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Ya tenemos aquí el spot de Codorniu, otro clásico navideño. Su «No somos champagne, somos Codorniu» es toda una declaración de intenciones, más teniendo en cuenta los tiempos que corren para el cava (que es lo que son, vaya) después de cierta polémica después del spot de Freixenet. La cuestión es que, como digo muchas veces en mis clases, si quitas el nombre de la marca y sirve para otra es que algo en la estrategia falla. ¿Crees que todo eso que dice que ‘somos’ en el anuncio serviría para otra empresa? ¿Freixenet, una cerveza, un refresco? Pues yo diría que algunas cosas (no todas) sí les encajaría a otras marcas. Lo que sí hay que elogiar es la combinación de imágenes y voz en off (una que me suena mucho, por cierto).

Cine
No se puede decir que sea fan de Woody Allen, aunque sí he visto unas cuantas de sus películas. Pero, aún así, he leído una entrevista teóricamente para promocionar su última película y he acabado sonriendo con alguna de las perlas que suelta casi sin darse cuenta. En general, sobre la vida, pero también sobre cine. Por ejemplo que las películas actuales no le interesan por los efectos especiales. O que tienes que mantenerte activo aunque no haya papeles para ti para  no pensar en la muerte. O que no hace series porque no conoce suficiente el género. ¡Ojalá otros reflexionasen tanto como él antes de meterse en algunos proyectos!

Internet
Ha sido pensar en la muerte y recordar que el Clip Art está camino de desaparecer. Decir que ha muerto me parece imposible porque en la Red hay miles de versiones de esos muñequitos tan usados en millones de presentaciones, los screen beans. Claro que también se usaba el clip art para pequeñas imágenes, de colores limitados pero muy efectivas para acompañar, de nuevo, millones de presentaciones. Es verdad que es algo del siglo pasado utilizarlas, ahora se prefieren otro tipo de presentaciones, de imágenes: más grandes, más coloridas, más inspiradoras. ¿De verdad es ‘ahora’? Cada vez veo más presentaciones con solo una frase así que me pregunto si ese es el futuro, ¿qué será de las imágenes? Tiempo al tiempo.

Televisión
Que las series, igual que las películas, se inventan ciertas cosas, todos los sabemos. ¡Es ficción! Vale, algunas parecen más documentadas que otras pero siguen siendo ficción donde el porcentaje de realidad puede variar de todo a nada. Por eso me hace gracia leer que la CIA se dedica a desmentir lo que pasa en las series de televisión. La verdad es que empecé a ver la serie «State of Affairs» precisamente para ver cómo trataban el tema de ese resumen diario del Presidente (PDB). Pero ahora solo puedo imaginarme que aquí en lugar de desmentir el formato lo que tendrían que hacer es confirmar que existe algo similar. Claro que, en este país, una serie sobre los interiores del Gobierno sería toda, 100% ficción.

 

[Contenidos] Algunos argumentos para convencerte de que inviertas en contenidos

Un motivo para no confiar en los contenidos puede ser no querer probar algo nuevo. ¿Por qué? Pues porque eso de “arriesgar” no se hace en época de crisis o eso dicen los que tampoco lo hacen aunque estén en el mejor momento de la empresa. ¿Cuándo entonces?

Por poner un ejemplo que sirve de base de la mayoría de estrategias de contenidos, cualquier momento es bueno para abrir un blog corporativo. Si todavía crees que un blog es algo ‘nuevo’, revisa tu calendario: se te ha quedado atascado con el efecto 2000. Los primeros blogs sí arriesgaron pero fue hace más de una década. Ahora ya no, no hay peligro. ¿A qué esperas?

Ah, claro, que crees que hace falta tener un gran presupuesto. Es cierto que crear una estrategia de contenidos puede suponer una inversión pero solo de tiempo: si tienes ya una página web, tiene un coste igual a cero en cuanto a tecnología ya que WordPress es gratuito; si no tienes web, tampoco has de gastar nada porque Blogger tampoco cuesta un euro.

¿Te frena el típico miedo por el tamaño? Por los contenidos no te has de preocupar porque este factor no importa para nada. Sí, las empresas grandes tienen más presupuesto, más personal, más tiempo, más de todo. Pero quizá no tienen tanta necesidad como tú de usar los contenidos para mejorar su situación.

Piénsalo: ¿cómo han llegado dónde están? Quizá porque han arriesgado y sí, algunos golpes se habrán llevado pero mejor para ti: ahora ya sabes qué funciona y qué no. Aprovecha su experiencia, aprende de ellos y aplícalo a tu empresa sin perder tiempo.

Y si has leído ‘tiempo’ y has pensado que es lo que no tienes. Tampoco es una buena excusa: comparte la responsabilidad o céntrate en lo tuyo y deja que otros lo hagan por ti. Busca a algún empleado y fórmale (mejor que dejarle el marrón sobre la mesa y salir corriendo). O externaliza alguna tarea, muchos lo hacen y está claro que tiene sus beneficios.

Quizá ya nos estamos acercando a tu verdadero miedo: no sabes si servirá para algo. ¿Es eso? Supongo que ya imaginas que voy a decirte que tampoco en este punto llevas razón. Precisamente una de las misiones de una estrategia de contenidos es asegurarse de que los contenidos que se publican sirven para algo. Si no, no es una estrategia.

Y, si no tienes ni idea de por qué publicas algo, coincido contigo en que mejor no lo hagas. Dedícate a planificar antes de querer construir algo que necesita unos buenos cimientos. Y la reputación, la confianza o las ventas que se derivan de ellas necesitan una buena base para crecer, es decir, unos buenos contenidos.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos número 183 (10 de febrero de 2014).

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Televisión
«Mi nombre es…» así empiezan unas cuantas series. Michael Western, Oliver Queen, John Constantine… y más personajes empiezan sus capítulos contándonos quiénes son y qué les ha llevado a ser quiénes son. Es una introducción efectiva para entender su historia previa, lo malo es cuando ves varios seguidos y parece que estás en una fiesta, networking o quizá hasta en una reunión de AA. Lo que también implica esta forma de presentar el personaje es que los créditos van sobre los primeros minutos de la serie así que no los secundarios quedan aún como más secundarios. En el caso de «Burn notice», al menos, se les deja decir una frase pero las otras, el prota es el héroe (tradicional de cómic).

Internet
Unas semanas después de la campaña promocional de Samsung para volver a escribir, me encuentro con que Enrique Dans dice que escribir a mano es del siglo pasado. Coincido en que sí, hay veces que pasa tiempo hasta que escribo algo en papel o que cuando escribo en la pizarra ‘eso’ no parecen letras legibles. Pero cuando estoy en clase, hay quien toma nota o hace los ejercicios en hojas o libretas. Claro que también hay quien transcribe, bueno, toma apuntes en el portátil. Hay de todo, por eso me parece un poco extremo hablar del siglo pasado porque parece que haya dejado de hacerse, algo muuuy lejano y no es así.

Cine
Hablando de cosas muuy lejanas, la comidilla de los últimos días es el teaser de una película que pasa en una galaxia muy, muy lejana. No voy ni a poner el link porque me extrañaría que no lo hayas visto: ¡ha sido una invasión! No solo porque antes de que se lanzase oficialmente ya había, como aquel que dice, colas para verlo. Principalmente por la rapidez con la que los fans se dedicaron a comentarlo todo, desde los silencios a los efectos pasando por los actores, la música o lo que no habían contado… y a hacer réplicas, imitaciones y humor de todo tipo, no solo de debates serios vive el fan. Desde luego, los fans del otro universo «Star» son más calmados.

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Me ha gustado leer el titular «La campaña más larga y aburrida de la historia» en un blog llamado Es viral porque, claro, se supone que lo largo y aburrido no puede tener mucha repercusión y, por tanto, difícilmente puede hacerse viral. De hecho, muy viral  no ha sido pero podría entrar en la categoría ‘inferior’ (si hubiese una escala de estas cosas) que sería algo ‘original’ en el sentido de diferente a lo que estamos acostumbrados. Y eso ya es mucho viendo ciertas campañas. Incluso en el sector de los coches se inspiran entre ellos creando repeticiones curiosas en los bloques publicitarios: coche que aparca frente a espejos, coche que aparca sin necesidad de copiloto y coche que aparca pegado a otros dos coches cuando tiene todo un aparcamiento vacío.

[Contenidos] Paciencia, una virtud ignorada en las estrategias de las pymes

Hoy quisiera hablarte de la paciencia que tenemos que tener con los contenidos. El otro día en el evento SMMDay comenté precisamente que los que quieren resultados rápidos pueden olvidarse de usar el marketing de contenidos para conseguir sus objetivos. ¿Quién tiene mayor necesidad de ver que sus contenidos funcionan? Las pymes, por eso son las que menos paciencia tienen.

Los contenidos requieren tiempo de preparar y de amortizar, no solo de creación. Pero, si se tiene paciencia con ellos, acaban dando alegrías. Según la empresa, puede ser un proceso tan complejo y largo como el siguiente:

¿Tiempo estimado para todo esto? Antes de ponerse a crear contenidos pueden pasar un par de meses, otro par para generar suficientes contenidos y otro par para ver que empieza a conseguirse algo. Sumándolo todo, puede pasar medio año hasta llegar al último punto. ¿Tiene una pyme tanta paciencia? Si crees que sí, encantada de colaborar. Pero no suele ser así.

La buena noticia es que en los resultados de la encuesta de 2013 la mayoría apuesta por resultados a largo plazo. Aunque aún hay quien tiene prisa, parece que la tendencia es a comprender mejor la función de los contenidos corporativos.

Lo que las empresas consiguen publicando contenidos no es algo rápido por eso tampoco hay que tener prisa por crearlos. Es necesario un análisis previo antes de crear el contenido. Si no, se puede perder la oportunidad de generar un impacto positivo en nuestra audiencia. No se puede correr una maratón sin entrenar, tampoco compartir contenidos sin haberlos preparado. La paciencia es una virtud, dicen. Aplícala a los contenidos y verás que, además, es una forma de conseguir resultados.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos número 182 (3 de febrero de 2014).

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Televisión
Los programadores nunca dejan de sorprenderme. Ya no solo porque dejen alguna que otra serie sin terminar, a mitad de temporada, o porque cambien de día algo porque sí. Me sorprenden los programas que deciden, ejem, programar. Lo de «Adán y Eva» no es tan raro, pero lo de «Killer Karaoke» es más propio de otra época. Concretamente de aquella en la que Caparrós nos ponía los pelos de punta al preguntarnos aquello de «¿Quién dijo miedo?». Y quizá incluso también de aquella de «Humor amarillo». Pero el resultado no tiene gracia… como mucho asco. No soy usuaria pero me atrevo a decir que en los karaokes de barrio es posible pasárselo mejor… y entre amigos.

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Hoy se ha estrenado el anuncio de Freixenet 2014 con un ‘repaso’ a la música de los últimos 100 años. Misterios de la imagen, me ha recordado al vídeo clip de Taylor Swift. Estamos a un mes de Navidad, con las luces ya iluminando el espíritu navideño callejero, es normal que aparezcan los clásicos spots que por estas fechas nos animan (se supone) a comprar. De los que van saliendo, me ha gustado el de Ikea aunque sea para Portugal: es tan pronto para decorar el árbol que éste aún no ha crecido lo suficiente y los adornos son más grandes que él.

Cine
Comenté hace unas semanas que el coleccionismo cinéfilo puede ser un gran negocio. Hoy me gustaría hablar de la historia que hay antes de la subasta del objeto histórico. Todo es porque esta semana se subastó el piano y otros objetos de «Casablanca», el traje de Leoncio de «El mago de Oz» y otras reliquias cinematográficas. El problema es que no siempre se tratan y se conservan como tal. «Debería estar en un museo», ya lo dijo Indy. Y así debió pensar Leo para comprar el piano hace un par de años, aunque de eso no hablan ahora que se ha vendido por el doble. Sí que se preocupan más del traje que fue casi abandonado antes de ser subastado. La historia no siempre se cuida, tampoco en el cine.

Internet
Se habla mucho de los puestos que se necesitan en las empresas, algunos específicamente en los departamentos de marketing. Pero me parece divertido combinar estos perfiles con el de director de workplace. Seguramente solo lo buscan/tienen empresas que estén preocupadas por cómo trabajan sus empleados. ¿Que no les da tiempo de ir al gimnasio a la hora de comer? Se lo traemos a la ofi. Así que me imagino el momento en el que el trabajador está preocupado buscando un lugar de vacaciones para irse de puente. En algunas empresas, no pueden ni usar Internet para encontrarlo. En otras, les permitirán hacer un acueducto o les traigan el destino paradisíaco a la ofi y así no dejen de trabajar.

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