[Contenidos] Escucha la voz de tu competencia para encontrar la tuya

Si aprendemos a hablar por imitación, ¿por qué no aprovechar lo que otros dicen? Analizar el tono de voz de la competencia es un ejercicio muy útil cuando se está empezando. Escuchar a otros es el primer paso para saber cómo debemos hablar para estar alineados con el sector (o todo lo contrario si se prefiere).

Tu tono de voz en cinco pasos

Es la propuesta de Louise de Sadeleer y es muy sencilla de seguir. Me gusta porque se basa en escuchar, algo que a muchas empresas se les olvida porque prefieren soltar el discurso de buenas a primeras y esperar a que los clientes se les acerquen, como si fuesen de pesca y sin fijarse quién más está tirando la caña. Resigo sus pasos con algunos ajustes personales:

  1. Visita las webs de tus competidores. Añado que el primer canal debe ser la web, claro, pero que no tienes que limitarte a uno. Sus perfiles sociales también te servirán como fuente para los siguientes ejercicios, aunque adaptándolos uno poco porque cada red tiene sus peculiaridades. En cualquier caso, se trata de tono de voz, no de keywords o hashtags.
  2. Haz una captura de pantalla de todas las webs, tanto la home como las interiores. Ella sugiere utilizar FigJam, pero puede ser cualquier sistema que te permita dibujar en las imágenes, hasta puedes imprimirlas y usar un rotulador si lo prefieres. La idea es tomar cierta distancia y no fijarse en la navegación o elementos móviles que puedan distraerte.
  3. Marca las palabras que puedan ser reflejo de un determinado tono de voz. Ves competidor a competidor señalando objetivamente expresiones que te transmitan algo. La home seguramente es donde haya más que señalar, pero hazlo con todas las páginas y algunas publicaciones sociales para cubrir diferentes formatos.
  4. Haz una lista de las palabras que hayas marcado y agrúpalas temáticamente. De Sadeleer sugiere hacerlo por competidor, pero yo te propongo desdoblar el ejercicio. Primero, sí, fíjate en las que utilizada cada marca para tener su imagen; después, ten en cuenta todas a la vez para identificar las tendencias del sector.
  5. Valora cada grupo de palabras para decidir tu tono de voz. Ahora que ya tienes los datos en una tabla o similar, es cuando toca pensar y tomar decisiones. Qué te gusta o no, qué harías parecido o diferente, qué vas a utilizar o a descartar… siguiendo claro está la personalidad de tu marca porque es básico escucharse a una misma.

Como en cualquier análisis de los competidores, puedes hacer este ejercicio con los más directos primero y luego extenderlo a los indirectos para no quedarte con lo más obvio. Además, conviene repetirlo al menos una vez al año para detectar cambios o nuevas marcas a las que tener en el radar.

[Contenidos] Externalizar sin perder la voz de la marca

Reconocer a una marca sin fijarse en su identidad visual es posible, aunque difícil si no ha desarrollado una identidad verbal. Entran en juego también la coherencia y la consistencia, es decir, ser fiel a lo que representa la marca a lo largo del tiempo. Así que algo puede sonarnos a alguien por lo que dice y cómo lo dice, pero, si un día cambia, se instala la duda y dejamos de percibir igual a esa marca (léase que lo hacen los fans, al resto del mundo seguramente le da bastante igual).

Quizá el cambio es deseado porque se quiere reenfocar la marca, pero un miedo habitual de las empresas es que se produzca porque se externaliza alguna tarea relacionada con los contenidos. Esta es una conversación que he oído más de una vez:

  • X: «¿Qué te parece si cambiamos de agencia? Hay algunas cosas que no me convencen de su forma de trabajar»
  • Y: «No, mejor no cambiar que ya nos tiene pillado el tono y vete a saber cómo lo haría otra agencia»

¿Te suena? Seguro que sí: es aquello de «más vale malo conocido que bueno por conocer» adaptado al mundillo de las agencias. Es totalmente cierto que a fuerza de trabajar con una marca es mucho más fácil crearle contenidos porque llega un momento en que se ha interiorizado su identidad, sobre todo si los encargos son frecuentes. Pero también lo es que una nueva podría hacerlo igual de bien si se le diese la herramienta para hacerlo: una guía de estilo.

Si hay un documento que traza las líneas maestras de cómo han de hacerse (o no) los diseños y los copys, ¿dónde está el miedo a que lo haga otra persona? El problema es que no existe la guía de estilo para la identidad verbal porque solo cubre la visual. Grave error. Así, todo el peso de los contenidos se queda dentro de la empresa y no se puede permitir externalizar.

Por ejemplo: la tipografía corporativa es X, la agencia actual ya lo sabe porque lleva tiempo usándola, pero la nueva lo sabrá si se lo dices y se la das. Es lo básico para ajustar la voz, lo mismo que el logo o cualquier rasgo de identidad visual. Ahora bien, el tono hay que afinarlo y quizá cuesta un poco más si no das ejemplos de aplicaciones gráficas o de campañas previas, función que cumple perfectamente el briefing. ¡Y lo mismo ocurre con el texto!

Da igual si es porque llega una persona nueva al departamento, se contrata a alguien externo para agilizar alguna tarea o se busca una nueva agencia: tener una guía de estilo es la única forma de ser consistente. Dedicar un tiempo a crear este documento (o invertir en que te lo hagan) sirve para distribuir mejor los contenidos y asegurarte de que los hace el mejor equipo (y no tiene por qué ser el de siempre).

La guía de estilo es un pilar de los contenidos y por eso le dedico un capítulo entero en mi libro.

[Contenidos] Análisis del tono de voz de la competencia

Rebuscando citas para unos materiales docentes sobre storytelling, recuperé el libro de Anita Cufari «Storytelling y copywriting». Una parte que me gustó en su momento fue la de analizar la competencia porque muchas empresas se olvidan de hacerlo y es un error no mirar en qué posición nos encuentra la audiencia cuando nos compara con otras marcas del sector. Aprovecho que me he reencontrado con el texto para dejar algunos apuntes por aquí y de paso recomendar su lectura para hacer buen repaso de cómo contar la historia de tu empresa.

Cufari sugiere empezar haciéndose una serie de preguntas:

  • ¿Cómo es mi competencia?
  • ¿Cómo se expresa en los diferentes puntos de contacto?
  • ¿Qué me gusta y qué no de lo hacen?
  • ¿Qué puedo aprender de mi competencia?
  • ¿Qué hueco queda en mi segmento?
  • ¿Quién es mi audiencia y cómo se expresa?
  • ¿Dónde lo hace y qué palabras utiliza para referirse a mi producto o a otros similares?

Simplemente, hay que visitar una a una las páginas de la competencia e ir contestando a estas preguntas, tomando buena nota de las buenas prácticas que podríamos considerar para nuestros contenidos. Pero, además, se trata de «encontrar un diferencial en la forma de transmitir nuestro quiénes somos».

Para mostrarlo gráficamente, sitúa el tono de voz de tu competencia en el equivalente de una matriz de posicionamiento: en lugar usar los clásicos ejes de calidad/precio (o cualquier otro más oportuno para tu sector), utiliza referencias a sus contenidos. Por ejemplo: informativo/sensacionalista para el horizontal y divulgativo/activista para el vertical. De esta forma, podrás ver dónde está tu marca y si tienes algún hueco que te interesa ocupar.

Alguna de las dimensiones del tono de voz que propone Nielsen también serviría como eje:

  • Divertido/Serio
  • Casual/Formal
  • Irreverente/Respetuoso
  • Entusiasta/Realista

De hecho, una alternativa para utilizar estas dimensiones en la comparativa es situar en sus sliders los iconos de la competencia, en lugar de en una matriz (quedaría algo parecido a este gráfico, aunque sea de personalidad).

Sería como un resumen visual porque después ya se podría desgranar el análisis de cada empresa (algunos ejemplos).

Un último apunte: revisar qué hace el resto, como la auditoría, es una manera de empezar, pero debe acabar poniendo por escrito las decisiones tomadas en una Guía de estilo (este documento tiene un capítulo entero en «Pilares del contenido«).

[Contenidos] Recopilación temática: tono de voz

Sigo con el especial de julio para que conozcas qué tipo de contenidos comparto en mi newsletter semanal. ¡Feliz lectura!

Vídeo: cómo definir el tono de voz

Te lo cuenta en menos de un cuarto de hora Elisa Torregrosa de Webpositer, aunque también puedes leer la transcripción para guardarte los ejemplos.

Saltarse las normas para adaptarse

Buen artículo el de Branzai sobre el tono de voz con una gran pregunta: ¿te expresas cómo dices ser? Fíjate: «No tiene sentido crear una Marca con un posicionamiento disruptivo y pretender contar al mundo quien eres siendo rígido frente a las normas». Y eso también incluye las de la lengua, claro.

Retos y tendencias de branding para 2022

Brandemia ha publicado su «1r Barómetro del Branding» y, claro, los contenidos están bien presentes en dos tendencias: «potenciación del branding verbal, narrativo o de relato» y «personalidad y tono de voz como palancas de cambio». ¡Esta es la magia de los contenidos: sirven para muchas áreas!

Dimensiones del tono de voz y páginas 404

Por la newsletter The Clikk recupero un artículo de Nielsen sobre las cuatro dimensiones el tono de voz y me parece apropiado mezclarlo con el calendario de Adviento que está publicando Clara Soteras en Twitter porque va de páginas 404: un fantástico lugar para mostrar el tono de voz y la personalidad de la marca.

Si tienes un propósito claro, tienes una voz clara

En cuanto sabes cuál es el propósito de tu negocio, puedes preparar el resto, incluyendo el tipo de tono de voz. El problema viene cuando se intenta hacer al revés y se empieza hablando si haber pensado antes en el por qué.

Personalidad, voz y tono

Siguiendo con el tema de mi post, unos artículos recientes que me reafirman en la necesidad de poder expresar sin miedo quiénes somos y aquello en lo que creemos para diferenciarnos más allá del precio: para una idea general, uno resumido o mejor otro más completo (y cercano a mi metodología).

Si te ha gustado esta recopilación, ¡imagínate cuánto disfrutarás cada semana leyendo mi newsletter!

[Contenidos] Tres formas de diferenciarte (tomando tequila)

Buscar la diferenciación en tus contenidos es tan importante como ser constante en tus publicaciones. Lo primero es más cuestión de estrategia y lo segundo de planificación, por eso es más sencillo publicar sin pensar por qué o cómo se está publicando.

Mostrar nuestra diferencia es una manera de posicionarnos lo suficiente alejados de la competencia como para destacar. No siempre es fácil, pero es una decisión que debe tomarse más temprano que tarde porque afecta a toda la marca.

Entonces, ¿cómo utilizar los contenidos para diferenciarte? El triángulo mágico que propone Dickie en Ship 30 for 30 está formado por el contenido, la voz y el formato. Algunos comentarios:

Contenido

Para explicar este punto, se sirve del tequila del título de este post. Imagina que has de escribir sobre cómo hacer más efectiva tu rutina matutina. Piénsalo un poco y seguro que te ocurre lo que a cualquiera. ¿Y si dijeses que lo mejor es tomarse un chupito cada mañana? Eso es diferenciarse o superar el test del tequila: pasar de lo que otros ya están diciendo, los típicos tópicos y proponer algo que no se espera nadie.

Se trata de encontrar una nueva perspectiva o un territorio sin cultivar, pero que sea igualmente atractivo para tu audiencia.

Voz

Algo que puede ocurrir es que guste un estilo diferente y, de repente, todo el mundo lo utilice. Esto hace que ya no destaque, ni el primero ni nadie porque la diferencia se ha hecho norma. El ejemplo que propone es el de portadas de libros de autoayuda: antes era impensable encontrar «chorradas» en el título como referencia a la actitud con la que se trata ese tema tan importante, pero ahora ya hay demasiados que lo han utilizado (y en cualquier temática), así que no llama la atención.

Para tener una voz propia hay que encontrar nuestra personalidad, definir (y fijar) cómo nos expresamos: es la manera en que somos identificables por quienes nos escuchan o leen.

Formato

La estructura que seguimos en cada pieza y cómo nos adaptamos a las características de cada canal es el tercer vértice de este triángulo. Hay quien siempre usa listas para sus títulos y otros preguntas (casi siempre, más «cómo» que «por qué»). Por ejemplo, yo tengo la costumbre de poner paréntesis, comillas y hasta interrogantes para hacer acotaciones más «personales» (¿te habías dado cuenta?).

Cualquier elemento de formato contribuye a la diferenciación porque es una forma de expresión que nos hace únicos.

Ya ves que no es una metodología novedosa, pero sí que está explicada de forma llamativa, por lo que cumple con lo que él mismo predica. Por eso es un buen ejemplo de cómo ser diferente en algo no tan nuevo.

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