[Contenidos] ¿Cómo elegir el canal para publicar un contenido?

Hoy quisiera hablarte de canales, plataformas o medios, como quieras llamar a los lugares en los que se publican los contenidos. Hay muchas formas de acercarse a ellos pero la de hoy es cómo elegirlos. De hecho, la forma en que llamamos a los lugares es importante porque tiene unas ciertas connotaciones:

  • Canal: asociado a forma de distribuir el contenido, es el uso más habitual que inevitablemente remite a los elementos de la comunicación
  • Medio: se usa para hacer referencia  a medios sociales y de comunicación de masas o para separar entre medios pagados, propios o ganados
  • Plataforma: puede verse como un lugar desde donde promocionar o lanzar algo, aunque también se asocia a algo desarrollado de forma personal vía programación

Semántica a un lado, lo que importa es ser capaces de distinguir lo que queremos explicar (contenido) de ese lugar donde lo que queremos dar a conocer (continente).

También hay que tener en cuenta a nuestra audiencia, es decir, elegir en función de dónde están ellos. Hay una pregunta similar que es dónde podré llegar a más gente pero no es exactamente la misma: céntrate en tu perfil objetivo y no en los que no te interesan. Para responder a esto, es necesario recurrir a las estadísticas que pueda dar ese canal o hacer una monitorización y descubrir así la forma en la que nuestra audiencia potencial maneja ese canal.

Otra forma de enfrentarse a la elección de canal para nuestros contenidos es cuando ya tenemos varios y hemos de decidir dónde publicar.  Sería interesante haber descrito previamente la línea editorial de cada canal porque de esta manera sabremos fácilmente el sitio en el que encaja mejor.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos número 162 (16 de septiembre de 2013).

[Contenidos] Preguntas para una estrategia de contenidos en Facebook

La estrategia de contenidos que podemos desarrollar dentro de Facebook, evidentemente, tendrá que crearse bajo la misma línea del resto de contenidos. Pero resulta curioso que ‘lo que pasa en Facebook’ no se considera tanto una cuestión de contenidos si no de un plan de medios sociales.

Sea quien sea el responsable de pensar cómo alimentar a los fans (casi de cualquier red social), conviene que piense en:

  • La línea editorial: ¿de qué irán los contenidos? ¿Quién o qué más se publicará en el canal?
  • El origen de los contenidos: ¿creación o curación de contenidos? ¿De qué manera se mezclarán ambos tipos de contenidos?
  • El formato de los contenidos: texto, imágenes, vídeos… ¿qué se primará más? ¿Cómo tendrían que ser, hay guía de estilo?
  • El calendario de actualizaciones: ¿cuándo se publicará durante el día y en la semana?

Para contestar a todas estas preguntas haría falta saber los objetivos de la empresa y el perfil del público objetivo, pasos previos de documentación dentro la redacción online. Precisamente las variantes en la respuesta son las que crearán una estrategia u otra. Pero hay algunas recomendaciones que servirían para todos.

Una de ellas tiene que ver con el origen de los contenidos: deja para otros canales corporativos el discurso de venta y ofrece más recomendaciones de otros que de autopromo. Está claro que todas las empresas pasan por algún momento en el que hace falta una promoción más intensa. Vale, todos somos conscientes de eso, pero que no sea la tónica dominante. Recuerda que ‘fan’ y ‘amigo’ ya no significan lo mismo de antes.

La otra está relacionada con el lenguaje a utilizar en Facebook y, en general, en redes sociales. en Twitter aún tengo la sensación de conversación). Se supone que esos simbolitos sirven para añadir matices que habitualmente aporta la comunicación no verbal. Pero el exceso convierte en poco serias ciertas actualizaciones. Una cosa es mantener una conversación tirando a informal, algo propio de redes sociales, y otra diferente es pasarse el día riendo o guiñando el ojo. ¡Hay empresas con verdaderos tics!

Eso en cuanto a texto. Pero, en realidad, se escribe poco en Facebook. Se da más importancia a las imágenes porque está demostrado que funcionan mejor, es decir, que el fan reacciona e interactúa más con fotos que con un enlace o texto. Pero para quienes solo usan imágenes surge otro problema: ¿y los derechos de las fotos? Se puede recurrir a un banco de imágenes gratuitas. Y es que eso de coger fotos alegremente de los resultados de Google no debería hacerse. No está de más intentar citar de dónde se han sacado o hacerlo vía el botón de compartir dentro de Facebook para que quede constancia de la fuente.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos número 161 (9 de septiembre de 2013).

[Contenidos] ¿Lo mismo desde todas las perspectivas?

Hoy quisiera hablarte de por qué y cómo variar la perspectiva de los contenidos que generas para tu empresa. Podrá serte útil si llevas cierto tiempo dedicándote a ello pero también para empezar a diversificar desde el principio el tipo de contenidos que publicas.

Si te digo que te subas a la mesa para buscar ese nuevo punto de vista, puede que pienses que estoy loca, en cuyo caso te digo que no serías la primera persona en decírmelo. Pero espero que recuerdes esa frase por “El Club de los Poetas Muertos”, una película que puede calificarse de deliciosa y que te invito a ver si aún no has tenido la ocasión de disfrutar.

Resumiendo la escena de la mesa: el profesor de literatura pide a sus alumnos que se suban a su mesa para ver el aula desde otra perspectiva y así enseñarles a leer y a encontrar su propia voz. Cualquier enseñanza de las muchas que hace Robin Williams en esa academia serviría para aplicar a la redacción pero ésta es posiblemente la más evidente.

No es que quiera compararme con el Sr. Keating ni hacer de Capitán (aunque no sería la primera vez que habla mi yo docente). Pero sí que quiero animarte a que pienses en tus contenidos de todas las perspectivas que se te ocurran. A menudo nos dejamos llevar por lo que ya conocemos y llegamos a una conclusión con datos parciales, sin pensar en cómo lo vería otra persona… u otra empresa.

La parábola del elefante y los ciegos te puede ayudar a ver por qué dar un par de pasos atrás y tratar de ver la globalidad de lo que estás analizando: si solo explicamos nuestro punto de vista, puede haber otros que no lo vean igual y crean, como decía hace unos párrafos, que estamos locos. Si eso pasa, los estaremos perdiendo, dejarán de leer y con total probabilidad de comprar.

Pero si nos esforzamos en ver nuestro producto, nuestro servicio o nuestra empresa como nunca la hemos visto, estaremos un par de pasos más cerca de los posibles clientes que antes estaban perdidos. Súbete a tu mesa (ya te habrás dado cuenta que es metafórico, ¿no?) e imagina cómo vería otra persona los contenidos que has publicado recientemente. ¿Se llevaría una imagen real de tu negocio? ¿Qué tendría que cambiar para que le pareciese pensado para ella?

Buscar una perspectiva nueva suele ser sinónimo de buscar nuevos aires para recuperar la inspiración perdida, aunque también puede ser abrir la puerta y dejar que personas de fuera aporten su visión de lo que para los de dentro es algo tan cercano, tan cotidiano que les cuesta mucho encontrar esa perspectiva.

Es algo similar a lo que ocurre cuando intentas editar tu propio texto: hace falta distanciarse lo suficiente como para imaginar que lo lee otra persona que no te conoce de nada. Escribir solo para fans (los que te conocen tanto como para seguir leyendo) no te llevará a conseguir nuevos clientes.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 146 (27 de mayo de 2013). Suscríbete gratuitamente.

«Marketing para contenidos», por Fernando de la Rosa

La novena colaboración al ebook “Contenido eres tú” viene de la mano de Fernando de la Rosa, fundador de FoxizeSchool y experto en marketing digital. Así que contenido eres tú, marketing.

La popularización de la tecnología ha producido un cambio enorme en muchos sectores y comportamientos. Una de las áreas donde ha tenido más impacto ha sido en la creación y distribución de contenidos; todos producimos contenidos, más o menos elaborados y de más o menos valor. Debido a esta popularización en la producción y distribución de contenidos todos somos medios de comunicación. Como medios, deberíamos poder profundizar en técnicas y estructuras para rentabilidad el esfuerzo que realizamos con los contenidos más allá de utilizarlos para ganar visibilidad. Por ello, me gustaría hablar de marketing PARA contenidos.

Hablar de marketing PARA contenidos tiene que ver sobretodo en cómo diseñar contenidos, para que se produzca una transacción, monetaria o monetizable. La supervivencia de los medios de comunicación depende de su actividad de marketing. Las personas que explotan su conocimiento (autores, profesores) hacen marketing para contenidos, ya que sino no conseguirán vivir de ello. Los distribuidores de productos digitales (discográficas, editoriales entre otro) se dedican a marketing para contenidos.

Hablar de marketing para contenidos tiene que ver con entender que tus contenidos son un producto. Como conjuntos de productos, los autores se convierten gestores de un portafolio. Enseguida nos daremos cuenta que los contenidos siguen las mismas reglas que muchos productos: El valor del producto dependerá de la paquetización (formato), de la marca, de la competencia, de un ciclo de vida y por último de su distribución.

Actualización 9 de junio de 2014: ya puedes descargarte el ebook «Contenido eres tú» con este capítulo y muchos más.

 

[Contenidos] Educar desde la web corporativa, como si fuese un curso

Hoy quisiera hablarte de cómo educamos a nuestros clientes a través del contenido y por eso voy a comparar una clase con lo que se puede publicar online, en la web o en medios sociales.

Recuerda la última vez que fuiste a una clase. Si tienes experiencia como docente, también, piensa cuándo estuviste al otro lado escuchando a otro profe que no fueses tú. Pregúntate:

  • ¿Cómo encontraste ese curso?
  • ¿Por qué te apuntaste?
  • ¿Qué preparación previa te pedían?
  • ¿Qué te pedían que hicieses durante el curso?
  • ¿Cómo continuó tu formación una vez acabado?

No caigas en comparar una charla con una clase: hablo de una sesión con un programa docente más amplio, con una duración superior a 1 o 3h y de pago. Una clase en la que tú quieras aprender algo por necesidad personal o profesional, eso no importa para este ejemplo.

¿Ya has recordado y contestado a esas preguntas como estudiante? Vamos a verlo ahora desde la perspectiva del profesor. Si no tienes experiencia como docente, intenta pensar en qué tendrías que hacer si quisieras organizar un webinar. Pregúntate:

  • ¿Cómo atraerías a los alumnos?
  • ¿Cómo les convencerías para que se apuntasen?
  • ¿Cómo seleccionarías a los alumnos si tuvieses plazas limitadas?
  • ¿Cómo mezclarías la teoría y la práctica?
  • ¿Cómo tratarías de continuar la relación con los alumnos al acabar el curso?

Todas estas preguntas, las de alumno y las de profesor, parecen perfectamente lógicas y necesarias tanto para asistir como para preparar una clase, ¿verdad? Pues lo mismo podría hacerse para preparar el contenido de una web. Repasa las preguntas aplicadas a una web:

Los contenidos de una web o de un blog han de educar a nuestros usuarios, enseñarles igual que lo haría un webinar o una clase presencial. El alumno ha de encontrarle utilidad al curso que va a pagar igual que el visitante de nuestra web ha de estar dispuesto a contratarnos o comprar nuestros productos. Han de ver de qué manera lo aprovecharán, cómo les ayudará en su día a día. La perspectiva educativa no es la única para los contenidos pero sí una parte importante en todo tipo de empresas.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 139 (8 de abril de 2013). Suscríbete gratuitamente para recibir un artículo exclusivo cada lunes.

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