[Contenidos] Qué se puede aprender de WW Beauchamp

La película «Sin Perdón» no ha pasado a la historia del cine por la aparición de W. W. Beauchamp. Es un personaje más que secundario, con muy poco protagonismo en la trama. Es un escritor de biografías en pleno Oeste. Quizá, en la percepción de hoy en día, le quede un poco grande eso de biógrafo porque las novelitas de la época que explicaban la vida de los míticos pistoleros posiblemente tengan más de ficción que de realidad.

Sea como fuere, aunque no tengas que escribir una biografía, hay cosas que se pueden aprender de Beauchamp para aplicarlas al oficio de redactor de contenidos:

  • Persigue tu tema: siendo biógrafo, lógicamente, él acompaña a la persona sobre la que está escribiendo. En general, empápate de lo que has de escribir: documéntate, investiga, lee mucho… lo que sea para poder decir que sabes suficiente del tema como para escribir su historia. También se pueden hacer biografías de temas de actualidad… o biopsias.
  • Aprende sobre la marcha: no quiero soltar ningún spoiler pero, digamos, que el personaje sufre un percance con su último libro y tiene que reescribir algunas escenas. En general, la planificación de lo que escribes es lo que te lleva a no desviarte del camino. Dejar margen para la improvisación te puede llevar a cambiar por completo la historia.
  • Ten curiosidad: de la mezcla de las dos recomendaciones anteriores sale ésta tercera. Beauchamp a mitad de la película se pone a entrevistar al ‘contrincante’ de la persona sobre la que está escribiendo. Le hace preguntas (otra forma de documentarse) y modifica su obra en base a sus respuestas. La curiosidad puede cambiar la historia pero seguramente será para mejorarla mientras que la improvisación algunas veces la estropea.
  • Ten memoria: si eres capaz de recordar todas las gestas de tu tema, fantástico. Si no es así, es cuestión de tirar de la recomendación más habitual cuando se habla de escribir: apúntalo todo. Toma notas de las entrevistas, pon contexto a tus explicaciones, cita los datos que utilices… un enlace guardado a tiempo salva mucho tiempo de búsquedas inútiles.
  • Sobrevive para escribir otra historia: hay muchas muertes en «Sin perdón», como en cualquier película del Oeste. Pero este escritorzuelo sobrevive, como muchos hoy en día. Éste es un gran aprendizaje porque trabajar como redactor puede llegar a ser muy duro en los tiempos que corren (aunque no nos disparen). Por ahí fuera hay muchas historias que contar, solo has de encontrar la tuya y ponerte a ello.

«Sin perdón» es una película dramática pero el personaje de Beauchamp participa en algunas escenas que aligeran un poco la trama. Como escritores, también es esa nuestra misión: saber cuándo hace falta dejar respirar al lector con un punto.

[Contenidos] Edición y corrección no son lo mismo

Editar textos de otras personas es a veces la única manera que tenemos los redactores de poder ayudar a empresas que tratan temas especialmente delicados o técnicos. En otras palabras, cuando no podemos escribir sobre algún tema, podemos editar los textos de los demás para adaptarlos a un nuevo formato, mejorar el estilo o hacerlos más comprensibles y cercanos.

Otra forma de entender a la edición es la corrección aunque ésta es la forma mínima de edición, cercana a la lectura que haría (o debería) hacer el editor de un libro: no cambia ni el qué ni el cómo, simplemente que esté bien dicho (más proofreadingque otra cosa). Una edición completa es más laboriosa porque incluye el qué se dice, el cómo se dice, el a quién se dice, el por qué se dice y, además, se dice bien.

Cuando se hacen muchos cambios, el texto original podría parecer otro pero no hay que olvidar que el objetivo de la edición muchas veces es que parezca nuevo sin perder la esencia del original. Cuando se puede, fantástico pero, en ocasiones, simplemente se maquilla. La complejidad de esta tarea dependerá de lo bueno o malo que sea el original: a veces sale a cuenta volver a escribirlo de cero porque el maquillaje lo estropea.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 98 (25 de junio de 2012).

Carnaval: marketing de contenidos o cómo lo llamamos

Cristina y Carlos han puesto en marcha un nuevo carnaval, esta vez sobre RRPP. Un tema que me toca más de cerca que el de salud, más aún porque han dedicado el primer tema al marketing de contenidos a ver si entre todos conseguimos ponernos de acuerdo. La pregunta que lanzan incita a contestar: ¿el marketing de contenidos es comunicación, marketing o algo nuevo?

Más o menos yo ya contesté en mi libro y en esta pregunta frecuente: no es nuevo (eso es seguro) y tiene algo de marketing y algo de comunicación (ahí es donde está el problema). Mi aportación al debate podría terminar aquí pero reconozco que se pueden llenar páginas y páginas sobre el tema (en mis clases lo evito para no comerme todo el tiempo). Las primeras aportaciones ya lo han demostrado: es muy fácil escribir sobre ello porque todos tenemos una opinión. Y (sigue aumentando la bola del problema) se puede contestar sin haberlo practicado, igual que cualquiera puede hablar de política solo por ser ciudadano que sufre las consecuencias.

Pero la comunicación, el marketing, las RRPP, el periodismo… no son democracias, cada uno hace lo que quiere (y este problema sigue creciendo cada vez que alguien hace lo que quiere). El contenido ha estado siempre presente en todas estas disciplinas, ¡lógico! Entonces, ¿por qué se nos ha ocurrido ahora cambiarle el nombre? Dicho rápido, porque podemos y, además, queremos. Lo explico con dos ejemplos de sectores muy diferentes: detergentes y cine.

  • Cada cierto tiempo, nuevo detergente. Añaden (por decir algo) ingredientes que se sacan de la manga y los añaden también al nombre. Resultado: ¡novedad en el mercado! Sigue siendo detergente pero ahora es concentrado, líquido, con lejía, con suavizante… cualquier cosa que se le quiera poner. Y seguirá evolucionando, de eso se encargan los departamentos de i+d+i.
  • Los inventores en los inicios del cine (una época en la que las patentes eran dudosas) añadían o cambiaban una pieza, le ponían nombre al nuevo aparato y a triunfar. Eran pioneros dignos de admiración por sus innovaciones y nunca se ha parado de añadir más tipos de cine: sonido (mono, estéreo, envolvente, con altavoces hasta en el techo…), color, panorámico, digital, 3D, IMAX… Por no hablar de los soportes domésticos o de las versiones que se comercializan para venta (¿cuál debe ser la diferencia entre ‘edición diamante’ y ‘platinum’?).

El objetivo siempre ha sido el mismo para cualquier empresa, utilice la disciplina que utilice: diferenciarse para vender. Unas más indirectamente que otras, con más prisa que otras, a más gente o menos, pero siempre vender a alguien. Y ése alguien es quien tiene el poder de elegir (¡con el usuario hemos topado, menudo problema porque cada uno quiere una cosa!). La evolución del mercado la dicta día a día el ser humano dejando fuera lo que no le gusta, lo que no cumple sus expectativas. Solo hay que dejar que el tiempo pase y analizar las consecuencias de ésas elecciones para seguir evolucionando. La Historia está llena de cosas que han dejado de usarse, es algo normal, pero cuesta dar el brazo a torcer.

Por eso, mientras, debatimos y nos dan rabietas cuando alguien no utiliza bien el nombre que creemos es el correcto porque es el que usamos nosotros. ¡Y hay tantos ejemplos! Porque, para vender más, hay que seguir la moda (¿o no?) y si ahora toca hablar de marketing de contenidos, estrategia de contenidos, storytelling, transmedia, branded content, periodismo de marca… pues se habla desde la perspectiva que sea para incluir esas palabras clave y salir bien parados en buscadores. Y no importa mucho el resultado de la mezcla porque se habrá conseguido lo que quiere, en este caso, no el cliente si no la empresa. Vender, siempre vender.

Está claro que poner un nombre ayuda a estandarizar, define tareas y eso es importante también desde el punto de RRHH. Y ahora sí, implicando a toda la empresa, vamos a acabar de petar el problema que no ha parado de crecer en todo el post (y en los ya casi 4 años que llevo hablando de marketing de contenidos): ¿a quién contratamos para hacer estas tareas si no somos capaces de distinguir cuáles son?

  • Si contenidos es igual a escribir, ¿busco periodista, blogger, copy, redactor? Pero ellos no me harán un plan de comunicación, de marketing, de medios social o de contenidos, ¿o sí? Es más, ¿necesito uno de cada? ¿Se llama estrategia de marketing de contenidos, plan de contenidos, estrategia editorial…? Mejor busco consultorías pero de marketing online, de RRPP, de SEO, de inbound marketing… Espera, ¿consultorías o agencias?
  • Vamos a más porque dentro de la estrategia de contenidos también está la curación de contenidos y entonces, para decir que no hace falta una etiqueta nueva para hacer lo que ellos ya hacen, saltan documentalistas, periodistas y hasta community managers (y éstos ya tienen sus propios problemas porque los social media strategists aún buscan su hueco).
  • Soluciones al problema: ¿nos dejamos de rollos y contratamos a quien lleva años haciéndolo (nombres reconocidos como marketing, comunicación, periodismo) o a quien se ha especializado en una cosa concreta aunque tenga un nombre que no nos suena de nada?

Dudar y debatir es sano para el corazón, menos mal… pero solo para algunos porque los que tratan de aprender para ponerlo en práctica en su negocio o empresa no tienen la culpa de que no nos pongamos de acuerdo. Y, como en política, son ellos los que pagan las consecuencias: se apuntan a cursos que dicen que son de una cosa pero acaban siendo de otra; se ponen a ello y acaban haciendo algo que no es ni una cosa ni la otra; se desengañan porque no consiguen lo que querían (vender, ¿recuerdas?) a pesar de que ya hayan comprado algo (un curso o una consultoría, porque alguien sí ha vendido algo).

La evolución no se detiene así que las personas que se sienten engañadas se quejarán de esa palabreja nueva que no les ha servido (como con el detergente) y buscarán algo similar con otro nombre que otros les venderán (como el cine busca nuevas experiencias) aunque los que inicialmente lo habían hecho seguirán buscando clientes… ¿de quién es la culpa? ¿Del cliente que se deja asesorar sin informarse antes, del vendedor sin escrúpulos que se aprovecha del momento o del que tiene buena fe pero no consigue llegar al cliente? El tiempo, tan sabio como siempre, ya se encargará de dejar a cada uno en su lugar y se deshará de los culpables (si es que hay que culpar a alguien de todo este embrollo o burbuja).

Debates de este tipo hay en todos los sectores y no lo vamos a solucionar a corto plazo. Solo espero que este carnaval sirva para quitar algunas máscaras. Será el lector de todos los posts que se están generando quien decida si las quita a los conceptos de debate o a las personas que los utilizan en su beneficio. Y, ya que has llegado hasta aquí, 1.150 palabras después, no te vayas sin dejar un comentario o participar en el #carnavalRRPP.

[Contenidos] De tuit a presentación corporativa

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Hoy quisiera hablarte de mensajes clave y de la importancia de las palabras a la hora de transmitir la personalidad de una empresa. Y lo haré partiendo de un tipo de contenido (una presentación corporativa) y usando como aliado al diseño (sí, también puede serlo) así que ¡tendrás que leer hasta el final para entender el proceso!

Tres consejos básicos a tener en cuenta para crear presentaciones que también te pueden servir para ebooks:

  • Deja la creatividad para contar la historia de una forma diferente, no para el diseño de la presentación con animaciones mareantes.
  • Utiliza imágenes de calidad, a pantalla grande y con colores vivos que transmitan tu pasión por el tema que tratas.
  • Resume tus ideas para cada página en menos de 140 caracteres para que se puedan tuitear así que ponlas de manera visible en el tercio superior de la pantalla.

Hay presentaciones corporativas de todo tipo (algunas incluso difícilmente pueden hacerse menos soporíferas) pero imagínate que tienes que explicar en 3 pantallas por qué te tendría que elegir tu público objetivo. O, visto desde otra perspectiva, crea 3 tuits con tu elevator pitch (o uno al estilo twitpitch).

Para hacerlo, has de contestar a estas dos preguntas básicas: ¿cuál es mi mensaje clave? Y ¿qué palabras me definen? Después, y solo después, piensa en alguna imagen para complementar lo que has escrito, es decir, que también refleje tus valores. Cuando la busques, para mayor impacto, trata que sea visualmente llamativa para que al unirse con el texto tenga más fuerza.

Ahora que ya tienes una mini presentación corporativa con sus correspondientes tuits, crea mensajes derivados utilizando los sinónimos más cercanos a las palabras clave y construye frases que complementen tus comunicaciones. Juega con las alternativas hasta quedarte con la que expresa mejor lo que sientes sobre tu marca.

Pero aún falta un factor importante: tu usuario, tu audiencia. Ponte en su piel por un momento y pregúntate si esos tuits, post, presentación, ebook, web… todo el contenido que hayas generado con esos mensajes tiene realmente valor para él. En el proceso de pensar por qué te tendría que elegir tu público objetivo, ¿has pensado en lo que le preocupa a él o solo en frases biensonantes e imágenes fantásticas?

Repasa tu presentación y vuelve a empezar las veces que hagan falta: debes encontrar esa frase, seguramente muy cercana a tu slogan o tagline, que te guiará en la estrategia de contenidos.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 91 (7 de mayo de 2012). Suscríbete gratuitamente para recibir un artículo exclusivo cada lunes.

[Contenidos] Cinco párrafos de cinco libros sobre contenidos

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“Adopta una actitud de humildad y deferencia hacia las necesidades de tu público. (…) Como mentor, tu papel es guiar al héroe, infundirle confianza, darle información, consejos, formación o transmitirle dones mágicos para que sea capaz de superar sus miedos iniciales y adentrarse en una nueva aventura contigo. (…) A veces el mentor saca beneficios, pero el mayor beneficio debe llevárselo el héroe. (…) Tu trabajo es hacerles sentir que el tiempo que han pasado contigo ha aportado valor a sus vidas.” Es la historia que propone Nancy Duarte en “Resonancia. Cómo presentar historias visuales que transformen a tu audiencia”.

“Para que una idea sea vívida (visual, verbal e interdependiente) hay que seguir la regla FOREST (el acrónimo en inglés): F de Forma tangible, O de solo lo esencial, R de Reconocible, E de evolutivo, S de englobar los opuestos y T de dirigido. (…) Una idea vívida se dirige a una persona en concreto, con una diferencia que esa persona puede apreciar“. Lo cuenta Dan Roam en “Bla, bla, bla. Qué hacer cuando las palabras no funcionan”.

“Herramientas para una redacción persuasiva: Aristóteles y su ethos (moral), logos (lógica) y pathos (emocional);  las emociones de los pecados capitales; la empatía de utilizar el ‘tú’; el método FABU  (por las siglas en inglés) de características, ventajas, beneficios y apelación al ‘tú’; y el storytelling. (…) Razón, más respeto y emoción es igual a respuesta del lector, es decir, resultados para la empresa.” Esta fórmula es de Peter Frederick y la propone en “Persuasive writing”.

“¿Cómo crear contenido relevante? Centrándote en ofrecer información de valor que te genere confianza, credibilidad y el status de experto en tu sector para que la gente acuda a ti cuando estén listos para comprar. Algunos vendrán atraídos por tu contenido inmediatamente, otros solo querrán cosas gratis, otros solo estarán mirando… y algunos tendrán un fajo de billetes que querrán gastar contigo (con un poco de suerte).” Lo dice Jon Wuebben en “Content Is Currency”.

«La estrategia SONAR representa los siguientes canales de distribución de marketing online: S de Sindicación de contenidos, O de notas de prensa Online, N de marcadores y redes sociales (social Networks), A de directorio de Artículos y R de posts Relevantes en blogs y foros. (…) Y se mide con 3 O: Outputs (tráfico web mediante analítica web), Outcomes (cambios en el comportamiento del usuario y en la reputación online) y Objectives (comparando ventas durante la campaña).» Es la propuesta de Wendy Montes de Oca en «Content is Cash«.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 89 (23 de abril de 2012). Suscríbete gratuitamente para recibir un artículo exclusivo cada lunes.

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