[Contenidos] Contenido que caduca y contenido atemporal

Si piensas en contenido para medios sociales, la rapidez de consumo hace que tengas la sensación de que todo caduca antes. Imagina un tuit o una actualización en Facebook, ¿cuánto crees que tardan en desaparecer de la vista de un seguidor o fan? ¿Aguantan una semana? Solo si has conseguido algún RT o ‘Me gusta’. Sin eso, el contenido para redes sociales prácticamente desaparece el mismo día que se publica.

Una ventaja del contenido es que su vida se alarga gracias a los buscadores y las recomendaciones. Piensa ahora en un blog, algo un poco más extenso y más fácil de encontrar en Google. ¿Cuánto crees que dura? Un post tiene una esperanza de vida mayor que otro tipo de contenido social, pero no porque le quitemos la fecha (algo, por cierto, que hace desconfiar del autor), sino porque el contenido estará disponible para ser encontrado años después de que lo publiquemos.

Y cuando el usuario llegue a ese post publicado hace seis meses, ¿todavía le servirá o cerrará la página para encontrar otro resultado más actual? Esa es la pregunta clave que debemos hacernos al elegir un tema sobre el que escribir. Podemos usar ejemplos para ilustrar, pero éstos quedarán obsoletos tarde o temprano: mejor enfocar el post hacia la moraleja, el aprendizaje que puede llevarse a casa el lector y que le servirá más adelante.

Aún es más atemporal hablar de ebooks o white papers. Este tipo de contenido está obligado a durar más que ningún otro. Si lo distribuyes a cambio del email, has de asegurarte de que pasado medio año o un año todavía tendrá sentido que alguien se lo descargue. Eso pensando en el usuario, pero también en el coste de producirlo: cuanto más atemporal es un contenido, más coste de producción tiene.

A la hora de programar tu calendario editorial, la mejor opción es combinar contenidos atemporales con los de actualidad para día a día seguir atrayendo a usuarios interesados en la última novedad que después se queden porque les ofreces artículos de fondo interesantes para ellos.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 82 (5 de marzo de 2012).

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