Media News S37 A20

Televisión
Es septiembre así que todo está de vuelta. Si te fijas, en lo que llevamos de semana, hay montones de regresos y pocas retiradas o novedades. Lo que parece que no va a volver son las risas enlatadas. Sí, las que reforzaban los chascarrillos y te dejaban claro que estabas viendo una sitcom. Yo hace tiempo que no las oigo, quizá porque quedan pocas sitcoms que (me) hagan reír como antes o porque cada vez las ponen menos. Lo que sí oigo son aplausos enlatados y les veo menos sentido aún. Ahora que en los programas vemos espacios vacíos y público de cartón, quizá también debería retirarse todo lo artificial. Nos acabaríamos acostumbrado, como a muchas otras cosas que antes eran normales.

Cine
Hablemos de inteligencia artificial. Justo el lunes hablé de ella en mi newsletter y ayer mismo era noticia porque ha escrito un artículo sobre lo pacíficos que son los robots. ¿Y qué hace una IA en el cine? Decidir quién podría ser el siguiente James Bond. Sí, aún no se ha estrenado la última y ya saben quién continuaría la saga con más éxito. Es un algoritmo con el que podemos o no coincidir, pero si lo hacemos es porque somos parte de sus cálculos. No es la primera vez que se habla de ello: a principios de este año ya se abrió la posibilidad a contratar al equipo artístico según un cálculo matemático. Todo es posible y quizá así el sueño que salga de la fábrica sea más profundo.

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Lo que no se muestra es tan importante como lo que se expone a plena luz del día. Puede ser un espacio en blanco o un silencio, pero comunica. Hay dos campañas recientes que lo demuestran. 1/ Un toque de humor vampírico: un espejo sin el reflejo de Drácula para promocionar el ballet australiano en el que es protagonista. Juego de miradas y sonrisas aseguradas para los que lo encuentren el cartel. 2/ Un ángel con solo un ala: una propuesta muy visual que deja en evidencia lo que falta en la nieve, pero que aún así demuestra las ganas de jugar de los niños. Empatía asegurada con los que, aún teniendo todos los miembros, no hemos conseguido un ángel tan perfecto.

Internet
Si los cotilleos eran casi el único entretenimiento en la corte de cualquier rey, las redes sociales son hoy esa corte. La diferencia es que ahora rodean a la plebe (léase alguien que, por muchos seguidores que tenga, no puede mandar quemarte los ojos y decapitarte por traición como hace Luis XIV en un capítulo de «Versailles»). Antes, alguien empezaba un rumor y era la comidilla hasta que había otro; hoy, igual. Antes, los temas eran la moda, las relaciones amor y el politiqueo; hoy también (mira las tendencias y, sea la hora que sea, habrá algo de eso si no hay partido). Quedarse en la corte hace que siempre se hable de lo mismo. Salirse implica perder el favor del rey, aunque (si estás en una democracia) ya no la vida.

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