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«One is the lonely number» repitiéndose hasta la saciedad es la banda sonora del último spot de Axe. El slogan «No te fíes del destino» también se demuestra durante el minuto que dura el anuncio con un repaso acelerado a algunos momentos por los que ha pasado la humanidad y el hombre protagonista: desde las cavernas hasta la actualidad pasando por varias guerras. Una historia más interesante que las habituales en esta marca… hasta que llega el final y (spoiler) explota una gasolinera. Mejor dicho, hasta que (unos minutos antes en el spoiler) el chico prueba en una tienda el desodorante en cuestión. Dos hechos que no me encajan nada en lo que estaban contando: ¿tenía que ser una gasolinera donde él lo usase por primera vez?

Cine
Los cambios que las marcas hacen a sus logos suele ser motivo de noticia… y análisis. También ocurre así con los símbolos de los héroes cinematográficos, más que se basan en cómics donde, además, puede compararse con la fidelidad al original de la época correspondiente. Es lo que ocurre en este repaso al traje y símbolo de Batman. Para los que aterrizan con la nueva marca, todo este tipo de análisis no es más que una curiosidad. Para los fans, es un motivo de agravio o algo para elogiar. Para ambos, una excusa como otra cualquiera para hablar de la próxima película que se estrene… no tengo tan claro que sea un empujón adicional para ir a la sala de cine. Eso sí, siempre queda bien comentar la historia de las películas en ciertos círculos.

Televisión
¿Es lo mismo trabajar en cine que en televisión? Pues no. Para los actores, hay motivos de elección de personajes, de dedicación y hasta de suelo. Pero para los (tele)espectadores, ¿influye en nuestra percepción si antes esa persona ha trabajado en cine y ahora lo hace en la tele? ¿O si ‘da el salto’ a la gran pantalla? Yo diría que no. Nos lleva de un sitio a otro, nos da su bagaje, nos hace soltar frases tipo ‘¿de qué me suena?’ o ‘¿qué habrá hecho mientras?’. No es algo malo de lo que tengan que renegar o arrepentirse los actores. Tampoco es algo sobre lo que tengamos que discutir cada cierto tiempo: la tele y el cine se pueden complementar igual que también lo hacen con la Red o la publicidad. ¿O es que no pueden hacer también webseries y llevarse un buen nombre con ellas?

Internet
Pasear por alguna de las categorías de mi Feedly es sinónimo de encontrar listas de cosas, estadísticas y cualquier tipo de número. ¿Qué tienen de especial los números? Que gustan. Estan en todas las listas de tipos de posts ganadores. Hay incluso listas de motivos por los que las listas gustan. Y estas listas también gustan. También gustan las preguntas. ¿Por qué? Pues porque saber cómo, cuándo o dónde tiene su interés. Cómo hacer algo, cuándo es el mejor momento para hacerlo y dónde hacerlo para que sea más satisfactorio. Grandes preguntas que todo el mundo se ha hecho alguna vez y que hay montones de formas de responder. Por eso triunfan aún más las listas de posibles respuestas.

[Contenidos] Preguntas para una estrategia de contenidos en Facebook

La estrategia de contenidos que podemos desarrollar dentro de Facebook, evidentemente, tendrá que crearse bajo la misma línea del resto de contenidos. Pero resulta curioso que ‘lo que pasa en Facebook’ no se considera tanto una cuestión de contenidos si no de un plan de medios sociales.

Sea quien sea el responsable de pensar cómo alimentar a los fans (casi de cualquier red social), conviene que piense en:

  • La línea editorial: ¿de qué irán los contenidos? ¿Quién o qué más se publicará en el canal?
  • El origen de los contenidos: ¿creación o curación de contenidos? ¿De qué manera se mezclarán ambos tipos de contenidos?
  • El formato de los contenidos: texto, imágenes, vídeos… ¿qué se primará más? ¿Cómo tendrían que ser, hay guía de estilo?
  • El calendario de actualizaciones: ¿cuándo se publicará durante el día y en la semana?

Para contestar a todas estas preguntas haría falta saber los objetivos de la empresa y el perfil del público objetivo, pasos previos de documentación dentro la redacción online. Precisamente las variantes en la respuesta son las que crearán una estrategia u otra. Pero hay algunas recomendaciones que servirían para todos.

Una de ellas tiene que ver con el origen de los contenidos: deja para otros canales corporativos el discurso de venta y ofrece más recomendaciones de otros que de autopromo. Está claro que todas las empresas pasan por algún momento en el que hace falta una promoción más intensa. Vale, todos somos conscientes de eso, pero que no sea la tónica dominante. Recuerda que ‘fan’ y ‘amigo’ ya no significan lo mismo de antes.

La otra está relacionada con el lenguaje a utilizar en Facebook y, en general, en redes sociales. en Twitter aún tengo la sensación de conversación). Se supone que esos simbolitos sirven para añadir matices que habitualmente aporta la comunicación no verbal. Pero el exceso convierte en poco serias ciertas actualizaciones. Una cosa es mantener una conversación tirando a informal, algo propio de redes sociales, y otra diferente es pasarse el día riendo o guiñando el ojo. ¡Hay empresas con verdaderos tics!

Eso en cuanto a texto. Pero, en realidad, se escribe poco en Facebook. Se da más importancia a las imágenes porque está demostrado que funcionan mejor, es decir, que el fan reacciona e interactúa más con fotos que con un enlace o texto. Pero para quienes solo usan imágenes surge otro problema: ¿y los derechos de las fotos? Se puede recurrir a un banco de imágenes gratuitas. Y es que eso de coger fotos alegremente de los resultados de Google no debería hacerse. No está de más intentar citar de dónde se han sacado o hacerlo vía el botón de compartir dentro de Facebook para que quede constancia de la fuente.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos número 161 (9 de septiembre de 2013).

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En verano, todo se ralentiza. Hasta los anuncios. La música es la única forma de destacar de alguna manera entre tanto corte publicitario. Los ‘grandes’ del verano lo saben y ponen el presupuesto a trabajar por la marca. Pero, además de ponerle música de lujo a un anuncio, se le puede dar ritmillo a la antigua, con un jingle de los de antes. Lo malo es cuando las dos cancioncillas se emiten juntas: se pierde el ritmo demasiado fácilmente. Así que cuando veo el spot de paella fácil de Gallina Blanca y luego el de Don Simón Soja tengo que elegir cuál recordar… aunque casi quiero olvidar los dos porque la letra me duele al oírla.

Televisión
Cada día hay noticias de alguna serie nueva. La televisión es tan prolífica como el cine. Y muchas veces ambos medios se relacionan bastante bien. Pero no siempre. No todo es serializable. Algunas películas sí dejan con ganas de más, pero no para estirar temporada tras temporada hasta que ya no se recuerde el original. Que quieran hacer una serie basada en «Almas de metal» me sorprende tanto tiempo después (¡40 años!). Pero es una buena película con una buena premisa a desarrollar. Lo que me pregunto es si, pasado el piloto y con él seguramente la trama original, podrá mantenerse fiel a la idea de la película o se perderá para convertirse en otra cosa.

Cine
Descubro vía Fernando una representación gráfica de citas de películas que despierta la imaginación. La mezcla de estos dos mundos, el cine y el diseño gráfico, resulta divertido. Primero está la cuestión de adivinarlas (si no te fijas en el título que las acompaña). Algunas servirían para jugar al Pictionary versión películas de lo representativas que son. Otras son prácticamente un chiste si se le quita el contexto del guión original. Claro que también está curioso si piensas en otra frase célebre de esa (u otra, qué más da puestos a jugar) y la intentas dibujar. Lo que, una vez más ha conseguido este tipo de gráfico, es que me entren ganas de ver alguna de las películas que aparecen.

Internet
Algo pasa, no sé qué es pero que algo pasa. Por un lado, gente que sigue cantando las buenas cosas que traen las redes sociales. Por otro, gente que ya está cansada de todo lo malo que traen las redes sociales. Por el camino, los que no saben si quiera qué son las redes sociales. ¿Qué pasa? Pues no sé, pero esta sensación de estar ‘en mitad de ninguna parte’ es bastante rara. Ya no sé hacia dónde se mueve la balanza: ¿hay más gente que disfruta de las redes sociales o hay más gente que se quiere ir? Si a la mayoría le pasa como a mí: según el día, sí que cerraría todas mis cuentas pero otros me dan algunas alegrías que compensan los malos momentos. El tiempo lo dirá.

[Contenidos] Marketing de contenidos para pymes con pocos recursos

Hoy quisiera continuar la estela que empecé la semana pasada hablando de cuánto cuesta el marketing de contenidos. “Mucha pasta”, estarás pensando… Si acabas de montar tu negocio o eres una pyme o micropyme, seguramente añadirás “mucha pasta que no tengo”.

Algunos suscriptores me escribieron entre sorprendidos y asustados, diciendo que no podían asumir esas cifras, que qué podían hacer. Así que aprovecho las respuestas que les di para la newsletter de hoy y así convenceros a todos que también las pymes pueden utilizar el marketing de contenidos. Recuerda que es una forma de entender los contenidos más que la obligación de tener un determinado volumen de contenidos publicados.

Lo primero que tienes que tener claro (sin tener en cuenta el tamaño de tu empresa) es que si no crees en los contenidos, no importa lo grande o pequeño que sea tu presupuesto, la cosa no acabará bien. ¿Qué significa creer? Es un compromiso, saber que tendrás que prestarles atención, dedicar horas a pensar, escribir y dar a conocer esos contenidos.

Piensa qué haces en tu tiempo libre (dentro y fuera de la oficina) y valora si podrías haber dedicado un rato a escribir un post, por ejemplo. Sofá, trabajo, amigos, familia… muchas cosas se pueden interponer entre los contenidos y tú. Pero si crees que realmente te van a servir para algo, repartirás tu tiempo de manera que puedas dedicarles un ratito cada día.

El recurso del tiempo es más amigo para las pymes que el recurso del dinero porque no hace falta escribir todo el contenido, al contrario, se puede utilizar el de los demás haciendo de content curator. Dedicando unos minutos al día a filtrar contenidos (en lugar de horas si tuvieses que crear todo el contenido tú), se puede mantener una cuenta en Twitter o en Facebook lo suficiente activa como para recomendar contenidos relevantes.

¿Hace falta algo más para poder decir que hacemos marketing de contenidos? ¿Es obligatorio tener un blog o enviar una newsletter? En realidad no hay un mínimo de contenidos necesario (importa más el qué y el cómo que el dónde). Pero, si solo usamos un canal, estaremos limitando el alcance de nuestros contenidos y poniendo en peligro la consecución de nuestros objetivos.

Por eso mi recomendación para pymes con pocos recursos de tiempo es centrarse en un canal y, si hiciese falta, avanzar a partir de ahí, ampliando poco a poco cuando los anteriores estén consolidados. Empezar tratando de abarcar mucho es un error que las pequeñas empresas no pueden permitirse porque, entonces, dejan de creer en los contenidos.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos número 153 (15 de julio de 2013).

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Internet
Llevar unos años rondando por Internet hace que te sorprenda la visión de quien acaba de llegar. Algunas veces explico en clase un poquito de esa historia porque un poco de contexto ayuda a entender mejor dónde estamos. Pero sí, ‘lo de antes’ suena extraño cuando se habla de servicios que solo tienen un par de años. Pero, aún así, es posible que haya un referente previo que merezca la pena conocer. Por ejemplo, me resulta imposible hablar de Pinterest sin antes hablar de Flickr, por mucho que la gente acabe poniendo las fotos en álbumes de Facebook y que Twitter se empeñe en extender las imágenes de los artículos. ¿Es Flickr algo ‘de antes’? Yo creo que no, pero me encuentro con gente que no es capaz de valorarlo porque ‘ahora’ se lleva Pinterest. Mala forma de enfocar la estrategia.

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Meter miedo para vender, un gran tema publicitario que me encuentro en el artículo de Álvaro Anguita. Así se hace muchas veces, sí. Pero en la concienciación no todo vale. Y no es lo mismo, no. Este año aún no he visto la habitual campaña de tráfico pero imagino que irá por esa vía, la dramática, para recordar que hay que tener cuidado en la carretera cuando se sale de vacaciones. Es la vía fácil también para productos relacionados con la seguridad: tiembla si no me compras porque te pasarán cosas malas. Claro que también asustan dentífricos porque te sangran las encías, detergentes porque llevarás a tus hijos sucios al colegio o lavavajillas porque tus invitados encontrarán restos de suciedad. Vamos que la publi es peor que una peli de terror.

Cine
Hay indicadores para saber si salimos de la crisis o no, los expertos lo dirán tarde o temprano. Y uno ¿es o debería ser? la asistencia a las salas de cine. Parece que ha mejorado últimamente, buenas noticias. Hay condicionantes a esa mejoría como explican en Blog de cine. Pero no lo veo como algo malo si no como que el sector se esfuerza por seguir activo. No obstante, sigo leyendo noticias de salas que se cierran por toda España, malas noticias. Es otro indicativo que puede tomar como referencia, pero entonces no estaríamos tan alegres. Como en todos sitios, hay noticias para todos los gustos y elegir a cuál prestar más atención es cosa de cada uno.

Televisión
A los catalanes nos gusta más ver la tele que ir al cine, escuchar la radio o leer. Eso concluye un estudio de la Conselleria de Cultura y, según el día, me veo totalmente reflejada en estos resultados. Pero no siempre. Las actividades culturales reflejan nuestro día a día: hoy me apetece ver la tele porque estoy cansada y no quiero pensar; mañana me apetecerá leer un libro porque me despierta la mente; pasado querré ir al cine porque se está fresquito en la sala; y al otro escucharé la radio mientras trabajo. Pero quizá también me ponga una serie que me mantiene pegada al sofá de lo interesante que es; cierre el libro porque me aburre; no entre en la sala porque prefiero dar una vuelta por el parque; y quite la radio porque me distrae. Situaciones diferentes, acompañamientos diferentes.

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