[Contenidos] Redactores de contenidos: expertos, sí. Pero, ¿en qué?

En las últimas semanas, varias personas me han preguntado sobre este aspecto de mi trabajo y por eso me he animado a poner por escrito mi respuesta: ¡los comentarios son bienvenidos!

Hace ya muchos años que decidí que quería dedicarme a redactar contenidos para las páginas web de otros. Y en «mi cargo» está la clave de lo que quiero explicarte hoy: fíjate que he dicho «de otros», en plural, es decir, de diferentes empresas.

En aquel momento no lo pensé, pero ahora me doy cuenta que tenía sentido que acabase siendo freelance porque me gusta escribir sobre diferentes temáticas. Aunque otros compañeros de profesión se han decantado por la especialización, yo prefiero no redactar siempre sobre lo mismo. Me motiva más, quizá porque soy curiosa.

Yo me dedico a escribir, redacto textos, caso palabras. Esa es mi especialidad, no el tema sobre el que versen. ¡Ni mi título académico (comunicación audiovisual) tiene que ver con lo que hago (más allá de mi desahogo de los miércoles)! Los sectores en los que se mueven mis clientes son variados y no por ello me siento insegura al enfrentarme a la hoja en blanco que tengo que llenar para ellos.

Así que, cuando un posible cliente me pregunta cómo puedo escribir sobre un producto sin probarlo, le digo sinceramente que no me hace falta para entenderlo o transmitirlo. Entonces le explico que sí hay productos o servicios que podría probar, pero también muchos otros donde es literalmente imposible que pudiese hacerlo.

Ejemplos: ya he dicho más de una vez por aquí que no tengo carnet de conducir, pero he escrito contenidos sobre accesorios de moto. Tampoco soy broker, pero he escrito sobre inversiones en bolsa. He escrito rutas de viaje sobre lugares en los que no he estado ni me pagaría por visitar, guías de un software que no he instalado ni usado nunca y reseñas sobre equipamiento industrial que no me visto más que en catálogo porque ni se puede ver en este país.

Algunos lo entienden cuando se lo explico (espero que sea tu caso porque así nos llevaremos mejor) pero también me encuentro con otros que ponen cara de «no lo pillo». Los primeros supongo que serán los que publican ofertas de empleo en las que se requiere ser periodista para crear y escribir recetas de cocina. De los segundos diría que llevan muchos años metidos en el mismo sector y no quieren salirse de ahí (me atrevo a decir que preferiría no relacionarme con ellos… pero ¡nunca se sabe!).

Entonces, «escribe sobre lo que sabes» (el mantra de los escritores de ficción), ¿se puede aplicar a la redacción corporativa? Bueno, si tenemos en cuenta la temática de este blog, diría que sí: escribo sobre lo que sé. Y soy una profesional responsable: también sé de lo que hablo cuando redacto para mis clientes. Sobre todo pasados unos cuantos artículos, cuando ya conozco mejor el tema.

No digo que sea fácil o rápido, requiere documentarse mucho más de lo que necesitaría una persona experta en ese ámbito. Pero yo no tengo problema en pasar un par de horas investigando para un artículo. Forma parte de mi trabajo y me gusta descubrir cosas nuevas. Navego a la caza de informes o datos concretos, busco en redes sociales tendencias, consulto libros sobre el tema… y, claro está, pregunto al cliente porque él o alguien de su empresa es el experto.

El nivel de implicación por parte del cliente varía según el proyecto (algo complicado cuando trabajo para agencias intermediarias). Algunos proponen títulos que se les ocurren, otros me envían artículos de referencia… pero casi todos leen lo que les preparo antes de publicarlo. Es lógico, al fin y al cabo ellos son los que firmarán públicamente el contenido. Así que yo estoy tranquila porque confío en una mezcla ganadora: alguien que sabe escribir y alguien que sabe del tema.

En resumen: quizá yo no sea experta en el tema sobre el que escribo, pero dedico tiempo a aprender lo suficiente sobre ello como para que el que sí lo es (mi cliente y sus clientes) encuentre sentido y valor a lo que explico.

¿Cómo lo hago? Bueno, es que también dedico tiempo a aprender lo suficiente de estrategias de marketing, de SEO, de comunicación, de los medios online, de persuasión orientada a ventas… como para que el texto final sea bueno, más allá de la temática. También eso forma parte de mi trabajo y me encanta.

Acabo con una pregunta: se puede ser experto pero, ¿se puede ser experto en todo? Para animar el debate, he abierto una encuesta en Twitter.

[Contenidos] Tests de orientación educativa y profesional

¿Qué querías ser cuando empezaste a estudiar? ¿Has acabado dedicándote a ello? ¿Cuántas veces has reorientado tu perfil profesional? Da igual lo que hayas contestado, no tienes de qué avergonzarte: ni por haber cumplido tu sueño ni por intentar soñar. Responder “qué quieres ser de mayor” cuando “ser mayor” parece algo muy lejano puede ser difícil, igual que cuando “eres mayor” y buscas “ser” algo.

Un poco de orientación no viene mal (muchos alumnos me preguntan) y por eso me he fijado en cómo tratan los perfiles relacionados con los contenidos un par de herramientas cuyo objetivo es identificar intereses profesionales. En “Plan de contenidos para medios sociales” dedico un capítulo a los cargos más habituales en los departamentos de las empresas, pero realmente es difícil definir qué estudios son los más cercanos a esta profesión nuestra con tantos matices. Quizá por eso me llama la atención ver cómo clasifican alguno de ellos (y cómo orientan a los futuros estudiantes y profesionales).

Ocupaciones más objetivas

Empiezo por el “Test de intereses profesionales” que ofrece Barcelona Activa. Es muy sencillo (solo has de contestar tu grado de interés respecto a las actividades que te proponen) pero un poco largo porque incluye muchas preguntas (algunas se nota a la profesión a la que hacen referencia).

Test de Barcelona Activa

El resultado es tu perfil según una serie de campos de interés (en mi caso: artístico, comunicación, humanísticos y nuevas tecnologías) y las ocupaciones afines a ese perfil, incluyendo el grado de afinidad, el nivel de estudios y las categorías profesionales asociadas a ellas (ya te digo que mucho técnico y poco directivo, los contenidos siguen en la parte baja de la jerarquía).

Desde ahí podemos conocer más las profesionales relacionadas con los contenidos como el periodista digital, el redactor de textos publicitarios o incluso el community manager y el arquitecto de la información. También se incluyen salarios, aunque ya se sabe que este tema en diferente en cada empresa (y país).

Ocupaciones más subjetivas

Otra vía para intentar acercar sueños y proyectos profesionales  es el GR (Gran Recorrido) de Educaweb. El test tiene 5 preguntas organizadas de la siguiente forma:

  • Empieza con 14 grupos ocupacionales, siendo “economía y negocios”, “humanidades y ciencias sociales” y “técnica y tecnología” los más relacionados con los contenidos (tendrás que elegir 2).
  • Continúa pidiéndote que elijas 4 de las 16 asignaturas escolares que enumera, incluyendo “lenguaje” e “informática”.
  • Después se centra en aptitudes y habilidades, también a elegir 4 de 16 como “persuasión” o “lingüística”.
  • Sigue con los valores ocupacionales que te gustaría cumplir en el trabajo, 4 de 12 opciones como “creatividad”.
  • Termina con una pregunta más larga que llaman inventario de intereses, muy relacionada con el test de Barcelona Activa porque has de valorar 48 actividades y ocupaciones y 30 características personales.
Test de Educaweb

El resultado te da un porcentaje que corresponde al “grupo ocupacional que más se ajusta con tus características personales según tus respuestas en el inventario de intereses”. Para ver la versión ampliada del resultado, has de registrarte en su web. Eso sí, te enlazan a la formación relacionada que hay disponible.

Comparando resultados

Yo diría que ambos tests me han dado resultados válidos: el de Barcelona Activa me ha confirmado mi orientación a los contenidos y el de Educaweb ha servido para reafirmarme en mi decisión de ser freelance. Afortunadamente, no me ha salido nada extraño tipo que debería ser veterinaria… aunque también es cierto que me he mojado y he contestado pensando en los extremos (nada de valores medios, todo mínimo o máximo).

Está claro que son tests para quien aún no tiene claro hacia dónde orientar su vida profesional así que no sirve para entrar al detalle de un campo tan específico y complejo como son los contenidos (difícilmente así podrás saber si encajarías más como content editor o como community manager). Aún así es un ejercicio interesante para conocerse un poco mejor.

[Contenidos] «No tengo tiempo para escribir» es una mala excusa para no escribir

«Si tienes tiempo para leer este post, tienes tiempo para escribir» era otro título posible para este post, pero quiero dedicárselo a los muchos alumnos que me han dicho alguna vez eso de «No tengo tiempo para escribir» cuando hablábamos de la frecuencia de publicación de un blog. A los que me dicen eso otro de «No sé escribir» ya les contesté en el capítulo «Copywriting para no periodistas» de «Estrategia de contenidos» así que hoy me centro en los que no saben organizarse para redactar contenidos de manera constante, es decir, para mantener un cierto ritmo de actualizaciones.

Ideas nuevas

Normalmente eso de «no tengo tiempo para escribir» suele ser equivalente a «no sé sobre qué escribir y no tengo tiempo de buscar la idea que me inspire a redactar algo interesante«. Vale, es posible que la inspiración no esté a tu lado las 24h del día pero puedes buscarla en alguna de las muchas webs que hay para encontrar temas sobre los que escribir. Es una excusa muy pobre porque solo necesitas una palabra y cualquiera de esas herramientas te devuelve posibles ideas para un post. Algunas mejores que otras porque es cierto que no todas son aplicables, pero hay que tener la mente abierta para encontrar ideas de forma indirecta, no hay que tomarse todas las sugerencias literalmente.

Por otro lado, el reciclaje de contenidos es una buena fuente de inspiración: relee lo que has escrito y edita un post nuevo para actualizarlo.

Además, hay que ser capaz de pensar en los diferentes formatos. Quizá en tu búsqueda de ideas te encuentras con un vídeo o infografía. Nunca se sabe por dónde vendrá el post que estabas buscando, quizá sea de un fotograma o un dato que ocupa poco espacio en pantalla. Con un poco de suerte, encontrarás varias opciones sobre las que escribir y entonces lo mejor es tener definido un proceso para gestionarlas.

Organización de ideas

Mi recomendación es utilizar 1 único lugar para anotar tus ideas. Sí, 1 y solo 1. Puede ser una libretita o un documento en Drive, pero yo te recomiendo de nuevo una herramienta como Trello porque puedes tenerla siempre a mano y es más eficiente para organizar todas tus ideas.

Su funcionamiento es muy sencillo: hay tableros con listas y cada elemento de la lista es una tarjeta con título y descripción que puedes manejar para etiquetar o asignar fecha de vencimiento, entre otras muchas cosas gracias a sus complementos.

Puedes crear tableros sobre cualquier tema pero haz uno para tu blog y prepara listas según el estado del proceso de creación (documentación, redacción, traducción…). Ahora ya puedes crear una tarjeta por cada idea que tengas.

Quizá tengas muchas estando de vacaciones y casi ninguna en épocas de mucho trabajo. Centralizarlas todas en un único lugar te ayudará a planificar con tiempo porque Trello sirve de calendario editorial.

Content curation

Cada uno escribe a diferente ritmo y tú sabes cuánto tardas en escribir un post. Así que lo de que no tienes tiempo puede ser literal porque solo puedes dedicar ¿30 minutos al día? a los contenidos de tu empresa. Vale, pero no tienes por qué escribir mucho: no siempre has de publicar un post de 2.000 palabras. Así que ese rato puede ser más que suficiente si recurres a la curación de contenidos.

Se puede hacer content curation en blogs de varias formas: desde un resumen a insertar directamente una pieza de otro (como el vídeo o la infografía que encontraste anteriomente). Hay muchas herramientas que pueden ayudarte a encontrar contenidos para recomendar así que lo de que no tienes tiempo para escribir es una mala excusa porque solo has de explicar por qué crees que merece la pena esa pieza que estás enlazando.

La recomendación de contenidos de terceros es más rápida que la redacción sin fuentes previas. A corto plazo te servirá para ser constante en la publicación de contenido (siempre de interés para tu audiencia) y así reducir la presión de tener que tener ideas propias para lograr tus objetivos. Ahí está la clave del largo plazo: no te obsesiones con vender tus productos o informar de lo que hacéis en la empresa, puedes recurrir a contenidos educativos o, mejor aún, inspiradores para atraer con el marketing de contenidos.

*No tengo tiempo para escribir* es una mala excusa para tener tu blog desactualizado. Clic para tuitear

Externalización

No puedo negar que contratar a un redactor freelance es la solución más fácil para cuando no se tiene tiempo para redactar contenidos (la más rápida sería la automatización del blog, aunque no siempre es recomendable). Escribir y comunicar bien no es algo a lo que todos estén acostumbrados, para unos es más fácil que para otros, igual que el diseño de contenido gráfico suele ser más sencillo para las personas visuales que para quienes preferimos las palabras.

Es cuestión de ponerse, practicar y, como muchos recomiendan en ficción, escribir algo cada día. Llámalo costumbre o rutina, pero funciona cuando se trata de encontrar el hábito de redactar.

[Contenidos] Di no a los contenidos de stock, di sí a los contenidos únicos

¿Cuándo viste por última vez una foto de una persona sonriente en la página principal de una web corporativa? ¿O una imagen de alguien dándose la mano como cerrando un trato o con auriculares respondiendo feliz a los usuarios (que quizá estaban quejándose)? Seguramente no hace mucho porque las fotos de stock se utilizan en muchas webs, sin pensar cuántas veces se ha utilizado antes o quién (lo que daría para un análisis de lo más interesante).

Los bancos de imágenes se encuentran en un buen momento (mejor aún si son gratuitos) porque vivimos una época en la que la frase más repetida no es sobre la corona que lleva el contenido si no sobre su aspecto. ¿El contenido visual funciona mejor? Pues todos corriendo a usar fotos, aunque a la hora de la verdad su aportación sea más bien baja. Una búsqueda de imágenes en Google o en Pinterest nos permite encontrar las imágenes que se parecen a la que hemos publicado… y hay muchas repartidas por muchas webs. Ha llegado un punto que hasta las plantillas de herramientas como Piktochart o PromoRepublic se repiten, igual que las de WordPress en páginas de diferentes sectores. Lo que antes hacía destacar, ahora parece más de lo mismo.

Es posible que con los vídeos vayamos por el mismo camino y ocurra algo parecido porque también hay bancos de vídeos cortos como Slidely aunque, misterios del mundo online, en este formato parece más justificado pasar por caja y pagar por el uso de esas piezas audiovisuales. Eso hace que los vídeos de stock no estén tan explotados, la inversión en contenidos siempre es la mínima. Quizá también porque, dicen, el vídeo te da más autenticidad cuando muestras tu cara (también lo dicen de las imágenes de perfil) y eso obliga a hacer piezas únicas, creadas expresamente para una marca y muy lejos del stock.

Cuidado con el uso de fotos de stock: busca las menos utilizadas o no te diferenciarás. Clic para tuitear

Pero el problema no se detiene en lo visual, también está en los textos. Afortunadamente no existe aún un banco tipo «textos de stock», pero hay indicios de que puede llegar. Por un lado, algunos servicios de creación de páginas web (a los que me niego a enlazar) ofrecen plantillas en las que, dicen, solo hay que ajustar mínimamente para poner tu nombre de empresa y logotipo. Parece una gran idea para quienes no saben nada de diseño o programación, ¿verdad? Si se quiere, también se pueden cambiar los textos y las fotos pero lo dicen de pasada, como si no fuese necesario. De hecho, en el vídeo promocional no salía el clásico lorem ipsum, si no un texto que da el pego como real. Y, voilà, página publicada y lista para atraer clientes. Suena tan fácil que sus clientes se lo deben creer… hasta que no consiguen visitas y venden más bien poco. ¿Por qué será?

Por otro lado, hay servicios de redacción (que tampoco enlazaré) que pagan un par de escasos euros por el texto de una web, incluso algunas tienen artículos listos para comprar y publicar en tu blog. Corre por las redes un vídeo de un ilustrador dibujando junto a un reloj (un speed challenge): en 10 minutos hace un buen trabajo pero en 10 segundos puedes imaginarte que no llega ni a boceto. Ocurre lo mismo con el texto: piensa en tu último tuit rápido VS tu último post meditado. Cuando se tiene poco tiempo, se reduce la documentación y con la falta de reflexión es fácil recurrir a los tópicos. Aunque sí, las frases manidas son malas, pero peor sería caer en el C&P o cometer errores tipográficos o faltas de ortografía.

Más inversión en contenidos = mejores contenidos. Clic para tuitear

Podría seguir quejándome también de los spinners para SEO o incluso de los ordenadores inteligentes que son capaces de escribir novelas, pero no creo que sea necesario: navega un rato y seguro que te encontrarás con fotos y textos similares que no resuenan en tu mente porque están vacíos de personalidad. Quizá se haya invertido poco en crearlos (si fuese mucho sería un error aún más grave), pero es dinero tirado porque no sirve para el objetivo que se perseguía.

Después de este desahogo motivado, además de por experiencias previas, por un par de conversaciones en blogs y redes, quisiera ser positiva y ver toda esta situación como una oportunidad. Más que nada porque si no igual me da por cambiar de trabajo… Pero sé que soy afortunada por tener clientes que me contratan para crear un texto único para ellos y que luego lo complementan con una imagen relacionada que otro ha diseñado para que cuadre con su estilo, igual que he hecho yo preocupándome de escribir algo que insufle vida a su marca. Eso no se consigue con plantillas predefinidas, imágenes de stock, ni con textos que servirían para cualquiera.

Si inviertes en fotos de stock, ¿por qué no hacerlo en textos igual de únicos? Clic para tuitear

Yo no creo que la imagen sea más importante que el texto (si me apuras casi te diría que es al contrario). Ambos elementos trabajan bien juntos cuando lo hacen por un objetivo común, igual que el marketing de contenidos y el SEO. Por eso, igual que se invierte en contratar a un fotógrafo profesional para tener un banco de fotos de un producto, hace falta alguien que identifique los mensajes clave que la empresa debe transmitir para conectar con su audiencia y los convierta en contenidos para publicar en los diferentes canales. Llama a este perfil content strategist, copywriter o el que pasaba por allí: ¡pero que alguien dedique un rato a pensar en ello!

Cuando no hay nadie que defina la estrategia de contenidos o de comunicación (a estas alturas la etiqueta que se le ponga es lo de menos), es fácil caer en textos que no suenan diferentes a los de otras empresas. Y si no consigues diferenciarte de los demás, significa que no eres capaz de argumentar por qué tendrían que elegirte a ti y no a tu competencia. No digo que el valor de una marca sea siempre sencillo de identificar, pero el esfuerzo que supone compensa cuando ves que la audiencia responde a los contenidos que publicas. No todos lo ven igual y prefieren ahorrar costes. Pero, lo que se hace a mano, artesanalmente, es único y por eso es más caro. Exactamente igual que cualquier otra obra artística…

Claro que no sé por qué insisto intentando convencerte: si has llegado hasta el final de este largo post será porque opinas igual que yo, ¿no? Deja tus comentarios ¡y que empiece el debate!

[Contenidos] Cambios en la redacción de contenidos en los últimos años

Empiezo a escribir este post pensando en si lo hubiese escrito igual hace 5 o 10 años. De hecho, desde el mismísimo título pienso en ello porque en aquella época el click baiting ni existía. Así que, con la mirada puesta también en el futuro, voy a hacer un pequeño repaso de los cambios que hemos tenido que aplicar los redactores de contenidos a nuestros encargos.

El título tiene ahora una función adicional que nos obliga a pensar aún más en él. Sí, es un resumen del contenido y sí, ha de tener en cuenta las palabras clave. Eso aún no ha cambiado (aunque cada vez es más fácil encontrar ejemplos engañosos y de click baiting). Pero es que, además, el titular ha de ser social porque se piensa para ser compartido: ha de encajar en un tuit y leerse bien en las miniaturas de las previsualizaciones en las redes sociales. Afortunadamente, ya hay plugins que evitan tener que incluir hashtags en el título.

Las propias redes nos han obligado a crear nuevas palabras. Recuerdo que nos alegramos mucho de que se aceptase bloguer y la ilusión llegó hasta guasapear, aunque seguramente ésa sea la única concesión al lenguaje SMS. Los emoticonos, emojis y gifs son aún más breves y rápidos (aunque algunas veces sean malinterpretados) así que se han incorporado también a la forma de escribir. Los milénicos casi no usan otra cosa entre ellos (para los profes hacen una excepción y no por cumplir con la RAE, más bien porque temen que no entiendan sus respuestas y les suspendan). Se van incorporando a los textos online con total naturalidad, como si fuesen mensajitos entre amigos.

Escribimos como hablamos así que, además de la terminología, algunos parece que hacen un monólogo (por no decir que hablan solos). El resultado son párrafos de una línea porque están construidos con frases con un par de palabras. De esta manera es más sencillo explicar una historia pero resulta algo complicado de leer cuando quieres llevarte una visión global de los contenidos. Por eso es una tendencia que espero no se convierta en moda los próximos años porque, sinceramente, no me convence.

Lo que sí parece que tiene mucho futuro es el móvil. Primero sirvió para hablar de cosas urgentes, luego para chatear para ahorrarnos la llamada, después para navegar en cualquier lugar y ahora se vuelve a usarlo para hablar pero no con una persona si no con varias a través del vídeo en directo. Algunos no escriben artículos, si no guiones de vídeo y luego publican sus transcripciones. No sé si eso les hace más auténticos pero es una forma de escribir diferente que antes era solo para presentadores de la tele.

Otra cosa que también ha cambiado y mucho es el algoritmo de Google. Siendo como es una fuente tan importante de tráfico, ¿siempre? se le hace caso. Esto significa que, como decía antes, elegimos mejor las palabras que utilizamos y dónde las ponemos. Hace incluso que nos preocupemos de medir un artículo en función del volumen de palabras. Y mientras él siga cambiando, los textos también lo harán para optimizar su posicionamiento.

Pensamos en Google, sí. Pero también en las personas. O deberíamos. Eres tú quien tiene la capacidad de leer hasta aquí y decidir si ha merecido la pena o no el tiempo que has dedicado a este post (por cierto, debajo el título podías ver cuánto era). Si ahora quieres compartirlo para que otros lo lean o si te ha inspirado lo suficiente como para dejar tu comentario. Quizá en el futuro algún algoritmo escriba un post en tu blog resumiendo éste y otros artículos que «has leído» y «opinando» sobre ellos como si fueses tú. ¡Eso sí sería un auto blog!

Espero que no lleguemos a esos extremos porque mi trabajo peligraría pero está claro que no escribimos igual que hace unos años así que supongo que dentro de otros 5 o 10 años tampoco lo haremos como ahora. La cuestión es que, si no sientes curiosidad y no te paras a mirar, no eres consciente de los cambios que ocurren a tu alrededor y en lugar de tener un blog, tienes un diario personal que escribes solo para ti.

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