[Contenidos] ¿Hace falta adaptar las piezas a cada canal?

Hay muchas preguntas alrededor de los contenidos que son abiertas, sin respuesta única. La que planteo hoy sobre si hace falta adaptar las piezas que se publican en cada canal es otra forma de dudar de si lo que se publica en cada canal tiene que ser diferente, aunque sea mínimamente.

La respuesta corta es, con mis datos en la mano, que el esfuerzo de ponerle cariño a cada red social sirve de poco. La respuesta larga de por qué ahora digo esto cuando siempre he defendido que es mejor dedicar un tiempo a que sean al menos un poco diferentes es la base de este post. Eso sí, lee bajo tu responsabilidad porque, como en mi experimento con tuits automáticos, las conclusiones son personales y no tienen por qué ser tuyas.

Empiezo por confesar que las redes sociales me parecen cada vez menos interesantes: demasiados contenidos están clonados (literalmente), son más distribución que otra cosa y se basan en un algoritmo que no acierta o que lo hace demasiado bien haciéndome recelar de mis interacciones previas (y frenar las futuras). Así que les dedico menos tiempo cuanto menos me aportan. Ni Twitter se salva, aunque sigue siendo mi favorita (suerte de las listas).

Ya hace un tiempo que empecé a bajar mi ritmo de publicaciones (llámalo slow content). Un par de números: en lo que llevamos de año, he publicado 55 tuits de media al mes, en 2017 fueron 200; en Facebook van 22 mensuales, 85 en 2017. Pasar de 8 publicaciones diarias a 2 se debe a varios motivos, una mezcla de personales y profesionales, pero últimamente podrían resumirse en desilusión, desinterés, desánimo, desmotivación, desgana…

En general, sí, podría decirse que he terminado quemada, como la rana en el agua hirviendo que son las redes.

Pensando más en la calidad que en la cantidad de las publicaciones, no era muy consciente de ello, pero gracias a un comentario sobre mi newsletter me paré a analizarlo. Hará un par de años (o antes, desde 2020 todo está borroso), empecé a compartir en mis redes los enlaces que envío los lunes, tanto para aprovechar la curación que ya estaba haciendo y alimentar a la bestia como para promocionar el registro. Y, si en mi newsletter he intentado dejar de lado el nivel básico de madurez, supongo que también se ha reflejado en mis redes.

Y así llevo un tiempo: publicando menos contenidos, pero mejores (creo yo). Incluso poniendo por delante de mi propia promo las lecturas recomendadas de otras fuentes. Al contario que mucha otra gente, si hago 1 tuit al día, no creo que siempre deban ir sobre mí… pero algo fallaba y me estaba convenciendo de que era una mala estrategia.

Así que, aprovechando que me tocaba programar unas cuantas actualizaciones, me planteé un experimento para octubre: publicar lo mismo en mis tres redes, sin más. Quería comprobar si variaban en algo mis resultados para tomar una decisión más racional que emocional (como abandonar alguna red). ¿Qué crees que ha pasado?

Un punto positivo es que se han generado varios debates sobre ello (gracias David, Cristina y Andrés por las aportaciones). No me lo esperaba porque mi sensación era de conformidad general, pero reconozco que me ha servido de terapia, como también lo está haciendo este post.

Está claro que hay otras variables (la pieza en sí misma, las interacciones específicas de cada red que no pueden replicarse, etc.), pero te dejo alguna de mis conclusiones (y los datos correspondientes respecto a la media del año):

  • Twitter: ha sido un desastre, el peor mes del año. Todas las métricas en rojo: he publicado un 25% menos y se han reducido un 57% las visitas al perfil, un 20% las impresiones y un 30% las interacciones. Además, he perdido seguidores, cosa que no suele pasar porque se equilibran en positivo los que gano con los que pierdo. Conclusión: publicar poco sale caro, intentaré corregirlo un poquito.
  • Facebook: el segundo mejor mes del año y el que más he publicado (un 66% más que la media). No he sumado seguidores y he tenido un 9% menos de visitas, pero he ganado un 71% más de alcance y un 150% más de interacciones. Toda una sorpresa porque estaba ya pensando en darle la estocada final a esta red. Ahora mi conclusión es que aún hay algo de vida, pero poca, así que seguiré tal cual para no invertir demasiado.
  • LinkedIn: el mejor mes del año, con diferencia. Todo verde que te quiero verde: un 42% de visitas más al perfil, un 133% de impresiones y un 146% más de interacciones, total que he aumentado un 210% el número de seguidores este mes. Conclusión: parece que ha ido bien el cambio, así que intentaré mantener el mismo ritmo porque también he cerrado un par de nuevos clientes por esta vía (¡y mucho más spam!).
  • Blog: según Metricool, he ganado un 10% de páginas vistas y un 38% de nuevos visitantes. No está mal para no ser muy pesada con la promo. Esto es algo que quiero compensar y tirar hacia el 50%-50%, a ver qué tal.

Enfocándome en contestar a la pregunta que da título al post, mi conclusión es que, sin dedicar un minuto a adaptar las piezas a cada canal, he conseguido más que haciéndolo. ¿Tiene sentido entonces invertir más tiempo? No. ¿Merece la pena esforzarse por darle personalidad a cada canal? Tampoco.

Pero, precisamente por lo que he comentado antes, un mes de experimento es poco para confirmar la tendencia, así que seguiré hasta fin de año con este ritmo y ya veré entonces cómo afronto la estrategia de canales para 2023.

Espero que mis conclusiones te ayuden a tomar tus propias decisiones y me encantaría saber tu opinión sobre este tema para tener más puntos de vista.

[Contenidos] Slow content y JOMO para hacer un plan más realista

¿Ha pasado el slow content de moda? Tuvo su momento, debe hacer ya un par de años, pero tengo la sensación de que los impacientes han ganado porque se premia a quienes van más rápido. Mientras, la alegría de perderse cosas (JOMO como contraposición al FOMO) trata de abrirse camino para que más personas se detengan a oler las rosas. No se puede elegir la velocidad a la que pasan por tu lado, pero sí puedes marcar tu propio ritmo y que así el plan de contenidos sea más realista.

¿A qué velocidad quieres que vaya tu audiencia?

La velocidad tiene que ver con el consumo de contenidos y, aunque relacionada, no es la frecuencia de publicación. Ir rápido significa consumir muchos contenidos en poco tiempo, como aquel que quema combustible a toda velocidad por la autopista. Y publicar mucho es cuando se quiere mantener constantemente alimentados a esos coches primando la cantidad y no la calidad. Lo contrario es el slow content, es decir, crear menos contenidos pero mejores, más reflexivos, por eso normalmente son más largos y atemporales.

La decisión de a qué velocidad quieres ir impacta de lleno en la estrategia de contenidos: ¿prefieres muchos contenidos que se leen rápidamente o pocos que se disfrutan con calma? ¿O una mezcla de ambos?

Quizá ya has encontrado tu ritmo y no te habías dado cuenta. Repasa tu plan de contenidos de la última semana y marca cada pieza, por ejemplo con un semáforo, según su velocidad de consumo (puedes usar una columna a tu plantilla). Valora si has de quitar el pie del acelerador o pisarlo un poco más.

Algunas ideas para añadir a tu planificación.

Contenidos de rápido consumo

En redes sociales, casi todo el contenido se lee a gran velocidad, especialmente el efímero. Cualquier cosa que publiques te hará salir del paso si quieres ir por la vía rápida. No hace falta que pienses mucho en ello, sirve cualquier imagen de tu producto con una frase más o menos ingeniosa o un enlace promocionando otras redes.

Aún así, puedes intentar impactar, provocar una respuesta emocional y conseguir que se detengan un poco. Por ejemplo:

  • Con la imagen de tu producto destrozado o un montaje ridículamente falso de un desarrollo imposible.
  • Con una composición que llame la atención por su belleza visual, por ejemplo por los colores o su simetría.
  • Con preguntas obvias y simples que, en realidad, no tienen una respuesta tan evidente.

Aunque lo parezca, el tiempo de creación de las piezas no tiene que ver con la velocidad de consumo: se vea en unos segundos o se lea en minutos, se pueden tardar horas en crearlas.

Contenidos de velocidad media

Una newsletter puede ser rápida si sirve de notificación de una campaña o lenta si te obliga a pensar un poco como pretendo con mis newsletters. Por eso dejo este formato en velocidad intermedia, para que decidas su lugar en tu plan.

Hay más posibilidades dentro de lo que sería el punto medio:

  • Un post o un vídeo no muy largo, por ejemplo: busca la grabación de un webinar de media hora y publica un resumen que se lea en cinco minutos.
  • Un carrusel de imágenes para redes sociales que explique de forma fácil un proceso complejo.
  • Un hilo en Twitter de no más de cinco tuits recomendando proyectos de tus clientes.

Son formatos que se adaptan fácilmente a cualquier ritmo: un texto muy largo o demasiadas fotos pueden convertir la pieza en consumo lento y, si la troceas en varias más pequeñas, acabará siendo rápido.

Contenidos de lento consumo

En general, hace falta más tiempo para leer más palabras, así que equivale a contenido de menos velocidad. Aunque suelen tener menos frecuencia, sirven a muchos objetivos así que es buena idea incluir algunos en tu plan. Por ejemplo:

  • Un descargable con datos o análisis del sector se puede resumir, pero igualmente obliga al lector a dedicarle bastante tiempo a interiorizar los aprendizajes que se extraen.
  • Los artículos largos que funcionan como tutoriales, agregación de recursos o listas de por lo menos diez ítems son lentos y duraderos porque se guardan para consultar más tarde.
  • Rondas de preguntas a varias personas invitadas o cualquier pieza que implique la intervención de un grupo de gente, además de que suelen ser complicadas de gestionar, se convierten en piezas con muchos aprendizajes, aunque largas.

Los contenidos de consumo lento se pueden combinar con los rápidos y así mantener una presencia constante mientras se están desarrollando.

Diez ideas para fijar la velocidad de consumo de tus contenidos. Clic para tuitear

¿Qué pasa si tu mejor contenido se pierde?

Pongamos que has establecido tu plan, apostando por el slow content y eligiendo el contenido que publicas por su calidad. Pero no hay reacciones, nadie parece prestarle atención porque pasa desapercibido entre tanta cantidad de contenidos (content shock). Surgen dudas y la gran pregunta: ¿es por mí o es la audiencia? Y se vuelve a las andadas, a incrementar la frecuencia a costa de bajar la calidad.

Lo que era un buen plan, queda reducido a papel mojado y la razón suele estar en pecar de pesimista en el análisis. Seamos realistas: eligiendo calidad has discriminado a los que no aceptan ese ritmo. Pero, si miras bien, es posible que sí hayas conseguido que se queden y te presten atención los que disfrutan del camino.

¿Es compatible la baja frecuencia del slow content con la alegría de perderse cosas (JOMO)? Pues sí, no hace falta que la audiencia tenga miedo de no enterarse de lo que publicamos, no hay que añadirle estrés a su vida. La solución es un sistema de republicación y reciclaje que le permitirá volver a encontrarse con esa pieza tan fantástica que has preparado. Fíjate en que, si tienes un buen plan, lo más probable, es que tengas muchas buenas piezas para rentabilizar. No es que necesites más, «solo» han de ser mejor.

Así que no te estreses por llenar de muchos contenidos tu plan, invierte en su calidad y en su correcta promoción.

Acabo con un ejemplo muy rápido (ejem): este post empezó siendo una de las ideas para mi MusaLeaks de ayer, pero al final preferí desarrollarla aquí. La razón está precisamente en el slow content: mi newsletter te da ideas prácticas (como las viñetas que han acompañado las velocidades de los contenidos) y me estaba extendiendo escribiendo una reflexión que implicaba un cambio de marchas.

[Contenidos] Datos para redactar actualizaciones sociales que consiguen engagement y posts que funcionan

Hay quien no dedica ni 1 minuto de su tiempo a redactar actualizaciones para sus redes sociales porque las tiene automatizadas para publicar el mismo titular que en su blog. Consigue ahorrar unas horas que pueden ser valiosas, pero pierde la oportunidad de dar una mejor experiencia a sus seguidores.

Para comparar la redacción entre actualizaciones sociales y posts, voy a utilizados los datos de dos estudios recientes:

  • El de Orbit Media que como cada año nos trae estadísticas sobre blogging con los aprendizajes que da la perspectiva histórica, ya comenté el de 2018 y 2016.
  • El «Social Media Content Study» de Socialinsider y Planable que analiza 101 millones de actualizaciones para identificar qué tienen en común las de mayor engagement.

La mejor manera de saber qué funciona es publicar contenidos, recopilar datos y aprender de ellos para mejorar. Si tienes los tuyos, no hagas caso del resto. Pero, cuando no se tienen estadísticas propias, hay que aprovechar los informes de otros, estén basados en análisis objetivos o en encuestas como la mía.

Frecuencia de publicación

  • En Twitter: 195 tuits de media al mes con un 0,06% engagement por tuit.
  • En Facebook: 60 actualizaciones de media al mes con un 0,21% de engagement.
  • En Instagram: 25 actualizaciones de media al mes con un 2,26% de engagement.

Los datos también parecen confirmar que cuantos más seguidores, menos engagement.

En Twitter se publica una media de 6 veces al día, 2 en Facebook y casi 1 en Instagram, según los datos de @socialinsiderio y @PlanableApp. Clic para tuitear

En el blog: el 24% publica una vez al mes, el 23% varias veces y el 16% entre 2 y 6 posts a la semana. Lo más parecido al engagement es conseguir resultados y los que publican a diario dicen tener mejores que el resto.

Recuerda que tienes varias maneras de elegir tu frecuencia de publicación.

Extensión de la pieza

  • En Twitter: entre 110-120 caracteres, especialmente al incluir vídeos y fotos.
  • En Facebook: sobre 70 caracteres, especialmente al compartir álbumes de fotos.
  • En Instagram: sobre 70 caracteres, especialmente al utilizar carruseles.

Parece confirmarse que al utilizar enlaces o simplemente imágenes hacen falta actualizaciones más largas para contextualizar.

En el caso del blog, la extensión sigue aumentando año tras año y en 2019 se queda en 1236 palabras (un 53% más que en 2014) y la media de tiempo dedicado a escribirlas es de 3h y 57minutos. Los posts de más de 2000 palabras son los que obtienen mejores resultados y se tardan más de 6h en redactarlos.

Además, el típico post incluye 2 o 3 fotos en el 47% de los casos. Entre los que dicen tener buenos resultados, el 41% crea vídeos y el 75% usa más de 10 imágenes por post.

¿Cuántas fotos tienen los posts que publicas? Parece ser que cuantas más, mejor. #blogging Clic para tuitear

Formatos más utilizados

  • En Twitter: los tuits tipo DIY tienen un 0,07% de engagement y los tutoriales un 0,05%.
  • En Facebook: las actualizaciones tipo DIY tienen un 0,13% de engagement y los tutoriales un 0,2%.
  • En Instagram: las actualizaciones tipo DIY tienen un 2,51% de engagement y los tutoriales un 1,4%.

Otros datos: como era de esperar, las actualizaciones en las que se regala o sortea algo son las que tienen mayor engagement; Facebook es el único que consigue aumentar el engagement con contenidos promocionales, de 0,21% a 0,35%.

Facebook es el único canal en el que sube el engagement al hacer contenidos promocionales, según los datos de @socialinsiderio y @PlanableApp. Clic para tuitear

En el caso de los blogs, los más equivalentes a DIY y tutoriales: el 77% de blogueros hace posts tipo «How To» y el 47% guías o ebooks, siendo éste el formato principal de los que tienen mayores resultados.

Estilo de redacción

Uso de emojis

  • En Twitter: el engagement pasa de 0,09% al utilizar menos de 5 emojis a 0,22% con más de 20 emojis.
  • En Facebook: el engagement pasa de 0,29% al utilizar menos de 5 emojis a 0,66% con más de 20 emojis.
  • En Instagram: el engagement pasa de 2,28% al utilizar menos de 5 emojis a 2,89% con más de 20 emojis.

En general, el 20,7% de las actualizaciones incluye al menos 1 emoji. No hay datos similares en blogs.

Uso de preguntas

  • En Twitter: el engagement con preguntas es del 0,18% y 0,22% sin ellas.
  • En Facebook: el engagement con preguntas es del 0,05% y 0,06% sin ellas.
  • En Instagram: el engagement con preguntas es del 2,12% y 2,27% sin ellas.

En general, 9,8% de las actualizaciones incluye alguna pregunta, aunque les hace bajar el engagement. No hay datos similares en blogs.

Siguientes pasos

Creo que los datos hacen evidente que cada canal es un poco diferente. Deberían servir para clarificar un poco la estrategia, al menos si lo que queremos es engagement en redes sociales. Por ejemplo, quizá no haría falta esforzarse en Twitter, publicar autopromo solo en Facebook, no hacer preguntas en ninguna, escribir poco e inundar de emojis las actualizaciones. Ahora que lo sabes, puedes cambiar todo lo que estabas haciendo o ignorarlo por completo, aunque diría que lo mejor sería hacer algunos ajustes graduales y ver si también te funciona a ti lo que a otros les fue tan bien.

Los blogs, obviamente, no se pueden comparar con las redes sociales en ninguno de los apartados que he apuntado. Pero los he añadido para dar una visión global a los principales contenidos corporativos. Por eso dejo también los datos de lo que tienen en común los blogs con buenos resultados. Igual que con las redes, puedes cambiar poco a poco para ir incorporando estas buenas prácticas y ver si consiguen mejorar tus estadísticas.

Acabo con otros datos relacionado para convencerte de que está bien cuidar los textos del blog, pero no hay que descuidar la redacción social: el 31% de los jóvenes entre 17 y 24 años utiliza las redes sociales para investigar antes de comprar, el 21% sin tener en cuenta la edad. Saco el dato del informe «UPS. Pulse of the online shopper 2019«, al que llego vía un post sobre tendencias de consumo de Javier Regueira. No son pocos para simplemente ir repitiendo mensajes de un canal a otro, ¿no te parece?

[Contenidos] ¿Cómo elegir la frecuencia de publicación de tu blog?

Si utilizas una herramienta para seguir blogs tipo Feedly conocerás la sensación de tener un cierto volumen de contenidos por leer a poco que pases un par de días sin entrar. El problema es el equilibro entre calidad y calidad. Sí, este post empieza como otro más a sumar al debate sobre la cantidad y la calidad de los contenidos (y eso que ya quedó claro con datos que la calidad es mejor). Pero incluso cuando no estás en plena vuelta al cole, es mejor leer poco pero interesante, ¿no te parece?

Así que, para elegir cuánto has de publicar, has de centrarte en la calidad más que en la cantidad. Ahora bien, ¿qué factores internos influyen? Antes, te pongo un poco de contexto con algunos ejemplos.

Frecuencia de publicación de blogs sobre marketing

Aprovechando la información que proporciona Feedly de artículos publicados por semana (de media, algunas veces es más) y número de seguidores (dentro de su propia herramienta), apunto algunos datos estadísticos de empresas que encuentro tras buscar «marketing» en su buscador:

  • HubSpot tiene 204K seguidores y publica 15 artículos a la semana. Su blog en español se queda en 2K y 3 artículos/semana.
  • CopyBlogger tiene 176K seguidores y publica 5 artículos a la semana.
  • MarketingProfs tiene 68K seguidores y publica 8 artículos a la semana.
  • Buffer tiene 47K seguidores y publica 1 artículo a la semana.
  • CoSchedule tiene 5K seguidores y publica 4 artículos a la semana.

Se trata de blogs corporativos, con varias personas publicando en ellos, así que es normal que su frecuencia sea elevada. El dato de HubSpot hace pensar que a más artículos, más seguidores. Pero el de Buffer y CoSchedule creo que lo desmienten. Además, hay que tener en cuenta el tipo de producto, público y temática: si analizásemos en profundidad, veríamos que son diferentes aunque sean de «marketing».

Si nos quedamos en España, los datos también resultan interesantes. Me fijo ahora en personas (imposible competir con Seth Godin y su publicación diaria) porque no busco comparar empresas de aquí y de allí, sino ver la capacidad de generar nuevos contenidos:

Tampoco aquí parece que haya una relación directa entre número de artículos y de seguidores, sobre todo si comparamos a Juan y Claudio o a Tristán y José. Igual que antes, no tratan los mismos temas ni se dirigen a las mismas personas. Es lo que tiene la etiqueta de «marketing», encaja en muchos perfiles. Eso sí, en este caso, se trata de personas que escriben sus propios contenidos, excepto José que tiene otras firmas y es quien publica con mayor frecuencia.

Conclusión: publicar más no te consigue más seguidores. Así que si lo que quieres es conseguir mucho alcance para tus contenidos, no hace falta que tripliques el volumen de publicaciones. Lo mejor sería que te asegurases de que son buenas piezas, de calidad, y preocuparte por mejorar su distribución.

Repaso rápido a la frecuencia de publicación de blogs de marketing: más cantidad de posts no es igual a más seguidores. Clic para tuitear

Cómo determinar el volumen de contenidos para tu blog

El repasillo rápido que acabo de hacer te habrá dado la respuesta más sencilla: ver lo que hace tu competencia para imitarlo o incluso mejorarlo. ¿Ellos publican 1 vez al mes? Pues yo también. ¿Ellos 1 vez a la semana? ¡Pues yo 2! Siempre es bueno saber lo que hacen para poner un contexto, no para determinar la calidad de tus contenidos.

En el informe del «Estado de los contenidos en España 2017«, puedes conocer cuál es la frecuencia media que los participantes dicen cumplir para tus canales. Es fácil definir la estrategia por las referencias externas del sector. Es un primer acercamiento válido, una solución rápida para saber qué volumen de contenidos necesitas.

1 post a la semana es la frecuencia mínima, según el «Estado de los contenidos en España 2018».

Pero hay otros puntos de vista que te ayudarán a encontrar tu frecuencia ideal considerando un enfoque interno:

  • Tus objetivos. Aquí está la clave. ¿Para qué quieres tu blog? ¿Qué es lo que quieres que te consiga? La respuesta solo la tienes tú. Si ha sido algo como tráfico, leads o solucionar una crisis de reputación, el volumen es más alto que si has contestado algo como vender más, marca personal o prácticamente cualquier otra cosa. Quizá te sorprenda, pero no hace falta publicar mucho para ganar más, pero sí para recopilar contactos que después puedas convertir por otra vía.
  • Tu temática. Imprescindible cuando estamos haciendo una estrategia de contenidos. Hay sectores con más movimiento que otros, lo que significa que será más sencillo encontrar sobre qué escribir. Los sectores industriales son más complicados que cualquier producto de gran consumo, pero aún así pueden mantener el mismo volumen de contenidos. Lo que sí influye en este apartado es el tipo de contenidos que quieras hacer: si pretendes ser un canal informativo de actualidad, deberás tener una frecuencia más alta que si publicas artículos de opinión sobre tu sector.
  • El canal. Me estoy centrando en el blog pero es sabido que se relaciona muy bien con cualquier otro canal. Por eso, puedes encajarlo en tu calendario editorial y ver los huecos que has de llenar en redes sociales o en tu newsletter. Cuando publiques un nuevo post, ya habrás cubierto las publicaciones sociales del día pero también puedes reciclarlo. La audiencia que tengas en cada medio influye también, no tanto por su perfil, si no por lo que espera leer de ti en relación a cómo utiliza ese canal.
  • Tus recursos. Básico. ¿Cuántas horas al día puedes dedicar a tu blog? ¿Cuántas personas forman tu departamento de contenidos? ¿Tienes presupuesto para externalizar la redacción? Tú sabes cuáles tus recursos, aprovéchalos bien. Aumenta o reduce el volumen de publicaciones sabiendo cuánto puede hacer cada persona de tu empresa. Ten en cuenta eso sí que poner a alguien a escribir si no tiene ni ganas ni conocimientos es un error. Quizá es poco sostenible a largo plazo.

Conclusión: aunque sí debes conocer lo que la mayoría de empresas hacen (factores externos), lo que de verdad determina tu estrategia, incluyendo el volumen de contenidos que debes publicar, es tu propia realidad (factores internos). Dedica un tiempo a descubrir el contexto en el que se moverán tus contenidos, pero más aún a definir la calidad de tus contenidos. Así sabrás cuánto puedes publicar manteniendo alto tu estándar de calidad.

Para saber la frecuencia de publicación de tu blog, fíjate en tus objetivos, tu temática y tus recursos. Clic para tuitear

[Contenidos] «No tengo tiempo para escribir» es una mala excusa para no escribir

«Si tienes tiempo para leer este post, tienes tiempo para escribir» era otro título posible para este post, pero quiero dedicárselo a los muchos alumnos que me han dicho alguna vez eso de «No tengo tiempo para escribir» cuando hablábamos de la frecuencia de publicación de un blog. A los que me dicen eso otro de «No sé escribir» ya les contesté en el capítulo «Copywriting para no periodistas» de «Estrategia de contenidos» así que hoy me centro en los que no saben organizarse para redactar contenidos de manera constante, es decir, para mantener un cierto ritmo de actualizaciones.

Ideas nuevas

Normalmente eso de «no tengo tiempo para escribir» suele ser equivalente a «no sé sobre qué escribir y no tengo tiempo de buscar la idea que me inspire a redactar algo interesante«. Vale, es posible que la inspiración no esté a tu lado las 24h del día pero puedes buscarla en alguna de las muchas webs que hay para encontrar temas sobre los que escribir. Es una excusa muy pobre porque solo necesitas una palabra y cualquiera de esas herramientas te devuelve posibles ideas para un post. Algunas mejores que otras porque es cierto que no todas son aplicables, pero hay que tener la mente abierta para encontrar ideas de forma indirecta, no hay que tomarse todas las sugerencias literalmente.

Por otro lado, el reciclaje de contenidos es una buena fuente de inspiración: relee lo que has escrito y edita un post nuevo para actualizarlo.

Además, hay que ser capaz de pensar en los diferentes formatos. Quizá en tu búsqueda de ideas te encuentras con un vídeo o infografía. Nunca se sabe por dónde vendrá el post que estabas buscando, quizá sea de un fotograma o un dato que ocupa poco espacio en pantalla. Con un poco de suerte, encontrarás varias opciones sobre las que escribir y entonces lo mejor es tener definido un proceso para gestionarlas.

Organización de ideas

Mi recomendación es utilizar 1 único lugar para anotar tus ideas. Sí, 1 y solo 1. Puede ser una libretita o un documento en Drive, pero yo te recomiendo de nuevo una herramienta como Trello porque puedes tenerla siempre a mano y es más eficiente para organizar todas tus ideas.

Su funcionamiento es muy sencillo: hay tableros con listas y cada elemento de la lista es una tarjeta con título y descripción que puedes manejar para etiquetar o asignar fecha de vencimiento, entre otras muchas cosas gracias a sus complementos.

Puedes crear tableros sobre cualquier tema pero haz uno para tu blog y prepara listas según el estado del proceso de creación (documentación, redacción, traducción…). Ahora ya puedes crear una tarjeta por cada idea que tengas.

Quizá tengas muchas estando de vacaciones y casi ninguna en épocas de mucho trabajo. Centralizarlas todas en un único lugar te ayudará a planificar con tiempo porque Trello sirve de calendario editorial.

Content curation

Cada uno escribe a diferente ritmo y tú sabes cuánto tardas en escribir un post. Así que lo de que no tienes tiempo puede ser literal porque solo puedes dedicar ¿30 minutos al día? a los contenidos de tu empresa. Vale, pero no tienes por qué escribir mucho: no siempre has de publicar un post de 2.000 palabras. Así que ese rato puede ser más que suficiente si recurres a la curación de contenidos.

Se puede hacer content curation en blogs de varias formas: desde un resumen a insertar directamente una pieza de otro (como el vídeo o la infografía que encontraste anteriomente). Hay muchas herramientas que pueden ayudarte a encontrar contenidos para recomendar así que lo de que no tienes tiempo para escribir es una mala excusa porque solo has de explicar por qué crees que merece la pena esa pieza que estás enlazando.

La recomendación de contenidos de terceros es más rápida que la redacción sin fuentes previas. A corto plazo te servirá para ser constante en la publicación de contenido (siempre de interés para tu audiencia) y así reducir la presión de tener que tener ideas propias para lograr tus objetivos. Ahí está la clave del largo plazo: no te obsesiones con vender tus productos o informar de lo que hacéis en la empresa, puedes recurrir a contenidos educativos o, mejor aún, inspiradores para atraer con el marketing de contenidos.

*No tengo tiempo para escribir* es una mala excusa para tener tu blog desactualizado. Clic para tuitear

Externalización

No puedo negar que contratar a un redactor freelance es la solución más fácil para cuando no se tiene tiempo para redactar contenidos (la más rápida sería la automatización del blog, aunque no siempre es recomendable). Escribir y comunicar bien no es algo a lo que todos estén acostumbrados, para unos es más fácil que para otros, igual que el diseño de contenido gráfico suele ser más sencillo para las personas visuales que para quienes preferimos las palabras.

Es cuestión de ponerse, practicar y, como muchos recomiendan en ficción, escribir algo cada día. Llámalo costumbre o rutina, pero funciona cuando se trata de encontrar el hábito de redactar.

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