Podemos ver estos días dos anuncios de coches de marcas diferentes pero con los mismos protagonistas: dos hermanos y sus juguetes. Con los mismos ingredientes, dos anuncios diferentes para dos públicos diferentes: el monovolumen de Kia para las chicas y todoterreno de Chevrolet para los chicos.
En el spot del Kia Carens un sheriff acaba montado (hacía el final del anuncio) en un poni rosa para alegría de la hermana, sonrisa de la madre e ignorancia del padre que sigue conduciendo como si nada. Ver a los tres malos reirse del bueno resulta gracioso, no hay nada perturbador en el anuncio, al contrario, se respira tranquilidad (al menos para las chicas, los chicos o están enfadados o ni se les ve la cara). El slogan es «Todo un mundo interior».
El otro spot es del Chevrolet Captiva y es todo lo contrario que el Kia. En este caso, un coche irrumpe (a los dos segundos) en un plácido día medieval asustanto a los habitantes del castillo y provando el miedo. Es claramente un anuncio más agresivo, desde las imágenes del coche hasta en la música.
Aquí es la niña la que se queja (también a su madre) cuando el hermano chafa felizmente con el coche sus muñecos (un poco gore, ¿no?). En su pasividad, la madre llama a un tal Juan y vemos al padre llamar a un Luis sin dejar de hacer sus cosas. El slogan es «El último de los legendarios todoterrenos Chevrolet».
Al final, el Carens nos deja con una sonrisa y el Captiva sin saber quién es quién en ese juego de nombres.