Este fin de semana tuve ocasión de asistir al preestreno de «Alvin y las ardillas«. No se puede decir que estuviese en mi lista de películas para ver (como sí lo está la segunda parte de «La búsqueda» que caerá la semana que viene). Pero me pareció una manera entretenida de pasar un sábado por la mañana y además seguía la serie de televisión.
Las expectativas jugaron a mi favor: no esperaba gran cosa más que una película infantil y por eso me lo pasé como una pequeña más entre los muchos niños que ocupaban las butacas. Y es que mejor que te dejes llevar por todos esos pequeños enanos devoradores de palomitas, así hasta te reirás en algunos momentos.
Si vas con otra intención que pasar el rato con la familia, mejor ves a ver otra película. El guión es previsible, mucho. Los actores «de carne y hueso» no serán candidatos a ningún premio por su interpretación porque aquí las protagonistas son las ardillas.
Aunque sean unos malditos roedores (como cualquier niño), son simpáticas, caen bien a todo el mundo. Además cantan y bailan con bastante gracia, aunque cueste entender la mayoría de las letras. Esa vocecilla a lo papá pitufo hace las delicias de los peques, no importa qué digan.
¿Qué más se puede pedir en una película familiar? Quizá sería excesivo un muñeco como el que se vende en la película (aunque todo se andará), pero en su web puedes crear una ardilla ‘personalizada’ en tres pasos (versión sencilla de «Los Simpson«).
Aquí pongo la más parecida a mi que he conseguido. Muy mona, aunque en la peli no salga ninguna ardilla hembra.