[Contenidos] Historia, actualidad y futuro del marketing de contenidos

Han pasado 20 años desde la mítica frase de Bill Gates «Content is King». Eso es tiempo más que suficiente para explorar opciones, equivocarse y sentar alguna base de cara al futuro. El marketing de contenidos ya no es algo nuevo a lo que temer, está presente en nuestro día a día. Quizá en el futuro sufra alguna modificación pero en sus genes está ofrecer contenidos relevantes y prácticos a los usuarios y eso no cambiará.

Historia del marketing de contenidos

Desde el Content Marketing Institute (CMI) hicieron en 2012 la primera aproximación a la historia del marketing de contenidos en forma de infografía y un par de años después en vídeo animado. Por esa misma época, apareció la de Curata con fechas recientes y más centrada en content curation.

Recientemente han actualizado la infografía hasta 2016 con nuevos hitos importantes que han marcado cómo se percibe el marketing de contenidos en el mundo, aunque también con algunos relacionados únicamente con los contenidos made in USA. Desde TrackMaven han hecho un artículo que explica los momentos clave de la historia del marketing de contenidos a partir de finales del siglo XIX con más detalle que en el formato cronología del CMI.

El marketing de contenidos en la actualidad

El presente del marketing de contenidos va ligado a otras estrategias de contenidos porque no se trabaja aisladamente si no como un elemento más dentro de un plan que puede estar relacionado con el inbound, el SEO, los medios sociales… Dicho de otra manera, el marketing de contenidos se utiliza ahora para conseguir los objetivos de un canal o de una estrategia porque se ha confirmado su utilidad y rendimiento.

En mi Pinterest voy recopilando algunos ejemplos de marketing de contenidos.

¿Cuál es el futuro del marketing de contenidos?

Tengo claro que sí hay futuro pero dónde nos llevará es una pregunta habitual difícil de contestar. Ya escribí mi respuesta en las últimas páginas de «Marketing de contenidos» y de «Estrategia de contenidos«. Pero está claro que es más fácil verlo con la perspectiva del tiempo: ¿hay burbuja? ¿Hemos llegado a niveles de mercados más desarrollados? ¿Se cumplen los pronósticos?

Por eso desde 2012 hago una encuesta para ver cuál es el estado de los contenidos en España y así aprender de los usos reales que las empresas están haciendo de los contenidos. Ver las tendencias es una forma de intentar preveer qué será más en unos meses o quizá años.

Quizá otro día me ponga a recopilar el pasado, presente y futuro de otras estrategias como el branded content o la content curation y estoy segura de que habría puntos en común con todas ellas porque, aunque todas lleven ‘poco tiempo’, han convivido lo suficiente para contagiarse de ciertas costumbres.

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Televisión
Este lunes apareció Pepe Navarro en «LateMotiv». Gustase o no cómo acabaron siendo sus late nights, no se puede negar que es una figura clave en la historia de la televisión nocturna en España. Dijo Andreu que hacía más de 10 años desde que dejó la tele, Pepe explicó cómo le habían echado de su pelícano y hubo tiempo para alguna anéctoda de su mítico mississippi. Se me hizo una entrevista corta, no sé si por la voz de Navarro o por todas las historias que seguro podría contar y se quedaron en el tintero. Aún así, demostró ser uno de esos invitados que, si el entrevistador se descuida, acaba haciendo él las preguntas… hay cosas que no se pierden con los años.

Cine
Sigo con la nostalgia porque hace ya 25 años que se estrenó «Terminator 2». Un cuarto de siglo desde que aquel líquido metálico se levantaba del suelo y clonaba a un guarda (por aquella época, seguramente la escena que más se imitó por los que se iniciaban en la animación por ordenador). He visto todas las películas, incluso el piloto de la serie, y la única que no me importa volver a ver es ésta segunda parte (ya lo dije al estrenarse la 4ª). Me sigue fascinando la historia, los personajes y también los efectos que pongo en su contexto histórico y aún se valoran más. Es una peli que ha envejecido bien y no creo que necesitase un reboot pero se hizo y se seguirán contando las aventuras de los Connor contra Skynet.

Publicidad
Se supone que los anuncios deben provocar el deseo de la compra. En teoría. Puede pasar lo contrario o algo totalmente alejado de lo que representa la marca. A mi el spot de Alfa Romeo Giulia y su pregunta «por qué» lo que me ha provocado es ganas de volver a visitar las ciudades que muestra porque me ha traído muchos recuerdos de lo que viví en cada una de ellas. Es el tipo de anuncio que me gusta por cómo mezcla las imágenes y el copy… eso lo tengo claro y eso es el principal motivo por comentarlo aquí. Pero además ha conseguido que deje de mirar el coche y escuche y solo vea las ciudades y piense en cogerme un avión a cualquiera de ellas. No creo que ese fuese el objetivo del spot, pero ¡qué más da si yo nunca compraré un coche!

Internet
Los cambios en Facebook hace ya tiempo que me provocan algo que no sé cómo clasificar. Algunas veces son pequeñas cosas como los iconitos que ha cambiado hoy y otras son un poco más grandes como las modificaciones en su algoritmo. Otras redes sociales también realizan cambios pero en Facebook para que todo se magnifica. Está claro que unas me afectan más que otras pero todas son motivo de duda por saber si ‘son pruebas’ y detrás hay algo más o no. Además, sumando puntos a la incertidumbre, está el hecho de que pueden pasar semanas hasta que se publica una novedad made in USA y llega a aquí. Todo esto confirma lo evidente: la dependencia no es buena en ningún aspecto de la vida sea digital o real.

[Contenidos] Casar palabras, ¡qué gran oficio!

Me dedico a casar palabras aunque suele ser más fácil de entender algo como ‘juntar palabras’. Dicho así, sirve tanto para contextos profesionales en lo que tengo que explicar que redacto contenidos para empresas como en otros en los que simplemente digo que escribo. Vale, todo el mundo sabe ‘juntar palabras’… pero no todos disfrutan del encargo. Tiene su dificultad lograr las palabras adecuadas para que cumplan su cometido y transmitan algo a quien lo lee. Hay quien tira de exclamaciones para demostrar entusiasmo, de mayúsculas para poner énfasis o de colorines para hacerlas, supondrán, más bonitas. Simples adornos: nada de eso es necesario si se ha elegido la palabra correcta.

Desde pequeños lo intentamos: no solo para reclamar la atención de los que están a nuestro alrededor cuando aún solo balbuceamos, también para conseguir algo cuando ya controlamos algunas palabras clave en nuestro día a día. Pedir las cosas por favor y dar las gracias si lo conseguimos, nos lo enseñan un poco más tarde (aunque algunos lo olviden con el tiempo). Y sí, aunque algo sea gratis también se puede pedir y agradecer (algo que otros también olvidan).

Pero, más allá de la educación en la redacción, cuando se trabaja ‘juntando palabras’, es obligado elegirlas bien. Para algunos, esto es una cuestión de SEO: hay que poner las que me pueden ayudar a posicionarme en Google. Es un factor, sí (y muy importante en algunos sectores). Pero yo prefiero elegir las palabras para posicionar marcas y no webs. Es un matiz que define mi forma de trabajar: primero los mensajes, después los canales y luego la optimización. Así lo explico a mis alumnos y en mis libros.

A la hora de elegir las palabras, también hay que tener en cuenta la terminología propia de cada sector. Son las palabras más difíciles de combinar porque, lo confieso, alguna vez me ha pasado que nunca antes las había oído. El trabajo de documentación previa para ser capaz de usar ciertas palabras sin decir barbaridades y que alguien huya asustado es algo que el cliente no paga y una inversión que no se recupera si nos despiden en poco tiempo, pero que debe hacerse con cada cliente nuevo. Para algo tan básico tipo referirse como ‘huéspedes’ a los clientes de un hotel, pero también para comprender siglas, neologismos o el argot que no viene en diccionarios.

Otro aspecto interesante cuando nos ponemos a combinar palabras son las repeticiones. Sí, es una forma de vender pero yo prefiero valerme de los sinónimos y de todo el campo semántico porque entre ambos crean un ambiente más acogedor para transmitir ideas… repetirse es más aburrido, tanto para el redactor como para el lector.  Hace falta algo más romántico (creativo, dirían algunos) aunque también es cierto que algunas pierden el significado cuando todo el mundo las repite.

Acabo volviendo a lo de ‘juntar palabras’ porque podría decirse que este oficio tiene algo de casamentera. De cara a la galería: elegimos las que se entienden más fácilmente, las que explican más con menos y las que definen mejor lo que queremos transmitir. Pero, dicho de otra forma: buscamos las palabras que casan mejor entre ellas y que sirvan para atraer y cautivar al lector. Es más que unir o combinar: las palabras ponen los cimientos para crear una relación a largo plazo entre las marcas y sus clientes.


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