[Contenidos] ¿Por qué es tan difícil clasificar a los contenidos?

Cuando entro en una librería, siempre intento encontrar mis libros. Ya desperté del sueño de ver a alguien con alguno en la mano, pero no desisto de verlos rodeados de otros libros. Son mis criaturas, no puedo ni quiero evitarlo. El caso es que me encuentro buscando mi último libro y otra vez me divierto viendo las categorías de algunas librerías. Por eso el título de este post no es «¿por qué el país se detiene en agosto?» si no una reflexión sobre lo difícil que es clasificar una materia como los contenidos.

En librerías

Las secciones de las librerías habituales para encontrar libros relacionados con los contenidos son 2:

  • Empresa: específicamente, marketing y comunicación. Si hay suficiente volumen (y cada vez hay más), se distingue marketing digital y algunas veces hasta estrategia online e incluso marketing en redes sociales.
  • Informática: hubo un tiempo que aquí solo iban los manuales de programas para hacer contenidos, pero también puede ser donde estén redes sociales, blogs y hasta community management.

Afortunadamente, suelen situarlas juntas pero la realidad es que una acaba pasando los ojos por ambas secciones sin ver la diferencia entre ellas: ¿dónde iría un libro para vender más en Facebook? ¿Empresa apartado ventas o Informática sección redes sociales? Algunas veces hay libros que están en ambas como si no estuviese claro dónde pertenece.

Se supone que las librerías (como las bibliotecas) siguen una clasificación de materias estándar. Se la conoce como IBIC (International Book Industry Categories) pero no ayudan mucho a los contenidos. Las categorías oficiales más cercanas serían:

  • Economía, finanzas, empresa y gestión incluye ventas y marketing y gestión de proyectos (algo propio del content strategist),
  • Ciencias de la computación incluye secciones para usabilidad y arquitectura de la información (algo también muy relacionado con la estrategia de contenidos).
  • Otras categorías que encajarían serían industrias de internet, búsqueda en línea, programación web o servicios de web (aunque son muy genéricas).
  • Hay una categoría para la propia creación de contenidos como gráficos y diseño gráfico, ilustración, fotografía o guiones de cine/televisión.

Recapitulando, ¿dónde iría un libro sobre blogs? ¿Qué categoría sería la ideal? Según el contenido: algunos son simples manuales de WordPress y otros, como el mío, incluyen reflexiones menos técnicas como la rentabilidad de abrir un blog. Son claramente diferentes pero, ¿van en secciones separadas o merece la pena juntarlos?

Ocurre algo parecido cuando en lugar de hablar de librerías, lo hacemos sobre empresas.

En empresas

Los departamentos de contenidos son complicados de organizar porque parece que nadie quiere ser responsable de algo tan transversal. ¿Quién instalará WordPress como CMS de la web o quién publicará los posts en el blog? ¿O quién editará las imágenes y los vídeos y las publicará en las redes sociales? ¿Quién será responsable de la estrategia de contenidos y de supervisar las piezas creadas? Tantas opciones como empresas porque es una cuestión de recursos: marketing, comunicación, informática o sistemas… cualquiera puede acabar encargándose de ello.

Fïjate que muchas veces se combina la parte más técnica (uso de programas informáticos) con ideas corporativas (conceptos empresariales). Por eso, igual que en librerías, esas personas o departamentos deberían estar juntos para que estrategia y ejecución fuesen de la mano. Siguiendo el caso del blog, ¿por qué separar a quien lo instala de quien escribe en él? Sin saberlo, quizá tienen en común el plugin que mejorará el blog: trabajando juntos lo conseguirían, por separado serían autómatas sin ánimos de prosperar.

La función de coordinarlos equivaldría a la del librero o bibliotecario que ordena los libros. Obviamente, no tienen por qué conocer en profundidad todas las temáticas. Las editoriales entran en juego entonces añadiendo colecciones y términos en las portadas para que sepan dónde clasificarlas. Eso mismo deben intentar los propios empleados en sus trabajos si quieren que se reconozcan internamente las tareas relacionadas con los contenidos.

Es muy fácil creer que los contenidos son algo técnico, de la sección de informática, pero sin la estrategia adecuada no sirven de nada y a ésa la encontrarás en la sección de empresa. ¡Mezcla las dos y a triunfar!

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Hay que reconocer que los anuncios de supermercados y centros comerciales no son especialmente interesantes. El Corte Inglés viene demostrando desde hace un par de años que en sus paredes tienen lugar muchas historias y muy románticas ya que la época en la que las cuentan es por San Valentín. A la lista sumo el spot de Intermarché que he visto estos días y que también es muy amoroso, tanto que se titula «#lamourlamour». Me gusta porque es capaz de hablar de la amistad y del amor a la vez que muestra la variedad de sus productos y recomienda una alimentación más saludable. Al fin y al cabo, ¿qué no se hace por amor?

Televisión
Abro mi Feedly y casi todas las noticias televisivas empiezan o contienen la palabra clave de septiembre: vuelve. Así estamos casi todos, volviendo. Lo que pasa es que los presentadores se toman vacaciones y sus programas pueden seguir adelante con alguien que los substituya o pueden cambiarse por series o quizá nuevos programas con fecha de caducidad. Pero su ‘vuelve’ es igual que para cualquiera: vuelve la rutina a nuestras pantallas. Los experimentos se terminaron, vuelven las caras de siempre a contarnos lo bien que se lo han pasado. Sí, porque hoy en día los presentadores son más protagonistas que sus invitados.

Cine
Siguiendo con la vuelta al cole de septiembre, me encuentro con los datos de recaudación cinematográfica del mes del verano. Parece ser que no han sido altos, más bien bajos comparados con los últimos 11 años. La cartelera estaba lleva de súper héroes y en el artículo apuntan a eso como motivo para que no se hayan llenado las salas. O porque ha habido varias secuelas, remakes y adaptaciones varias. ¿Quizá estamos cansados de los personajes y queremos descubrir nuevos? Curiosamente el artículo habla de esperanza para remontar los datos citando dos próximos estrenos que tampoco son originales. ¿Tanto miedo hay a estrenar novedades de verdad?

Internet
El engagement en Facebook ya es algo igual de discutido como el posicionamiento en Google. Los algoritmos marcan el camino de nuestra vida digital pero solo nos preocupamos de ello cuando somos empresas: ¿pagar para conseguir que los fans vean mis actualizaciones? Hay que tener en cuenta que cada vez hay más contenido, más gente publicando ‘cosas que los otros quieren ver’, al menos en teoría. Antes éramos menos y por eso conseguíamos más atención, ahora hay competencia hasta para fotos de vacaciones. Menos mal que somos seres sociables porque si no diría que las redes sirven para pelearnos por el «Me gusta» y quitárselo a la competencia.

[Contenidos] El secreto para hacer marketing de contenidos: conocer bien a tu audiencia

Llevo muchos años hablando de marketing de contenidos con clientes y alumnos y, tarde o temprano, siempre me hacen la misma pregunta: ¿cómo puedo hacerlo bien? La respuesta viene siendo la misma desde antes de llamarlo content marketing: has de conocer bien a tu audiencia. Si sabes qué quieren, podrás dárselo. Si no, harás contenidos, pero no será marketing de contenidos.

La pregunta que surge a continuación es igual de clásica: ¿qué hago para saber qué quiere mi audiencia? La respuesta cuesta de encontrar, pero merece la pena investigar un poco y así asegurarte de que tu estrategia incluye marketing de contenidos y no solo contenidos para marketing.

Para ayudarte a conocer a tu buyer persona, he preparado una nueva guía en 10 pasos dedicada a tu audiencia. Como en las anteriores, te propongo una serie de pasos a seguir para completar, en este caso, el perfil de tu cliente ideal: desde entender qué es una buyer persona a cómo evolucionan una vez la tengas definida, pasando por herramientas y preguntas que sirven de plantilla.

Uno de los requisitos para lograr un buen marketing de contenidos y que también comento en la guía es cambiar de mentalidad y pasar del ‘yo quiero vender’ al ‘mi audiencia quizá no quiere comprar’. Poco a poco lo vamos consiguiendo y cada vez hay más personas que lo entienden así y se esfuerzan por comprender las necesidades del usuario y darles contenidos que las cubran. Empieza tú también descargándote el ebook «Tu audiencia en 10 pasos«.

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Internet
Se habla estos días de #twitteratura y de cómo su último creador ha ganado miles de followers. No hay duda de que una buena historia atrapa, ahora falta que sea rentable. Pienso en ello también después de leer la declaración de una actriz que dice haberse llevado un papel por tener un mayor número de fans en redes sociales. Son dos casos perfectos para un debate entre cantidad y calidad, ¿no te parece? Se me ocurre compararlo con cuántos coches hay aparcados en una estación de servicio: sí, cuántos más hay, más parece indicar que es un buen sitio. Pero los influencers aquí son los camioneros porque se suele decir que se come bien si hay muchos de ellos. Entonces, ¿a qué conductor crees que querrá tener la estación de servicio?

Cine
El arte siempre es difícil de interpretar. La crítica busca algo a lo que agarrarse y algunos hasta aciertan o se acercan bastante, aunque puede ser complicado de explicar incluso por los propios creadores. Pregunta habitual en entrevistas: ¿dónde empieza el personaje y acaba actor? No siempre hay un límite claro, sí. Pero tampoco hace falta exagerar. Tampoco hace falta hacerlo cuando se trata de historia del cine: cierto que algunas películas no se estrenarían hoy, exactamente lo mismo que muchas obras de arte serían inimaginables en la actualidad. No por eso deberían eliminarse. La Historia se construye pieza a pieza: si borras una, difícilmente podrás llegar a donde estás ni construirás un futuro estable.

Televisión
Si digo «experimento sociológico», seguro que piensas en «Gran Hermano». Yo también, pero después de leer sobre «In Solitary: The Anti Social Experiment» creo que me lo voy a replantear y cambiarlo por ése, digamos, programa. Consiste en estar 5 días encerrado en una habitación sin tele, ni contacto con el exterior ni distracciones de ningún tipo. Con cámaras, eso sí porque si no simplemente sería irte como a un lugar olvidado para empezar por tu cuenta un convento de clausura. Cuando alguien te graba, todo cambia. Hay una psicóloga mirando, eso también lo cambia. Y tener un botón del pánico, aún más. ¿Aguantarías? Ahora imagina que no lo haces por un contrato televisivo ni por un premio, solo por ponerte a prueba, ¿podrías?

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Suerte que en publi está bien claro eso de vender beneficios por encima de características porque así es como los de Movistar+ están emitiendo la historia de dos nietos que llevan a su abuelo a ver el partido a una montañita para que pueda gritar por su equipo. Tirar de emociones siempre da buenos resultados pero es aún más interesante cuando ya se ha superado la necesidad de explicar cómo funcionan las cosas y nos las venden como lo más normal. Y es que explicar que puedes llevarte la tele al trabajo estuvo bien, pero no es nada emocionante. No se puede negar que esta pequeña historia ayuda a destacar porque, ya no sé si para bien o para mal, no toda la publicidad es capaz de hacernos sentir algo.

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Cine
Revisar el título en la programación no siempre es suficiente para saber qué película es la que van a emitir. Estos días me he encontrado varias veces teniendo que entrar en la ficha para descubrir que lo que han titulado de la manera más generalista posible, en realidad, se trata de una 2ª o una 3ª parte. Seguramente no tienen nada que ver entre ellas pero resulta chocante que no hagan un esfuerzo por titular bien la saga. También pienso en ello tras leer el artículo sobre doblaje o subtítulos de Leequid porque, si no traducen bien el título, ¿cómo van a preocuparse de tener un buen doblaje? Sí, hablo de pelis que quizá no tienen mucho presupuesto. A las grandes esto no les pasa porque incluso se les deja el título original y se respeta sus voces.

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Ni cuando nos anuncian productos supuestamente futuristas, nos creemos que estemos frente a una revolución. Y eso que ésa palabra suena muchas veces: nuevo y revolucionario puede aplicarse a cualquier cosa que sea mínimamente diferente a la versión anterior. Otra cosa es que en el futuro resulte ser igual de novedoso. Claro que, repasando anuncios antiguos podemos llevarnos una sorpresa, como con el de Telefónica (sí, la antigua Movistar). Se trata de un spot muy diferente a los habituales porque habla del futuro: faltaban 15 años para el 2000. Pero no era por miedo al efecto del cambio de siglo, si no por explicar de una manera que ahora resulta divertida cómo sería y qué aportaría la conexión a Internet.

Internet
En las noches de verano en las que todas las ventanas y balcones están abiertos, es muy fácil cotillear las habitaciones de los vecinos. Antes se veían televisores y aún se ven, pero hay más tablets y móviles. La diferencia está en que con los primeros se ilumina toda la habitación mientras que con los segundos aparatitos inteligentes solo se ve la cara de la persona que lo utiliza. Aunque algunos parecen parte del «Proyecto de la Bruja de Blair«, siempre me da por pensar qué estarán mirando. Es posible que alguna serie, vídeo o quizá estén hablando con alguien o revisando sus redes sociales desde el sofá, tumbona o incluso cama. Está claro que en los 17 años que han pasado del 2000, la conexión ha mejorado mucho.

Televisión
TeleCinco se lleva el trozo más grande de pastel publicitario y no muy lejos le sigue Antena 3, según el informe de Barlovento Comunicación para el año pasado. Hay datos de anunciantes y categorías de producto, pero siguen ganando los de siempre. No varía mucho, ni siquiera aunque se invirtiesen los porcentajes habría alguna diferencia. Son largos minutos de anuncios que nos han olvidar qué estamos viendo. Excepto, claro, cuando hay algún programa en directo porque si se parece, el telespectador podría cambiar de canal y eso no es bueno. El directo y sus correspondientes conexiones van sin publicidad porque lo más seguro es que los anunciantes tampoco quieran aparecer entre malas noticias.

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