Media News S17 A23

Cine
Mientras es normal sentir que en la Red todo pasa muy deprisa, hay cosas se cuecen des-pa-cito: ya hay fecha para los Oscars 2024. Se puede entender en cuanto a logística porque hay que mover a mucha gente. Pero, ¿que ya haya favoritos? Quizá se nominen, vale, pero me parece ir demasiado lejos considerando que en esa quiniela hay película que ni se han estrenado. Claro que hablamos de grandes producciones, con grandes nombres propios delante y detrás de la cámara. Pero este año se ha demostrado que se pueden quedar sentados mientras otros menos conocidos saludan a sus familias desde el escenario.

Televisión
Sé que a veces me paso de nostálgica, pero es que las noticias lo ponen muy fácil: vuelve «SuperGarcía«, vuelve «Humor amarillo» y vuelve «OT«. A las nuevas generaciones quizá ni les suene el nombre ni el formato, pero el resto seguro que pasó más de un buen momento con alguno de ellos. La sociedad ha cambiado y ya hay muchos concursos musicales. Así que, como en muchos remakes cinematográficos, tendrán que encontrar el equilibrio entre mantener el mismo espíritu o actualizarlo. Concretamente, en el caso del castillo de Takeshi, el doblaje era tan protagonista como la imagen. Veremos si me harán recuperar el original o disfrutaré de la nueva versión.

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Fanta estrena nueva identidad, pero es tan parecida a la anterior que todo lo que van a invertir en cambiar packagings se lo van a poder ahorrar en publicidad. Es tan sutil que el usuario va a seguir identificando la marca, casi como si nada hubiera pasado. Es tan igualita que no serviría para «encontrar las siete diferencias». Este tipo de «cambios» nada llamativos, por no decir invisibles, no sé bien cómo tomármelos, si como una buena jugada o una mala. Sin saber lo que se ha cocido antes, prefiero no juzgar ni a agencia ni a cliente. Claro que, como consumidora de la marca, me pregunto si tiene alguna justificación real.

Internet
Llevamos unos días con Twitter revolucionado, con cosas que tenían que pasar y no pasaron, pero también con las que sí estaban previstas y sucedieron. Y, ¿a quién más le importa que a los tuiteros del universo? Pues a nadie, bueno, quizá algún medio puso información online, pero no he visto a gente haciendo campañas quejándose. Qué va, es una de esas cosillas pequeñitas que hacen un poquito de ruidito en este mundillo y se olvidan rápidamente. Me atrevo a decir que el dueño lo sabe y por eso va dando estos pasitos hasta configurar la red como él quiere. Mientras, nos quedamos, aunque con dudas de por cuánto tiempo.

Media News S11 A23

Televisión
Este año, la gala de los Oscars ha sido muy interesante visualmente. Me ha encantado ver luces en los asientos, daba juego con los colores de la película que promocionaban… aunque quizá molestaba estando ahí. Ha sido divertido ver las pantallas que se quedaban encendidas delatando a quienes miraban su móvil y no seguían a ceremonia. Me ha parecido un escenario bien aprovechado, con una profundidad que permitía lucir más algunas categorías y, cómo no, una gran pantalla que subía a modo de telón y que la realización aprovechaba para mostrar abriendo plano al leer las nominaciones. ¡Y esa especie de marquesina de cine con los premios! Sí, verla ha sido la mar de entretenido.

Cine
Hace años que ni intento ver en directo el principio de la gala (cada cual con su horario), pero diría que nunca nada más levantarme he sido capaz de evitar las fotos de alguien con la estatuilla dorada. Es una tradición maldita porque, aunque sean los más importantes y previsibles, me da rabia. Sí, vale, también me avisa de algún discurso o hecho noticiable de la alfombra roja o fiesta posterior. Pero se pierde algo de ilusión si puedes elegir a quién mirar para ver cómo reacciona. De todas formas, eso de «los favoritos» es cada vez más cierto, así que, si no fuese por el párrafo anterior, poco interés tendría ver estos premios.

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La gala es una oportunidad para muchas marcas, incluso las que solo salen en forma de pin. Pero lo de la bolsa de regalos es muy curioso. Por un lado, está bien que no sea necesario ponerlo todo sobre la mesa como en otros premios con cena; por el otro, no todos los asistentes la reciben… solo que como son los más importantes, pues es probable que acaben ganando algo de visibilidad extra. Lo que es seguro es que no están al alcance todo muchas personas, así que de nuevo es buena idea elegir bien quién la disfruta para que se lo cuente a alguien que pueda permitírselo. No son muchos, aunque seguro que ahí (y en las varias fiestas relacionadas) se habrán juntado unos cuantos.

Internet
Debería acabar también con algo de los Oscars para cerrar este monográfico, pero la verdad es que me apetece más criticar las alertas de LinkedIn. Dicho rápido: funcionan fatal, vamos, que no funcionan. Es un sinsentido que me avise de una oferta publicada hace un par de semanas, ¿eso es una alerta? Pero es el colmo cuando tampoco tiene nada que ver con la expresión que yo he usado, repito, ¿eso es una alerta? Se me ocurre que Google podría ponerse a intentar cubrir este hueco porque claramente existe y no debe haber nadie tratando de arreglarlo al ser una funcionalidad gratuita.

Media News S04 A23

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¿Que van a quitar los muñecos de M&M de sus anuncios? ¿Que alguien se había quejado de que son demasiado inclusivos? ¿Que habían cambiado de calzado para acallar críticas? Y yo sin enterarme… Para mí que es una de esas cosas que pasan en las redes y que si no estás pendiente te pierdes, pero ha llegado hasta las noticias. No las de aquí, al menos de momento, pero sí parece que es tema para un informativo, aunque sea de opinión. Después de 70 años, hay iconos que cuestan de eliminar de la mente, pero lo mismo ocurrió con los Conguitos, así que era cuestión de tiempo.

Internet
Ayer me preguntaron si tenía un diario y de mi boca salió la respuesta: «no, pero tengo un blog que para el caso es lo mismo». Luego tuve que matizar añadiendo que era para mi vida profesional, pero sí, siento que es lo más parecido a un diario que soy capaz de tener. ¿Y las redes sociales? Pues no, no las veo así en mi caso porque, ya te habrás dado cuenta, no soy precisamente alguien que disfruta contando su vida personal. Más bien lo contrario, la dejo para otros círculos. Y sí, de pequeña tuve uno donde supongo contaba lo que me pasaba, pero sigue cerrado con un candado del que perdí la llave (y no quiero encontrar).

Cine
Ya han salido las nominaciones a los Oscar de este año y, claro, las quinielas están al orden del día. Habiendo visto quién ha ganado en los Globos y los Critics Choice, es probable que no haya grandes sorpresas. Quizá tampoco en la gala que parece ser que presentará otra vez Jimmy Kimmel. La verdad es que, como ya me está pasando hace unos cuantos años, no he visto la mayoría de películas… algunas por desgana, otras por falta de acceso y otras, directamente, por desinterés. Lo que siempre me hace pensar en: ¿y si mi favorita era la 6ª (considerando que hay 5) en casi todas las categorías?

Televisión
Los datos del consumo televisivo 2022 no son nuevos, pero dan para pensar durante varios meses (en mi caso, varios posts de los miércoles). Por ejemplo: menos minutos por persona y día que nunca, «solo» 190, lo que equivale a una película larga o dos cortitas; menos espectadores en «prime time» que nunca, considerándolo entre 22.15 y 22.30h, lo que casi es también normal porque a esta hora no dan nada interesante y lo más probable es que estemos buscando como locos algo que ver en alguna plataforma… a ver si para el próximo cálculo ponen el tiempo que tenemos en pantalla, no un canal, sino un menú.

Media News S13 A22

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Los límites humor son tema de debate cada poco tiempo. Esta última vez me ha recordado dos campañas que publicaron en La Criatura Creativa. 1/ Una serie de exteriores con errores en su instalación que sugieren que quien las puso debería revisar su vista. Sigue la línea humorística de la marca, aunque en otro tono porque la campaña anterior relacionada con errores de cálculo al aparcar podía no ser del gusto de todos. 2/ Cuando el objetivo es «romper el estigma alrededor de las hemorroides a través del humor», pueden salir todo tipo de ideas. Unas gustarán, otras no. Según lo doloroso que sea para quien las sufre.

Televisión
Retransmitir en directo tiene sus riesgos, sea el tipo de programa que sea. Incluso cuando los asistentes son profesionales acostumbrados a asistir a galas, alguien puede salirse del guion y eclipsarlo todo. Sí, ya sabes a qué momento de los Oscars me refiero. Pienso en la cabina, en quien hubiese tras la cámara y, de todas las preguntas que flotan en el aire, la que me interesa aquí es: ¿cómo afectará esto a futuros eventos? ¿Cuánto van a querer controlar el mensaje a partir de ahora? ¿Ocurrirá como en otros premios que se emiten con retraso o que se graba y se edita una versión para televisión?

Cine
Los musicales no son precisamente mi género favorito, solo aguanto algunos y casi podría decir que los evito porque la probabilidad de que me gusten es muy baja. Aun así, este fin de semana hice un acopio de valor y vi «West Side Story» por partida doble: la original para recordarla y la nueva para valorarla pensando en los Oscars. Mi conclusión después del maratón es que prefiero los espacios encerrados y la oscuridad de la primera, creo que encajan más con la historia que se cuenta. Y es precisamente lo que más cambia en la versión actual y lo que la convierte en musical de hoy en día.

Internet
Dos de bots para favorecer el debate de la inteligencia (artificial y humana). 1/ David Soler se queja (con razón) de los bots que proliferan por las redes. Los temas de actualidad atraen a sus creadores como moscas. Por eso, igual motivo de queja es ver que hay quien intenta razonar con ellos: ni lo intentes, solo afectará a tu salud mental. 2/ Rubén Alonso también reconoce el poder de los bots, esta vez para piratear libros. Hay muchos clones que replican sin pudor y me refiero de nuevos a sus creadores porque son ellos los que pretender beneficiarse del trabajo ajeno. Y es duro, muy duro, publicar.

Media News S12 A22

Televisión
Leo «micro abierto» en un titular y me da la risa. No importa lo que venga después: no me lo creo. En esta época televisiva que estamos viviendo en la que los presentadores se rompen en directo, los colaboradores salen del plató y el público aguanta lo que aguanta, ¿en serio se quedan abiertos los micros sin intención? Para mí, son como los posados que dicen ser robados: artimañas que benefician a todos y a ninguno a la vez. ¿Dónde queda la profesionalidad de los implicados? Todos por los suelos porque la reglas del juego son evidentes y ya se sabe que cualquiera puede saltárselas… si quiere.

Internet
El nivel de nostalgia ha subido estos días gracias a Rubén y Fernando. Sus dos hilos han servido para llevarnos a otra época. Por un lado, un recorrido por la historia de los blogs que me recuerda por cuántas etapas ha pasado la blogosfera en estas décadas de vida. Hace que me pregunte cuál será la siguiente porque las redes vienen pisándoles los talones. Por otro, están las sintonías de las series de nuestra infancia, otro gran momento comparativo: ¿dónde ha quedado aquella inocencia? No busques nada que se emita ahora que se le pueda parecer: ves directamente a YouTube.

Cine
Este fin de semana se entregan los Oscars y la tinta ya hace días que corre libremente. De entre los artículos que tratan sobre todo tipo de categorías nominadas, me ha gustado el de quienes se llevaron la estatuilla dorada a casa por actuaciones breves, pero intensas. ¿O eres capaz de imaginar «El silencio de los corderos» sin Anthony Hopkins? Este es un caso en que los secundarios son más bien principales, pero también puede ocurrir que sean películas corales, como Ingrid Bergman en «Asesinato en el Orient Express». En cualquier caso, son actualizaciones que marcan la peli.

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Este repost de Heraclio Fournier en Instagram no es una campaña de publicidad, pero podría serlo y de ahí viene mi interés. Vale, sí: viene también por la temática cinematográfica, aunque en este caso es secundaria. Me apetece imaginarme qué pasaría si las empresas dejasen que cualquier persona pudiese hacer campañas para sus marcas. Algo así como lo que ya hacen los estudiantes a escondidas, pero de manera que ofreciesen herramientas e incentivos. Podría ser un concurso anual en el que cualquiera podría participar, no solo agencias con recursos. Sería divertido, ¿no crees?

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