Quizá me haya quedado un título un tanto provocador, pero esa fue la principal conclusión del 7º Crosstalent que se celebró este jueves bajo el también provocador título de «El blogging: ¿Un subgénero de ciencia ficción?».
Todavía no había asistido a ningún Crosstalent y como además en éste se estrenaba formato, no puedo decir si fue mejor o peor que los anteriores. Pero lo que fue seguro es diferente… sobretodo para mi que actuaba por primera vez como moderadora de un debate.
Acepté el ofrecimiento de Ferran porque estaba segura de que pocas veces podría conocer tanto el tema. Eso y la sensación (aunque fuese micro en mano) de estar al mismo nivel que el grupo (no había tarimas) y estar al lado de alguien que conozco de hará unos 4 años me hizo coger confianza y, aunque habría que preguntarles a los 20-25 asistentes, creo que muy mal no lo hice (para despertar su benevolencia vuelvo a recordar que era la primera vez que lo hacía).
El debate en realidad fue la parte final del evento. Previamente durante aproximadamente media hora (o al menos eso dicen las normas) se organizan grupos de 5 y (también según la teoría) cada participante tiene 5 minutos para dar su opinión. La idea es comentar el tema entre todos para llegar a unas conclusiones y que un representante del grupo las exponga para iniciar el debate final entre todos. Nadie determina quién se sienta con quién, simplemente a medida que la gente llega, se sienta en el grupo que quiere.
Lógicamente, esto hace que cada grupo sea totalmente diferente al de al lado y que las conclusiones puedan ser muchas más y diferentes que si alguien monopolizase la presentación. Ese es el punto fuerte del Crosstalent, que todo resulta tan variado como cercano, dos factores que lo convierten en una experiencia muy interesante.
Volviendo al provocador tema, si lo pones en cualquier B&B (y eso que tampoco he ido a ninguno) seguramente el debate se hubiera parecido a si se acerca el fin de la blogosfera o si es un patio de colegio. El jueves lo pusimos entre una mezcla de gente que no tenía muy claro qué era un blog y gente con un poco de experiencia y acabamos volviendo al origen: la diferencia entre ser un blogger y tener un blog.
Esa pureza de argumentos me hizo sentir rodeada de gente con ganas de aprender, de conocer el formato para hacerlo suyo y aprovecharlo. Hice lo posible para convencerles para que iniciasen un blog o que le dedicasen un poco más de tiempo a aquellos que lo tenían medio abandonado. Intenté transmitirles que sí, existe un ‘carácter blogger’ y que no todo el que tiene un blog se convierte automáticamente en blogger. Que enlazar es una actitud que no tienen los medios tradicionales. Que hay que dedicar tiempo, sí, pero que cada uno decide cuánto y para qué según su objetivo al empezar. ¡Espero haberlo conseguido! Y es que lo que hace a los blogs diferentes es el blogger.
Salí del evento contenta por haber conocido gente interesante y también convencida de que mi libro resultará útil a mucha gente. ¡Gracias Ferran por la oportunidad!