[Contenidos] Qué se puede aprender de Ken Franklin en «Colombo»

Soy fan de Colombo, así que tarde o temprano tenía que caer un «Qué se puede aprender de…» con alguno de sus sospechosos y en el primer capítulo (aunque antes hubo dos pilotos) aparece Ken Franklin, un escritor de novelas de misterio que mata a la otra mitad de la pareja que las firma. Sigue leyendo bajo tu responsabilidad, aunque ya sabes que lo bueno de esta serie es que se sabe quién es el culpable desde el primer minuto… la duda es cómo conseguirá Colombo reunir las pruebas.

El capítulo «Homicidio de acuerdo con el libro» (¡que tiene más de 50 años!) empieza con alguien tecleando, lo cual ya me gana porque literalmente oigo ese sonido ahora mismo, aunque no sea de máquina, sino de mi ordenador. Llega entonces Ken Franklin para hacer las paces con Jim Ferris porque este quiere romper la sociedad. Descubrimos entonces que la señora que les mira desde un cuadro es la Sra. Melville, la protagonista de los libros que firman ambos. Por cierto que la decoración del despacho, con impresionantes vistas, es bastante típico (aunque menos macabro que el de Sidney Bruhl).

Podría decir que no es buena idea escribir a cuatro manos, pero yo le he hecho y no tengo ninguna queja. Aquí el problema de fondo es el dinero, así que como mucho podría sugerir que hay que fijarse en los detalles del contrato editorial.

El origen del conflicto en la serie es que los dos autores han acabado repartiéndose el trabajo entre escritor y promotor. Primer aprendizaje importante: no se puede ser solo escritor ni tampoco solo tener don de gentes para las entrevistas. Si quieres escribir, has de hacerlo todo tú, incluso cuando firmas con una editorial acabas haciendo buena parte de la promo del libro.

Algo que se suele hacer es regalar ejemplares como agradecimiento a quienes nos han ayudado de alguna manera, pero sobre todo la editorial se encarga de darlos a aquellas personas que pueden contribuir a hacer difusión del libro. En la serie, el protagonista también tiene para repartir, así que da uno a una fan (¡de las fanáticas!) y le deja una buena pila al propio Colombo quien los acepta encantado.

Asegura haberlos leído y acaba el capítulo con él mirando las últimas páginas de uno de ellos, pero no parece encontrar nada que le ayude a estrechar el cerco. De hecho, el asesino le dice en otra escena que la Sra. Melville ya habría resuelto el crimen, mientras que el teniente no parece tener pistas. Un aprendizaje clarísimo es la obligatoriedad de conocer bien al personaje sobre el que escribes. No es real, como tampoco Miss Marple, pero se sabe que resuelve misterios rápidamente y hasta el protagonista se jacta de ello en algún momento de la serie, como si su conocimiento fuese suyo de verdad.

Colombo, más realista, recurre a la viuda para que le explique los detalles de la relación que unía a los dos escritores. Y ahí encuentra la clave para incriminar definitivamente a su adversario y tenemos un nuevo aprendizaje: escribe tus ideas, no importa dónde, pero no las pierdas. No podrán salvarte la vida, pero al menos sí llevar a la cárcel a tu asesino, al menos en la serie. Un apunte interesante del trivia es la conversación sobre tener un déjà vu: la futura víctima le dice que siente que ha vivido esa situación, aunque el otro no sabe bien por qué lo dice. ¡Pues porque lo tenía apuntado desde hacía 5 años!

Un aprendizaje alternativo sobre esto mismo es que no le cuentes a nadie tus ideas porque no sabes qué pueden hacer con ellas. O, al menos, deja constancia previa de que son tuyas. Claro, para Ken Franklin esto hubiese sido negativo porque le señalaría como el culpable, pero es un buen twist final saber que realmente esta coartada perfecta sí la había inventado él, aunque fuese su socio quien la había guardado.

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Televisión
El tiempo no pasa igual para todas las series. Estos días he aprovechado para volver a ver «Buck Rogers», «El hombre de los seis millones de dólares» y «La mujer biónica». Y todas me han dejado mal sabor de boca. Para empezar, todas son capítulos dobles, ¿por qué? No recuerdo que antes las series siempre acabasen con el típico «Continuará». En época de estrenos que permiten maratones como la actual, es divertido imaginar la intranquilidad que genera la espera. Claro que la trama tampoco era que fuese necesaria estirarla tanto, así que realmente no creo que sufriésemos mucho. Reviéndolas, nada de nada.

Cine
Las habitaciones de algunas películas de los años 30 y 40 del siglo pasado parece que ocupan todo el plató. Son enormes y hay un montón de espacio vacío para que los personajes puedan pasarse por la estancia luciendo modelitos y fumando. No es porque hubiese que meter dentro las cámaras, eso vendría después. Lo que se repite es el lujo, la sensación de vivir en casoplones al alcance de muy pocos. Para eso está la fábrica de sueños, para imaginar cómo sería tener un comedor que parece del tamaño de todo tu apartamento actual. Otra época, tan lejana como la de las series del párrafo anterior.

Internet
Seguramente conozcas a alguien que se enorgullece de no tener televisor en casa. Contrarrestan a quienes se estresan si están un par de días sin este electrodoméstico porque se les ha estropeado. Pero, ¿qué pasa con los que no tienen perfiles sociales y son capaces de dejar un curso a la mitad porque no quieren abrirlos? Me los encuentro en cada edición y no dejan de sorprenderme. Supongo que también contrarrestan a quienes no pueden estar sin abrir Instagram o TikTok un par de horas. Ahora bien, me cuesta imaginar cuántas personas están en los dos grupos, sin tele ni redes, ¿también podrán estar sin conexión?

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Dos anuncios que no puedo evitar relacionar: 1/ Coca-Cola hace una campaña en la que utiliza logos que hacen las buenas gentes que dibujan su marca en diferentes lugares. Evidentemente, es muy reconocible y el resultado es una curiosidad divertida. 2/ British Airways se atreve a mostrar un cachito de tu logo y dar prioridad a las personas que están dentro de sus aviones. Igual que antes, el nombre es fácil de identificar, así que no es tan grave como si fuese una marca desconocida. Conclusión: mola jugar con tu marca cuando la gente ya sabe quién eres. El resto simplemente querrá el logo más grande.

Cierro la Blogosfera de los Contenidos

Después de unos tres años y medio, me queda claro que no tiene sentido seguir con este proyecto personal, así que cierro la Blogosfera de los Contenidos. Si recuerdas qué era, te dará tanta pena como a mí; si ni sabes qué es una blogosfera, nada cambiará para ti, así que puedes dejar de leer.

Empecé a recopilar blogs que tenían a los contenidos como protagonistas (y con un sentido amplio) allá por el verano del 2020. Lancé el proyecto aprovechando que era el Blog Day, momento de recomendar blogs interesantes, quizá también porque era una época en la que nos hacía falta sentir que éramos parte de algo. Un par de años después, la convertí en newsletter de LinkedIn para aprovechar el alcance de esta red social. Pero hoy he enviado la última edición.

Dos motivos me han llevado a tomar esta decisión: 1/ el 62,5% de los blogs que la forman están desactualizados y 2/ los que siguen publicando lo hacen cada vez menos sobre contenidos. Así que, aunque empecé pudiendo seleccionar 10 posts interesantes cada mes, ahora me quedo con 3. Triste, lo sé.

No tiene mucho sentido seguir en estas condiciones y tampoco me apetece convertir una blogosfera en un refrito de perfiles sociales porque perdería su espíritu. La gran mayoría de personas han dejado de lado sus blogs para centrarse en redes, ¡parece que los que creemos en la blogosfera volvemos a ser los rebeldes!

La Blogosfera de los Contenidos sigue en mi Feedly, así que no dejo de leerlos y quizá alguno acabe en mi newsletter, pero al cerrarla oficialmente pierdo la esperanza de que los contenidos sean los protagonistas que las empresas merecen.

Media News S13 A24

Cine
El estreno de «Road House» en Prime Video remueve mi nostalgia. Por lo visto en el tráiler, más que un remake es una historia «ligeramente inspirada en». Parece que han creado un personaje muy alejado del pacífico que interpretó Patrick Swayze, casi parece una peli de boxeo. No hacía falta mezclarla con «El club de la lucha» y casi me parece un insulto a los fans de la original. Quizá me hubiese podido dejar llevar por el recuerdo y verla, pero ahora tengo claro que no perderé el tiempo en ella y lo invertiré en ver por enésima vez la otra que me hace pasar un buen rato, sin el mal rollo que me ha dejado esta versión.

Televisión
Si el párrafo anterior te ha generado lo contrario que a mí y quieres suscribirte a Prime Video, quizá termines haciendo lo que parece está de moda: suscribirse para ver algo y cancelar después. Es una buena forma de ahorrarse el pago recurrente y también de controlar mejor que ves o, dicho de otro modo, de no perder tanto tiempo navegando entre los menús de todas las plataformas para acabar sin tener claro que ver… o, peor aún, darte cuenta de que está en la única a la que no estás suscrita. Quizá así también le veas sentido a pasarte unos días por Movistar+ porque estrenan canal pop-up para James Bond.

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Siempre me divierte encontrar una nota de prensa de una empresa diciendo que hace algo muy novedoso, cuando en realidad otras ya lo hacían antes o, peor aún, estaba obligada a hacerlo. Depende de cuándo se venda la noticia y cómo, pero no puedo evitar imaginarme a la competencia con cara de sorpresa primero y rabia después. No creo que brinden por la genial idea la próxima vez que sea vean un el típico evento del sector. O quizá sí y es una sana carrera para bien quién se lleva antes el gato al agua. Desde fuera, nunca lo sabremos, pero seguramente a nadie le importará tampoco.

Internet
Relacionado con el párrafo anterior: ¿importa quién es la primera empresa que publica una oferta de empleo en la que se menciona la IA como herramienta de trabajo o incluso como beneficio laboral? ¿Cuántas la tendrán, pero no querrán decirlo por miedo a dar demasiadas pistas? Todo va muy deprisa por estos lares, pero aun así hay cosas que no cambian: siempre habrá ofertas que parecen sacadas del siglo pasado. Claro que, en realidad, es lógico si nos fijamos en la presencia online que tienen las empresas anunciantes… no me extraña que busquen los puestos que buscan. ¡Y más necesitarían!

[Contenidos] Combatir la inflación del contenido

Preparar una newsletter semanal te obliga a estar al día para alimentarla, pero también puede hacer que no veas el bosque. Cuando una edición se envía, pocas veces se reabren los temas en las siguientes y hay poco margen para la continuidad. Por eso, de tanto en tanto me apetece recopilar algunas lecturas relacionadas y así darles una nueva vida. Las del último mes son:

  • La inflación del contenido, un concepto interesante… y doloroso. Cuenta Pablo Castellano que «cada vez hay que producir más para retornar lo mismo (…) cada contenido que haces vale menos».
  • Razón no le falta y como muestra la pirámide de contenidos que recopila David Alcubierre: cuesta encontrar algo original y que no lo imiten o reaccionen a ello. Con tal inundación, es normal que haya inflación.
  • Cuando lo tengas claro, revisa este gráfico con nueve elementos para diferenciar tu marca. Una de ellos es la personalidad y ya sabes que es un tema que me interesa especialmente.
  • Y el secreto de ProBlogger es revisar los archivos para no perder el entusiasmo de los primeros meses.
  • Hay muchas formas de enfocar la creación de contenidos, pero termino con una pregunta clave que es obligado hacerse: “Your content should always answer the question “So, what?””, Nikki Carter.
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