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Televisión
La nostalgia por las series antiguas es algo que define a una generación aunque las nuevas lo vean todo antiguo. Leer sobre recuperar el espíritu de «Alfred Hitchcock presenta» me hace pensar en los que disfrutamos con sus historias pero también en los que ni saben quién es el rey del suspense. Además, mientras escribo esto, en Mega están reponiendo «El equipo A» y sus hazañas nada mortales pero sí inmortales para muchos. También pronto estará «MacGyver» tratando de arreglar las cosas con un clip, aunque supongo que llevará algún gadget más si realmente quieren adaptarlo a la época actual. Por no hablar de que el cast de «Will & Grace» hace «un spot» o que Chicho Ibáñez Serrador reaparece en televisión. En resumen: ¡viva la nostalgia!

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El brindis más esperado del año será un déjà vu porque, según parece, Freixenet repetirá el mismo spot que el año pasado. Constantemente vemos campañas repetidas, no es algo raro en el mundillo. Pero sí lo es para ellos y cualquiera que durante años nos ha acostumbrado a esperar con curiosidad quiénes son sus protagonistas o qué historia cuentan. Eso sí es raro, por muy justificado que esté desde otras perspectivas. Se me ocurre imaginar un mundo donde la publicidad siempre es la misma, repetida bloque tras bloque, sin variaciones durante años. Poco caso le haríamos pero algo así pasa en las páginas web de las empresas que no las cambian en varios años y seguimos comprando en sus tiendas.

Cine
¿Una ley para permitir que se pueda eliminar la fecha de nacimiento de un actor de una web? ¿En serio? Tienen sus motivos pero me atrevo a decir que no servirá de mucho porque, como mínimo, Internet no olvida y en otros muchos sitios se podrá encontrar la información. Igual dentro de poco hacen otra ley para que los actores puedan pedir que se elimine sus nombre de las fichas de las películas con las que no quedaron contentos, a lo Alan Smithee. Es como hacer un curriculum a su gusto o más bien al de la industria que les ha de contratar. La ley es una vía para llamar la atención sobre el tema que les preocupa pero espero que acabe por dejar de tener sentido votar leyes de este tipo.

Internet
Si tienes una idea, hazla realidad. Pero rápido porque seguro que hay alguien a quien también se le ha ocurrido algo parecido y no duda en llevarlo a la práctica. Se sale en beta para ser los primeros y se usa el método lean para salir con el mínimo viable, no hacen falta grandes inversiones ni que todo esté perfecto. Así funcionan hoy los negocios online y por eso hay tantos y tantos que se parecen. Pienso en ello porque, en el plazo de menos de una semana, he descubierto 2 nuevos compitiendo por hacer lo mismo de uno que ya lleva un cierto tiempo en el mercado. Por lo que he visto en sus webs y contenidos online, parece que no hay grandes diferencias más allá del precio final. ¿Habrá espacio para los 3 y los que estén por venir? El usuario decidirá.

[TV] 10 años después, ¿la tele lo filma?

Algunas veces se me olvida que este blog empezó estando dedicado a los medios tradicionales, digamos que algo parecido a un hobby para mí. Han pasado muchos años (en unos meses serán ya 12) pero d+m sigue siendo un lugar donde descargar mis ideas aunque cada vez sean menos mass media. Así que siempre se me olvida que mi primera aventura editorial fue un capítulo para el libro «La televisión no lo filma«, un recopilatorio sobre la visión televisiva de por entonces. Era septiembre de 2006 y yo escribí sobre Internet como un canal para el telespectador.

Han pasado 10 años y las cosas han cambiado mucho… pero mucho, mucho. Tanto que haría falta otro libro para explicar los cambios, no un post con el que solo pretendo apuntar algunas ideas que me llaman la atención. En realidad, durante esta década, gracias a mis posts de los miércoles, he ido dejando referencias al tema. Hoy, simplemente como aniversario, comparo algunas.

Hay que ponerse en situación: en 2006, no todas las televisiones permitían ver su programación online, algunas solo daban fragmentos y las más nuevas aún estaban en pañales. La TDT sonaba a rollo para vendernos televisores y la TDT de pago aún sonaba peor, no se habían fusionado los grandes canales y seguíamos discutiendo para ver quién decidía lo que se veía en la tele (nótese el singular). Teníamos VHS para grabar lo que no podíamos ver y había que hacer virguerías para evitar los anuncios que sabíamos que duraban mucho pero no cuánto. Telefónica aún era Telefónica y el iPhone solo estaba en la mente de su creador, no en las manos de millones de usuarios.

En 2016, todo ha cambiado. A los móviles ya no se les llama así, si no segunda pantalla. A los televisores también se los llama inteligentes, pero más por sus funcionalidades que por lo que emiten. Las series se subtitulan casi de un día para otro para hacer estrenos más globales. Los grabadores no necesitan cinta ni disco duro, solo espacio virtual de almacenaje, y puede dejarse programada toda una serie completa aunque no sepas qué día ni a qué hora se va a emitr. De hecho, los programas se pueden rebobinar en directo sin necesidad de grabarlos de ninguna forma previa. Hay apps para cambiar de canal sin tener el mando (aunque se puede provocar una guerra en el sofá). Es posible ver cientos de canales pero también conectar el móvil y ver vídeos hechos por cualquier usuario.

Todas estas cosas (y más que me dejo en el tintero) sonaban futuristas hace una década pero hoy son una realidad. Es cierto que algunas son de pago y que otras son innecesarias para ciertos públicos. Pero constantemente se anuncian cambios en cómo consumimos la programación de las cadenas porque nosotros, la audiencia, provocamos ésos cambios en colaboración con una tecnología que tampoco se detiene. Estemos en la televisión 3.0 o ya 4.0, diría que vamos por buen camino porque esta tele me gusta más que la de hace una década.

[Contenidos] Cuéntame algo, amigo (breve historia de las historias sociales)

Créeme si te digo que he borrado 2 formas diferentes de empezar este post. Ésta es la 3ª y creo que la mejor porque describe perfectamente lo que quiero contar hoy: este proceso de ordenar ideas tan maravilloso que llamamos escribir no siempre es fácil. Básicamente porque requiere tener claro antes qué se quiere explicar. Podemos empezar soltando palabras, sin ton ni son, pero tarde o temprano deberíamos encontrar un hilo argumental que nos guiase, a escritores y lectores. Hablo de palabras porque es la unidad básica de mi profesión pero sirve para todo tipo de contenidos y, de hecho, sobre todos ellos trata mi post y cómo gracias a los contenidos sociales hemos recuperado la ilusión por contar lo que pasa a nuestro alrededor.

La historia que quiero contarte empieza en 2010 (o quizá antes, pero no importa la fecha exacta). Hace 6 años, empezó a funcionar una herramienta llamada Storify que permite ordenar elementos cronológicamente. Éstos pueden ser de todo tipo: tuits, vídeos, fotografías, presentaciones, webs… Es una forma básica de historia, podría empezar con un «Érase una vez» y terminar con un «Fin». Suele utilizarse como herramienta de content curation, aunque no necesariamente has de utilizar contenido ajeno para contar algo (afortunadamente, todo queda bien acreditado en cuanto a fuentes de información).

También por aquella misma época, Google estrenaba su Stories. Haz tu  propia historia de búsqueda, nos proponía. Ésta consistía en crear un vídeo a partir de 7 expresiones y los resultados que daban. Era una excusa para probar sus diferentes tipos de búsqueda (web, imágenes, tienda…) pero lo vendían como un hito del storytelling. A tanto no llegó porque esta opción ya no existe pero sí que permite ver claramente la diferencia entre buscar por buscar y tener un guión previo para contar una historia.

Un personaje que empezó como secundario pero que hoy ya es protagonista para muchos entró en escena en 2011: Snapchat. No interesó a todos porque también Google+ y Pinterest salieron por entonces y se llevaron toda la atención. Pero hoy no se puede negar su importancia porque ha inspirado a unos cuantos. Primero fueron fotografías efímeras y en 2013 llegaron las historias efímeras. El concepto parece opuesto a la lógica (¿una historia que se olvida?) y por eso quizá hace poco crearon Memories, para almacenarlas.

Por su parte, los grandes veían que tenían mucho contenido almacenado y se les ocurrió que también podían aprovecharlo para animar a sus usuarios a contar algo más profundo que solo el típico bla bla bla de las redes sociales. Empezó Twitter con sus Custom timelines o Collections, justo el mismo año en que Storify era comprado por Livefyre (2013). De hecho, parecía que le estaba haciendo competencia directa porque sus funcionalidades eran muy similares. Hoy solo se puede acceder desde TweetDeck lo cual indica que es un desarrollo, digamos, poco desarrollado. [Actualización 28 de septiembre: Twitter lanza Moments con las mismas funcionalidades básicas que Collections y Storify].

Esta historia da un salto en el tiempo de unos cuantos años hasta llegar al actual y encontrar los movimientos de un protagonista principal. Facebook estaba al acecho, esperando ver qué pasada con esta ¿nueva? moda de contar historias y a principios de 2016 se sacó de la manga su Canvas. Le debió poner ese nombre para disimular pero básicamente es lo mismo: coger elementos y crear una historia. La gran diferencia es que lo orientan a un uso publicitario, como no podía ser de otra forma en esta red. Se puede utilizar fuera de Facebook Ads pero está concebida como una herramienta para crear landing pages, incluyendo un botón de llamada a la acción.

Y llegamos a las Instagram Stories que solo tienen unos meses de vida. Son las más nuevas y por eso aún se las está juzgando y comparando con las de Snapchat. No sabemos todavía cuál será su papel en esta historia pero está claro que viene bien recomendada por su padre Facebook y que ha tenido tiempo de aprender de los otros personajes.

Esta breve historia de las historias sociales no termina aquí porque lo más probable es que aparezcan otros actores o los actuales cambien. Y es que hay muchas formas de contar una historia: con la piezas que tienes a mano, buscando las que se adecúen a lo que quieres contar, creando las piezas en ese momento, usando las que tenías guardadas… Lo que hacen estas herramientas es, simplemente, facilitarnos la manera en que las contamos a nuestros contactos (por algo son historias sociales).

Media News S38 A16

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Los anuncios largos (sí, 90 segundos lo son) pocas veces se ven en televisión pero son gratis en Facebook y ahí se puede ver lo nuevo de Audi. Está protagonizado por un T-Rex. Sí, sí, como el que asusta a los niños con su pisada y mirada fiera en «Jurassic Park». Pero aquí no lo tientan con un animalito, él es el pobre animalito. Cuentan que está deprimido y cómo un día descubre ‘la magia’ de conducir, por decir algo. Un momento, ¿la magia de conducir? Suena a BMW pero sí, es Audi. Hay un componente tecnológico que no se ve casi hasta el último plano del spot y que explica por qué han vuelto a la vida al animalito de brazos cortos. Hay humor y hay tristeza, hay un problema y una solución, ¿qué más se puede pedir?

Televisión
Viendo la ceremonia de los Emmys este año me ha quedado claro que muchas de las series/programas que veo nunca ganarán un premio. Primero porque no están nominadas y segundo porque siempre habrá otro pez ‘más grande’ que se lo lleve. Se dice mucho eso de ‘la película del año’ pero también hay ‘la serie del año’ que se lleva bastantes premios. El problema está claro: es una serie, así que tiene varias temporadas por lo que puede ganar varios años consecutivamente. Además, allí premian capítulos así que una misma serie puede estar nominada 2 o 3 veces para el mismo premio, por ejemplo, de dirección o guión. Así que, en realidad, hubo momentos en los que parecía más un partido de tenis amistoso que unos premios porque se los repartían entre colegas.

Internet
Productividad y conexión van de la mano, más para los que somos autónomos. Se supone que ha de ayudarnos y muchas lo hace, pero también ocurre lo contrario. Según el día y el momento, nos volvemos mentes inquietas y queremos saber qué ocurre fuera del lugar en el que estamos. Puede ser en el transporte público o mientras estamos trabajando y lo que empezó como distracción se convierte en dependencia. Así que aparecen herramientas de productividad que ayudan a concentrarte. El problema es que hay muchas y te distraes solo buscándolas, con las recomendaciones que hacen y probándolas. Y pierdes un montón de rato en ello cuando lo más fácil era, simplemente, eliminar la opción de tu cabeza y seguir como hacíamos antes: producir sin parar.

Cine
Que deje un comentario quien se quede a ver los títulos de crédito de las películas que ve en el cine. Yo lo hago, de verdad. Aunque sepa que no va a salir nada cuando terminen. Cuando la sala se vacía, es el mejor momento en la sala pero solo quedan nombres en la pantalla y pasan a una cierta velocidad. Es imposible leerlos la mayoría de las veces (peor si son de efectos porque hay un ejército de empleados), pero sí se podría localizar a alguien si se quisiese saber quién ha hecho qué. Pero a pocos les importa resolver eso, ¿verdad? La mayoría de esas personas no se llevan ni un minuto de reconocimiento público ni premios por lo que hacen. A ver si con el proyecto «Hall of frame» consiguen que esto cambie, al menos con los nombres más conocidos.

[Contenidos] Inspirar o crear momentos de inspiración es hacer marketing de contenidos

Inspiración es una de mis palabras favoritas, seguramente lo he dicho aquí alguna vez para contextualizar mi ebook y también lo digo en mis clases. Valoro a la inspiración como escritora pero también como practicante de marketing de contenidos. Espero que cuando termines el post, tú también la veas igual de importante. ¡Déjate inspirar por unos momento!

En 2010, hace casi 6 años, Joe Pulizzi escribía los mandamientos del marketing de contenidos y el último lo dedicaba precisamente a la inspiración: «Los clientes quieren ser inspirados. ¡Sé la inspiración!«. Suena bien, ¿verdad? Inspirar a los clientes, qué idea tan maravillosa para desarrollar todo tipo de contenidos. A veces los clientes se dejan llevar por otras motivaciones más tangibles pero merece la pena intentar convencerles de que éso es el marketing de contenidos.

En 2012, los de Smart Insights se inspiraron en Eloqua para preparar su ya clásica matriz de contenidos y en 2015 la convirtieron en plantilla para que cualquiera pudiese completar sus cuadrantes. El que más me interesa, obviamente, es el dedicado a la inspiración. Creo que hay más formatos que los que ellos recomiendan, pero me gusta la idea de situar la inspiración en el lado de la emoción y la compra porque así queda claro que los contenidos que inspiran pueden llevarnos a conseguir clientes.

http://evasanagustin.tumblr.com/post/23282784851/the-content-marketing-matrix-new-infographic

Moments of Inspiration, by Andrew Davis (vía @evasanagustin)En 2014, durante el Content Marketing World, surgió de nuevo la inspiración y la compra de la mano de Andrew Davis. Cuentan que allí apareció el concepto de Momento de Inspiración (MOI).

Según Davis, cada customer journey empieza con uno lo que es una gran oportunidad para las empresas: hay que aprovechar la emoción para inspirar a las personas a actuar y continuar por el funnel. De ahí que MOI (moment of inspiration) lleve a ROI (return on investment) y proponga hacer menos campañas y más buscar esos momentos con grandes historias (storytelling).

En el siguiente vídeo puedes ver a Davis en acción explicando la idea.

Con este ‘recorrido histórico’ queda bien claro que la inspiración es más que una palabra bonita, es una forma de aplicar el marketing de contenidos al embudo de compra para atraer futuros clientes. Entonces, ¿a qué esperas para inspirarles?

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