[Contenidos] De lectores a leads encontrando un enemigo común

Kateryna Abrosymova lanza esta semana su libro «From Reads to Leads. 11 Principles of Writing Content People Will Read and Respond To«. Hace un par de meses que pude leerlo (buscaba opiniones para mejorar y me ofrecí).

Mi review rápida es que se trata de un libro práctico, con ejercicios al final de cada capítulo y muchos ejemplos. Me gustó también por cómo estaba escrito. El único problema que tiene, como todos los que están en inglés, es que algunos consejos de copywriting no se pueden aplicar en castellano. Por lo demás, hay muchas buenas ideas que aplicar a la redacción de contenidos, como clasificar a los lectores, planear las acciones que queremos que hagan, redactar con fórmulas que solucionen problemas… y la que da título a este post: «crear un enemigo común«.

El libro está enfocado a copywriters, es decir, personas que tienen al cliente final como jefe. En este contexto de mirar hacia el exterior, el enemigo común es aquel que comparten cliente final y copywriter/empresa. Por eso, los otros dos consejos que da Kateryna en el capítulo dedicado a conectar con el lector son: comparte experiencias en común para que sea vuestra historia, no solo la suya, y asegúrate de que pueda sentir una vinculación con esa historia (no hables solo de ti).

Hay varias partes del libro que también sirven para alguien que trabaja en un departamento y le toca redactar los textos sin que realmente sea su tarea soñada, como nos ocurre a los que disfrutamos casando palabras. Pienso especialmente en la dedicada al estilo. Cuenta la autora que una forma de desarrollar la voz de la marca es escuchar a la audiencia y, para evitar inconsistencias una vez se haya concretado, recomienda el uso de la Guía de estilo. No puedo estar más de acuerdo, claro.

Precisamente porque coincido con todo lo que se explica en «From Reads to Leads«, me parece una buena lectura recomendada para los que necesitan situarse en esta profesión. Los que ya llevamos un tiempo podemos también encontrar enfoques complementarios, lo que siempre se agradece para seguir mejorando. En la web del libro tienes una explicación de su índice y aquí mismo puedes leer las primeras páginas.

Por cierto que también hay enemigos internos cuando se habla de contenidos, como otro departamento que se lleva el presupuesto, otros empleados que le quitan las funciones que sí le interesan y los archienemigos, como llaman en «Content Mavericks» a los valores negativos (y que ayudan a definir el contenido insignia). Además, claro, la empresa puede considerar a la competencia como un enemigo externo.

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Televisión
España tiene el prime time más tardío de Europa: empieza sobre las 22.40h. Yo diría que no tiene mucho sentido llamarlo así, pero es lo que es: el horario en el que las cadenas ponen su mejor programación. Tratar de adelantarlo para «promover un consumo responsable de la televisión» parece que no ha funcionado bien a TVE, quizá porque es un experimento que solo puede hacer la televisión pública. Pero esta pelea es para quien vea la TDT en directo, claro. El resto puede crear la parrilla a su gusto, solo ha de grabar y ver lo que sea al día siguiente o cuando le plazca. Me recuerda al debate sobre el momento de envío de una newsletter: el usuario decide cómo consumir el contenido.

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Cuando las marcas se dirigen a su competencia, en lugar de a sus clientes, se consiguen campañas de lo más divertidas. El ejemplo que estos días estamos viendo (y discutiendo) es el de Renfe y Ouigo. La primera lanza lo que llama «Juego de trenes» y la segunda acepta el reto sin pensárselo demasiado (por las fechas de publicación, pocas horas pasaron entre un mensaje y el otro). Si creo que son «divertidas» es porque permiten bien cómo funciona cada una, por ejemplo en enfoque, tono y agilidad. Además, ¿quién dice la última palabra, es decir, en qué momento se para la conversación? Los usuarios tendrán la capacidad de decidir quién gana, incluso los que ni se han enterado de esta batallita.

Cine
Reconozco (y creo que lo he dicho alguna vez) que me fijo en los votos de las películas para acabar de decidirme antes de invertir mi tiempo en verlas. Sé que es solo un número y lo pongo en contexto porque no sirve igual, por ejemplo, para películas nacionales que para clásicos del siglo pasado. Así que leer que «Paddington 2» (2017) tiene más valoraciones positivas que «Ciudadano Kane» (1941), cosas de la democracia online, no me lleva a decir cuál es mejor porque me parece difícil de comparar. Puede ser que guste más (no entro ahí porque no he visto la segunda del osito), pero es imposible saber su influencia en la historia del cine que es lo que hace imprescindible a la obra de Orson Welles.

Internet
El scroll infinito puede ser, eso, una infinita pérdida de tiempo con consecuencias más o menos negativas. En móvil, has de «tirar hacia abajo» para que se actualice algo, lo que vendría a ser un scroll inverso (en el que «tiras hacia arriba» el contenido). En ordenador, la ruedecilla del ratón no tiene fin. Esto es ¿culpa? de las redes sociales, pero los medios ya muestran las noticias encadenadas al hacer scroll, sin necesidad de clicar. De esto no se habrán dado cuenta las personas que no hacen scroll: resulta que hay 1/4 parte de usuarios que no lo usan. Considerando que las cabeceras son cada vez más grandes, no sé qué impresión se llevan si no bajan un poco. Aun así, dicen que el scroll ha aumentado respecto al año pasado, cosas del tiempo libre.

[Contenidos] Retos en la creación de contenido dentro de las empresas

El 2º informe «State of Writing» de Typeset y Mantis Research ofrece datos interesantes, aunque se base en una encuesta contestada mayoritariamente por responsables de marketing de empresas B2B de USA y Australia. Como su nombre indica, se centra en el contenido escrito por las empresas y los retos internos que les supone.

Empiezo por el dato que me parece más curioso: el 61% dice que incrementará el volumen de contenido escrito, pero solo el 39% dice que aumentará el presupuesto para ello. Algo falla, ¿no? Si se quiere hacer más, se ha invertir más. Llega un momento en que no se puede exprimir más los limones para hacer limonada. Quizá se cree que más contenido igual a más resultados, pero la fórmula es un poco diferente: mejor contenido igual a mejores resultados.

Hay un dato que también sorprende: casi 6 de cada 10 dicen que el SEO tiene alta prioridad en su negocio, pero solo 2 de cada 10 hace siempre una keyword research antes de publicar. ¿Cómo se entiende? No puede ser tan importante si no se hace siempre, ¿no? Será por herramientas que hacen esta investigación en un clic.

Y aún otro dato que resulta chocante: el 38% dice que le resulta difícil saber qué quiere leer su audiencia, pero el 65% dice que le resulta fácil proponer temas. Chirría algo, ¿no? Parece contradictorio que lo más fácil dependa de lo más difícil. El informe facilita en la siguiente pregunta algunas opciones para solucionar este desconocimiento y resulta que lo que más se hace es una investigación indirecta por analítica web y redes sociales.

Un dato del informe que sí es coherente (aunque difícil de comprobar) es que el 82% dice que es importante que la voz de su marca sea única y el 75% cree haber conseguido una que les diferencia de su competencia. Además, el 55% dice tener un relato de marca y el 50% una Guía de estilo.

Algunos datos más:

  • El 33% dice que es el responsable de marketing quien revisa el contenido antes de publicarlo, pero el 15% dice que no lo mira nadie.
  • El 41% hace reuniones editoriales regularmente (básico para una cultura del contenido).
  • El 86% considera que los lectores percibirán negativamente a su marca si ven errores en el contenido escrito.
  • El 26% testea los titulares como parte de su proceso de publicación de posts o webs.
  • El 72% envía newsletters, el 49% publica casos de estudio (el formato más rentable para el 81%) y el 42% ebooks.
  • El 59% dice que el contenido le ha ayudado a conseguir nuevos clientes.

En la web de Typeset tienes más datos y la metodología del informe. ¡Cojo alguna idea para el mío!

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Cine
Podría comentar la increíble cifra de películas que tiene en marcha Eric Roberts o el vídeo de Marvel que tanto está gustando. Pero esta semana he visto «La cena de los acusados» y, ¡por fin!, he conocido a los personajes que inspiraron a Dick y Dora Charleston (y su perro) en «Un cadaver per postres«. Comparándolos, no sé quién imita a quién porque «el original» parece más parodia que «la copia». Su historia es la misma, pero el comportamiento bastante diferente. Intentaré ver las otras cinco de la serie «original» para acabar de encontrar los parecidos, pero, por otro lado, superar a David Niven es difícil. Eso sí, el perro es clavadito.

Televisión
¿»Esqueje» como traducción de «spin-off»? Suena a broma, pero es lo que propone la Fundéu. Sus motivos tendrá para semejante idea, no quiero ni pensar a quién se le ha ocurrido porque me extrañaría que fuese alguien mínimamente conocedor del sector. Prefiero «serie derivada», aunque me sigue sonando mejor el «anglicismo innecesario». Otro invento televisivo que aún no tiene nombre son las series de pocos capítulos, ¿se le puede seguir llamando así cuando no tiene los típicos 25 capítulos, pero tampoco es una miniserie? Cada vez hay más temporadas cortas, ¿alguien se inventará un nombre que suene bien? ¿Bonsay, quizá?

Internet
En dospuntocerolandia hay gente de todos los niveles: lo que para ti es archiconocido resulta que es nuevo para otra persona; lo que tú no cuentas porque es muy básico, es lo que alguien necesitaba saber. Si defines una estrategia tendrás más claro, no solo tu nivel, también el de tu audiencia y así podrás decidir si has de subir o bajar el nivel de tus contenidos. Tus objetivos serán determinantes también para orientarte porque, en general, lo básico es lo que aparece antes en buscadores y consigue más interacciones. El motivo es sencillo: los datos enciclopédicos son fáciles de compartir, incluso automatizables; el conocimiento que surge de ellos no tanto.

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Las marcas, o al menos su publicidad, reflexionan sobre la confusión (Burger King) y la incertidumbre (Cupra). Estamos en una época en la que ambas han sonado mucho y son buenas oportunidades para aprovechar estos conceptos, pero son dos acercamientos diferentes. Una pone varias situaciones cotidianas con las que una gran parte de la población puede sentirse identificada, otra se centra en solo una (la cercana a su marca por muchos flashbacks que use) y así es más difícil de integrar en el día a día de quien mira el anuncio. Una despierta una sonrisa resignada, otra motiva aunque no está claro a qué. Así es la buena publicidad: llama la atención, aunque no siempre entiendas por qué, simplemente te gusta.

[Contenidos] Cuatro tipos de redactores según la pieza a escribir

Hace unos días, Mario Armenta planteó una encuesta en Twitter sobre la redacción de contenidos SEO y los resultados me vienen perfectos como pretexto para explicar algunos tipos de redacción que pueden ser necesarios.

Empiezo por la propia pregunta porque incluye una distinción entre «redacción de contenidos SEO» y «copy (home, servicios)». Hacer esta diferencia es muy oportuno para la segunda pregunta, pero en la primera ya hay un matiz que deja claro que se trata de SEO: incluir una respuesta para los que usan spinners. ¿A quién se le ocurriría usarlos para el copy de una página principal? Quién sabe, porque casi el 11% (de 139) usan este tipo de automatización para crear textos. El 35% recurre a un redactor SEO, quédate con este dato: una tercera parte del trabajo se lo lleva un profesional.

La segunda pregunta tuvo la mitad de respuestas (71), pero es igual de curiosa porque trata del precio por 500 palabras. Como es lógico cuando se hacen encuestas, quien pregunta condiciona las respuestas indirectamente porque elige los rangos, en este caso, entre menos de 5€ y más de 20€. Personalmente me parece muy bajo, pero puedes imaginarte la respuesta: el 45% eligieron la opción más baja y solo el 15% la más alta.

Considerando que en la primera pregunta ganó el DIY, se puede asumir que la segunda está relacionada con la externalización. Así que podría decirse que los redactores SEO cobran menos de 5€ por 500 palabras o que los que participaron en la encuesta pagan eso. Me lo creo, aunque me parece lamentable.

Un perfil de redacción para cada situación

Hay muchos tipos de textos. En «Cultura del contenido» menciono hasta 7 profesionales diferentes que podrían formar un buen equipo de redacción, aunque lo cierto es que muchas veces se entremezclan. Por ejemplo: yo misma me defino como redactora de contenidos y no como copy porque, aunque hago textos para webs corporativas, no escribo anuncios para buscadores o redes sociales. Conviene distinguirlos porque puedes acabar comiendo sopa con un cuchillo pensando que todos los cubiertos son iguales.

Antes de nada, que quede claro que el periodista no es un comodín cuando se trata de contenidos, no puede escribirlo todo. Ningún perfil puede, ni debería. Es muy típico pensar que con un profesional se soluciona todo, pero lo adecuado es elegir uno para situación. Algunas posibilidades:

  • Copywriter: la mejor opción para landing pages, también habitual para eslóganes o textos de impacto porque su misión es persuadir, no pensar en Google.
  • Redactor de contenidos: perfecto para artículos del blog (simplemente como blogger), también para guías de marketing de contenidos. Es el más cercano al periodista, por eso servimos para todo.
  • Redactor SEO: se supone que escribe para posicionar lo que haga falta, tanto páginas de producto como posts, así que para algunos es una mezcla muy conveniente.
  • UX writer: solo las empresas con apps o plataformas de servicios reconocerán su valor, pero lo tiene también en formularios y, en general, en detalles de microcopy que consiguen una buena experiencia de usuario.

Ahora imagina una situación hipotética en la que hace falta un ebook (1) que se ofrecerá como lead magnet en una landing (2) a la que se llevará tráfico con un post (3) y un anuncio de AdWords (4). Cada una de estas cuatro piezas necesita un tipo de redacción diferente, pero ¿quién tiene cuatro perfiles en su equipo para hacerlo todo de forma especializada? Solo se lo plantean quienes están dispuestos a invertir más de 20€ (¡y de 200€!) en crearlas.

Está claro que no todas las empresas necesitan un equipo entero dedicado a los contenidos, pero sí deberían planteárselo quienes los utilizan como parte importante de su negocio (en el ejemplo anterior, los que consiguen clientes). Entonces, cuando se quiere optimizar y mejorar, es cuando se entra en el nivel avanzado de madurez de la estrategia de contenidos.

Si no comes sopa con cuchillo, ¿por qué pedirle a un periodista que te haga el copy? Compartir en X
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