Calendario editorial: plantilla para organizar tus contenidos cada semana

Actualización enero 2017: esta plantilla semanal ha sido substituida por una mensual en XLS.

Hace más o menos un año empecé a crear una sección de herramientas automáticas en mi página web. Siempre me ha interesado este tipo de contenidos, creo que son muy útiles tanto para los usuarios como para las empresas. Así que, después de un test para saber por dónde flaquea tu estrategia de contenidos y otro para asegurarte de que los contenidos pueden ayudar a tu empresa, hoy estreno oficialmente la tercera herramienta: una plantilla para hacer tu calendario editorial, incluyendo página web, blog, newsletter y medios sociales.

El funcionamiento es un sencillo: eliges qué tipo de contenido quieres publicar en qué canal y qué día de la semana, introduces tu email y recibes en tu bandeja de entrada (espero que no en la de spam) una plantilla semanal con los contenidos que has elegido.

Ejemplo de calendario editorial
Ejemplo de calendario editorial creado con mi plantilla automática

Uno de los objetivos de un calendario editorial para contenidos corporativos es organizarse el día a día de la creación y publicación de contenidos. También sirve para darte cuenta de qué uso haces de cada canal (promocional en negro, curation en gris o creación propia en blanco) y cuánto tiempo inviertes (la lista de canales/contenidos a mantener diarimente).

Como con todas mis herramientas automáticas, crear una plantilla editorial es gratis y espero que sirva para concienciar de su importancia para planificar la calidad del contenidos ya que la parte complicada del calendario no es ésta si no definir una estrategia que lo sustente.

Más sobre calendarios editoriales en mi centro de recursos: teoría y práctica.

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[Contenidos] La herramienta imprescindible para crear una estrategia de contenidos

Hoy quisiera hablarte de la herramienta imprescindible en una estrategia de contenidos o, en otras palabras, lo que no puede dejar de utilizar un content strategist. Dicho así, podrías pensar que se trata de algo que no puedes permitirte (es sabido que las mejores herramientas son también las más caras) pero sigue leyendo porque tiene la ventaja de ser gratuita, ni siquiera hace falta registro para utilizarla.

No es para la gestión de proyectos, ni de creación ni siquiera de curación de contenidos. No es Facebook, no es Word, no es Google. Nada de eso, no es un software ni un servicio online así que no valen excusas de no saber cómo funciona. Es algo aún más básico, más fundamental pero tan importante que, como recalcaba este sábado Javier Godoy, es lo que decide si una estrategia tiene éxito o no.  

¿Se te ocurre qué puede ser? Piensa un poco más. La usas cada día aunque no te hayas dado cuenta. Lo tienes muy cerca, al alcance de tu mano, de hecho, está sobre tus hombros. Sí, es tu cabeza, tu cerebro, tu inteligencia o como quieras llamar a las ganas de pensar, a lo que toma las decisiones o a la capacidad de argumentarlas.

Para que quede claro: no es la creatividad, originalidad o visión innovadora de los contenidos. Podría serlo y desde luego que son factores a tener en cuenta. Pero antes hay que atacar la parte racional de la estrategia. Recuerda que el azar, como el miedo, no es una opción.

Pensar, pensar y pensar. Mézclalo con leer, investigar y analizar para asegurarte de que tus ideas tienen sentido y son posibles, y tendrás muchas más posibilidades de tener una estrategia ganadora. Si sigues unas plantillas o simplemente te guías por lo que hacen los demás sin pensar antes si debe ser así, estarás cerca del fracaso.

Para hacer una estrategia de contenidos, hay que:

  • Reflexionar sobre lo que puede ser mejor o peor, lo que será más rentable o lo que gastará más recursos…
  • Tomar las mejores decisiones posibles después y solo después de haber valorado los pros y los contras de todas las opciones.
  • Justificar las conclusiones que se plasman en el documento entregable.
  • Saber argumentar frente el cliente o el superior cuando pregunte el fatídico: ¿por qué? O ¿Y por qué no esto otro?

Podemos basarnos en datos o en la experiencia, pero las estrategias no se construyen con frases que empiecen con ‘yo creo que…’. Una creencia es solo el primer estado de una idea. Hay que evolucionarla, seguir pensando en ella, hacerla crecer, blindarla con evidencias hasta confirmar que podrá enfrentarse a quien se le ponga por delante. Incluido el usuario final porque, nunca lo olvides, es para él es para quien se piensa la estrategia.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 134 (4 de marzo de 2013). Suscríbete gratuitamente para recibir un artículo exclusivo cada lunes.

[Contenidos] Entregables en una estrategia de contenidos

«¿Qué voy a conseguir por mi inversión en contenidos?» Esta debe ser la pregunta que ronda la cabeza de algunos suscriptores… y de otros tantos empresarios del mundo. La respuesta es fácil: «lo que te hayas propuesto a la hora de definir sus objetivos». Pero, sin caer en el chiste fácil, si responde un consultor es otra cosa: «un entregable».

Shelly Bowen ha publicado una lista de los entregables relacionados con los contenidos y un PDF para descargar y utilizar de check list (seas consultor o no). Destaco los 10 que me parecen más útiles (sin ningún orden en particular):

En su post, Shelly incluye una imagen curiosa de cómo se crean estos entregables. El flujo sería el siguiente: Datos > Content strategist > Magia > Entregables > Guardianes de la estrategia.

Eso de ‘magia’ es lo que más llama la atención y es lo más difícil de definir: básicamente que cada experto aporta su propia perspectiva e interpretación de los datos con lo que los entregables no siempre serán iguales.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 42 (30 de mayo de 2011).

[Contenidos] Las plantillas no sirven para el marketing de contenidos

Cada lunes republico un artículo de la newsletter semanal sobre marketing de contenidos que también envío los lunes.

Para los que no saben por dónde empezar, las plantillas son una buena forma de enfrentarse a la hoja en blanco. No hablo tanto de las de diseño, sino de esas que lo único que has de hacer es cambiar dos o tres palabras por tu nombre y ya tienes hecho el documento. En formatos standard es un recurso rápido que saca del apuro, por ejemplo, para crear manifestos o social media guidelines. Pero no sirven para todo.

Las plantillas no consiguen el objetivo del marketing de contenidos. ¿Cómo vamos a conectar con nuestros usuarios si les repetimos lo mismo que el resto? Tenemos que personalizar nuestro discurso para que se adapte a nuestro público objetivo. Las palabras standard no sirven, hay que ser un poco más creativos… hasta en un manisfesto.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 33 (28 de marzo de 2011). ¿Quieres leer más? ¡Suscríbete!

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