Media News S07 A21

Televisión
Los titulares escritos con datos son lo más subjetivo que hay. ¿Por qué elegir un número u otro? ¿Qué se intenta apoyar al darle más importancia a ese? La mayoría de las veces se elige el que impacte más, en el buen o mal sentido. Dicho esto, aquí va el titular: «El 11% de la utilización del televisor ya es para otros usos diferentes a la televisión tradicional«. En otras palabras, el 89% (uso claramente principal) es para ver la tele. ¿Notición? Pues sí, porque la tele tiene otras funcionalidades, a saber: escuchar la radio o usarla de pantalla para juegos, grabaciones (aunque sean de la propia tele) o plataformas de tele online (léase de nuevo el titular porque incluye la palabra «tradicional»).

Cine
Los malos siempre caen en el error de hablar mucho, eso da tiempo a que el bueno se salve, pero no los deja en buen lugar. Aun así, algunos villanos también son capaces de soltar unos discursos brillantes. En Fotogramas han hecho una selección y está claro que son escenas de las que más se recuerdan de cada película. Pero también hay otro análisis posible: no todos los malotes aguantan el tipo durante su arenga. Fíjate que hay unos cuantos que se utilizan como voz en off para hacer un montaje paralelo o con flashbacks. Sí, es algo que también les ocurre a los buenos, pero dice poco de la confianza de la dirección en las palabras (o en la interpretación).

Internet
No quisiera hablar de la teoría de los seis grados porque ya se sabe que se va reduciendo, pero sí de algunas coincidencias. Cuando alguien me sigue en Twitter o Instagram, miro su perfil y sus últimas publicaciones. Siempre. También lo hago en LinkedIn, pero no en Facebook (la relación es diferente). La mayoría son personas relacionadas con este mundillo, pero no siempre de forma directa. Entonces, ¿aplicamos los grados y aceptamos/seguimos de vuelta por si nos acercan a quien nos interesa o pasamos de largo? ¿Y si, aquí vienen las coincidencias, han compartido lo mismo que ya hicieron tus contactos demostrando que también merecen serlo? Decidas lo que decidas, sé coherente.

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Fue San Valentín, sí, el domingo pasado. Pasaron otras cosas ese día, así que quizá no te enteraste. Para recordarlo, aunque hayan pasado unos días y porque se puede celebrar en cualquier otra fecha, un par de anuncios. En el primero la cama es el escenario para presentar un cargador de móvil que evita la distancia de la pareja en el dormitorio; el segundo es un poema visual, fashion film, corto o yo que sé qué nombre le encaja más que reparte amor en cada rincón de la habitación de un hotel. Dos ejemplos de que los vídeos son formatos versátiles y que no hace falta hacer siempre lo típico. Esto aplica a la fiesta en sí misma: ¿y si se retrase 9 meses?

[Contenidos] Customer journey: datos y plantilla para mapearlo

Empezar con datos es una buena práctica porque nos ayudan a saber qué tal lo estamos haciendo: si son propios, podemos aprender viendo picos y tendencias; si son de otros, sirven para comparar e identificar mejoras que quizá no habíamos valorado. Pero los datos son solo el principio, después hay que ponerse en marcha y para eso las plantillas también sirven como guía.

Datos de uso del customer journey

El problema es que no se suelen compartir datos de lo que se considera estratégico (por eso valoro tanto que cada año quiera participe en mi informe sobre contenidos). Y el customer journey lo es, así que prepárate para conocer un poco más cómo se usa porque he encontrado estadísticas muy interesantes.

Ascend2 y Ansira hicieron una encuesta y publicaron los resultados en el informe «The enterprise perspective on customer journey mapping» (descarga en PDF a cambio del correo). Lo de «enterprise» está justificado porque las respuestas que tuvieron en cuenta son solo para empresas de más de 50 empleados.

Empiezo con el único dato que se podría equiparar y es el de si se tiene o no customer journey. Según sus datos, el 39% dice tener definidos y utilizar customer journey maps. En cambio, del «Estado de los contenidos en España 2020» se desprende que aquí solo el 15% tiene un customer journey definido (casi la mitad que la buyer persona que eran el 29%). Difícil comparar el resto, pero igualmente apunto los datos que me parecen más interesantes:

  • Ya ves, el 53% utiliza como fuente de información para crearlos encuestas a clientes, el 47% investigación de mercado y el 46% analiza el uso del producto.
  • El 48% cree que los puntos de contacto que más mueven al siguiente paso es el correo electrónico y el 42% que son las redes sociales, solo el 32% cree que es la web.
  • El 41% se queja de la ausencia de recursos para implementarlos, el 30% específicamente de presupuesto.
  • El 60% considera que el departamento de marketing es el más implicado en el mapeo.
  • El 55% tiene (o planea tener) entre 3 y 5 mapas, el 21% 1 o 2 y el 9% más de 11.

No sé si en la comparación pesa más el tamaño o la localización de las empresas, pero es fácil salir perdiendo, incluso viendo que tienen margen de mejora.

Datos de #CustomerJourney: lo normal es tener entre 3 y 5 mapas, ¿cuántos tienes tú? Compartir en X

Recomendaciones para hacer un mapa de contenidos

Un mapa de contenidos muestra las piezas interesantes para la audiencia considerando su relación con la marca. Por eso lo primero es crear la buyer persona y ponerse en su piel para poder acompañarla en su viaje.

Después, en lo que a estrategia de contenidos se refiere, viene la generación de ideas para piezas que cubran cada momento y punto de contacto y, por último, repartirlas y priorizarlas en el plan de contenidos.

No caigas en el error de centrarte demasiado en el durante, también hay que crear contenidos para el antes y el después que sean capaces de inspirar y enamorar.

Plantillas para customer journey map

Hay muchas plantillas para crear el customer journey y también el mapa correspondiente. Yo tengo una en mi plantilla todo en 1 para Notion, pero hay muchas opciones para reflejar ese viaje.

La más habitual tiene esta forma (PDF de Irene Ferrer), aunque realmente hay que adaptarse y darle la que haga falta para que resulte comprensible. En Toptal han recopilado una buena selección de ejemplos para demostrarlo.

Qualaroo ofrece una guía muy completa con tipos, recomendaciones y plantilla final, mientras que en SocialBakers dan la descarga de varias formas de llenar el mapa a cambio del correo.

Libros sobre customer journey mapping

Yo dedico el segundo capítulo de «Pilares del contenido» a hablar de la buyer persona como punto de partida para el customer journey (puedes leerlo gratis con la prueba de 30 días de KindleUnlimited y, si te animas, también mis otros libros dedicados a los contenidos).

Hay algunos libros centrados solo en el viaje del usuario. Te recomiendo este camino (el más económico): empieza por «The Customer Journey: How an Owned Audience Can Transform Your Business» (PDF a cambio del correo o en Amazon); después, pasa a «Content Mapping: Unlocking the Power of Content to Increase Engagement, Leads and Sales«; y acaba con «Customer Journey Mapping» de Chantel Botha (incluido en KindleUnlimited) porque habla de mapeado enfocado a experiencia del cliente y así cierras el tema.

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Es esa época del año en la que se habla de los anuncios de la Super Bowl, aunque también hubiese un espectáculo (o inversión) en el intermedio y, dicen, se comiese mucho… ah, sí, y un partido con audiencias millonarias. Aprovechando una de las muchas listas que hay sobre el tema, estuve como 1h viendo los spots (los trailers no dejan de ser anuncios de películas, así que entran en el mismo saco). Como siempre, mucho humor (o al menos lo intentan) y algunas caras famosas (de segunda fila) en la mayoría anuncios cortos (de 30 segundos porque sigue siendo caro). Hubo pocas novedades, pero así es también esta época en la seguimos viviendo. Por eso, si tengo que destacar un vídeo, me quedo con el de Ford.

Cine
No se habla mucho del cine en las noticias, hay otros sectores que acaparan las portadas porque hay más personas implicadas. La cultura no suele estar en primera plana, ¿por qué iba a cambiar eso? Es casi de esperar, los cines caen como moscas. Las salas dependen de las novedades de otros para mantenerse abiertas y soplan nuevos aires en los sofás de casa que alejan a los espectadores de las butacas. Los estrenos pasan de largo, la recaudación baja (un 84% respecto a enero del año pasado) y las salas cierran. Incluso las pocas que aquí se mantienen abiertas buscan alternativas para sobrevivir: ¿una sala de cine abriendo dos canales de televisión? Eso parece: es la propuesta del Verdi.

Televisión
A la tele no le gusta hablar mucho de ella misma, solo cuando salen datos de audiencia, hay estrenos destacados o se gana algún premio. Ego y poco más, solo de tanto en tanto alguna justificación a su conducta. Pero también hay otras noticias, como que el año pasado se pararon muchas series. El dato no es muy escandaloso en comparación con las salas, pero si merece un momento de atención: 7% menos de producciones en 2020 respecto al año anterior. Aún así, sigue siendo más del doble de lo que se hace en 2010. Considerando que no había dejado de subir en la última década, sí que ha podido ser una coincidencia y que la burbuja ya estuviese a punto de explotar.

Internet
La Red está llena de algoritmos y, en general, podría decirse que funcionan bastante bien porque algunas veces ni te das cuenta que hay uno detrás. Por ejemplo: ¿todo lo «relacionado» (posts, noticias, compras) se basa en recomendaciones automáticas? Quizá sí, quizá no, por eso no siempre dan lo que esperas. Me pasa con frecuencia en Twitter: ni usuarios, ni listas, no me sugiere gente que me interese seguir realmente. Claro que lo mismo ocurre con las personas. Una newsletter curada como la mía sirve de ejemplo: yo sugiero lecturas que he seleccionado una a una, sin automatismos, pero no todas interesan a todos los suscriptores. Si se cansan, se dan de baja, pero ¿cómo darse de baja de un algoritmo?

[Contenidos] Slow content y JOMO para hacer un plan más realista

¿Ha pasado el slow content de moda? Tuvo su momento, debe hacer ya un par de años, pero tengo la sensación de que los impacientes han ganado porque se premia a quienes van más rápido. Mientras, la alegría de perderse cosas (JOMO como contraposición al FOMO) trata de abrirse camino para que más personas se detengan a oler las rosas. No se puede elegir la velocidad a la que pasan por tu lado, pero sí puedes marcar tu propio ritmo y que así el plan de contenidos sea más realista.

¿A qué velocidad quieres que vaya tu audiencia?

La velocidad tiene que ver con el consumo de contenidos y, aunque relacionada, no es la frecuencia de publicación. Ir rápido significa consumir muchos contenidos en poco tiempo, como aquel que quema combustible a toda velocidad por la autopista. Y publicar mucho es cuando se quiere mantener constantemente alimentados a esos coches primando la cantidad y no la calidad. Lo contrario es el slow content, es decir, crear menos contenidos pero mejores, más reflexivos, por eso normalmente son más largos y atemporales.

La decisión de a qué velocidad quieres ir impacta de lleno en la estrategia de contenidos: ¿prefieres muchos contenidos que se leen rápidamente o pocos que se disfrutan con calma? ¿O una mezcla de ambos?

Quizá ya has encontrado tu ritmo y no te habías dado cuenta. Repasa tu plan de contenidos de la última semana y marca cada pieza, por ejemplo con un semáforo, según su velocidad de consumo (puedes usar una columna a tu plantilla). Valora si has de quitar el pie del acelerador o pisarlo un poco más.

Algunas ideas para añadir a tu planificación.

Contenidos de rápido consumo

En redes sociales, casi todo el contenido se lee a gran velocidad, especialmente el efímero. Cualquier cosa que publiques te hará salir del paso si quieres ir por la vía rápida. No hace falta que pienses mucho en ello, sirve cualquier imagen de tu producto con una frase más o menos ingeniosa o un enlace promocionando otras redes.

Aún así, puedes intentar impactar, provocar una respuesta emocional y conseguir que se detengan un poco. Por ejemplo:

  • Con la imagen de tu producto destrozado o un montaje ridículamente falso de un desarrollo imposible.
  • Con una composición que llame la atención por su belleza visual, por ejemplo por los colores o su simetría.
  • Con preguntas obvias y simples que, en realidad, no tienen una respuesta tan evidente.

Aunque lo parezca, el tiempo de creación de las piezas no tiene que ver con la velocidad de consumo: se vea en unos segundos o se lea en minutos, se pueden tardar horas en crearlas.

Contenidos de velocidad media

Una newsletter puede ser rápida si sirve de notificación de una campaña o lenta si te obliga a pensar un poco como pretendo con mis newsletters. Por eso dejo este formato en velocidad intermedia, para que decidas su lugar en tu plan.

Hay más posibilidades dentro de lo que sería el punto medio:

  • Un post o un vídeo no muy largo, por ejemplo: busca la grabación de un webinar de media hora y publica un resumen que se lea en cinco minutos.
  • Un carrusel de imágenes para redes sociales que explique de forma fácil un proceso complejo.
  • Un hilo en Twitter de no más de cinco tuits recomendando proyectos de tus clientes.

Son formatos que se adaptan fácilmente a cualquier ritmo: un texto muy largo o demasiadas fotos pueden convertir la pieza en consumo lento y, si la troceas en varias más pequeñas, acabará siendo rápido.

Contenidos de lento consumo

En general, hace falta más tiempo para leer más palabras, así que equivale a contenido de menos velocidad. Aunque suelen tener menos frecuencia, sirven a muchos objetivos así que es buena idea incluir algunos en tu plan. Por ejemplo:

  • Un descargable con datos o análisis del sector se puede resumir, pero igualmente obliga al lector a dedicarle bastante tiempo a interiorizar los aprendizajes que se extraen.
  • Los artículos largos que funcionan como tutoriales, agregación de recursos o listas de por lo menos diez ítems son lentos y duraderos porque se guardan para consultar más tarde.
  • Rondas de preguntas a varias personas invitadas o cualquier pieza que implique la intervención de un grupo de gente, además de que suelen ser complicadas de gestionar, se convierten en piezas con muchos aprendizajes, aunque largas.

Los contenidos de consumo lento se pueden combinar con los rápidos y así mantener una presencia constante mientras se están desarrollando.

Diez ideas para fijar la velocidad de consumo de tus contenidos. Compartir en X

¿Qué pasa si tu mejor contenido se pierde?

Pongamos que has establecido tu plan, apostando por el slow content y eligiendo el contenido que publicas por su calidad. Pero no hay reacciones, nadie parece prestarle atención porque pasa desapercibido entre tanta cantidad de contenidos (content shock). Surgen dudas y la gran pregunta: ¿es por mí o es la audiencia? Y se vuelve a las andadas, a incrementar la frecuencia a costa de bajar la calidad.

Lo que era un buen plan, queda reducido a papel mojado y la razón suele estar en pecar de pesimista en el análisis. Seamos realistas: eligiendo calidad has discriminado a los que no aceptan ese ritmo. Pero, si miras bien, es posible que sí hayas conseguido que se queden y te presten atención los que disfrutan del camino.

¿Es compatible la baja frecuencia del slow content con la alegría de perderse cosas (JOMO)? Pues sí, no hace falta que la audiencia tenga miedo de no enterarse de lo que publicamos, no hay que añadirle estrés a su vida. La solución es un sistema de republicación y reciclaje que le permitirá volver a encontrarse con esa pieza tan fantástica que has preparado. Fíjate en que, si tienes un buen plan, lo más probable, es que tengas muchas buenas piezas para rentabilizar. No es que necesites más, «solo» han de ser mejor.

Así que no te estreses por llenar de muchos contenidos tu plan, invierte en su calidad y en su correcta promoción.

Acabo con un ejemplo muy rápido (ejem): este post empezó siendo una de las ideas para mi MusaLeaks de ayer, pero al final preferí desarrollarla aquí. La razón está precisamente en el slow content: mi newsletter te da ideas prácticas (como las viñetas que han acompañado las velocidades de los contenidos) y me estaba extendiendo escribiendo una reflexión que implicaba un cambio de marchas.

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Comida y psicología van de la mano, es un hecho fácilmente demostrable por cualquiera a la hora de cenar. Buitoni lo empieza a probar con su serie «Tenemos que hablar» donde las ¿malas? noticias se toman de otra manera después de comer su pizza. El anuncio en televisión invita sutilmente a ver más historias online y, de momento, hay una sobre madres (un poco lejos de su día). Me imaginaba una sitcom y les ha quedado más bien un vídeo un poquito más largo, pero así ha estrenado Buitoni su canal en YouTube (hasta ahora lo publicaban todo en Nestlé Cocina). Por cierto, en el de Francia vayan más avanzados en la serie.

Televisión
Sigo con la psicología, ahora combinada con la tele y las series porque parece que reducen en estrés. Así que, después de estresarte por el tiempo que se tarda en elegir qué poner, se ve, se libera dopamina y acabamos más felices que al empezar. Además, sirve para ser más sociables, provocar cambios y hasta organiza mejor nuestra jornada. Tiene sentido desde un punto de vista de guión: nos controlan emocionalmente durante todo el capítulo, algunas veces haciendo que nos enganchemos toda la temporada. ¿Por qué? Porque queremos saber qué decisiones tomarán los personajes. ¿Eso nos hace más felices? Bueno, es más relajante que tomar las propias.

Cine
Lo peor que le puede pasar a una película es que no consigas entrar en ella. Ya sabes, es cuando acabas pensando en otra cosa, como qué harás cuando termine o qué hubiera pasado si hubieses elegido ver una serie (recuerda el párrafo anterior: te puede hacer más feliz). También es malo cuando te empanas intentando recordar dónde has visto a ese actor, quién canta esa canción o en qué otra peli pasaba algo parecido. Diría que esto último es lo peor porque puede ser difícil de averiguar (lo otro Google o IMDb lo responden) y te puede fastidiar todo el visionado (iba a decir proyección, pero, en fin, eso ya queda en el recuerdo).

Internet
Otra más. Otra red social más que busca nuestra atención. Después del boom por la imagen y del vídeo, era de esperar que le tocase al audio, más evidente aún después de que el podcast subiese como la espuma. Pero ya se sabe que una forma de ganar usuarios es con invitación y que se genera más ruido cuando más exclusividad se respira, así que aún no está disponible para todos los móviles. No hay problema, no tengo ninguna prisa por probarla. No me apetece surfear esa ola porque, aún no me habré recuperado y ya vendrá otra. Será que soy de otra generación (léase como una forma elegante de decir que me hago mayor), pero intento elegir mejor mis batallas.

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