[Contenidos] Cómo hacer una auditoría para valorar la calidad de tu estrategia de contenidos

Una auditoría de contenidos es una herramienta del content strategist muy útil para conocer el estado del inventario de contenidos de una empresa en lo que respecta a cantidad pero sobre todo en cuanto a calidad.

Lleva tiempo hacerla bien, pero merece la pena para responder a preguntas como, por ejemplo:

  • ¿Qué hay que cambiar del plan de contenidos?
  • ¿Publico lo que quiere mi audiencia?
  • ¿Todo el contenido está representando mis valores?
  • ¿Qué canal está sobre explotado y cuál se puede aprovechar mejor?
  • ¿Qué contenido tiene mejores estadísticas que la media?

Si quieres encontrar las respuestas, descárgate mi guía «Auditoría de contenidos en 10 pasos» donde te explico cómo hacer el inventario de tus contenidos y así poder contar con los datos para contestar a ésas y otras preguntas.

La guía «Auditoría de contenidos en 10 pasos» empieza argumentándote por qué es una buena idea
ponerla en práctica y después te explica qué has de tener en cuenta antes de hacerla. Encontrarás entonces herramientas que te pueden servir para automatizar partes de la auditoría y también algunas tablas de ejemplo para que puedas hacer de forma más manual los diferentes inventarios que sirven de base para la auditoría. Cuando llegues a los últimos pasos habrás conseguido recabar la información necesaria para valorar el contenidos que tiene tu empresa y decidir qué acciones llevar a cabo con ellos.

Los suscriptores de mi newsletter han ido recibiendo los pasos durante el mes de agosto. Ahora que ya ha terminado, comparto en este blog el ebook recopilatorio para que tú también lo puedas descargar libremente desde la biblioteca de mi centro de recursos.

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Internet
Las redes sociales lo ponen todo a nuestro alcance para cotillear, por mucho que se las quiera ver como plataformas para vender más. Podemos ver (casi) todo lo que hacen nuestros contactos y (algunas veces) los amigos de nuestros amigos que (se dice) también son nuestros amigos. En ello pienso viendo una y otra vez las mismas actualizaciones en LinkedIn. No todas, no. Pero sí algunas que se repiten sin que pueda evitarlo porque son recomendaciones de diferentes personas que ni siquiera se conocen entre ellas. La mayoría de las veces son vídeos que podríamos llamar motivacionales, algo que parece ser gusta mucho a mi red. Quizá tendré que seguir mi propio consejo y dejar de seguir a quien me aporta poco de interés.

Televisión
Siguiendo con LinkedIn, no creas que estoy pensando en abandonar esta red, también hay noticias que me interesan. Una de ellas es la que compartió Dolors: la previsión de que en un poco tiempo la televisión podría pasar a 2º plano dejando el trono a Internet. Ya hace años que se ve venir así que las cadenas han ido adaptándose a esta tendencia, poco a poco. La tele de hace una década no tiene nada que ver con la actual. Sin ir más lejos, casi ni existía la tele online. Claro que tampoco se parece la Red de ahora a la de entonces, aunque solo sea por las redes sociales de las que ¿me quejaba? en el párrafo anterior. Entonces, si ambos soportes han ido evolucionando, ¿cómo es que no han conseguido detener la tendencia?

Cine
Hay personajes tan icónicos que es imposible pensar que se puedan reemplazar (léase rebootear). Yo también lo creo de Jack Burton así que me alegro de que no lo intenten (aunque aún pueden cambiar de opinión, claro). Me gusta la idea de mantener el mismo universo porque el de «Golpe en la pequeña China» era mágico. Pero tantos años después habrá quien no sepa de qué película se trata porque, no nos engañemos, los nostálgicos tenemos una edad y solo nos quejamos cuando nos tocan los clásicos. Los más jóvenes no han tenido tiempo todavía de conocerlos y sentimos que destrozan la historia del cine con el que crecimos cuando, en realidad, la están ampliando (si lo hacen bien, claro).

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Se acaba agosto (que no el verano) y hay quienes aún no nos hemos ido de vacaciones (paciencia, todo llega, solo unos días más). Así que toparme con esta campaña con los lugares más visitados del planeta inevitablemente me arranca una sonrisa. Es interesante el planteamiento: ¿vienen de fuera para ver las maravillas de nuestro mundo? ¿Entre los que visitan estos lugares hay gente de otro planeta? ¿Nos abducirán y podremos ir a pasar nuestras vacaciones a otros sistemas solares? Muchas preguntas por una simple foto pero Mulder se gastaba el presupuesto del FBI en viajes provocados por fotos menos enfocadas que las de los anuncios.

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Cine
No es porque sea verano y haya pocas noticias (hay las mismas), es que me gusta la nostalgia que destilan un par de artículos. 1/ El recuerdo de Christopher Reeve como el mejor Superman (con permiso de Topper): era una época en la que los efectos no importaban, si no la interpretación. El vídeo demuestra en unos segundos cómo cambia una persona más allá de las gafas y el peinado. 2/ Siempre es buen momento para hablar de «El club de los Cinco», aunque sea solo por una imitación de su cartel. O quizá sea porque hace poco vi a Candice Renoir llevando a su hijo castigado al colegio y me acordé de la peli.

Televisión
Las audiencias de verano son un poco diferentes a las del resto del año. Se supone que la audiencia no está pendiente de la tele, pero se acaba concentrando en un canal que consigue «la serie revelación» (mejor no hablar de las audiencias ciclistas). Parece que esta vez le ha tocado a «The Good Doctor», curiosamente después de haber pasado sin mucha gloria por la tele de pago. La cuestión que plantean en Bluper es interesante: ¿tendrá el mismo éxito después de la vuelta al cole? Las series de médicos no tienen nada de estacionales, así que quizá sí consiga mantener el tipo en otoño.

Internet
El verano es un buen momento para probar herramientas, lo recomendé esta misma mañana. Yo también lo voy haciendo entre proyecto y proyecto. Forma parte de mi trabajo aprender pero, aunque aprovecho los trials siempre que puedo, no me suelen interesar las versiones de pago. La mayoría de las veces porque son funcionalidades que no utilizo como freelance (¿gestionar 10 cuentas?) pero últimamente me fijo en otro patrón: cobrar por las integraciones que automatizan procesos. Lo malo es que los planes no suelen permitir mezclar funcionalidades para lograr una configuración personalizada. Muchas opciones de cookies pero no para algo realmente útil.

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Ya sabes que me gustan los anuncios de coches pero más cuando nos cuentan una historia que engancha. Como muestra, «Escape» de Audi. Míralo y después sigue leyendo. ¿Te ha gustado? Tiene un toque de acción y de comedia que te entretiene mientras te enseña lo que tiene ese coche. ¿No te has imaginado lo que sería estar ahí detrás tomando una copita mientras te hacen un masaje en los pies? A mí, copiloto declarada, me parece una gran idea. Claro que quizá los que tienen carnet prefieren la acción y por eso el protagonista de la historia se escapa (también) del coche.

8 años enviando cada lunes mi newsletter

El lunes envié mi newsletter 418. Lo llevo haciendo cada lunes desde hace 8 años. Sí, ha cambiado varias veces de formato en este tiempo pero para mi sigue siendo una vía para compartir los contenidos que descubro y mantener la conexión con los suscriptores. Confieso que algunos domingos (cuando suelo prepararla) me da cierta pereza. Pero le tengo cariño y, en el fondo, disfruto preparándola (aunque me la haya autoimpuesto).

Hace unos meses un alumno me preguntó por qué tengo una newsletter. El contexto es que suelo decir que para mi no es una herramienta de ventas directa porque los clicks que consigo (hablábamos de estadísticas) no van a vender productos ni contratar servicios. Tuve que explicarles que es más de fidelización, de reputación. Si vendo algo, es a mi misma como experta en contenidos. Y también aviso de lo que podrían considerarse noticias corporativas, como mis novedades editoriales, por ejemplo.

Pero no es comparable a una tienda online que espera vender un porcentaje de su nuevo producto a los suscriptores/clientes, por eso no la considero venta directa. Yo no tengo ofertas para nuevos servicios, no hago envíos comerciales. Solo comparto conocimiento: enlaces a artículos que llaman mi atención y creo que pueden interesar a más personas. Lo hago a diario en mis redes sociales y semanalmente en mi newsletter.

Gracias al RGPD he perdido el 80% de suscriptores, ya lo expliqué. Volvemos a ser los que tenía hace ya varios años. Podría estar rabiosa buscando maneras de aumentar mi base de datos (la de «cursos gratis» que hay últimamente, ¿eh?). Pero no, no me preocupa. No me arrepiento abrir mi biblioteca, tengo más descargas que antes de poner la barrera de acceso y no pienso volver atrás. Prefiero no obligar a nadie a quedarse, así no se van.

Revisando la lista de suscriptores, muchos nombres me suenan. Algunos son clientes desde hace tiempo, otros nos conocemos por las redes sociales y tengo alumnos de cursos que impartí hace tiempo. También hay nuevos que espero se queden. Pero si no, no pasa nada. Las estadísticas me dicen que los que se han quedado son los más activos (incluso ahora en pleno agosto) así que el contenido sigue siendo interesante para alguien. Pues está decidido: seguiré enviando mi newsletter cada lunes a las 10h mientras haya 1 solo suscriptor fiel.

Si leo y cribo contenido para mi misma (content curator para los amigos), ¿por qué no poner lo que encuentro en bonito (aunque me critiquen el diseño) y ofrecerlo a otros con los que comparto intereses? Creo que es una buena práctica aplicable a cualquier profesional de cualquier sector. Y no hace falta que se haga los domingos… se puede externalizar.

Mi newsletter seguirá acompañándome, no tengo intención de abandonarla después de estos 8 años. Te invito a que te apuntes para recibir contenidos interesantes. Por ejemplo, como siempre en verano, estoy enviando un especial de la guía en 10 pasos que publicaré el mes que viene. ¿Te interesa?

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Cine
Los cambios siempre son discutibles pero parece que lo de añadir una nueva categoría a los Oscars no ha gustado a nadie. ¡Polémica asegurada! Mucha tinta escrita sobre el tema de que se pueda votar por la mejor «película popular». Hay tantas posibilidades detrás del anuncio que lógicamente hay opiniones para todos los gustos, incluso sugerencias de nuevas categorías. El premio del público es habitual en festivales y efectivamente no siempre coincide con el de la crítica, ni mucho menos académicos. Pero ahí está su gracia. Cuando expliquen mejor cómo será, veremos si tiene sentido o se devalúan los premios como opinan los Razzies.

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Llego por un RT de ComicPublicidad a un hilo muy nostálgico en Twitter sobre anuncios de principios de siglo. Era una época en la que los móviles ya eran móviles y no zapatófonos. Y la publi, con un habitual reflejo de la sociedad, nos educaba en su uso. Así que Alcatel nos avisaba de todo lo que podía hacerse con el móvil y a la vez a elegir el momento para hacerlo. 18 años después, me gustaría decir que lo hemos superado. Pero aún veo a parejas y grupos de personas en las que el móvil es protagonista de la reunión. No todos, menos mal: ¿quizá los de la generación que vimos aquel anuncio somos más conscientes de esa adicción y la rechazamos?

Televisión
Retrocedo unos años más, hasta los 90 y sus veranos televisivos. Los recuerdan en Fórmula TV y me traen una sonrisa. Gracias a esas galas veraniegas el archivo de TVE se ha ido llenando así que a lo largo de estos años hemos podido ir recuperando algunos cachitos de actuaciones estelares. Lo que no vuelve son las series con el verano como protagonista. De esas ya no se hacen… lo más cercano es «Crimen en el paraíso» y, claro, la peli que hicieron de «Los vigilantes de la playa». ¿Es no se pueden resolver crímenes en traje de baño como hacían en esas series? ¿O es culpa del cambio climático que no puedan grabar tantas horas en un lugar (antes) paradisíaco?

Internet
Dicen que el día de tu cumpleaños Google te planta un doodle solamente a ti para felicitarte. También dicen que Facebook te anima a que organices una recolecta para apoyar una causa aprovechando esa fecha especial. En LinkedIn a nadie parece preocuparle el día que cumples años. Y es evidente que en Twitter puedes ver la fecha de nacimiento de quien la haya hecho pública en su perfil. ¿Hace falta comparar? Hay muchos gráficos que buscan diferenciar las redes sociales con perfiles estadísticos, formatos de contenidos y otros indicativos. Pero eso es lo que pasa el día a día… una vez al año serán superfluos si tenemos en cuenta qué hacen con nuestros datos personales.

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