10 años como redactora de contenidos freelance

Querida Eva del 2009:

Sé que llevas varios meses pensando en dar el gran paso de trabajar por cuenta propia y te escribo desde el futuro para tranquilizarte. Estoy en 2019, justo cuando hace 10 años que fuiste a la gestoría para que te diesen de alta como autónoma y te explicasen cómo hacer una factura. Tranquila, no te has arrepentido: sigues siendo redactora de contenidos freelance.

El primer año será el más difícil. Tendrás que acostumbrarte a producir tu sola todo lo que te pidan los clientes, además de llevar la contabilidad, hacer prospección comercial y mil cosas más. La soledad te acechará, pero aprenderás a ignorarla. No te agobies, también es cuestión de tiempo superar el miedo a decir «no», conseguir que valoren tu tiempo y que los clientes te recomienden. ¡Y lo harán!

Lo que menos te costará es acostumbrarte a tener tu propio horario, tus descansos y tus vacaciones. Tampoco te será difícil encontrar un lugar tranquilo para trabajar en casa (las obras del patio interior terminarán pronto, ya lo verás). Echarás de menos tener a alguien con quien confrontar opiniones, pero en las redes sociales encontrarás a más personas como tú (confía en mí, el pajarito azul será tu mejor amigo dentro de unos años).

También aprovecho estas líneas para avisarte de que, después de un par de años como redactora freelance, tendrás que ampliar tus servicios y cubrir la estrategia y planificación de contenidos. No te preocupes, lo harás bien. Los clientes te valorarán mejor desde entonces y hasta escribirás varios libros sobre el tema. Sí, en tu ahora solo tienes un par, pero no dejarás de publicar: en 2020 sacarás tus libros 15 y 16.

Quizá te gustaría saber si ése cliente que te está pidiendo un presupuesto te lo aceptará y te durará varios años. Pero si he aprendido algo en estos 10 años es que los autónomos no sabemos qué pasará el mes que viene. Te advierto que trabajarás cuidando a los clientes pensando que así se quedarán, pero esto no es un empleo fijo como el que tenías. Nadie te asegura nada, ni siquiera cobrar cuando estaba previsto. Vete mentalizando porque es lo que más rabia te dará: los clientes que no entienden qué es trabajar por cuenta propia. Cárgate de paciencia, amiga mía.

Tengo que dejarte ya porque mañana viajo a dar unas sesiones de formación fuera de Barcelona y aún he de meter cuatro cosas en la maleta. Casi se me olvidaba: pronto te lo pasarás en grande dando clases, aunque ahora te suene extraño que alguien quiera que expliques tu profesión en un máster. ¡Ya verás lo gratificante que es!

Espero que esta carta te haya ayudado a despejar tus dudas, al menos un poco. Cuídate mucho, ¡por la cuenta que nos trae a las dos!

Eva del 2019

PD: a día de hoy, después de 10 años, sigo sin tener claro si seguiré siendo autónoma «toda la vida». Ya te lo iré contando.

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