Quinta encuesta sobre contenidos en España (y sorteo entre los participantes)

Ya está aquí la nueva edición de la encuesta sobre contenidos en España. Por 5º año consecutivo, te pido ayuda para conocer cuál es el estado de los contenidos en empresas españolas: qué contenidos se publican y dónde, qué objetivos se miden y cómo, qué tareas se externalizan, quién se encarga de ello, qué documento se utilizan… todo ello y más porque hay mucho que aprender sobre el uso que damos a los contenidos.

Como siempre, las respuestas son anónimas así que se ruega sinceridad y los resultados los publicaré en formato ebook espero que antes de acabar el año. La encuesta estará activa hasta el 16 de noviembre.

Participa en la encuesta 2016

Si necesitas un incentivo, este año sorteo un ejemplar de mi libro «Estrategia de contenidos» entre los que participan. Para ganarlo y que te llegue a casa, tienes varias opciones pero las que más puntos dan son contestar la encuesta y ser suscriptor de mi newsletter (el resto se desbloquean al lograr estas dos). El plazo para participar es el mismo que la encuesta: 16 de noviembre.

Antes de irte, ayúdame a los resultados sean más representativos compartiendo esta página con tus contactos. ¡Gracias!

Ayuda a @evasanagustin: participa en la Encuesta sobre el estado de los contenidos en España #estadocontenidos16 Compartir en X

Actualización 16 de noviembre: cerrado el plazo de la encuesta y del sorteo, aquí dejo el widget con el ganador.
a Rafflecopter giveaway

Media News S41 A16

Cine
Caí, finalmente vi la nueva versión de «Los 7 magníficos» pero confieso que ya iba con la intención de no compararla con las anteriores. En algunos momentos me lo pusieron difícil porque usaron un par de frases que inevitablemente me trajeron a la mente a Yul Brynner y Steve McQueen, pero en general es fácil olvidarse porque ni los personajes ni lo que les pasa son lo suficiente parecidos como para comparar. Es una buena película para iniciarse en el western porque tiene todos los elementos clásicos: sonido de espuelas y pisadas en los tablones de madera, primeros planos de miradas desafiantes, duelos, pistolas… pero llevada a los ¿gustos actuales? donde las muertes se cuentan con muchas más balas que las que entran en un cargador.

Internet
Muchas veces empiezo mis clases hablando del montón de contenidos que se generan hoy en día. Suele estar relacionado con las tareas del content curator o por la necesidad de crear una estrategia de contenidos que ponga orden, pero el correo electrónico es un pozo sin fondo de mensajes que no sirven para nada. Lo peor de todo es la sensación de que la mayoría se contestan sin leer, creando cadenas absurdas para confirmar lo que debería haber quedado claro en el primer mail. No tiene lógica, pero ocurre lo mismo en WhatsApp. Donde no ocurría tanto es por SMS porque, por si alguien no se acuerda, antes se pagaba por cada uno que se enviaba.

Televisión
Después de haber ¿sufrido? varios debates este año, solo deben seguir los que se hacen para la presidencia americana quienes realmente disfrutan de este género. Claro que los informativos se lo pasan en grande ofreciendo montajes con los momentos estelares. De hecho, totalmente de acuerdo con Borja, cada vez hay más espectáculo alrededor de las noticias, hasta el punto de que no tengo muy claro de por qué las siguen llamando así porque los redactores practican el clickbait como si estuviesen en un medio online ganando dinero a cada visita que consiguen. Pero no, son medios tradicionales que supuestamente aún atesoran la verdad periodística. Démosles unos años más, quizá se inviertan las tornas y la seriedad se instale en Internet.

Publicidad
Visto desde fuera, quizá somos un poco contradictorios: nos quejamos de tener muchos anuncios en nuestra tele pero pasamos el rato viendo spots de otros países en YouTube. Tienen su gracia por no conocer las marcas y no haberlos visto nunca, pero no sé si otros pensarán lo mismo de nuestras campañas porque yo no las percibo tan interesantes. Por ejemplo, se me hace imposible imaginar que “Free the kids” estuviese en nuestras pantallas, ni siquiera en las online. Pero según parece sí hay una parte de la acción que tiene lugar en España o al menos siguen la misma idea que hay detrás de la campaña. Por cierto, para los que no vayan a ver el vídeo del link, la moraleja es: pasa más tiempo al aire libre (aunque esté orientado a niños, sirve para mayores).

[Contenidos] Datos a favor de publicar mejor contenido (calidad), no más contenido (cantidad)

calidad-cantidad-contenidos

Buenas noticias: podemos dar por terminada la discusión de si es mejor calidad o cantidad en cuanto a la publicación de contenidos (la solución está en el título de este post).

Hace un tiempo comentaba la relación entre extensión y engagement pero en los últimos días he visto más datos que relacionan los buenos resultados con la calidad de lo publicado, no con la cantidad de piezas de contenido. En otras palabras: mejor publicar buen contenido que mucho sin motivo aparente. Aún más claro: ¡nada de publicar por publicar para llenar «la cuota» de cada canal!

Mucho contenido, poco engagement

El informe de Beckon habla de cuántas piezas se publican y el engagement que consiguen. Los números asustan más por sus bajos resultados que por el volumen publicado (aunque sean de empresas grandes): ¿te imaginas triplicar la creación de contenido para llegar a 29.000 piezas de contenido o saber que otros llegan a 50.000 piezas en un año y que en ambos casos el 95% del contenido pasa casi desapercibido? No son buenos datos para argumentar a favor de la creación de contenidos pero sí son reales según Beckon y su resumen de PRDaily.

El 95% del contenido no consigue engagement (lo dicen los datos) Compartir en X

Una de las conclusiones del informe es que no por incrementar el volumen se aumentan los resultados. Éstos los han contabilizado en interacciones de los usuarios (engagement) pero, como dicen, seguro que la mala calidad también influye en su reputación y eso a la larga lleva a menos ventas. La inversión (o su ausencia) es otro factor a tener en cuenta ya que nada es gratis.

Para acabar de creernos estos datos a favor de la calidad de los contenidos, desde Intel IQ los confirman con los suyos propios: hubo un tiempo en que creaban 60 artículos al día pero desde que lo bajaron a 30-35 piezas el engagement subió tres o cuatro veces. Confieso que yo también he hecho la prueba en mis redes alguna vez y mi conclusión es similar: no por más cantidad se consiguen más cosas.

La frecuencia de publicación ideal

frecuencia-twitter-facebook
Fragmento de la infografía de Buffer sobre frecuencia de actualización en redes sociales

Mejor calidad que cantidad es otra forma de decir que no tenemos que ser muy pesados a la hora de establecer una frecuencia de publicación en nuestros canales. En Buffer dieron sus referencias basadas en sus datos de engagement: 3 veces al día para Twitter, 2 para Facebook y 1 para LinkedIn, además de 2 posts a la semana. A algunos les parecerá poco pero para otros será mucho (en mi libro «Marketing de contenidos» sugiero como mínimo 1 actualización social al día y 1 post a la semana).

En HubSpot se centran en el blog y sus resultados en leads (no engagement) para sacar datos: las empresas que publican más de 16 posts al mes (3 o 4 a la semana) triplican en tráfico a las que publican menos de 4 al mes (1 a la semana) y las cuatriplican en número de leads. Centrándose solo en empresas B2C, las que publican 11 posts al mes (2 a la semana) consiguen 4 veces más leads que las que publican 4 al mes (1 a la semana).

Está claro que tus recursos influyen a la hora de determinar la frecuencia pero al menos con estos números tienes una propuesta para empezar y, a partir de sus resultados, valorar si reducir o aumentar el esfuerzo (en mi libro «Estrategia de contenidos» comento cuánto puede costar hacer los contenidos y cómo saber si merece la pena o no).

Mezclando cantidad y calidad

Podemos empezar haciendo pocos y buenos contenidos, seguramente llevados por la ilusión de los primeros meses. Pero, pasado un tiempo, es fácil acabar cayendo en las prisas o en la desgana y publicar por publicar, sin fijarnos demasiado en por qué o cómo lo estamos haciendo. Tener una estrategia de contenidos y un calendario para implementarla es la mejor forma de cuidar la mezcla para que la calidad no se resienta por la cantidad y así publiquemos siempre cuidado cada pieza.

Lo bueno que tienen los blogs (que no todas las redes sociales) es que se puede editar y mejorar el contenido después de haberlo publicado. Si queremos que nos ocurra como a HubSpot que sus posts de más de un mes de vida son los que les dan más rédito de tráfico y visitas, podemos revisar lo hecho hasta el momento para asegurarnos que tienen un mínimo de calidad. En SmyrnaThemes dan algunas ideas para optimizar artículos antiguos como revisar el SEO, enlazar a contenidos relacionados o añadir imágenes. De esta manera, podemos mantener la calidad aún teniendo un gran volumen de contenidos.

Por cierto que todo esto me recuerda el papel que juega el content curator seleccionado el contenido más interesante de entre todo lo se que publica.

Media News S40 A16

Televisión
La nostalgia por las series antiguas es algo que define a una generación aunque las nuevas lo vean todo antiguo. Leer sobre recuperar el espíritu de «Alfred Hitchcock presenta» me hace pensar en los que disfrutamos con sus historias pero también en los que ni saben quién es el rey del suspense. Además, mientras escribo esto, en Mega están reponiendo «El equipo A» y sus hazañas nada mortales pero sí inmortales para muchos. También pronto estará «MacGyver» tratando de arreglar las cosas con un clip, aunque supongo que llevará algún gadget más si realmente quieren adaptarlo a la época actual. Por no hablar de que el cast de «Will & Grace» hace «un spot» o que Chicho Ibáñez Serrador reaparece en televisión. En resumen: ¡viva la nostalgia!

Publicidad
El brindis más esperado del año será un déjà vu porque, según parece, Freixenet repetirá el mismo spot que el año pasado. Constantemente vemos campañas repetidas, no es algo raro en el mundillo. Pero sí lo es para ellos y cualquiera que durante años nos ha acostumbrado a esperar con curiosidad quiénes son sus protagonistas o qué historia cuentan. Eso sí es raro, por muy justificado que esté desde otras perspectivas. Se me ocurre imaginar un mundo donde la publicidad siempre es la misma, repetida bloque tras bloque, sin variaciones durante años. Poco caso le haríamos pero algo así pasa en las páginas web de las empresas que no las cambian en varios años y seguimos comprando en sus tiendas.

Cine
¿Una ley para permitir que se pueda eliminar la fecha de nacimiento de un actor de una web? ¿En serio? Tienen sus motivos pero me atrevo a decir que no servirá de mucho porque, como mínimo, Internet no olvida y en otros muchos sitios se podrá encontrar la información. Igual dentro de poco hacen otra ley para que los actores puedan pedir que se elimine sus nombre de las fichas de las películas con las que no quedaron contentos, a lo Alan Smithee. Es como hacer un curriculum a su gusto o más bien al de la industria que les ha de contratar. La ley es una vía para llamar la atención sobre el tema que les preocupa pero espero que acabe por dejar de tener sentido votar leyes de este tipo.

Internet
Si tienes una idea, hazla realidad. Pero rápido porque seguro que hay alguien a quien también se le ha ocurrido algo parecido y no duda en llevarlo a la práctica. Se sale en beta para ser los primeros y se usa el método lean para salir con el mínimo viable, no hacen falta grandes inversiones ni que todo esté perfecto. Así funcionan hoy los negocios online y por eso hay tantos y tantos que se parecen. Pienso en ello porque, en el plazo de menos de una semana, he descubierto 2 nuevos compitiendo por hacer lo mismo de uno que ya lleva un cierto tiempo en el mercado. Por lo que he visto en sus webs y contenidos online, parece que no hay grandes diferencias más allá del precio final. ¿Habrá espacio para los 3 y los que estén por venir? El usuario decidirá.

[TV] 10 años después, ¿la tele lo filma?

Algunas veces se me olvida que este blog empezó estando dedicado a los medios tradicionales, digamos que algo parecido a un hobby para mí. Han pasado muchos años (en unos meses serán ya 12) pero d+m sigue siendo un lugar donde descargar mis ideas aunque cada vez sean menos mass media. Así que siempre se me olvida que mi primera aventura editorial fue un capítulo para el libro «La televisión no lo filma«, un recopilatorio sobre la visión televisiva de por entonces. Era septiembre de 2006 y yo escribí sobre Internet como un canal para el telespectador.

Han pasado 10 años y las cosas han cambiado mucho… pero mucho, mucho. Tanto que haría falta otro libro para explicar los cambios, no un post con el que solo pretendo apuntar algunas ideas que me llaman la atención. En realidad, durante esta década, gracias a mis posts de los miércoles, he ido dejando referencias al tema. Hoy, simplemente como aniversario, comparo algunas.

Hay que ponerse en situación: en 2006, no todas las televisiones permitían ver su programación online, algunas solo daban fragmentos y las más nuevas aún estaban en pañales. La TDT sonaba a rollo para vendernos televisores y la TDT de pago aún sonaba peor, no se habían fusionado los grandes canales y seguíamos discutiendo para ver quién decidía lo que se veía en la tele (nótese el singular). Teníamos VHS para grabar lo que no podíamos ver y había que hacer virguerías para evitar los anuncios que sabíamos que duraban mucho pero no cuánto. Telefónica aún era Telefónica y el iPhone solo estaba en la mente de su creador, no en las manos de millones de usuarios.

En 2016, todo ha cambiado. A los móviles ya no se les llama así, si no segunda pantalla. A los televisores también se los llama inteligentes, pero más por sus funcionalidades que por lo que emiten. Las series se subtitulan casi de un día para otro para hacer estrenos más globales. Los grabadores no necesitan cinta ni disco duro, solo espacio virtual de almacenaje, y puede dejarse programada toda una serie completa aunque no sepas qué día ni a qué hora se va a emitr. De hecho, los programas se pueden rebobinar en directo sin necesidad de grabarlos de ninguna forma previa. Hay apps para cambiar de canal sin tener el mando (aunque se puede provocar una guerra en el sofá). Es posible ver cientos de canales pero también conectar el móvil y ver vídeos hechos por cualquier usuario.

Todas estas cosas (y más que me dejo en el tintero) sonaban futuristas hace una década pero hoy son una realidad. Es cierto que algunas son de pago y que otras son innecesarias para ciertos públicos. Pero constantemente se anuncian cambios en cómo consumimos la programación de las cadenas porque nosotros, la audiencia, provocamos ésos cambios en colaboración con una tecnología que tampoco se detiene. Estemos en la televisión 3.0 o ya 4.0, diría que vamos por buen camino porque esta tele me gusta más que la de hace una década.

Para ser legal, te aviso de que utilizo cookies en esta web:    leer detalles y configurar preferencias
Privacidad