Lo habitual en un anuncio gráfico o spot es evidenciar al máximo la marca para, precisamente, marcar a fuego en la cabecita del consumidor qué ha de comprar. Esto pasa cuando los productos se anuncian basándose en la razón. Aunque también hay anuncios llamémoslos conceptuales que no venden el propio producto sino la experiencia de usarlo (sinceramente, los más interesantes).
Este tipo de publicidad era lógicamente usada para servicios intangibles que no se podían plasmar en un anuncio. Pero desde que prácticamente todos los productos son iguales y lo único que los diferencia es la marca y el status que proporciona ser su usuario, cada vez se ven más este tipo de anuncios.
Así ya casi es normal que, por ejemplo, Aquarius se anunciase sin enseñarnos su producto (en la versión que se emite más recientemente sí vemos las latas, algo es algo) o que el Seat Cupra no aparezca en esta gráfica italiana.
Y, siguiendo con la carretera, el retórico slogan de BMW «¿Te gusta conducir?» sirve de fantástico ejemplo para ver que lo que se vende es el placer (en Seat lo llaman «autoemoción») que proporcionará llevar el coche, no el vehículo en sí mismo. En esta línea también van el «Ir, quizá sea la razón por la que vas» del nuevo Honda CR-V y hasta «Lo mejor del viaje es el camino. Conduce y disfruta» de Buckler.
Este tipo de anuncios sí pueden despertarme el interés, en este caso, de conducir. La duda que planteo es si por no mostrar el producto se pierde la posibilidad que vaya a un concesionario de esa marca y me acabe comprando otro coche. En el caso de Aquarius si me despiertan la sed y me tomo una Coca-Cola todo queda en casa, pero en cuestión de coches el mercado está mucho más dividido.
Por cierto, otro título que estaba barajando para este post era «Anunciar sin enseñar el producto».
Actualización 28 de abril: otro ejemplo de anuncio sin mostrar el producto, Jeep.