré abriendo camino, tratando de que los contenidos continúen siendo relevantes para toda la empresa.

¿Qué no ha cambiado desde que soy freelance? Que la experiencia es un grado, como la especialización. Quizá hable de eso a partir de ahora en mi newsletter, es decir, en 2025. O quizá no. Todavía tengo mucho en lo que pensar.

¿Y por cuántos años más?

Justo ayer, 12 de diciembre, se cumplieron 12 años desde que salió a la luz «12 miedos«, una bonita iniciativa de José Carlos León que me brindó la posibilidad de asomarme a los relatos de ficción. En aquel momento no pensé que fuese un camino a seguir, pero la semilla estaba plantada y con el tiempo germinaron nuevas ideas que he intentado cuidar, aunque fuera a ratos, para que sus raíces fuesen fuertes y así creciesen buenas historias.

La pandemia me dio la gran oportunidad de recuperarlas y vinieron muchos más momentos de inspiración en los últimos años. Ahí están los personajes, rondándome para que les escuche y ponga por escrito lo que están viviendo. Aunque no lo sientan así, no me olvido de ellos, pero otras prioridades les han pasado por delante.

Eso en cuanto a ficción, pero mi libro de redacción sigue ahí, todavía a medio escribir. Parece que el gafe que arrastra durará un poco más. Es el que más me ha costado de terminar y está avanzado, pero sin una editorial detrás que me presione, los proyectos de mis clientes van primero. Además, siempre estoy a tiempo de autopublicarlo para sumarlo a mi colección, así que no tengo más prisa que la que me impone saber qué otras novedades editoriales habrá el próximo año.

Aprovecho para anunciarte que el próximo día 22, "Pilares del contenido" estará de oferta en el KindleFlash (aunque ya sabes que lo tienes gratis con KindleUnlimited).

Quién sabe si 2025 me traerá un Valentín para darle un giro a mi carrera profesional, si me dará la paz mental que necesito para terminar de escribir mis historias o si me dejará viviendo en el sonido del silencio. Quédate por aquí y te lo iré contando.

Punto y (quizá) aparte

Siento que tengo que darte explicaciones. Déjame intentarlo.

Siento no haber celebrado el 14 aniversario de mi newsletter. No tenía fuerzas. Ni para quitar el piloto automático de mis redes.

Siento que tampoco quiero celebrar los 20 años que cumple este blog en breve. Ni mis 15 como freelance. Sigo sin energía.

Siento que he perdido la ilusión por compartir lo que aprendo en mi trabajo diario. Aunque todavía tengo ganas de escribir.

Siento que voy por un camino diferente al que la mayoría sigue. Y está poco transitado. Es duro.

Siento que ya no me importa que sea así. Antes sí, ahora no. Las prioridades cambian.

Siento que necesito silencio para volver a encontrar mi voz. Será en el sonido del silencio.

Siento que he de parar. Llevo parada 1 mes. Medio año incluso. Pero necesito ver pasar más tiempo.

Siento que volveré. No sé cuándo será. Pero todavía no.

Siento que entonces me hará feliz encontrarte por aquí. Entonces convertiré este punto en punto y aparte.

[Contenidos] Los cinco lenguajes del amor y el content marketing

Aviso para navegantes: este verano, me tomo dos meses de vacaciones blogueras. Mi newsletter continuará en marcha, pero no volveré por aquí hasta el 2 de septiembre.

Quizá te hayas encontrado con algún carrusel en Instagram sobre los lenguajes del amor o un test para saber cuál es el tuyo. Si no te suena de nada este concepto, te lo resumo porque es aplicable al marketing de contenidos.

Según explica Gary Chapman, hay cinco maneras en las que expresamos amor a otra persona. Estos lenguajes son:

  • Palabras de afirmación, como elogios directos a la otra persona y afecto en general, incluido apoyo y ánimos.
  • Tiempo de calidad, para escucharse mutuamente y compartir momentos sin distracciones ni interrupciones cotidianas.
  • Regalos, aquellos que nos han recordado a alguien y se lo damos sin que haya una fecha especial de por medio.
  • Actos de servicio, son esos favores que se hacen para evitárselos a la otra persona porque no le gusta.
  • Contacto físico, como una caricia o un abrazo que, además de ser un buen preludio, relajan y demuestran confianza.

Son todas esas cosas que se hacen sin esperar nada a cambio, por amor. Y cada persona tiene un estilo que predomina más que los otros. Ocurre como con cualquier otro rasgo de personalidad: si sabes cuál es, más posibilidades de mantener la relación a largo plazo. Por ejemplo: si a tu pareja le gustan las palabras de afirmación, puedes dejarle alguna notita escondida por la casa y seguro que cuando la encuentre será un poquito más feliz. O, si lo suyo son los regalos, puedes traerle un detallito algún día cuando vuelvas del trabajo. Nótese el diminutivo: muchas cositas seguiditas son mejores que un gestazo una vez al año.

Los cinco lenguajes del amor y el marketing de contenidos

Ahora que sabes cuáles son los cinco lenguajes del amor, ¿ves su relación con el marketing de contenidos? Aunque a otro nivel, demostramos amor cuando publicamos contenidos pensados para esa persona que queremos conquistar. También queremos que se quede a nuestro lado y hacerla feliz porque un cliente satisfecho siempre es valioso para la empresa.

El marketing de contenidos busca conectar, establecer relaciones duraderas. Como explican en Resilient Innovation, hay que hablar directamente al corazón de la audiencia (y la razón, porque también en la cabeza hay espacio para querer a alguien). Y, como cada persona es diferente, una combinación de los cinco lenguajes del amor, repartidos por las etapas del customer journey, es una buena forma de empezar a utilizarlos. El objetivo es encontrar la mezcla que más convence a tus usuarios, aquella con la que tu marca está cómoda y la que encaja mejor con tu modelo de negocio.

Los beneficios de aplicar los lenguajes del amor al content marketing son equiparables a los que tiene en la vida en pareja: mayor impacto, interacciones, confianza, lealtad, recomendaciones… y conversiones.

Palabras de afirmación como lenguaje del amor en el content marketing

El copywriting entra en juego siempre que hablamos de palabras, pero en este caso no es nada comercial: el objetivo es que se sientan queridos.

  • Mensajes personalizados, sobre todo gracias a las posibilidades del email marketing
  • Respuestas a comentarios en redes sociales, especialmente en UGC y contenido propio
  • Testimonios reales que hablen de la marca, para mostrar el amor de otros clientes
  • Felicitaciones, como cumpleaños, aniversarios o recordatorios anuales de algún hito
  • Seguimiento del viaje, para acompañarle y animarle durante todos los momentos clave

Es importante la sinceridad: el peloteo es cansino y suena falso de tan repetitivo que es. Con interacciones individuales se demuestra interés en la persona, no en general a la clientela.

Tiempo de calidad como lenguaje del amor en el marketing de contenidos

No es hacer agradable el establecimiento o más usable la web, es buscar momentos para compartir y crear conexiones emocionales.

  • Eventos en directo, con entrevistas o sesiones de preguntas
  • Webinars online
  • Congresos o ferias presenciales
  • Patrocinios de eventos dentro del territorio de la marca
  • Contenidos interactivos, como juegos o encuestas

Un beneficio extra es el tiempo compartido acaba generando una comunidad, sobre todo si se combina con otro lenguaje y se vuelve un espacio exclusivo.

Regalos como lenguaje del amor en el marketing de contenidos

Muy habitual en inbound marketing, casi siempre protegido tras un formulario o una barrera de acceso, por ejemplo:

  • Contenido exclusivo
  • Descuentos y ofertas especiales
  • Experiencias personalizadas
  • Acceso al interior de la empresa
  • Regalos del programa de fidelización

Fíjate en que se añade un plus al contenido (exclusivo, especial, personalizado) para hacerlo más interesante para la audiencia.

Actos de servicio como lenguaje del amor en el content marketing

Entra en juego del departamento de atención al cliente y su capacidad de dar un buen servicio, antes y después de la compra.

  • Contenido educativo, como guías y tutoriales
  • FAQ, con respuestas actualizadas y prácticas
  • Onboardings que sean útiles, paso a paso
  • Soporte omnicanal 24/7, con chats y personas reales
  • Encuestas de satisfacción personalizadas

El amor requiere constancia y detectar los mejores momentos para este tipo de actos es clave para conseguir buen feedback y aportar valor al usuario.

Contacto físico como lenguaje del amor en el marketing de contenidos

Para el final, el lenguaje más complicado en un mundo cada vez más digital, donde una caricia solo puede darse con emojis y miradas cómplices.

  • Contenidos virtuales, sea en AR, VR o metaversos varios
  • Vídeos y podcasts que pongan cara y voz a la marca
  • Demos en directo, tanto en persona como online
  • Charlas o cursos que acerquen físicamente a la comunidad
  • Eventos o ferias, del sector o propias

Cuando toda la relación con el usuario es digital, cuesta imaginarse el contacto físico. Una forma es usar el lenguaje vívido porque evoca los sentidos y lo hace más real.

¿Utilizas el lenguaje del amor en tu #marketingdecontenidos? Share on X

Media News S25 A24

Cine
Cuando ves un making of no esperas que te digan todos los problemas que tuvo la película, pero es lo que ocurre en la serie documental «The Movies That Made Us«. He visto ya unos cuantos episodios y hay una constante: pocos días para grabar y constantes cambios en el guion. Lo curioso es que se trata de pelis clásicas, con casi ninguna cosilla de la que quejarse quienes las hemos visto tropecientas veces. ¡Qué de cotilleos se descubren! Y no me refiero a los típicos que están en los trivia de IMDb, más bien a esas maravillas que te hacen agradecer todavía más a quienes las hicieron posible. ¡La magia del cine!

Televisión
Ya he dicho varias veces que empezar series y no acabarlas es habitual en mí, incluso soy capaz de ver solo los primeros minutos del piloto y dejarla porque ya preveo que no me va a gustar. Así que leer que Netflix se fija en la tasa de finalización me parece lo más normal del mundo… ¿cómo no hacerlo? ¿De qué sirve que muchas personas vean los primeros capítulos, pero solo una parte continúe hasta el final? Es un clásico funnel: solo unos pocos lo recorren. Los últimos son los fans que verían otra temporada, mientras que los que se quedan arriba asomándose ahí pueden estar en ese canal o en cualquier otro.

Internet
Quizá sea porque a finales de año este blog cumple ya 20 años, pero leer sobre los que empezaron los suyos antes que yo me ha despertado una sonrisa. Quizá sea también porque justo he estado corrigiendo unos ejercicios de alumnos y solo 2 de 33 se han decidido a abrir un blog para la práctica. No era obligatorio, claro, pero es un porcentaje que no hace falta ni calcular para saber que es muy bajo, por no decir ridículo. Si por ellos fuese, los blogs no existirían, está claro. Y ya no digo los que por aquel entonces todavía llevaban pañales (como se suele decir en las pelis de novatos). Nadie los valora como quienes los vimos nacer.

Publicidad
Me gustan los anuncios que me dan algo en lo que pensar, aunque sea por una chorradita. Y este de Coca-cola lo ha hecho, pero solo por incoherente. No creas que es un gran anuncio, pero sale una cinta de VHS y eso es un gran motivo para comentarlo. Se supone que los protas de la campaña usan algo importante para ellos porque no pueden esperar a abrir la botella, pero ¿quién tiene a mano una cinta de VHS? Nadie. Quizá alguien todavía tendrá el vídeo de su boda de hace décadas, pero lo tendrá muy bien guardado, así que, si vas a rebuscar para encontrar la cinta, ¡bien puedes coger un abridor!

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