Media News S03 A14

Publicidad
Con el año nuevo vienen los nuevos precios. Todo sube, ya lo sabemos porque lo vemos al comprar y en las noticias nos lo recuerdan para que se nos atragante aún más la comida o la cena. Lo que ya es un poco más raro es que nos demos cuenta de ello por la publicidad. Y no me refiero a que suba el precio de los coches que es más difícil de ver para los que contamos los miles de euros pensando aún en pesetas. Se ha hecho evidente en algo tan sencillo como en el café diario: ahora la taza de Nescafé ya no cuesta 5 céntimos, si no 6. Eso dicen en el último anuncios suyo. No que sea 1 céntimo más caro, no. Solo dicen que vale 6, supongo que creyendo que no nos acordaríamos o sin darle ningún tipo de importancia al cambio. ¿Cuántas tazas puedes hacerte con un bote de Nescafé? Pues eso es lo que han subido el precio.

Televisión
Eso del salvamiento en el último minuto, literalmente, es algo que hacía tiempo no veía. Para no soltar spoilers, no diré en qué serie ha sido pero dejémoslo en que se ha emitido este año. Así que, por un momento, pensé que el actor se había despedido o lo habían quitado del guión. Antes (o en algunas series que aún veo traducidas) se podía pensar eso de que si aún se está haciendo allí es que aquí no le va a pasar nada porque llevábamos mínimo una temporada de retraso (¡las de «CSI Las Vegas» que nos faltan!). Pero ya no es tanto tiempo, algunas series afortunadas tardan poco en verse. Entonces, digo yo, ¿por qué poner uno de esos horribles cartelitos de ’12 horas antes’? No hay necesidad de querer dejar pegado al telespectador al sofá (si es que la está viendo desde ahí).

Internet
Una de las consecuencias de dar clase a emprendedores es que te rodean de sus ilusiones, te quieren contagiar de su visión. Pero la obligación de los profes, consultores, coaches o como quieras llamarnos es devolverles a la realidad. Muchos de esos negocios se basan en las ventas online, con la excusa de que es fácil montar una web y, por aquello de ahorrar, ir a Correos a llevar los paquetes. Pienso guardarme el dato que publican en Loogic para el próximo alumno que quiera poner una tienda online y hacerle una sencilla: ¿vivirás con una tasa de conversión del 1%? Seguramente me dirá que su producto tendrá más que eso porque es innovador o cualquier otra palabra típica. No es por desmoralizar, es por ser realista.

Cine
Hace tiempo que no piso una sala de cine pero uno de los motivos, además del poco interés que me despiertan las películas, es la falta de educación de otros espectadores. Recibir patadas en el asiento o pelear por poder apoyar el brazo; oír niños quejarse, llorar o jugar; escuchar comer como si devorasen, comentar la película, escuchar el partido por la radio… todo tiene un límite. Mi solución es fácil, no voy al cine. La de los locos USA es un poco más drástica: disparar al que habla por el móvil. No es para tomárselo a broma pero ya me estoy imaginando detectores de metal en la entrada de los cines… más fácil poner un inhibidor de señal y una vida salvada.

[Contenidos] La atracción de los contenidos

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Piensa en una cita o una amistad: ¿por qué conectas con alguien? Normalmente porque tenéis algo en común, ¿no? Vayamos un poco antes de que el romance empiece porque para llegar a esa cita entra en juego la atracción.

Atraer está en la propia definición del inbound marketing, es lo que necesitamos para dar a conocer nuestros contenidos: llamar la atención de los usuarios, atraerles hacia nosotros. Buscadores y medios sociales se juntan para promocionar el contenido y que sea más fácil de localizar cuando nos necesiten pero también en cualquier momento. Sí, la atracción puede llegar a ser muy agresiva y rozar el spam en algunas ocasiones.

Cuando un usuario se siente atraído por nuestro contenido y conseguimos conectar con él porque resolvemos sus dudas o le apoyamos en lo que necesita, buscará la forma de seguirnos la pista. Nos seguirá en medios sociales o se apuntará a nuestra newsletter pero lo hará casi sin que se lo pidamos.

Otra vez debes estar pensando que usar los contenidos es una forma muy relajada de vender. Pues sí, lo es. La confianza del usuario (paso previo imprescindible para poder venderle algo) no se gana porque gritemos que somos los mejores o que somos líderes sino por demostrarlo día a día con nuestros contenidos.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 114 (15 de octubre de 2012). Suscríbete gratuitamente para recibir un artículo exclusivo cada lunes.

Media News S02 A14

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Superada la época de perfumes, llega la temporada alta de resfriados, catarros, gripes… este año se han esforzado más que nunca en explicarnos cuáles son los síntomas. Tanto y tan frecuentemente que tras varios cortes publicitarios ya casi los he sentido en mis carnes.  No me pasaba lo mismo con los perfumes. Una lástima porque, antes de tener la nariz tapada, prefiero oler flores, mar o cualquier cosa que se les ocurra a los creativos para transmitir lo que lleva(ríamos). Son dos productos que se complementan bien y me hace gracia pensar en qué otros se podrían combinar. Se me ocurre que podrían mezclarse con mantitas y camas o con pañuelos de papel. Así todo el bloque de anuncios podría estar tematizado con procesos gripales.

Cine
Otra cosa típica de esta temporada son las rebajas y parece que también llegan al cine. El «Día del espectador» se convierte en «Miércoles al cine», al menos hasta abril, y con el cambio viene una reducción interesante del precio de la entrada. Esta es una opción perfectamente válida, ya lo comenté precisamente este lunes en mi newsletter, el único problema que le veo en este caso es que el resto de días se haga aún más evidente la falta de público. Sí, ganarán espectadores pero espero que no sea a costa de quitárselos a otros días y que sirva para llevar a más a gente a las salas. Llevada por este deseo, me he puesto a mirar la cartelera de Barcelona y la película que más me llama la atención ver es una que se estrenó hace 60 años.

Televisión
La cocina (que no los fogones) están tomando mucho protagonismo en nuestra parrilla. Pero, afortunadamente, lo hace de manera que no se solapan entre programas ni cadenas. Es un alivio porque causaría un gran empacho si se mezclase todo: «Pesadilla en la cocina», «Master chef», «Top chef», «Deja sitio para el postre»… qué subidón de emociones, ilusiones y esperanzas pero también de comida desperdiciada. Me extraña que no haya ninguna organización que se queje de los (supongo) cientos de kilos de comida que se tira en este tipo de programas: se ofrece mucha, se cocina demasiada y se come poca. Sí, dicen que van al banco de alimentos pero sugiero que una prueba no sea cocinar para familiares si no para comedores sociales.

Internet
De tanto en tanto analizar números pone en perspectiva nuestro trabajo. El año nuevo aumenta los ánimos para enfrentarse a esos datos y con esos ojos miro los de We are social (vía Mangas Verdes). Son interesantes porque hablan de Internet, redes sociales y móviles pero no analizan los datos de España. En este punto veo dos opciones: pensar que estamos al mismo nivel que la media europea o, si los ánimos son bajos, creer que no tienen datos porque lo intentaron pero les salieron tan pocos que no querían bajar tanto el nivel del estudio. Así que, cuando veo que Google+ y LinkedIn están por encima de Twitter y que solo dos puntitos separan al pajarito azul de Tumblr, intento poner perspectiva.

[Contenidos] Cuando ellos te necesiten, no cuando tú quieras: lo dice el marketing de contenidos

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Conectar es lo opuesto a gritar al usuario. Hablar a gritos es intentar destacar por encima de los demás y la forma más fácil de lograrlo es con la publicidad ya que, por ejemplo, destaca una web en la página de resultados de Google.

Si pensamos solo en netiquette, se puede entender por ‘gritar’ poner en mayúsculas los titulares de un post o los asuntos de las newsletters que envíes. En medio sociales, también se puede ‘gritar’ pidiendo de forma masiva a otros usuarios que lean nuestros artículos o que nos sigan en Twitter.

El marketing de contenidos es una forma menos agresiva de relacionarse con nuestro público objetivo porque lo que debemos publicar son contenidos que le atraigan de forma natural, orgánica si hablamos de buscadores. No porque se los pongamos delante de las narices y no tenga otro remedio que ver el anuncio antes de nuestro vídeo, más bien porque lo encontrará cuando lo necesite.

Debes estar pensando que eso de que ‘nos encontrará cuando él quiera’ es una forma muy relajada de promocionar contenidos, productos o empresas. Pues sí, lo es. Pero míralo como una forma de asegurarte de que el usuario estará más dispuesto a escucharte  o comprarte porque es él quien te necesita y no porque tú quieras venderle algo cuando él está haciendo otra cosa.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 114 (15 de octubre de 2012). Suscríbete gratuitamente para recibir un artículo exclusivo cada lunes.

Media News S01 A14

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Aún faltan unos días para que se acaben los anuncios navideños así que el volumen de perfumes por corte publicitario va en aumento. Si la semana pasada comentaba la letra pequeña de uno en particular, hoy me apetece hablar de la música. Y es que hay un par de anuncios en los que no me fijo en los actores, ni la historia que quiere contarnos la marca ni en el frasco del perfume… solo en la música de fondo. Es algo muy típico de canciones del verano, pero en invierno me parece curioso. Mis líos con los perfumes me han llevado a probar unos cuantos y enfrentarse a una pared llena de marcas puede resultar abrumador. Encontrar una música que suena entre tanto frasco puede ser una buena llamada al test.

Televisión
Hay familias que se reúnen una vez al año y es precisamente en estas fiestas. Se tienen muchas cosas que contar, aunque se haya hablado de alguna forma durante el resto del año. Así que la tele sobra durante casi toda la noche… hasta el momento de las campanadas. Sí, se puede tener de fondo aprovechando algún programa musical venido a menos. Como ya solo recordamos algunos, había programas resúmenes o algunos con invitados que resultaban llamativos por internacionales o por actualidad. Y ya no digo nada de los especiales humorísticos que no tienen ninguna gracia. Resumiendo y por empezar el año con un buen propósito, menos tele y más tiempo con la familia.

Cine
Ir al cine es para algunas personas una tradición. Comida o paseo familiar y después al cine o vacaciones con los abuelos y seguro que alguna peli caerá. En estas fechas también puede serlo: la última película del año puede ser incluso la última sesión del último día del año. Los cines abren, sí. Pero suspenden la última sesión, aunque hay gente que sigue preguntando para ver una peli porque no comerse las uvas. Aunque la tradición también puede ser desde el sofá. Más allá de «Qué bueno es vivir», hay algunas que sí que se pueden repetir y que tienen aroma navideño. Antes del cambio de milenio, era muy repetida «2001» y también «Siete novias para siete hermanos». Pero ya no.

Internet
Eso de hacer dieta como propósito de año nuevo está muy bien pero, ¿y hacer dieta de Internet? Sí, limitar el acceso a todo lo que hacemos online a solo 1h al día. ¡Tremendo propósito! Seguro que hay muchas cosas que se pueden hacer offline, sin tener acceso a la Red. Y está más que claro que también se pueden hacer muchas sin tener ordenador. Pero también es cierto que para los que trabajamos en algo relacionado ‘con esto’, es un poco complicado quitarse de todo. No obstante, se puede empezar con una dieta menos estricta y tratar de recuperar costumbres menos digitales que siguen siendo importantes en la sociedad… al menos con lo que compartimos ubicación geográfica.

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