[Contenidos] 3 formas de no tener que actualizar tu blog (por un tiempo)

A pocos días para que empiece agosto, los calendarios editoriales de la mayoría de empresas empiezan a relajarse o, en otras palabras, no se actualizan tanto como en otros momentos del año. Esto hace que los que nos quedamos conectados lo tengamos algo más difícil para encontrar contenido nuevo e interesante en la blogosfera. Pero, con un buen trabajo previo de planificación, esto no pasaría porque hay varias maneras de evitar que ‘se note’ que el redactor del blog está de vacaciones o ‘dejar’ de actualizar tu blog durante unos días… sea o no sea agosto.

Programar contenidos manualmente

Ya sea con las opciones propias de cada canal (como permite WordPress o Facebook) o con herramientas específicas (Hootsuite, Buffer, CoSchedule…), dejar contenidos programados antes de irnos de vacaciones es lo más habitual. En realidad, no hace falta que sea por unas semanas o meses de vacaciones: se puede programar contenido de un día para otro si prevemos que tendremos trabajo o porque sabemos que en otro momento tendrá más alcance.

Supone un esfuerzo adicional porque los días o semanas previos estaremos trabajando el doble para cubrir un mínimo de frecuencia pero así nos aseguramos de seguir al día con el blog u otros canales (como he explicado muchas veces, envío mi newsletter el lunes pero la escribo el domingo). De esto los redactores y autónomos en general sabemos mucho porque lo hacemos para nuestros clientes: antes de que ellos se vayan, nosotros tenemos que dejarles terminada la faena.

Como es lógico, aquí entra en juego el contenido atemporal (evergreen content): nada de polémicas que no puedas contestar pero igualmente trata de aportar algo en tus contenidos que te mantenga en la mente de los lectores como un recurso de interés.

Es la opción más recomendable y barata pero solo funciona si encuentras tiempo para ponerla en práctica.

Ceder el control momentáneamente

Los fanáticos del control nunca valorarían esta segunda forma de no tener que publicar en sus blogs, pero se puede ceder por unos días el espacio corporativo para que otros lo utilicen. Podemos establecer 3 niveles:

  • Dejar el blog a un compañero de departamento o alguien de la empresa: puede ser para que solo revise que va todo bien o para que escriba y publique. En este caso, una guía de estilo le será de gran ayuda.
  • Contratar a un redactor freelance: obviamente, tenemos derecho a irnos de vacaciones pero puede ser un buen momento para probar qué tal funciona el servicio de redacción de posts sin que tú estés pendiente de ello. Si te asusta, empieza un mes antes y así quedarás más convencido de que tu blog se queda en buenas manos.
  • Invitar a alguien para que participe: un punto intermedio es convencer a un blogger de que publicar en tu blog es una buena idea. Los guest posts son una práctica para cualquier época del año así que, si empiezas en verano, continúa después.

Cada nivel tiene implicaciones diferentes, aunque solo sea en cuanto a costes, así que cada empresa tendrá sus preferencias.

Confiar en los auto blogs ciegamente

Google ha contribuido a que no se encuentren tantos, pero todavía hay quien practica el autoblogging. Sí, los chupafeeds siguen existiendo pero han mejorado la parte técnica y lo llaman content curation para intentar que no les acusen de generadores de contenido duplicado o plagiadores automáticos. Para los que no soportan el rollo del blogging, hay varias opciones según lo que quieran conseguir:

  • Plugins para crear posts mediante un feed o RSS externo (como hacen WP RSS Agregator, WPeMatico o CyberSyn) que es una forma de llenar el blog sin escribir ni una línea de texto.
  • Plugins para incrustar automáticamente la información de algún proveedor externo tipo Amazon, eBay o YouTube (es lo que hace Content Egg) y de esta manera ‘mejorar’ artículos propios o ‘escribir’ artículos con enlaces afiliados.
  • Plugins para reescribir contenidos con sinónimos para que los posts del feed o del proveedor externo no se vean duplicados (lo hace WP Robot gracias a plugins para reescribir).

Aunque hay muchas formas de automatizar las redes sociales (como hacen TwitterFeed, BlogsterApp o Ready4Social), sin duda los auto blogs son la opción menos recomendable porque lo automático ¿aún? no es 100% fiable.

¿Qué opción es la más recomendable?

Siendo redactora freelance, debería decir que lo mejor es externalizar la tarea de escribir en el blog. Pero la verdad es que las empresas que tienen un blogger dentro de la empresa también consiguen buenos resultados si éste sabe lo que se hace. En todo caso, sí creo es que los dos perfiles somos compatibles y que podemos trabajar juntos si estamos bien coordinados en cualquier época del año (para ello un calendario editorial es imprescindible, claro).

Además, aunque descarte la opción de auto blog, se puede contratar a un redactor y que lo lleve prácticamente sin que la empresa tenga que hacer nada… sería como un piloto autómatico pero manual, ¿qué más se puede pedir?

[Contenidos] Un calendario editorial a largo plazo es posible y necesario

El calendario editorial sirve para organizar internamente los contenidos y planificarlos para que sean constantes (de la coherencia se encarga la Guía de estilo), es decir, que nadie se olvide de preparar y publicar en algún canal aún cuando haya picos de trabajo o vacaciones. Todo eso sin descuidar la programación a largo plazo porque también tiene beneficios como vamos a ver. En resumen, planificar las publicaciones permite:

  • a corto plazo, no dejarse llevar por el día a día de la empresa y reservar tiempo para la actualidad.
  • a largo plazo, trabajar mejor la creación de contenidos atemporales pero también el reciclaje de los que se han publicado anteriormente.

Pensar a un año vista es bueno para planificar con tiempo los contenidos. Usando las fechas actuales como ejemplo: ¿vas a hacer un resumen del año sin enlaces a tus propios posts? Error. ¿Vas a preparar una presentación con las tendencias para el próximo sin considerar tus propias ideas? Segundo error.

Y los dos surgen por el mismo problema: querer hacer el contenido de un día para otro, sin dedicar un rato a pensarlo antes. De haberlo hecho, ese resumen y esa presentación serían una forma de reciclar contenido fácil que te evitaría tener que crear contenido nuevo y que reafirmaría tu posicionamiento. Sin esa planificación, como mucho, son una manera de hacer de content curator, recomendando la lectura de artículos de otros.

Así que saca tu calendario editorial, si aún no tienes uno mira ejemplos y descarga algunas plantillas, y señala las fechas importantes en las que puedes necesitar contenido y marca también un mes y una semana antes, como recordatorio para organizarte mejor.

Igual que planificamos nuestra vida personal o las campañas publicitarias, debemos prever qué contenidos necesitaremos para Navidad, Fin de año, Reyes, San Valentín, Día del padre, de la madre… incluso para cambios de estación o días internacionales. Son épocas en las que puede haber mucho trabajo en la empresa y, posiblemente, menos tiempo para el contenido pero habrá mucha gente buscándolo.

Fíjate que, en realidad, no está muy claro sobre qué irán esos posts. Esto es así porque en un calendario a largo plazo no hace falta poner el detalle de todo, únicamente la esencia. Cuando se acerque el momento, el mes antes, entonces sí hará falta concretar cómo tendrá que ser el contenido.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 126 (7 de enero de 2013). Suscríbete gratuitamente para recibir un artículo exclusivo cada lunes.

[Contenidos] Entregables en una estrategia de contenidos

«¿Qué voy a conseguir por mi inversión en contenidos?» Esta debe ser la pregunta que ronda la cabeza de algunos suscriptores… y de otros tantos empresarios del mundo. La respuesta es fácil: «lo que te hayas propuesto a la hora de definir sus objetivos». Pero, sin caer en el chiste fácil, si responde un consultor es otra cosa: «un entregable».

Shelly Bowen ha publicado una lista de los entregables relacionados con los contenidos y un PDF para descargar y utilizar de check list (seas consultor o no). Destaco los 10 que me parecen más útiles (sin ningún orden en particular):

En su post, Shelly incluye una imagen curiosa de cómo se crean estos entregables. El flujo sería el siguiente: Datos > Content strategist > Magia > Entregables > Guardianes de la estrategia.

Eso de ‘magia’ es lo que más llama la atención y es lo más difícil de definir: básicamente que cada experto aporta su propia perspectiva e interpretación de los datos con lo que los entregables no siempre serán iguales.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 42 (30 de mayo de 2011).

[Contenidos] Decisiones gramaticales

Cada lunes republico un artículo de la newsletter semanal sobre marketing de contenidos que también envío los lunes.

No me cansaré de decir que tenemos que conocer a las personas que leerán nuestros textos para adaptar nuestro lenguaje y tono. ¿Cómo sino esperamos conectar con ellos?

  • Primera decisión: el género gramatical. A no ser que nuestro producto esté orientado únicamente a mujeres, lo habitual es usar el masculino como generalización. No obstante, también se pueden utilizar adjetivos que sean neutros y dejar que sea quien lo lea que lo interprete.
  • La segunda cuestión a tener en cuenta, la persona gramatical: ¿tú, usted o nosotros? Tradicionalmente nos dirigíamos al usuario de usted, como forma de respeto. Las redes sociales han propiciado que se use más el tú y el nosotros (como plural inclusivo).
  • Y la tercera, el tiempo: aquí casi se acepta todo aunque los imperativos son cada vez más utilizados en los textos (haz click, visita esta página, descárgate…).

Relee si quieres esta newsletter fijándote cómo está escrita y verás… bueno, descubre tú cómo te trato.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 39 (9 de mayo de 2011). ¿Quieres leer más? ¡Suscríbete!

[Contenidos] No repitas, encuentra tu voz

A poco que leas un par de blogs o algunos de esos mal llamados medios digitales, te habrás encontrado con algún tópico recurrente. Frases como que el contenido es el rey, por ejemplo, que se repiten hasta la saciedad y sin que muchos sepan realmente qué significa. Pero no importa, lo reproducen también ellos y siguen dándole al retuit y ‘Me gusta’ porque es lo que todo el mundo quiere oír y, por tanto, lo que se ha de decir. ¿O no?

Ocurre lo mismo con algunas horribles canciones pegadizas, esas melodías que parecen estar diseñadas para gustar a la masa, para ser número 1 veraniego de listas de medio mundo, de descargas o de lo que sea que ahora determine que es un éxito. Proliferan cantantes y grupos que parecen clones sacados de cualquier película de replicantes que no tienen mayor comprensión sobre lo que cuentan que una oveja eléctrica. Repiten fórmulas que otros ya han explotado pero les sigue saliendo rentable así que pocos experimentan para encontrar su propia voz. ¡Lástima!

En esos mares nos movemos los que tenemos pegado un oído a lo que pasa en los medios sociales, como les ocurre a los que escuchan la radio: oímos una y otra vez lo mismo sin que ya nada nos motive a subir el volumen y dejarnos llevar por la música o por la letra. Al contrario, casi queremos apagarla de la saturación que llevamos encima. A nuestro lado, gente tatareando el mismo ritmo que llevamos años oyendo, maravillados por lo que, aunque fue nuevo hace ya un tiempo, para ellos es ahora novedad. Por un momento recordamos aquella época en la que lo fue para nosotros… y suspiramos con añoranza recordando aquello de que lo importante es la conversación.

Algunos oídos se saturan de escuchar siempre lo mismo, se vuelven inmunes y desarrollan la capacidad de pensar por si mismos. Se crean entonces líneas que podrían llamarse alternativas. Merecen la pena aunque sea por poco tiempo porque, por muy opuestas que sean, serán las dominantes en poco tiempo. Y es que si algo sabe hacer muy bien el ser humano es adaptarse y hacer pasar por suyo algo que no lo es.

Tatareamos lo que otros han inventado, sin preocuparnos de crear nuestra propia canción, la que explique nuestra historia de verdad. Claro que podemos adaptar lo de los demás a lo nuestro y eso de que ‘todo está inventado’ muchas veces es cierto. Pero el reto está en tratar de demostrar que no es una verdad absoluta, que la manada no siempre afina y que algunas veces una mente puede ser maravillosamente creativa estando sola.

Empieza a crear tu línea alternativa. Escribe tu historia. Encuentra tu voz.

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