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«Les va a encantar». Eso dice uno de los protagonistas del spot de Donuts, el de su regreso a la receta original. A parte de que no nos enseñan nada más que una masa y ya acto seguido el producto hecho, no nos dicen mucho de cuál es la diferencia entre el de antes y el de ahora. Este es un último ejemplo, nostálgico además, pero cada cierto tiempo a alguien le da por cambiar su fórmula y de anunciarlo a bombo y platillo. Deben ser marcas que se creen eso de que si funciona hay que cambiarlo pero qué pasa con los que les disgusta la nueva versión del producto o, peor aún, la original que han recuperado. Será que siempre me toca estar en ese grupo de los que sienten que han cambiado de marca sin haberlo hecho realmente, pero ¿dónde queda la fidelización entonces?

Internet
Comprar ‘me gusta’ en Facebook (mucho más común que la venta de followers en Twitter) se puede hacer ‘a peso‘ a empresas que se dedican a eso… o se puede hacer a cambio de algo. Lo que se lleva últimamente es un iPad pero hay muchas otras cosas que se regalan a los fans. Espera, me he dejado de poner las comillas a ‘regalan’ y a ‘fans’ porque ni se dan a cambio de nada (¿un ‘me gusta’ vale su peso en bombardeo comercial futuro?) ni tampoco se premia a los usuarios que ya llevan tiempo siendo fans, sino a cualquiera que quiera el premio. Es llevar al mundo online lo que ya vienen haciendo hace tiempo las compañías de telefonía que se empeñan en tratar mejor a los que nuevos que a los que ya llevan años. Me repito, ¿qué pasa con la fidelización?

Cine
Sin quererlo parece que está siendo un post sobre fidelización, así que lo aplico al cine por partida doble. Y es que el star system (el fenómeno fan de toda la vida aplicado a actores o directores) es una cosa pero otra muy diferente es sentir predilección por una sala de cine. ¿Hay algo en ellas que haga una tu favorita por encima de las demás? Sí, hay tarjetas de fidelización para cadenas tipo Cinesa pero no para cines concretos o, más aún, para salas específicas. Ese cine con palomitas dulces, parking gratis o simplemente el que hace VO más cerca de tu casa. O esa sala con asientos dobles, la que se oye mejor o la digital. ¿Eso se premia por encima de la película elegida? A qué son los espectadores más fieles, ¿a la sala o al star system?

Televisión
Trasladar a las cadenas de televisión lo que he comentado del cine es fácil: ¿fieles a una cadena o un canal, a un presentador o actor? De hecho, también podemos ser fieles a un género y ver una cadena solo porque pone películas o series que nos gusta o porque está ese presentador de informativos que tanta confianza nos da. Pero, ¿es posible una tarjeta de fidelización para televisión? Me da por imaginar un futuro con televisores inteligentes que evitan la publicidad a los telespectadores que pasan más tiempo viendo una cadena concreta. O, mejor aún para que siga habiendo trabajo para publicistas, que muestre anuncios realmente enfocados al usuario según los programas que ha visto en ese canal. Eso sí sería útil y no una tele en 3D.

[Contenidos] Diferencias y similitudes entre ebooks y whitepapers

La semana pasada, al comentar formatos más extensos que un post, avanzamos algunas diferencias y similitudes entre los ebooks y los whitepapers: tienen objetivos diferentes y, por tanto, también contenidos. En otras ocasiones hemos recomendado la descarga de unos y otros pero hoy vamos a tratar de clarificar más teóricamente para qué podemos usar cada uno de ellos.

Empecemos por lo que tienen en común: son documentos de extensión variable que suelen ofrecerse para descargarse en pdf ya sea gratuitamente o a cambio del correo. En este sentido, son buenas herramientas para aumentar nuestra base de datos de leads, de suscriptores o de fans en Facebook.

Pero tienen muchas otras diferencias:

  • Los ebooks se asocian con la versión digital de un libro pero antes de que nos invadiesen los ereaders ya existían. Su maquetación suele ser horizontal, con destacados, espacios en blanco y tipografía vistosa de gran tamaño: lo importante es la parte visual, por eso se utiliza un programa de diseño o PowerPoint en los más sencillos. El texto se orienta a consumidor final (B2C) con consejos e inspiradoras imágenes que los acompañan. La idea es más entretener que atraer a la venta.
  • Los whitepapers, en cambio, se pueden maquetar directamente con Word, en una página vertical como cualquier otro informe. Eso sí, la portada bien chula y con referencias a la empresa creadora al pie de cada página. Su contenido habitual es técnico, sin prestar demasiada atención a las imágenes, más allá de gráficos. Su público mayoritario son empresas (B2B) y el enfoque mucho más comercial que el de los ebooks.

La elección entre uno y otro debería ser fácil para las empresas pero lo cierto es que aquí cuesta encontrarlos (algunos se camuflan en ppts) y se utilizan mucho menos que en Estados Unidos.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 39 (9 de mayo de 2011).

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Televisión
Las cadenas no saben qué hacer para promocionar sus programas así que cuando hay algún estreno que, se supone, merece la pena no lo ponen rodeando la mosca y en todo tipo de sobreimpresiones de lo más molestas, cuando no lo ponen también en los informativos. Aquello de ir de programa en programa ya no se lleva tanto. Primero porque, aunque haya más canales propios por las fusiones, no hay tantos programas posibles a los que ir y segundo porque es más efectivo hacer un vídeo de autopromo y repartirlo en diferentes días, se supone, para ir abriendo boca. Sí, un nuevo ‘se supone’ porque el efecto puede ser el contrario: después de ver esa especie de trailer largo de «Luna, el misterio de Calenda«, se me fueron por completo las ganas de verla. Visto ese resumen, ¿para qué ver la serie?

Internet
Dos estudios más para tratar de saber cómo se comportan los usuarios en medios sociales: 1/ la «4º Oleada Observatorio de Redes Sociales» que ya tiene suficientes datos para comparar en los últimos 4 años cómo ha ido evolucionando el uso de los usuarios de las principales redes y 2/ «Los medios sociales en España: la visión de la alta dirección» que tiene una visión más marketiniana y pregunta incluso si denuncian páginas falsas. Como siempre, podríamos poner en duda si los datos son representativos pero es más interesante fiarse de las estadísticas porque, básicamente, son de las pocas que pueden ayudarnos en algo y hasta aprender de ellos. Por ejemplo, cómo resolvieron los directivos encuestados por el IESE una crisis de reputación o por qué abandonan los usuarios una red social.

Cine
Hacer películas sobre cómo se hicieron otras películas parece que es la nueva tendencia: están en marcha versiones making of, o historia de las películas por decirlo de otra manera, sobre «Psicosis» y «Mary Poppins«. Ya el clásico «Ciudadano Kane» tuvo su versión previa con «RKO 281» y ya rondaba la duda de cuánto hay de invención y qué pasó realmente. Mezclar ficción y realidad es más que habitual en el cine pero en este caso resulta interesante porque es como asomarse a la trastienda. Para que esto realmente atraiga ha de ser con películas del tamaño de las mencionadas, con grandes egos sobre los que poder profundizar y así entender mejor su reflejo en la película que conocemos. Si sirven para que se entienda mejor el papel del director o del productos, bienvenidas sean.

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Ayer vi un anuncio interesante, que merecería la pena verse. Pensé en comentarlo aquí, pero no lo apunté así que no lo recuerdo. Dos errores graves: el primero es claramente mío por no hacer caso de mis propios consejos y no apuntarlo rápidamente pero el segundo es de la marca porque no ha conseguido impactarme lo suficiente como para que al día siguiente ni siquiera recuerde qué gama de producto era. ¡No sé qué es más grave! Si lo vuelvo a ver, ¡actualizaré el post!

[Contenidos] Algo más extenso que un post

Cada lunes republico un artículo de la newsletter semanal sobre marketing de contenidos que también envío los lunes pero como ayer fue festivo, lo republico y la envío hoy martes.

Partiendo de la base de que cualquier empresa debe generar contenidos interesantes para su público objetivo, uno de los problemas previos (incluso antes de encontrar los recursos para redactarlos y promocionarlos) es cómo presentarlos. Utilizando el símil de cualquier producto de consumo: ¿cuál será su packaging? ¿Cómo lo consultará el usuario?

Veamos hoy los artículos cuya extensión es demasiado larga para un post y que, para facilitar la lectura, debería publicarse en una serie de posts o en otro tipo de formato. Los más habituales son los white papers y los ebooks, dos tipos de contenidos similares en cuanto a formato pero distintos en cuanto a público, objetivos y, en consecuencia, contenidos.

La semana que viene hablaremos más en detalle de las diferencias entre ellos, centrémonos en cómo lo verán los usuarios que lo consulten. La opción más fácil es ofrecer la descarga del archivo en PDF en cualquiera de sus variantes (gratis, previo registro, a cambio del email…) pero también se puede permitir la consulta online con herramientas tipo SlideShare o Scribd.

Los catálogos de productos y las revistas también se han digitalizado para ahorrar costes de imprenta por un lado y para aumentar el alcance por el otro. Se utilizan entonces servicios más atractivos visualmente como pueden ser los ejemplos de Issuu, UniFlip o nxtbook. Como es habitual en medios sociales, estos servicios permiten incrustar nuestros documentos en otras páginas.

No hay que olvidar que son combinables con otros pensados para extensiones más limitadas.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 38 (2 de mayo de 2011). ¿Quieres leer más? ¡Suscríbete!

[WWW] La demanda trae oferta o al revés

Hay dos maneras de entender ciertos cambios, digamos, tecnológicos: 1/ que somos las personas las que tenemos una necesidad y que la tecnología se crea o adapta para cubrir esta demanda o 2/ que es al contrario, es decir, que la tecnología se pone a disposición de las personas como oferta sin demanda y entonces las personas son las que le buscan utilidad. Entre estos dos extremos, como siempre, varios niveles de grises.

Por ejemplo, el otro día salió la versión para Android de Instagram. De repente, el timeline se llenó de gente contenta de poder al fin compartir sus fotos de comida, paisajes o cualquier cosa que se cruce entre su móvil y su camino. ¡Como si antes no pudiesen hacerlo! Pero, claro, es que ahora pueden formar parte de esa comunidad. Albricias.

Otro podría ser Pinterest o cualquier otro servicio que viene de repente y esos que se sienten early adopters lo asaltan como si hubiese premio. Más albricias por poder formar parte de una comunidad primero con invitación y luego abierta a todos lo que sienten curiosidad por lo que solo unos pocos han podido catar.

Así que también se pueden entender esos mismos cambios pensando menos en mercado de aplicaciones y más en esa ‘comunidad‘: algunos quieren ser líderes (al minuto 1 ya están registrados y ofreciendo invitaciones), otros quieren que les guíen (los que piden las invitaciones) y otros no quieren ser arrastrados por el rebaño (los que las ignoran). Cada uno sabrá cuál es su grupo.

La reacción lógica ante la aparición de algo nuevo es saber qué es y qué me aporta para, cuando realmente lo necesite, poder utilizarlo… pero no es la más común y vamos de boom en boom, hasta que algo se estabiliza.

Por eso me pregunto si alguien ofrecerá algo nuevo para que la gente se sienta empujada otra vez a escribir algo más de 140 caracteres o el pie de una foto… ¿o quizá el problema es que no hay demanda?

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