[Contenidos] Declaración de objetivos de tu marketing de contenidos

Quizá «declaración de objetivos» te recuerde a la película «Jerry Maguire» y la iluminación que le acaba cambiando la vida. Pero el concepto se puede aplicar al marketing de contenidos de manera que oriente, no el futuro del negocio como ocurre en la peli, si no aquello que debemos publicar. Esto viene a ser la declaración de objetivos de tus contenidos (content marketing mission statement) y hablo un poco sobre ello en mi libro «Estrategia de contenidos«.

Hace unos días Joe Pulizzi publicó un vídeo que explica muy claramente cómo establecer la misión de tus contenidos siguiendo 3 preguntas básicas:

  1. Quién es tu audiencia
  2. Qué mensajes les transmitirás
  3. Qué consiguen ellos

Los pasos no son muy diferentes de los que se necesitan para hacer marketing de contenidos pero me gusta que quede claro el punto 3: para definir los objetivos de tus contenidos, piensa en los objetivos de tu audiencia. Y, como siempre, cuanto más concreto y específico, mejor para la estrategia.

Para definir los objetivos de tus contenidos, piensa en los objetivos de tu audiencia Clic para tuitear

¿Qué hacer con las respuestas? Sencillo: crear la frase o declaración de objetivos. La plantilla que dan en el CMI es fácil de seguir:

Plantilla para hacer la declaración de objetivos de tus contenidos (fuente: CMI).

De manera resumida, la misión de los contenidos vendría a ser una frase tipo «[Mi audiencia] encuentra en mi web [contenidos sobre…] para [lo que consigue]», tal y como sugieren desde OrbitMedia.

Está claro que la parte del centro de elegir los mensajes a transmitir es la más importante cuando hablamos de marketing de contenidos. Quizá por eso, como suele pasar, no es una cosa que las empresas documenten así que lo considero un uso maduro de los contenidos.

Actualización octubre 2016: ya está disponible el ebook «Vademédum de contenidos: misión, visión y valores» con este post y otros relacionados.

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[Contenidos] ¿Hacen falta contenidos si el producto es en si mismo contenido?

Hoy me gustaría reflexionar sobre el marketing de contenidos como producto. Hace un tiempo ya hablé del término ‘as a service’ aplicado al contenido o CaaS pero hay una circunstancia que aún no había tratado: cuando el producto es contenido.

La pregunta más evidente para empezar es: ¿puede el contenido ser un producto? Y la respuesta es que sí, los medios de comunicación y las editoriales son dos ejemplos claros. Ellos crean contenidos igual que una productora de cine o una discográfica. También es el caso de los fotógrafos o de los gabinetes de prensa que venden productos que son contenidos aunque aquí es diferente porque se les puede asociar un servicio (fotografiar un evento es más que solo hacer fotos).

La pregunta de si los medios pueden hacer marketing de contenidos para atraer a clientes (y vender más diarios) tiene una respuesta más complicada. ¿Generar más contenido para vender contenido es lógico? No tendría sentido, por ejemplo, que un periódico publicase más noticias como táctica para vender más diarios. Por eso se recurre a regalos varios que convierten el kiosco en un supermercado.

Pero hay muchos tipos de contenidos. ¿Por qué no utilizar el branded content para vender más diarios? Así, el contenido que se generase no serían noticias, sería ‘otra cosa’. La dificultad está en pensar qué tipo de complemento puede tener ‘la actualidad’ de los medios (lo que supuestamente venden). Una forma de orientar la respuesta es recordar las diferencias entre marketing de contenidos y branded content: uno es más educativo y el otro es más de entretenimiento. Así que una opción podría hacer una app para distribuir su contenido pero añadir, digamos, ‘información complementaria’.

Me encontré también esta semana hablando de ello con unos alumnos por un proyecto de lanzamiento de una app. Eso también es contenido, claro, así que comentamos la misma pregunta: ¿qué contenido puede hacerse para conseguir más descargas? Mi sugerencia fue crear contenido fuera de la app (newsletter, blog) pero que estuviese relacionado con la app y que pudiese derivar a los usuarios hacia la descarga. Tiré más por la vía educativa ya que su app se orienta al ocio pero también podría hacerse al revés.

Lo cierto es que en estos casos, cuando el producto es contenido, no se suele hacer un uso claro del marketing de contenidos ni del branded content pero eso no significa que sea imposible… solo que hay que pensar un poco más.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos (núm. 268, 28-09-2015).

[Contenidos] Las tendencias aplicadas a los contenidos… o quizá no porque no se puede

La relación entre contenidos y tendencias se puede ver desde varias perspectivas. Algunos sacarán su bola de cristal para predecir qué pasará pero yo voy a reseguir los pasos para hacer una estrategia de contenidos y así ver que resulta arriesgado saber cómo serán los contenidos en unos años.

Objetivos: ¿siempre vendemos lo mismo y de la misma forma?

Cuando explico en clase este punto de la estrategia, suelo decir que la mayoría de la gente lo tiene claro y que, al final, todos queremos vender algo. Según el negocio, tendremos diferentes productos o servicios a comercializar, claro.

Parece que hay poca variación si no nos fijamos en que podemos vender de diferentes maneras: creando marca, mejorando la reputación o fidelizando, por ejemplo. A lo largo del tiempo podemos intentar focalizarnos en una forma diferente para conseguir lo mismo.

Perfil de la audiencia: ¿los usuarios no cambian?

Seguramente en este punto es donde más variaciones puede haber si hacemos caso a las tendencias: los usuarios son/somos muy volubles. Hay muchas estadísticas que intentan describir los diferentes perfiles de usuario para, precisamente, afinar en las comunicaciones con ellos. Y es que este punto de la estrategia es muy importante para lo que vendrá después: si el usuario cambia significativamente, la táctica también ha de variar.

Aunque no siempre el cambio es tan radical como para que influya decisivamente en las decisiones tomadas. Además, cuando se tienen varios perfiles de usuario, la evolución global es menos perceptible.

Línea editorial: ¿nuestros mensajes varían en el tiempo?

Si nosotros no cambiamos y nuestros productos tampoco, ¿por qué deberían hacerlo nuestros mensajes? Principalmente por el punto anterior: porque nuestra audiencia puede variar, aprender y ser más sensible a otras comunicaciones. Siguiendo esta línea, los productos también deberían adaptarse.

Después de cierto tiempo, podemos tener la sensación de que lo hemos dicho todo, que ya no tenemos nada que contar o que nos repetimos más que el ajo. Una solución es ampliar nuestro círculo temático para no quedarnos estancados y sentir que seguimos más las tendencias. Y aprovechar la actualidad para adaptarnos a lo que están buscando y ganar así también mayor visibilidad.

Canales: ¿aparecen nuevas vías de distribución que sean útiles?

Mirando hacia atrás también se puede aprender sobre el futuro: las redes sociales que ‘ahora’ triunfan, hace 5 años no existían. Pinterest, por ejemplo. O estaban aún en pañales y han evolucionado mucho. ¿Cómo vamos a predecir cuál habrá dentro de otro lustro o cómo habrán cambiado? Si solo pensamos en canales, es imposible saber qué pasará.

Tenemos que ir adaptándonos poco a poco. Probarlos y conocerlos suficiente como para juzgarlos y decidir si nos son útiles para lo que queremos, para nuestro día a día. Así es más fácil elegir herramientas para el content curator, por ejemplo, porque varían constantemente.

Calendario editorial: ¿nos acostumbramos fácilmente?

Definir la frecuencia de publicación es algo que nos ayuda a ser constantes, a establecer una rutina, a lograr lo que queremos a base de repetir. Fijar un calendario es una de las cosas que más cuesta a mis alumnos, en cambio, es la que más valoran mis clientes. Quizá es una cuestión de práctica pero es básico para repartir bien los mensajes y alimentar los canales correctamente para que lleguen a la audiencia como queremos.

Arriesgarnos como nos recomienda Coca-Cola en su visión 2020, es una forma de incorporar las tendencias en nuestro calendario. Pero para ello tendremos que reservar tiempo para la improvisación.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos número 223 (17 de noviembre de 2014).

[Contenidos] El método GOST te ayuda a definir tus objetivos

Hoy quisiera hablarte de la manera en que se definen los objetivos al hablar de contenidos. Empecemos, como siempre, por el principio: el método GOST. Estas son las siglas en inglés que te ayudarán a planificar todo lo que hagas así que también tu uso de los contenidos:

  • Goals: puedes encontrar tus metas respondiendo a la clásica pregunta de qué quieres conseguir. Una respuesta típica es vender más porque está relacionada con lo que la empresa quiere, en general y no solo con los contenidos.
  • Objectives: a menudo se confunden con las metas pero podemos decir que la suma de objetivos nos ayuda a llegar a la meta final. Los mejores objetivos son los SMART: concretos, medibles, realistas y con un plazo determinado de tiempo para conseguirlos. Por ejemplo, diríamos que queremos aumentar las ventas un 10% de nuevos clientes en un mes y un 5% desde los clientes ya existentes.
  • Strategies: otra forma de llamar a la estrategia es el plan porque, exacto, es la planificación que hacemos para lograr los objetivos. Aquí es cuando dentro de este plan decidimos usar los contenidos de una determinada forma… entre otras muchas opciones a nuestro alcance. Por ejemplo, podemos crear un blog con contenidos educativos para atraer nuevos clientes y empezar una newsletter con promociones para clientes. Hay muchas opciones, tantas como canales.
  • Tactics: la forma de implementar la estrategia son las tácticas que están compuestas por acciones o campañas. Siguiendo con el ejemplo, cada post podría ser una acción igual que cada envío de la news sería una campaña. El problema es enfocarlo como algo que termina ya que los contenidos no mueren.

Como ves, va de más grande a más pequeño, de más general a más concreto. La idea de aplicarlo a un artículo ayuda a verlo: titular, cabecera, subcabeceras, párrafos y sus frases equivalen a metas, objetivos, estrategias, tácticas y acciones.

Muchas veces todo este detalle no se desarrolla porque se centra en una estrategia concreta (plan de medios sociales o el propio plan de contenidos) sin ver las necesidades de toda la empresa (metas de negocio).

Volviendo a la pregunta inicial, yo misma la hago siempre añadiendo la coletilla de ‘con los contenidos’ (¿qué esperas conseguir con los contenidos?) porque creo que conviene verlos como una estrategia y no solo como una táctica de otras estrategias. Prefiero pensar que todos los objetivos que tengamos (tráfico, ventas, reputación…) pueden conseguirse con una buena planificación de contenidos y darles así la importancia que merecen.

Por último, lógicamente, después de fijar desde las metas a las acciones es necesario determinar las métricas asociadas, pero eso ya lo trataré otro día.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos número 221 (3 de noviembre de 2014).

[Contenidos] Varias formas de presentar un plan de contenidos

Hoy quisiera hablarte de un documento que he encontrado con motivo del CMWorld: en una de las sesiones de este evento made in USA se presentó un content marketing roadmap que merece la pena conocer.

Bert van Loon es quien lo ha conceptualizado y te lo explico en una versión comentada. La hoja de ruta o planificación para una estrategia de marketing de contenidos que propone tiene 6 puntos que se pueden ver desde una visión más estructural dentro de la empresa o de los requisitos técnicos necesarios. Son los siguientes:

  1. Objetivos: trasladar las metas de la empresa a objetivos concretos y medibles.
  2. Análisis: desde conocer a la competencia a medir los contenidos ya existentes, hay diferentes formas de acercarse a esta investigación previa.
  3. Estrategia: tomar decisiones como mensajes clave y audiencia, canales prioritarios, recursos disponibles, métricas y KPI.
  4. Concepto creativo: identificar el potencial de los contenidos para que duren en el tiempo y representen a la marca fielmente.
  5. Implementación: organizar quizá no un departamento pero sí una forma de gestionar los contenidos que permita llevar a cabo el plan.
  6. Medición: analizar para mejorar.

No es ésta la única forma de hacer un entregable de este tipo, ya sabes cuál es la mía y es bastante parecida aunque con matices. Por eso me sirve de excusa para hablar de las diferentes formas de preparar una estrategia:

  • En mis clases, algunas veces pido un documento escrito de más o menos páginas (según lo avanzado del proyecto) con un índice básico; otras una presentación a la clase en formato PowerPoint con los puntos más destacados y gráficos o tablas; y otras simplemente un calendario a modo de resumen de toda esa planificación.
  • Para mis clientes, preparo cualquiera de esas opciones o solo una parte, depende del encargo que me hagan porque también depende de si se incluye otro servicio o si una agencia les hace alguna otra parte del plan.

Una estrategia puede tener muchas formas de presentarse. Por eso es interesante conocer otras maneras, como el roadmap de Van Loon, para saber incorporar o adaptarse a posibles nuevas peticiones. Ya que hay muchos posibles entregables dentro de una estrategia de contenidos, mejor conocer las expectativas del cliente.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos número 214 (15 de septiembre de 2014).

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