Punto y (quizá) aparte

Siento que tengo que darte explicaciones. Déjame intentarlo.

Siento no haber celebrado el 14 aniversario de mi newsletter. No tenía fuerzas. Ni para quitar el piloto automático de mis redes.

Siento que tampoco quiero celebrar los 20 años que cumple este blog en breve. Ni mis 15 como freelance. Sigo sin energía.

Siento que he perdido la ilusión por compartir lo que aprendo en mi trabajo diario. Aunque todavía tengo ganas de escribir.

Siento que voy por un camino diferente al que la mayoría sigue. Y está poco transitado. Es duro.

Siento que ya no me importa que sea así. Antes sí, ahora no. Las prioridades cambian.

Siento que necesito silencio para volver a encontrar mi voz. Será en el sonido del silencio.

Siento que he de parar. Llevo parada 1 mes. Medio año incluso. Pero necesito ver pasar más tiempo.

Siento que volveré. No sé cuándo será. Pero todavía no.

Siento que entonces me hará feliz encontrarte por aquí. Entonces convertiré este punto en punto y aparte.

Sant Jordi, un día para leer o escribir

Hace ya 15 años que publiqué mi primer libro, así que he vivido la fiesta de Sant Jordi de diferentes maneras. Ha habido días tristes y felices, pero todos podría decir que han sido especiales y, aunque no estaré firmando, el de este año también lo es.

Por un lado, he conseguido reencontrarme con el placer de leer. Este curso me obligué a apuntarme a varios clubes de lectura para sacar tiempo para la ficción. Así que últimamente divido mi tiempo libre entre leer y escribir, casi como hago en mi vida profesional, pero por puro hobby. Me siento feliz de haber conseguido hacer un hueco en mi calendario (aunque sea a ratos y los fines de semana) para leer novelas y escribir una historia de ficción que ronda mi cabecita.

Como escritora de mapa que soy, avanzo en la estructura más que en el número de palabras, así que todavía no quiero contarte nada, pero sí puedo fantasear sobre la posibilidad de llevar el manuscrito a una editorial para publicarlo. Me conozco bien a las enfocadas a empresa y sería divertido aventurarme con el resto. Quizá en un par de años escriba un post sobre ello. ¡Hoy es el día perfecto para imaginar algo así!

Por el otro, y volviendo a la realidad, sigo buscando el equilibrio profesional que me permita escribir el libro de redacción de contenidos que hace demasiado tiempo tengo intención de publicar. Hasta ahora iba a paso lento, tanto por buscar el equilibrio con la ficción como por picos de trabajo, pero creo que a partir de mayo conseguiré darle un buen empujón (dejar a un cliente tóxico siempre genera un hueco en la agenda de los autónomos hasta que entra el siguiente proyecto).

Desde hace unas semanas, comparto algunos párrafos en mi newsletter y pido la opinión para saber si interesa o voy por mal camino. Los emojis dicen que sí, que a la gente le gusta, así que resulta un buen incentivo emocional para no dejar de escribir sobre mi profesión. Creo que hace falta poner un poco de orden y también distancia porque la mezcla de lo que hay publicado puede dispersar más que ayudar. En ello estoy, también rascando tiempo de donde puedo.

Como no puede ser de otra forma, también leo sobre el proceso de escritura, igual que sigo leyendo libros del sector, así que me gustaría terminar este breve post festivo con una frase que sirve para cualquier texto: «una historia empieza mucho antes de la primera palabra y acaba mucho después de la última«, Colum McCann en «Cartes a un jove escriptor«.

Cierro la Blogosfera de los Contenidos

Después de unos tres años y medio, me queda claro que no tiene sentido seguir con este proyecto personal, así que cierro la Blogosfera de los Contenidos. Si recuerdas qué era, te dará tanta pena como a mí; si ni sabes qué es una blogosfera, nada cambiará para ti, así que puedes dejar de leer.

Empecé a recopilar blogs que tenían a los contenidos como protagonistas (y con un sentido amplio) allá por el verano del 2020. Lancé el proyecto aprovechando que era el Blog Day, momento de recomendar blogs interesantes, quizá también porque era una época en la que nos hacía falta sentir que éramos parte de algo. Un par de años después, la convertí en newsletter de LinkedIn para aprovechar el alcance de esta red social. Pero hoy he enviado la última edición.

Dos motivos me han llevado a tomar esta decisión: 1/ el 62,5% de los blogs que la forman están desactualizados y 2/ los que siguen publicando lo hacen cada vez menos sobre contenidos. Así que, aunque empecé pudiendo seleccionar 10 posts interesantes cada mes, ahora me quedo con 3. Triste, lo sé.

No tiene mucho sentido seguir en estas condiciones y tampoco me apetece convertir una blogosfera en un refrito de perfiles sociales porque perdería su espíritu. La gran mayoría de personas han dejado de lado sus blogs para centrarse en redes, ¡parece que los que creemos en la blogosfera volvemos a ser los rebeldes!

La Blogosfera de los Contenidos sigue en mi Feedly, así que no dejo de leerlos y quizá alguno acabe en mi newsletter, pero al cerrarla oficialmente pierdo la esperanza de que los contenidos sean los protagonistas que las empresas merecen.

15 años como escritora profesional

Me avisa el calendario que en 2024 mis primeros libros cumplen 15 años, en solo un par de días en realidad. Fueron cuatro los que coincidieron repartidos entre varios meses de 2009: «Tu blog paso a paso», «Blogs y empresas», «Visibilidad» y «Claves del nuevo marketing». Como es lógico en este mundillo, ya están descatalogados, pero igualmente me apetece dejar apuntadas aquí algunas ideas porque yo también cumplo 15 años como escritora profesional.

Puedes imaginarte que no los escribí todos de golpe: llevaba desde diciembre de 2007 trabajando en ellos. Desde entonces, sumo 16 libros publicados teniendo en cuenta las coautorías y un par de relatos cortos. Las matemáticas dicen que el ritmo es de uno al año, pero no es tan sencillo. Ahora mismo, llevo ni quiero contar desde cuándo escribiendo dos: un manual de redacción y una historia de ficción. Quisiera publicarlos este año, pero ya quise hacerlo el pasado y no llegué a tiempo.

Digo que soy escritora profesional porque me pagan por ello, pero no lo suficiente como para vivir solo de lo que he publicado, así que, como uno lo autopublicaré y la otra es un hobby, todo mi trabajo pasa por delante para facturar y acabo dedicándoles muchas menos horas de las que quisiera. Lo primero es lo primero y también este año se cumplirán 15 años desde que soy freelance… pero lo dejo para otro post a finales de año (¿y si dejase de serlo de aquí a allí?).

Escribir es una profesión, un pasatiempo y un ejercicio de salud mental. Es maravilloso casar palabras para dar vida a ideas que se van formando en tu mente y llenar páginas con pensamientos y aprendizajes, sea para uso personal o para ayudar a otros. Es difícil de transmitir la ilusión de firmar un contrato editorial, la misma de que alguien te diga que te ha leído. Lo estoy escribiendo y créeme que tengo una sonrisa en los labios. Es una sensación que engancha, aunque también da cierto vértigo cada vez que le das al botón de publicar en Kindle.

El síndrome del impostor está siempre buscando víctimas y es muy fácil dudar de una misma y hacerse las típicas preguntas: ¿tiene sentido exponerme para hacer un libro sobre este tema? ¿Le interesará a alguien si no sigue el enfoque de los que ya hay? ¿Por qué complicarme la vida volviendo a empezar otra aventura editorial si se está tan bien vagando en el sofá los fines de semana?

Publicar un libro es un proceso que implica mucha dedicación, más cuando una se autopublica. Se aprende mucho y da alegrías, pero otras siguen estando reservadas para cuando se publica con una editorial. Me gustaría volver al ruedo, pero también me gusta la tranquilidad que me permite escribir el libro que me gustaría leer. No tengo que cumplir los plazos de un contrato y disfruto más del proceso, lo que es igual de importante que terminar a tiempo.

Cada vez que termino de escribir un libro me asalta la misma pregunta: ¿podré con otro? Siento que me vacío, que ya no me queda nada que contar sobre ese tema. Suerte que los contenidos evolucionan y me dan la oportunidad de enfocarlos desde diferentes puntos de vista. Así llevo 15 años y espero cumplir muchos más.

Reflexiones tras cumplir 700 envíos de mi newsletter

Retomo el ritmo del blog tras el descanso navideño con un aniversario: hoy a las 10h enviaré mi newsletter número 700.

Ya, no es que sean mil, pero los números redondos permiten celebrar y reflexionar. Si, además, se junta con el análisis de fin de año y los propósitos para el nuevo, tenía que preparar un post para compartir algunas ideas y anunciar algunos cambios.

Empiezo por una decisión relacionada: cerrar mi newsletter sobre la Blogosfera de los Contenidos. Durante las 15 ediciones que ha durado, me ha servido para probar el formato de LinkedIn, pero se me ocurren otras vías y, siendo coherentes, prefiero centrarme en mi Content News. Cada vez hay menos vida en los blogs integrantes, así que, mientras decido si dejo morir el proyecto o no, lo incorporo a mi newsletter y ya decidiré a final de temporada.

Tengo un propósito para 2024: ser más flexible en cuanto al formato. He ido añadiendo y quitando algunos bloques y no necesito un diseño nuevo ni una plantilla diferente. Content News me gusta tal y como está, pero sí quiero variar de tanto en tanto cómo hago las recomendaciones. Me apetece tener más libertad, ¡y me la concedo!, que para algo es mi newsletter.

Sigo con un aprendizaje: los datos indican que me he quedado con el mismo número de suscriptores. Sí, en todo 2023 he ganado los mismos que he perdido. Y sí, es algo negativo, pero lo positivo es que no he perdido a los suscriptores-clientes. De hecho, he ganado un proyecto muy interesante con uno de ellos. También podría decirse que renovar la base de datos es bueno porque los nuevos pueden traer nuevas oportunidades que nunca se convertirían en realidad con los que se han ido.

Acabo con una pregunta que estos días me he hecho para todos mis canales: ¿por qué la quiero seguir enviando? Reconozco que hay días en que me cuesta porque preferiría dedicar esas horas a escribir mis libros, pero me sigue pareciendo un buen complemento a los contenidos de este blog. Curar contenidos es necesario para estar al día de lo que ocurre en este mundillo, es bueno para cualquier marca personal y es obligado para saciar la curiosidad de personas como yo. Y, si me sirve para que se entienda mejor mi trabajo, ¡mejor todavía!

¿Me acompañas en mi camino semanal hacia otro número redondo que celebrar? Apúntate.

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