[Contenidos] Educar desde la web corporativa, como si fuese un curso

Hoy quisiera hablarte de cómo educamos a nuestros clientes a través del contenido y por eso voy a comparar una clase con lo que se puede publicar online, en la web o en medios sociales.

Recuerda la última vez que fuiste a una clase. Si tienes experiencia como docente, también, piensa cuándo estuviste al otro lado escuchando a otro profe que no fueses tú. Pregúntate:

  • ¿Cómo encontraste ese curso?
  • ¿Por qué te apuntaste?
  • ¿Qué preparación previa te pedían?
  • ¿Qué te pedían que hicieses durante el curso?
  • ¿Cómo continuó tu formación una vez acabado?

No caigas en comparar una charla con una clase: hablo de una sesión con un programa docente más amplio, con una duración superior a 1 o 3h y de pago. Una clase en la que tú quieras aprender algo por necesidad personal o profesional, eso no importa para este ejemplo.

¿Ya has recordado y contestado a esas preguntas como estudiante? Vamos a verlo ahora desde la perspectiva del profesor. Si no tienes experiencia como docente, intenta pensar en qué tendrías que hacer si quisieras organizar un webinar. Pregúntate:

  • ¿Cómo atraerías a los alumnos?
  • ¿Cómo les convencerías para que se apuntasen?
  • ¿Cómo seleccionarías a los alumnos si tuvieses plazas limitadas?
  • ¿Cómo mezclarías la teoría y la práctica?
  • ¿Cómo tratarías de continuar la relación con los alumnos al acabar el curso?

Todas estas preguntas, las de alumno y las de profesor, parecen perfectamente lógicas y necesarias tanto para asistir como para preparar una clase, ¿verdad? Pues lo mismo podría hacerse para preparar el contenido de una web. Repasa las preguntas aplicadas a una web:

Los contenidos de una web o de un blog han de educar a nuestros usuarios, enseñarles igual que lo haría un webinar o una clase presencial. El alumno ha de encontrarle utilidad al curso que va a pagar igual que el visitante de nuestra web ha de estar dispuesto a contratarnos o comprar nuestros productos. Han de ver de qué manera lo aprovecharán, cómo les ayudará en su día a día. La perspectiva educativa no es la única para los contenidos pero sí una parte importante en todo tipo de empresas.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 139 (8 de abril de 2013). Suscríbete gratuitamente para recibir un artículo exclusivo cada lunes.

«Marca y contenidos: el huevo o la gallina», por Javier Velilla

La octava colaboración al ebook “Contenido eres tú” viene de la mano de Javier Velilla, consultor de branding y comunicación corporativa para empresas e instituciones. Así que contenido eres tú, branding.

¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? Este dilema nos acompaña desde la antigüedad para cuestionar el origen de todo. ¿Es causa o efecto? En definitiva, las gallinas ponen huevos y de ellos provienen las propias gallinas. Estamos ante un círculo vicioso: reconozcamos que es absurdo preguntarnos qué fue primero.

Sucede algo muy similar cuando pensamos en marcas y contenidos. ¿Qué es más importante: X que no puede venir sin Y, a la vez que Y no puede expresarse sin X. No intentaré responder a esta pregunta, porque la cuestión es cómo relacionamos marca y contenidos de forma adecuada cuando son realidades que van tan íntimamente de la mano. Por desgracia, durante años la gestión de la marca y la dirección de contenidos se ha abordado de forma desagregada, separando la marca de los contenidos. Imagina: es como si lo que la marca promete y su expresión en contenidos fueran realidades diferentes. Y en tiempos de burbujas y tempestades, en el sector deberíamos aprender mucho de conceptos como overpromise: una promesa incumplida no sólo desdibuja, especialmente rompe corazones.

Si la marca es una propuesta de valor, los contenidos tienen que ver con la comunicación. Son realidades diferentes, aunque a veces se confunden. Pero en la diferencia también es importante recalcar que marca y contenidos tienen que conversar. Los contenidos tienen que explicar algo de una determinada manera a un tipo de persona y por un canal. Y, además, tienen que ser creíbles y relevantes. Enfocar los contenidos de forma desagregada es contraproducente: la marca debe ser un punto de partida, porque los contenidos tienen que versar sobre algo y de alguna manera.

Recuerda tus clases de Lengua y Literatura en el instituto. Hay cosas que sabes que te pueden valer. El tema literario era aquella síntesis que refería el asunto de una obra, ya fuera una novela, un relato, una poesía… El tema parte de la premisa que podemos detectar un tema central alrededor del cual giran los personajes, la trama, el estilo… Con el tema todo está relacionado y conforma una unidad. Pues bien: el tema es la marca.

Si la marca fuera una persona, ocuparía la función del editor jefe de tus contenidos: orienta, selecciona, edita, corrige y garantiza el valor y la consistencia.

Actualización 9 de junio de 2014: ya puedes descargarte el ebook «Contenido eres tú» con este capítulo y muchos más.

 

[Contenidos] La herramienta imprescindible para crear una estrategia de contenidos

Hoy quisiera hablarte de la herramienta imprescindible en una estrategia de contenidos o, en otras palabras, lo que no puede dejar de utilizar un content strategist. Dicho así, podrías pensar que se trata de algo que no puedes permitirte (es sabido que las mejores herramientas son también las más caras) pero sigue leyendo porque tiene la ventaja de ser gratuita, ni siquiera hace falta registro para utilizarla.

No es para la gestión de proyectos, ni de creación ni siquiera de curación de contenidos. No es Facebook, no es Word, no es Google. Nada de eso, no es un software ni un servicio online así que no valen excusas de no saber cómo funciona. Es algo aún más básico, más fundamental pero tan importante que, como recalcaba este sábado Javier Godoy, es lo que decide si una estrategia tiene éxito o no.  

¿Se te ocurre qué puede ser? Piensa un poco más. La usas cada día aunque no te hayas dado cuenta. Lo tienes muy cerca, al alcance de tu mano, de hecho, está sobre tus hombros. Sí, es tu cabeza, tu cerebro, tu inteligencia o como quieras llamar a las ganas de pensar, a lo que toma las decisiones o a la capacidad de argumentarlas.

Para que quede claro: no es la creatividad, originalidad o visión innovadora de los contenidos. Podría serlo y desde luego que son factores a tener en cuenta. Pero antes hay que atacar la parte racional de la estrategia. Recuerda que el azar, como el miedo, no es una opción.

Pensar, pensar y pensar. Mézclalo con leer, investigar y analizar para asegurarte de que tus ideas tienen sentido y son posibles, y tendrás muchas más posibilidades de tener una estrategia ganadora. Si sigues unas plantillas o simplemente te guías por lo que hacen los demás sin pensar antes si debe ser así, estarás cerca del fracaso.

Para hacer una estrategia de contenidos, hay que:

  • Reflexionar sobre lo que puede ser mejor o peor, lo que será más rentable o lo que gastará más recursos…
  • Tomar las mejores decisiones posibles después y solo después de haber valorado los pros y los contras de todas las opciones.
  • Justificar las conclusiones que se plasman en el documento entregable.
  • Saber argumentar frente el cliente o el superior cuando pregunte el fatídico: ¿por qué? O ¿Y por qué no esto otro?

Podemos basarnos en datos o en la experiencia, pero las estrategias no se construyen con frases que empiecen con ‘yo creo que…’. Una creencia es solo el primer estado de una idea. Hay que evolucionarla, seguir pensando en ella, hacerla crecer, blindarla con evidencias hasta confirmar que podrá enfrentarse a quien se le ponga por delante. Incluido el usuario final porque, nunca lo olvides, es para él es para quien se piensa la estrategia.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 134 (4 de marzo de 2013). Suscríbete gratuitamente para recibir un artículo exclusivo cada lunes.

«Estrategia de contenidos: el ritmo de tus contenidos», por Fabrizio Ferri-Benedetti

La segunda colaboración al ebook «Contenido eres tú» viene de la mano de Fabrizio Ferri-Benedetti, apasionado por saber qué pasa en las mentes de los usuarios. Así que contenido eres tú, estrategia de contenidos.

¿Has oído alguna vez una canción de rock sin percusiones? Prueba a escuchar Back in Black sin batería: ¿verdad que le falta sustancia? Por muy buena que sea una canción, sin alguien que se encargue de marcar el ritmo no va a llegar a los 40 principales.

En tu empresa puede pasar lo mismo. Tienes tu plan de comunicación. Tienes buenos contenidos. Tienes controlados los canales sociales. Si tu empresa fuese una banda, ya tendrías vocalista, guitarra y teclados. Pero todavía te faltaría a alguien esencial, el tipo que se encarga de darle ritmo a tus contenidos: el batería. Para mí, ese batería es el estratega de contenidos. Su labor no es cantar, sino ayudar a los demás miembros de la banda / empresa a comunicar de manera coherente, regular y sobre todo efectiva. Porque de vender va la cosa.

La estrategia de contenidos es una labor meticulosa de mediación y planificación en la que hay que unir a estrellas a menudo intratables y hacer que trabajen juntas para entregar su mensaje con regularidad y cohesión. El estratega de contenidos es también un puente entre la parte más creativa y la parte puramente técnica de la comunicación empresarial.

Pero salgamos un momento de la metáfora rockera. Lo que un estratega de contenidos hace para una empresa -cualquier empresa- puede resumirse en lo siguiente:

  • Crea un plan para publicar y mantener contenidos en todos los canales
  • Selecciona, configura y a veces crea el sistema de gestión de contenidos (CMS)
  • Diseña el ciclo de vida del contenido y entrena a los que lo protagonizarán
  • Implementa métodos para reducir costes de redacción, traducción, etcétera
  • Colabora con diseñadores de usabilidad para mejorar los productos
  • Colabora con márketing / comunicación para alinear voz y tono del contenido

Actualización 9 de junio de 2014: ya puedes descargarte el ebook «Contenido eres tú» con este capítulo y muchos más.

 

«Los contenidos te convertirán en un referente», por Andrés Pérez

La primera colaboración al ebook «Contenido eres tú» viene de la mano de Andrés Pérez, experto en desarrollo de marcas y autor de varios libros sobre posicionamiento personal (el último recién publicado «Marca personal para dummies«).  Así que contenido eres tú, marca personal.

Para mucha gente, el concepto de Marca Personal se ha asociado con deshumanizar a las personas y considerarnos como objetos o productos. Pero es justo lo contrario. Se trata de descubrir y comunicar nuestra singularidad para generar valor y dejar una huella positiva y memorable. No se trata de “vendernos” nosotros sino de vender bien lo que hacemos.

Para recordar nuestro amor utilizamos un punzón para marcar un corazón en un árbol. Para dejar un rastro, recuerdo, sello o huella es necesario utilizar un medio que genere ese impacto en la mente de aquellos a quienes queremos influir. La mejor forma de conseguirlo es ofreciendo muestras de aquello que somos capaces de hacer.

No se trata de decir lo buenos que somos sino de demostrarlo. Y la mejor forma de conseguirlo es comunicando nuestro valor por todos los canales posibles a través de textos, imágenes, videos o documentos útiles para el destinatario pero también para quien los crea.

Cuando un profesional es capaz de descubrir, extraer y comunicar eficazmente la información y los conocimientos relacionados con su especialidad se convierte en un referente. Los contenidos son la llave que le posicionará como una autoridad en su materia. Ya no es necesario que hable bien de sí mismo, lo que es poco creíble, sino que es lo que ofrece lo que hablará de él o ella y le situará como la opción a tener en cuenta.

Actualización 9 de junio de 2014: ya puedes descargarte el ebook «Contenido eres tú» con este capítulo y muchos más.

 

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