Segunda encuesta sobre contenidos en España

Ha pasado ya un año desde la primera encuesta así que es momento de actualizar los datos para ver la evolución de los contenidos en España. Esta vez he planteado el doble de preguntas para que sea lo más completa posible y no solo pensar en marketing de contenidos si no otros contenidos que pueda utilizar la empresa, cómo son los departamentos de contenidos o la confianza y satisfacción que la empresa tiene sobre los contenidos.

Sigue siendo igual de fácil de contestar, no te llevará más de 5 minutos. Y, como todas las encuestas que hago, es totalmente anónima. No se recogen datos identificativos de ningún tipo ni se pide el correo ni nada. Espero que eso siga animando a participar con sinceridad y también conseguir el doble de respuestas, ¡mínimo! Por esto te pido que compartas la encuesta o este post con tus contactos para llegar a más gente. No llegará a ser representativo de toda España pero es un principio.

Contesta la encuesta

Se aceptarán respuestas durante 1 mes, es decir, hasta el 17 13 de noviembre. Los resultados los publicaré en ebook de descarga libre directa y, como siempre, los suscriptores de mi newsletter serán los primeros en tener acceso.

Anteriormente: el Estado del marketing de contenidos en España 2012 en titulares y en 44 conclusiones.

Actualización 13 de noviembre: por problemas con el envío del formulario, se cierra la recepción de respuestas. Finalmente, conseguí 70.

Actualización 21 de enero de 2014: ya está disponible el ebook.

Carnaval: marketing de contenidos o cómo lo llamamos

Cristina y Carlos han puesto en marcha un nuevo carnaval, esta vez sobre RRPP. Un tema que me toca más de cerca que el de salud, más aún porque han dedicado el primer tema al marketing de contenidos a ver si entre todos conseguimos ponernos de acuerdo. La pregunta que lanzan incita a contestar: ¿el marketing de contenidos es comunicación, marketing o algo nuevo?

Más o menos yo ya contesté en mi libro y en esta pregunta frecuente: no es nuevo (eso es seguro) y tiene algo de marketing y algo de comunicación (ahí es donde está el problema). Mi aportación al debate podría terminar aquí pero reconozco que se pueden llenar páginas y páginas sobre el tema (en mis clases lo evito para no comerme todo el tiempo). Las primeras aportaciones ya lo han demostrado: es muy fácil escribir sobre ello porque todos tenemos una opinión. Y (sigue aumentando la bola del problema) se puede contestar sin haberlo practicado, igual que cualquiera puede hablar de política solo por ser ciudadano que sufre las consecuencias.

Pero la comunicación, el marketing, las RRPP, el periodismo… no son democracias, cada uno hace lo que quiere (y este problema sigue creciendo cada vez que alguien hace lo que quiere). El contenido ha estado siempre presente en todas estas disciplinas, ¡lógico! Entonces, ¿por qué se nos ha ocurrido ahora cambiarle el nombre? Dicho rápido, porque podemos y, además, queremos. Lo explico con dos ejemplos de sectores muy diferentes: detergentes y cine.

  • Cada cierto tiempo, nuevo detergente. Añaden (por decir algo) ingredientes que se sacan de la manga y los añaden también al nombre. Resultado: ¡novedad en el mercado! Sigue siendo detergente pero ahora es concentrado, líquido, con lejía, con suavizante… cualquier cosa que se le quiera poner. Y seguirá evolucionando, de eso se encargan los departamentos de i+d+i.
  • Los inventores en los inicios del cine (una época en la que las patentes eran dudosas) añadían o cambiaban una pieza, le ponían nombre al nuevo aparato y a triunfar. Eran pioneros dignos de admiración por sus innovaciones y nunca se ha parado de añadir más tipos de cine: sonido (mono, estéreo, envolvente, con altavoces hasta en el techo…), color, panorámico, digital, 3D, IMAX… Por no hablar de los soportes domésticos o de las versiones que se comercializan para venta (¿cuál debe ser la diferencia entre ‘edición diamante’ y ‘platinum’?).

El objetivo siempre ha sido el mismo para cualquier empresa, utilice la disciplina que utilice: diferenciarse para vender. Unas más indirectamente que otras, con más prisa que otras, a más gente o menos, pero siempre vender a alguien. Y ése alguien es quien tiene el poder de elegir (¡con el usuario hemos topado, menudo problema porque cada uno quiere una cosa!). La evolución del mercado la dicta día a día el ser humano dejando fuera lo que no le gusta, lo que no cumple sus expectativas. Solo hay que dejar que el tiempo pase y analizar las consecuencias de ésas elecciones para seguir evolucionando. La Historia está llena de cosas que han dejado de usarse, es algo normal, pero cuesta dar el brazo a torcer.

Por eso, mientras, debatimos y nos dan rabietas cuando alguien no utiliza bien el nombre que creemos es el correcto porque es el que usamos nosotros. ¡Y hay tantos ejemplos! Porque, para vender más, hay que seguir la moda (¿o no?) y si ahora toca hablar de marketing de contenidos, estrategia de contenidos, storytelling, transmedia, branded content, periodismo de marca… pues se habla desde la perspectiva que sea para incluir esas palabras clave y salir bien parados en buscadores. Y no importa mucho el resultado de la mezcla porque se habrá conseguido lo que quiere, en este caso, no el cliente si no la empresa. Vender, siempre vender.

Está claro que poner un nombre ayuda a estandarizar, define tareas y eso es importante también desde el punto de RRHH. Y ahora sí, implicando a toda la empresa, vamos a acabar de petar el problema que no ha parado de crecer en todo el post (y en los ya casi 4 años que llevo hablando de marketing de contenidos): ¿a quién contratamos para hacer estas tareas si no somos capaces de distinguir cuáles son?

  • Si contenidos es igual a escribir, ¿busco periodista, blogger, copy, redactor? Pero ellos no me harán un plan de comunicación, de marketing, de medios social o de contenidos, ¿o sí? Es más, ¿necesito uno de cada? ¿Se llama estrategia de marketing de contenidos, plan de contenidos, estrategia editorial…? Mejor busco consultorías pero de marketing online, de RRPP, de SEO, de inbound marketing… Espera, ¿consultorías o agencias?
  • Vamos a más porque dentro de la estrategia de contenidos también está la curación de contenidos y entonces, para decir que no hace falta una etiqueta nueva para hacer lo que ellos ya hacen, saltan documentalistas, periodistas y hasta community managers (y éstos ya tienen sus propios problemas porque los social media strategists aún buscan su hueco).
  • Soluciones al problema: ¿nos dejamos de rollos y contratamos a quien lleva años haciéndolo (nombres reconocidos como marketing, comunicación, periodismo) o a quien se ha especializado en una cosa concreta aunque tenga un nombre que no nos suena de nada?

Dudar y debatir es sano para el corazón, menos mal… pero solo para algunos porque los que tratan de aprender para ponerlo en práctica en su negocio o empresa no tienen la culpa de que no nos pongamos de acuerdo. Y, como en política, son ellos los que pagan las consecuencias: se apuntan a cursos que dicen que son de una cosa pero acaban siendo de otra; se ponen a ello y acaban haciendo algo que no es ni una cosa ni la otra; se desengañan porque no consiguen lo que querían (vender, ¿recuerdas?) a pesar de que ya hayan comprado algo (un curso o una consultoría, porque alguien sí ha vendido algo).

La evolución no se detiene así que las personas que se sienten engañadas se quejarán de esa palabreja nueva que no les ha servido (como con el detergente) y buscarán algo similar con otro nombre que otros les venderán (como el cine busca nuevas experiencias) aunque los que inicialmente lo habían hecho seguirán buscando clientes… ¿de quién es la culpa? ¿Del cliente que se deja asesorar sin informarse antes, del vendedor sin escrúpulos que se aprovecha del momento o del que tiene buena fe pero no consigue llegar al cliente? El tiempo, tan sabio como siempre, ya se encargará de dejar a cada uno en su lugar y se deshará de los culpables (si es que hay que culpar a alguien de todo este embrollo o burbuja).

Debates de este tipo hay en todos los sectores y no lo vamos a solucionar a corto plazo. Solo espero que este carnaval sirva para quitar algunas máscaras. Será el lector de todos los posts que se están generando quien decida si las quita a los conceptos de debate o a las personas que los utilizan en su beneficio. Y, ya que has llegado hasta aquí, 1.150 palabras después, no te vayas sin dejar un comentario o participar en el #carnavalRRPP.

¿Por dónde flaquea mi estrategia de contenidos?

De los diferentes tipos de contenidos, el que siempre me ha fascinado más es el que suele llamarse calculadora. En «Marketing de contenidos» incluso le dedico unos párrafos porque  me parece un tipo de contenido muy práctico para las empresas y también para los usuarios que solo han de entrar algunos datos y encontrar las respuestas que quieren. Llamarlo calculadora enturbia sus posibles usos porque suena muy matemático así que a la que he hecho yo la he llamado herramienta de autodiagnóstico y calcula, cómo no, el buen uso de los contenidos.

Se trata de un cuestionario de 10 preguntas para que el usuario sepa dónde puede estar fallando su estrategia de contenidos. Una vez completado, descubrirá en qué aspectos puede mejorar el uso que le esté dando a sus contenidos. La base es el índice de una estrategia de contenidos por lo que se muestra numéricamente en qué apartado se está aprovechando o no todo lo que pueden hacer los contenidos por su empresa.

En cuestión de 5 minutos, el usuario tiene respuesta a por dónde flaquea su estrategia de contenidos y, además, puede comparar su puntuación con la media de otras personas que también han contestado la autoevaluación. La herramienta no recoge más datos que la IP para limitar el uso a una vez por usuario, las respuestas son anónimas.

Anímate a probarla, es muy fácil y sabrás si estás usando bien los contenidos.

Redacción online en 10 pasos

Después de haber publicado en «Marketing de contenidos» un capítulo entero dedicado a la redacción web y viendo las otras guías en 10 pasos, parecía lógico hacer un «Redacción online en 10 pasos«. Así que cuando llegó el especial de agosto de mi newsletter, empecé a explicar cómo escribir para Internet:

  1. Documentación interna: para conocer la empresa y el perfil del lector
  2. Documentación externa: para conocer el tema sobre el que escribir
  3. El titular, la frase inicial: una pieza fundamental
  4. La frase o el párrafo final: la llamada a la acción
  5. El primer párrafo: el lugar para despertar el interés
  6. El desarrollo: el lugar donde convencer
  7. Dando formato: arreglos de diseño
  8. Editando: arreglos de estilo
  9. SEO: optimización para buscadores
  10. SMO: optimización para medios sociales
Redacción online en 10 pasos

El resultado es un pdf, como en las otras guías, pero sigo queriendo experimentar con el valor-precio de los contenidos así que he utilizado un plugin para restringir el acceso a través de la compra social. Además, he preparado una versión ebook (en epub y mobi) de la guía para probar también con el contenido de pago y, como los casos de éxito de La Cantera y El Flechazo, la vendo a 2€ (es una versión más extensa e incluye un descuento para mi curso online de redacción de contenidos).

Anteriormente: «Content curation en 10 pasos«, “Marketing de contenidos en 10 pasos” y “El proceso de escribir cualquier cosa en 10 pasos«.

3 años de mi newsletter sobre contenidos

3 años hace ya que envié mi primera newsletter. ¡Cómo pasa el tiempo de rápido! Desde aquel 16 de agosto de 2010 o, mejor, desde el último año, han pasado muchas cosas: he publicado el primer libro en español sobre marketing de contenidos, he experimentado con el contenido de pago, he lanzado mi propia plataforma de cursos online… por no hablar de los proyectos en los que he participado.

Pero mi newsletter lleva casi 160 números de unas 600 palabras cada uno y ni una sola semana la he dejado de enviar, incluso la dejo programada cuando me voy de vacaciones. Empiezo la semana reflexionando sobre algo muy concreto relacionado con los contenidos. La escribo los domingos para que llegue a primera hora del lunes y así también los suscriptores dediquen un ratito a pensar sobre ello, antes de enfrentarse a la semana.

Me consta que hay quien lo hace porque algunos han acabado convirtiéndose en habituales que responden e interactúan con cada envío. Me alegra cuando pasa porque siento que en cada número pongo algo de mí, como en todo lo que escribo, y que he conseguido transmitirlo bien. O, como dice Ann Handley, he conseguido que mis lectores agradezcan mi contenido.

Las estadísticas me acompañan algunas veces más que otras, pero las comparto como es habitual:

Me gustaría que quede clara la diferencia entre la newsletter y este blog (para suscribirse al blog, mejor el RSS o mis canales sociales). Creo que ofrezco contenidos lo suficientemente separados como para que se vea así y, de cara al futuro aniversario del blog, cambiaré la plantilla para que sea aún más evidente. De momento, todo sigue igual: los contenidos de los lunes son exclusivos para suscriptores porque la newsletter también es un espacio de cierta autopromo con algún descuento en mis cursos online.

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