[Contenidos] Una Guía de estilo es (solo) para redactores

Los documentos de referencia no abundan en las empresas, pero hay uno que puede encontrarse con más facilidad: la Guía de estilo.

  • Para los diseñadores, es el lugar en el que ir a buscar el color corporativo que ha de usarse en la web, por ejemplo. Debería llamarse Manual de identidad corporativa y se encarga de lo visual.
  • Para los redactores, es donde encontrar si está permitido el uso de la ironía para escribir posts de opinión, por ejemplo. Se le puede llamar también Manual de estilo y se preocupa de la identidad verbal.

El lugar en el que confluyen estos dos documentos es el libro de marca (brand book), junto con otras referencias para describirla en cualquiera de sus cuatro identidades. Después de la definición, vienen las guías (brand guidelines) o indicaciones de cómo usar la marca correctamente en varios contextos. Sería ideal que todas las marcas tuviesen ese documento maestro, pero nada realista porque lo que suele preocupar más es únicamente la identidad visual.

Podría decirse que los diseñadores hacen logos y «automáticamente» una guía de estilo, bien por ellos. En cambio, los redactores freelance escribimos sin ella la mayoría de las veces y, con suerte, somos capaces de identificar los rasgos principales para no desentonar. ¿Quizá la culpa es nuestra y deberíamos señalar este documento obligatorio en el briefing de redacción?

Una Guía de estilo es para saber cómo escribir: no hay que confudirla con un Manual de identidad corporativa. Clic para tuitear

En mi experiencia, la Guía de estilo es un recurso que facilita el trabajo de todos, tanto de quien hace el encargo como de quien lo lleva a cabo, sea externo o no, porque así todos saben cómo ha de ser el texto y resulta más sencillo escribirlo bien y ahorrarse revisiones. Por eso la he considerado un pilar del contenido, aunque reconozco que es casi imposible de encontrar en empresas pequeñas. En el último «Estado de los contenidos» correspondiente a 2019, el 35% decía tener una guía de estilo, pero diría que era más visual que verbal (por cierto, un 10% tenía el libro de marca).

Al índice de una guía de estilo, una solo para redactores y no para diseñadores, le he dedicado un capítulo de mi último libro. También en este post tienes algunas ideas.

Los redactores necesitamos una guía de estilo práctica, con ejemplos y sin complicaciones para encontrar respuesta a dudas concretas que surgen mientras enfocamos un texto y lo escribimos. Pueden ser un par de páginas o unas decenas, según el detalle al que se quiera llegar. Yo suelo recomendar empezar por lo más básico e ir añadiéndole profundidad a medida que surgen las diferentes situaciones en las que hace falta su consulta.

Si vas a hacer la tuya, sigue estas recomendaciones:

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