[Contenidos] ¿Cómo decides los cambios de tu plan de contenidos?

Si se quiere arreglar algo que no funciona, basta con encontrar el origen del problema, lo que provoca el fallo. Ocurre así en cualquier cosa de la vida, también en una estrategia de contenidos. Algunas veces es sencillo y se resuelve rápidamente, otras puede pasar mucho más tiempo. Depende de muchos factores, como saber dónde buscar.

Si se hacen cambios en alguna red «para ver qué pasa», no es seguro que «pase algo». En cambio, si tenemos una referencia de «qué pasa», será más sencillo cambiarlo para que allí «pase lo que queremos que pase». En otras palabras: para «arreglar» un plan de contenidos que no funciona, un buen punto de partida son las estadísticas. Así que, antes de vagar sin encontrar la solución, hay que identificar la métrica de referencia para el objetivo que hayamos planeado para la pieza o canal. Si tenemos una buena estrategia, la tendremos clara desde el principio. Si no es así, pues ¡a buscarla!

La analítica online y la social tienen datos y fórmulas parecidas, por ejemplo el CTR de una newsletter se calcula igual que en Facebook. Lo bueno de usar las mismas referencias es que los canales se equiparan. Pero no siempre es posible porque cada uno tiene sus propias métricas específicas, por ejemplo no hay con qué comparar en Twitter el desplazamiento de una historia de Instagram. Esto hace que cada pieza publicada en una red social pueda valorarse tanto individualmente como por su aportación global. En el caso de republicar contenidos, podríamos ver qué canal debe considerarse principal por ser el que mejor respuesta consigue.

Los contenidos pueden medirse de varias formas, no solo por su continente. Igual de interesante es saber qué reacción provocan en el usuario. El engagement es en lo único que se fijan algunas marcas porque lo consideran sinónimo de calidad: si lo ven y reaccionan, es que es un buen contenido. Claro que también podría ser que no fuesen más allá y no influyese en la relación con la marca por ser un contenido superficial. Haría falta algún otro dato para que fuese del todo cierto, pero cuantos más parámetros se añadan a «la fórmula de la calidad», más difícil será de calcular. Quizá por eso nadie se ha atrevido todavía a intentarlo.

Sea cual sea el indicador que utilices para medir tus contenidos, ha de servirte para mejorar tu plan de contenidos. No tu intuición o el azar. Añade una columna o las que necesites y apunta ahí el dato que te mejor te sirva para valorar cada pieza. Filtrando después de las columnas verás su contribución a tus objetivos, también por canales. Entonces podrás hacer cambios, porque estarán justificados.

Tienes muchas más ideas sobre medición de contenidos en redes sociales en mi ebook, aunque también puedes ir directamente a la lista de herramientas gratuitas de analítica social.

10 años como redactora de contenidos freelance

Querida Eva del 2009:

Sé que llevas varios meses pensando en dar el gran paso de trabajar por cuenta propia y te escribo desde el futuro para tranquilizarte. Estoy en 2019, justo cuando hace 10 años que fuiste a la gestoría para que te diesen de alta como autónoma y te explicasen cómo hacer una factura. Tranquila, no te has arrepentido: sigues siendo redactora de contenidos freelance.

El primer año será el más difícil. Tendrás que acostumbrarte a producir tu sola todo lo que te pidan los clientes, además de llevar la contabilidad, hacer prospección comercial y mil cosas más. La soledad te acechará, pero aprenderás a ignorarla. No te agobies, también es cuestión de tiempo superar el miedo a decir «no», conseguir que valoren tu tiempo y que los clientes te recomienden. ¡Y lo harán!

Lo que menos te costará es acostumbrarte a tener tu propio horario, tus descansos y tus vacaciones. Tampoco te será difícil encontrar un lugar tranquilo para trabajar en casa (las obras del patio interior terminarán pronto, ya lo verás). Echarás de menos tener a alguien con quien confrontar opiniones, pero en las redes sociales encontrarás a más personas como tú (confía en mí, el pajarito azul será tu mejor amigo dentro de unos años).

También aprovecho estas líneas para avisarte de que, después de un par de años como redactora freelance, tendrás que ampliar tus servicios y cubrir la estrategia y planificación de contenidos. No te preocupes, lo harás bien. Los clientes te valorarán mejor desde entonces y hasta escribirás varios libros sobre el tema. Sí, en tu ahora solo tienes un par, pero no dejarás de publicar: en 2020 sacarás tus libros 15 y 16.

Quizá te gustaría saber si ése cliente que te está pidiendo un presupuesto te lo aceptará y te durará varios años. Pero si he aprendido algo en estos 10 años es que los autónomos no sabemos qué pasará el mes que viene. Te advierto que trabajarás cuidando a los clientes pensando que así se quedarán, pero esto no es un empleo fijo como el que tenías. Nadie te asegura nada, ni siquiera cobrar cuando estaba previsto. Vete mentalizando porque es lo que más rabia te dará: los clientes que no entienden qué es trabajar por cuenta propia. Cárgate de paciencia, amiga mía.

Tengo que dejarte ya porque mañana viajo a dar unas sesiones de formación fuera de Barcelona y aún he de meter cuatro cosas en la maleta. Casi se me olvidaba: pronto te lo pasarás en grande dando clases, aunque ahora te suene extraño que alguien quiera que expliques tu profesión en un máster. ¡Ya verás lo gratificante que es!

Espero que esta carta te haya ayudado a despejar tus dudas, al menos un poco. Cuídate mucho, ¡por la cuenta que nos trae a las dos!

Eva del 2019

PD: a día de hoy, después de 10 años, sigo sin tener claro si seguiré siendo autónoma «toda la vida». Ya te lo iré contando.

8ª Encuesta sobre el uso corporativo de los contenidos

Si últimamente has estado leyendo los resultados del informe anual del CMI, quizá te hayas preguntado qué pasa por tierras más cercanas. Yo también lo hice y por eso llevo 8 años haciendo la encuesta sobre el uso corporativo de los contenidos en España.

Como cada año desde entonces, planteo una serie de preguntas, espero inquieta las respuestas (totalmente anónimas) y las analizo para llegar a conclusiones que puedan servir a todos los que nos dedicamos a los contenidos. ¿Qué hacen las empresas (incluyendo autónomos) con los contenidos? ¿Qué estrategia de content curation tienen? ¿Qué canales utilizan y qué formatos publican? ¿Cómo y cada cuánto miden sus objetivos? ¿Invierten en contenidos o externalizan alguna tarea?

Reconozco que contestar la encuesta lleva un tiempo, pero son 5 minutos bien invertidos porque te darás cuenta de todo lo que puedes hacer con tus contenidos y (quizá) no estás haciendo. La idea es que reflexiones sobre lo que has hecho durante el año. Por eso la planteo los últimos meses, para que las conclusiones te ayuden a preparar mejor el siguiente.

Para agradecer el tiempo a los que participan y en colaboración con EasyPromos, sorteo unos premios que creo pueden resultar útiles a cualquiera que se dedique al marketing. Así que si tienes unos minutos, te agradecería que los dedicases a la encuesta: contesta y comparte para llegar a más personas y así conseguiremos resultados más representativos.

Quiero participar en la encuesta

Después de que finalice el plazo de participación, el 1 de diciembre, iré preparando una serie de materiales con las conclusiones. Si quieres leer las de años anteriores, están disponibles para consultar directamente en mi centro de recursos.

Qué he aprendido tras casi 9 años explicando cada mes cómo hacer marketing de contenidos

Empecé a dar clases allá por enero de 2010, pero hasta marzo de 2011 no fue cuando me decidí a explicar de forma regular cómo hacer marketing de contenidos (y hasta enero de 2013 cómo hacer content curation). Por «regular» me refiero a 3h de clase cada mes a 20 personas diferentes en cada sesión. Cada una con sus expectativas, su experiencia, sus necesidades, y yo sin conocerlas antes de nada. Por eso no me tengo por conferenciante ni por persona que da charlas, porque, además, prefiero 3h (o más) que 1h (o menos) y porque prefiero un taller con 10 que una charla a 500.

Pero eso terminó, después de casi 9 años, esta tarde daré la última clase de tipo «regular» en el Cibernàrium de Barcelona Activa. Seguiré colaborando con otros centros, sobre todo en cursos de postgrado, pero será diferente porque los asistentes ya no serán emprendedores preocupados por aplicar lo que les contaba a su proyecto ni parados dispuestos a reorientar su vida profesional. Y los echaré de menos porque, aunque no a todos los considero mis alumnos, de todos he aprendido algo:

  • De quien preguntaba, que hay proyectos de todo tipo y que su éxito solo depende del entusiasmo de quien lo quiera llevar a cabo.
  • De quien no hablaba en toda la sesión, que hay personas dispuestas a descubrir temas que pueden acabar siendo de su interés.
  • De quien negaba con la cabeza algo de lo que yo decía, que siempre debería haber espacio para los debates porque todos podemos aprender de ellos.
  • De quien afirmaba a alguna de mis frases, que hay más personas que luchan cada día por dar buen uso a los contenidos.
  • De quien me aplaudía al final de la sesión, que dar reconocimiento a alguien es la mejor manera de motivarle a seguir.
  • De quien se iba a mitad de mi clase, que no se puede gustar a todo el mundo.
  • De quien no apuntaba más que mi nombre, el de la clase y la fecha, que debería poder conocer mejor a los alumnos.
  • De quien tomaba apuntes como si no hubiese mañana, que debería hablar más despacio.
  • De quien me traía alguno de mis libros para que se lo firmase, que nunca sabes cuánto sabe quien te está escuchando.
  • De quien estaba al pie del cañón un lunes a primera hora o un viernes a última, que existe un interés real por los contenidos.

En este tiempo, he podido contar los beneficios del buen uso de los contenidos a más de 3000 personas, entre ambas clases (supongo que más del doble si sumo otros cursos no «regulares»). Por los comentarios que recibo, puedo afirmar que la mayoría también se lleva algo bueno. Los profes damos mucho, no solo compartimos conocimiento. Algunos alumnos necesitan ganar confianza en lo que ya hacen bien, otros un cambio de chip para adaptarse mejor a la actualidad, también los hay que simplemente quieren estar al día y descubrir nuevas herramientas, incluso hay quien busca la manera de vender los servicios que están aprendiendo a desarrollar.

Cierro esta etapa con una noticia positiva y es que el interés por los contenidos ha aumentado considerablemente (así empiezo, por cierto, mi próximo libro). He pasado de tener que esforzarme en convencer de que el marketing de contenidos es una buena práctica a explicar cómo organizarse para llegar a tener un buen plan. Esto me anima a pensar que mi contribución a la divulgación de los contenidos podrá ir ahora por otro camino, uno de nivel más maduro.

Si te animas, ¡nos vemos en clase!

9 años enviando mi newsletter cada lunes

El mes de agosto es el que más gente deja de trabajar para descansar (lo llaman vacaciones), así que en general hay bastante tiempo libre para dedicarlo a lo que se quiera (ocio o negocio). Hace 9 años, tal día como hoy, me pareció un buen momento para empezar una newsletter semanal sobre marketing de contenidos. Y sigo haciéndolo desde entonces, me sigue pareciendo buena idea. Aprovechando el aniversario y comparto algunas ideas, además de animarte a suscribirte.

Momento «abuela Cebolleta»: el interés por el correo electrónico de entonces no se puede comparar con el de ahora (los ciclos, ya se sabe). Pero el año pasado, RGPD mediante, desheché el objetivo de aumentar mi base de datos y no me arrepiento, aunque parece que voy contracorriente, una vez más. Me quedo con la calidad, con los que quieren algo más que un ebook. Adiós a la gente que hace bulto.

Momento «estadísticas»: los datos varían con los diferentes tipos de envíos que hago. Las newsletters especiales con algún ebook son las que tienen más aperturas y clicks, pero en general la media ronda el 24% y más o menos el mismo porcentaje para los clicks de los que han abierto. Aunque el dato que me interesa es dónde hacen click, para ver qué tipo de contenidos y niveles de madurez prefieren.

Momento «habla el suscriptor»: tengo una pequeña encuesta para que los suscriptores puedan opinar sobre las secciones de mi newsletter y otros temas. La media que le dan es de 8,3, aunque a la mitad les gustaría que cambiase el diseño y una tercera parte me piden elegir la sección a recibir. También me dicen que los 9 enlaces que recomiendo suponen mucha información para digerirla un lunes a primera hora. ¡Qué le vamos a hacer!

Momento «lo mejor que me ha pasado en la vida»: la mayoría de las veces que oigo esta frase tiendo a pensar que es una exageración. Así que no la diré en referencia a mi newsletter porque lo mejor es mi blog, lo tengo claro. Dejémoslo en tercera posición, es decir, es importante pero no determinante en mi vida profesional porque tengo clientes suscriptores, pero también alumnos y usuarios que buscan aprender. Un poco de todo, aunque quizá cambie en el futuro.

Momento «bola de cristal»: confieso que ya estoy pensando en darle un nuevo rumbo a la newsletter. Pero un cambio tan grande como el del 300 se merece otro número redondo y seguramente se producirá en el 500, en marzo del año que viene. Así tengo tiempo de ir preparándolo todo bien porque también afectará a otras secciones de mi web. Como se suele decir, ¡permanece a la escucha (que te apuntes, vamos) y te enterarás!

Después de 9 años dedicándole un par de horas semanales, está claro que le tengo cariño a mi newsletter.  Forma parte de mi estrategia de contenidos y no voy a abandonar a mis suscriptores. Pero se avecinan cambios… ¡y hasta aquí puedo leer!

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