Los contenidos pueden ayudar a tu empresa… ¿o no?

Después de dar varios años de clase, muchas veces me han hecho la pregunta de si ‘esto de los contenidos’ puede ayudarles realmente o no. A muchas personas les cuesta imaginarse dedicando el tiempo y esfuerzo que supone implementar una estrategia de contenidos. Pero muchas otras dicen que tiene beneficios, que es una buena opción para las empresas… así que hay quien tiene dudas de si probarlo o no.

Pues tengo una buena noticia para todos ellos: el marketing de contenidos no es obligatorio. Sí, para la mayoría de empresas es una fantástica opción. Pero también hay otras a las que no les sirve para casi nada o, mejor dicho, no de la forma más convencional que se escucha por ahí y que sacarían mayores beneficios de otro tipo de estrategia.

Para tratar de separar unas de las otras, he preparado un nuevo test. Contesta 10 preguntas tipo Sí/No y obtendrás un porcentaje: el número que ha de decantar la balanza hacia si necesitas los contenidos (porcentaje mayor) o no (menor porcentaje).

Como las otras herramientas de mi centro de recursos, es un test anónimo así que anímate a probarlo.

[Contenidos] Emprendedor, genera contenidos sin caer en el egocentrismo

Hoy quisiera hablarte de cómo los emprendedores ven la estrategia de contenidos. Me refiero a esa planificación que te lleva de tu estado actual al deseado, es decir, hacia tu objetivo. De manera que sí, también podría aplicarse a cómo ven al marketing en general. Por ser algo tan importante, no hay que dejarse llevar por la ilusión del feliz momento en que uno firma los papeles de su empresa (o de su autonomía si lo prefieres).

Ilusión, energía o ganas de demostrar algo, llámalo como quieras pero de eso tienen mucho los emprendedores y personas que se tiran a la piscina a montar algo, saltando sin red si fuese necesario. Por eso, llevados más por instinto de supervivencia que por lo racional que tiene una estrategia, es más fácil que cometan algún error por el camino. Cuando se habla de estrategia, no se puede dejar al azar, hay que planificar desde el primer momento.

Al principio, el emprendedor cuida su negocio como si solo tuviese cosas buenas y habla constantemente de lo ingenioso que es por haberlo inventado o implementado o de lo revolucionario que es en su sector.  Intenta contagiar a cualquier costa a los que tiene a su alrededor. Sea lo que sea, siempre es un yo, yo, yo. ¿Te suena? Seguro que sí, ¿y a que cansa y no atrae mucho? A veces, hasta es spam.

Ese egocentrismo es un error común en empresas que empiezan, hablan constantemente de si mismas sin preocuparse demasiado de que alguien les va a tener que comprar para sobrevivir pasada la inyección de capital inicial. Así que crean contenidos con lo que les parece más importante: ellos mismos desde su punto de vista, sin pensar en esas personas.

Tendrán su web, abrirán canales, publicarán lo primero que les venga a la cabeza… y todo sin pensar en su estrategia, simplemente llevados por la inercia del momento. Y les durará un cierto tiempo pero con resultados inciertos. Así que después vendrá la desesperación, cuando la euforia deje paso a la realidad y el desorden les haga dar cuenta que lo que hacen no se puede coger ni con pinzas.

Estas fases no son solo cosa de emprendedores, también las empresas que llevan tiempo en el mercado pueden encontrarse con que han perdido el Norte y siguen hablando de ellas mismas. O, peor aún, no tienen ni idea de qué hablar si ellos como empresa también están estancados porque la inercia de la cotidianeidad es nefasta para conseguir algún resultado.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 129 (28 de enero de 2013). Suscríbete gratuitamente para recibir un artículo exclusivo cada lunes.

[Contenidos] Haz una auditoria y empieza tus contenidos sin prejuicios

Hoy quisiera hablarte de inventarios y auditorias como excusa para explicar los prejuicios en los que se puede caer al tratar con contenidos. Y hay unos cuantos, pero primero un poco de contexto.

Un inventario de contenidos es un documento que resulta después de haber investigado todos los contenidos que tiene una empresa. Refleja el tipo, la fecha, el responsable y un título, descripción o palabras claves que lo resumen. Suele ser una tabla que incluye la web pero también los materiales por digitalizar como pueden ser artículos de prensa o catálogos de producto.

Si al inventario le añadimos una columna que permita categorizar la calidad o utilidad de ese contenido en concreto, pasaremos de un documento cuantitativo a uno cualitativo. Así, podremos pasar a llamarlo auditoría de contenidos ya que se le otorga un valor, es decir, se juzga si merece la pena conservarlo, borrarlo, editarlo para utilizarlo o crearlo de nuevo.

Explicando esta sutil diferencia me encontraba el otro día en clase cuando un alumno me preguntó por qué hacerlo antes, como yo proponía, en lugar de hacerlo después de saber qué contenido se necesitaba para rellenar el árbol de contenidos. Mi respuesta la tienes al inicio de esta newsletter: para evitar los prejuicios. ¿Por qué condicionar la búsqueda a lo que esperas encontrar en lugar de ampliarla a lo que no sabes que tienes?

Una auditoría refleja todos los contenidos que puede usar una empresa para su estrategia de contenidos pero el trasfondo es descubrir más ya que los contenidos reflejan qué somos. Por ejemplo, si tenemos pocas fotos nos servirá para valorar abrir un canal como Flickr o Pinterest o si tenemos muchos artículos sobre un tema concreto nos servirá para descubrir sobre qué pueden tratar nuestros contenidos. Entonces, ¿por qué dejar en el cajón ‘algo’ que nos ayudaría a explicar quiénes somos ‘simplemente’ porque no sabemos que existe?

Lo mismo ocurre a la hora de redactar un contenido: puedes documentarte buscando datos que solo refuercen tu idea inicial o puedes abrirte a encontrar puntos de vista que lo enriquezcan y que te sirvan para mejorarlo.

Por eso sugiero hacer un inventario antes de hacer una estrategia de contenidos, antes incluso de hacer un árbol para una nueva web. Es como empezar por la monitorización antes de hacer un plan de medios sociales. Si se hace después, se pierde la perspectiva de lo que podría haber sido y simplemente se rellenan los huecos que tenemos preconcebidos

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 128 (21 de enero de 2013). Suscríbete gratuitamente para recibir un artículo exclusivo cada lunes.

[Contenidos] ¿De qué van tus contenidos? Sé (un poco) egoísta

Hoy quisiera hablarte de unas cuantas formas con las que se puede responder a la pregunta: ¿sobre qué han de tratar mis contenidos?

Al hablar de las tareas de content curation, ya vimos que para elegir el tema general sobre el que ha de hablar la empresa debe fijarse en el propio negocio, es decir, la base a utilizar son las palabras clave que resumen lo que es la marca: su historia, su diferenciación, sus valores…

Es algo evidente en canales claramente corporativos como la web o el blog, donde hablar de uno mismo es lo que se suele esperar. Pero esta evidencia parece que se difumina al visitar ciertas redes sociales donde es fácil dejarse llevar por el chateo y los deseos de gustar, alejándose algunas veces de lo que se esperaría de una empresa.

Así que a antes de publicar, hay que asegurarse de que los contenidos aporten tanto a la empresa como al usuario. Ya hemos dicho muchas veces que éste es el centro de la estrategia: publicaremos lo que le guste a nuestra audiencia, de la manera en que lo esperaría leer y dónde lo quiera consumir. Pero no por eso hay que dejar de pensar en los objetivos de la empresa.

Otra forma de enfocar los temas a tratar es ‘el riesgo’ (como sinónimo de controversia, posicionamiento frente a la actualidad…) que quiere asumir la empresa a la hora de crearlos o trabajarlos. De alguna manera también se puede relacionar con la dedicación porque arriesgarse lleva tiempo de aceptarlo, validarlo, prepararlo…

Este planteamiento, sacado de la estrategia de contenido de Coca-cola, se basa en porcentajes de 70-20-10%, siendo el más bajo el que puede generar más conflictos, y que también ayuda a que se sea tendencia, y el más alto el menos problemático, quizá pensado para el link builing.

Pero aún hay otro criterio para elegir lo que tenemos que publicar: intentar no aburrirse mientras se escribe. Así que piensa en lo que te gustaría leer en tu blog y escríbelo. Sé egoísta de tanto en tanto, por ejemplo, un 10% de las veces si quieres arriesgarte. Puede que te sorprendas y descubras que hay más gente con la que compartes algo.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 115 (22 de octubre de 2012).

[Contenidos] Implementación de una estrategia de contenidos sin recursos

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Hoy quisiera hablarte de la implementación de una estrategia de contenidos. Para los que la han diseñado, es el feliz momento en que se convierte en realidad porque se pasa de la teoría a la práctica; para los que tienen que hacerse cargo de ella sin haber participado en su creación, puede ser una obligación y acabar poniendo en peligro sus buenos resultados.

Igual que en cualquier otra estrategia, la implementación depende de la asignación de recursos económicos y humanos, sin olvidar que hay un componente tecnológico que puede influir en cierta medida en ellos.

El punto en el que los recursos económicos y humanos se entrecruzan es cuando se responde a tres preguntas básicas para ponerse en marcha: ¿quién se hará cargo de los contenidos dentro de la empresa? ¿Esa persona tiene el tiempo y los conocimientos necesarios? ¿Qué tareas dejará de hacer o en qué hay que formarla para pensar, escribir, publicar y promocionar contenidos?

Cuando lo que falla es conocer los pequeños trucos de la profesión, se puede encontrar buenos substitutos que nos ayuden a conectar con los usuarios como son personalidad de la marca, complicidad con los usuarios y creatividad de la persona. No es necesario ser grande para tener alguna de estas características, solo las ganas de ponerlas a trabajar para beneficio de la empresa.

Cuando lo que falla es el tiempo, recurrir al reciclaje de contenidos, convertirte en curator o programar las actualizaciones aprovechando momentos más  inspirados son formas de aprovechar el poco que se tenga al máximo. No siempre podremos crear desde cero pero aún así podremos seguir aportando valor a nuestros seguidores.

Cuando las dos cosas fallan, es decir, no se encuentra a la persona adecuada dentro de la empresa o no se tiene la estructura necesaria, se puede recurrir a externalizar las tareas. Entonces sube la partica económica y baja la de recursos humanos internos.

En base a estas cuestiones, se puede fijar el prepuesto con el que el responsable de los contenidos debe trabajar para saber cuánto tendrá que invertir en implementar una estrategia de contenidos. Contabilizando el precio/hora de los trabajadores implicados o los sueldos externos, se puede llegar al coste. Si fuese necesario, habría que sumar también algún programa o servicio para publicar contenidos.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 97 (18 de junio de 2012). Suscríbete gratuitamente para recibir un artículo exclusivo cada lunes.

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