[Contenidos] 4 experimientos que no te van a gustar (pero que deberías probar)

Cuando iba al instituto, había una clase llamada Laboratorio. El profesor llevaba bata blanca y nos explicaba líquidos y aparatitos que no había en otro sitio. Era como si, una vez a la semana, tuviésemos la potestad para hacer explotar el edificio… quizá para saltarnos algún examen.

Dejé la ciencia en aquella clase, pero he seguido haciendo experimentos solo que con el idioma. Eso sí, con el mismo cuidado con el que íbamos al laboratorio. No porque vaya a explorar nada físico, si no porque algo sí puede resultar dañado: nuestra reputación, nuestra empresa, nuestro trabajo.

Pero lo mismo que puede perjudicarse, es lo mismo que puede salir beneficiado: hacer experimentos con los contenidos que publicamos puede llevarnos a mejorar y descubrir una forma diferente de comunicarnos con nuestra audiencia o el mejor momento para llegar hasta ellos.

Hay una parte que se puede enfocar a lo literario pero también otra más matemática con tests A/B, analítica e investigación de datos. Esto último lo dejo para los científicos y me centro en el idioma porque también se puede probar cosas y tener resultados usando los contenidos como lo que son: una herramienta estratégica dentro de la empresa.

Te propongo un par de experimentos que puedes hacer ahora mismo:

  • Publica un post llevando la contraria a la tendencia dominante de tu sector: esfuérzate por encontrar argumentos para que se note que sabes de lo que hablas. Intenta provocar desde la razón.
  • Envía una newsletter sobre algo que crees que solo te importa a ti: hazla personal, aunque se trate de un mensaje corporativo. Procura poner emoción, apuntes que te definan como individuo dentro de la empresa.
  • Recomienda en tus redes sociales un artículo de tu competencia: arriésgate y valora lo que otros están haciendo. Seguro que hay más de una cosa en la que coincidís, pero también está bien dejar claras las diferencias.
  • Reenvía a un cliente una presentación de SlideShare, por ejemplo, en la que los uses como ejemplo para explicar los errores más comunes: cuida la privacidad, claro, pero sácales los trapos sucios para que se puedan ver reflejados.

Prueba alguno de estos experimentos a ver qué tal te funcionan. Eso sí, antes asegúrate de que:

  • Tus contenidos reflejan bien quién eres para que no haya confusión posible.
  • Nadie en la empresa se quejará de lo que hagas.
  • No los hagas todos a la vez, empieza por pequeñas cosas antes de lanzarte por completo.

Experimentar está al alcance de todos, grandes y pequeños, quienes empiezan y quien ya llevan tiempo en el mercado. Y, quien no arriesga, no sabe hasta dónde puede llegar.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos número 188 (10 de marzo de 2014).

[Contenidos] Tu web vende, lo creas o no

Una de las cosas que me sorprende es que algunos participantes del Estado de los contenidos 2013 es que no tienen página web así que voy a dedicar la newsletter de hoy a los contenidos corporativos.

Pregunta polémica para empezar a reflexionar: ¿no tienes web porque en tu negocio los usuarios no utilizan Internet? Si has contestado que sí, es posible que tengas razón (todavía hay sectores que viven en el mundo 0.0) pero te animo a replanteártelo por si acaso no has analizado bien el comportamiento online de tus clientes potenciales. Revisa algunas estadísticas, ya sabes, solo para asegurarte.

La página web de una empresa es una herramienta de venta, como un comercial, una centralita o un escaparate. Cuanto más autosuficiente sea, más eficiente. Por eso hace falta realizar un árbol de contenidos que refleje los pasos que daría el usuario. Debe guiarle tanto como persuadirle a la compra.

En realidad, una web puede servir para mucho más que para vender pero (casi) todos los objetivos acaban estando relacionados con sacar rentabilidad de algún tipo. Incluso en los blogs que empiezan, una vez conseguido algo de tráfico, se plantean insertar publicidad o mejorar en su trabajo.

¿Qué podemos publicar para conseguir que los contenidos de una web vendan? Algunas ideas para las páginas más importantes:

  • Home: destaca algo, pero no todo lo que hay dentro para no marear al usuario. Recuerda que la parte visual es importante, vale, pero también las palabras de los menús y los botones para llamar a la acción. Has de atrapar al usuario, pero por las buenas y no con engaños.
  • Producto/Servicio: lo óptimo es tener en cuenta la perspectiva del usuario. Esto que algunas veces es difícil de enfocar por parte de las empresas es ‘tan sencillo’ como orientar el texto a beneficios y no tanto a características o funcionalidades. A partir de aquí, el diseño y programación también ayudan: imágenes alusivas, testimoniales actualizados, enlaces y posts relacionados… Cuantos más contenidos generes sobre esos productos/servicios, mejor explicados estarán y más fácil será que se vendan por si mismos.
  • Contacto: no haya nada más triste en una web que un formulario de contacto sin ningún otro texto que lo acompañe. Sí, ya has convencido al usuario a que visite esa página pero, ¿no crees que un empujoncito le iría bien? Imagina que es un contestador automático: hay quien cuelga porque no quieren ‘hablar con una máquina’. Igual de frío es un formulario.

Ahora, la pregunta del millón: ¿qué se gana teniendo una web además de cualquier otro medio social (un blog o un perfil en LinkedIn)? Se consigue una presencia más sólida, más definida y clara. ¿Y eso ayuda a vender? Es un primer paso muy importante para asentar una buena reputación, algo que sí persuade a la compra.

Un recordatorio para los que ya tienen web: no creas que cambiar el diseño de tu web es suficiente para renovarla. Hay que hacer una revisión o mantenimiento para actualizar los textos y que sigan reflejando lo que hace tu empresa.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos número 181 (27 de enero de 2014).

[Contenidos] Tuitear según Twitter

Hoy que el verbo tuitear se estrena en el DRAE, Twitter y su TwitterAcademy ha organizado un webinar sobre el arte del tuiteo presentado por Pere. Me he apuntado pensando que darían claves interesantes ya que han hecho un estudio analizando 190.000 tuits promocionados en pymes en varios mercados, entre ellos España, para ver por qué unos tienen más éxito que otros. Pensé que estarían más centrados en la redacción pero, lógico por otro lado, también han hablado de tarjetas y TwitterAds.

Resumiendo el webinar de 30 minutos, han dado 5 claves para tuitear como resultado de las conclusiones de su estudio:

  • Sé breve: los tuits de menos de 100 caracteres logran un 18% más de interacción.
  • Pon contexto: los tuits con website cards tienen 43% más de interacción.
  • Sé visual: los tuits con contenido multimedia obtienen un 313% más de interacción y un 52% más de retuits.
  • Optimiza para conseguir más clientes: los tuits con lead generation card tienen un 42% más de interacción. Otro dato relacionado: 60% ha comprado algo gracias a Twitter.
  • Conversa: los tuits de negocios que contestan una vez a la semana tienen un 18% más de interacción. Otros datos relacionados: 9 de cada 10 ha utilizado Twitter para conversar con una pyme; 57% ha descubierto una pyme en Twitter; el 35% lo hizo por una conversación con #hashtag; el 35% por la respuesta de un contacto.

Acabo, aunque ellos han empezado por esto, con los datos de Twitter en el mundo: 271 millones de usuarios activos al día, cada 2 días 1.000 millones de tuits. En España, el 80% accede desde móvil: hay que tenerlo en cuenta al escribir los tuits ya que pueden estar en el bus, por ejemplo.

De hecho, una de las frases que resumen el arte del tuiteo es: «saber tuitear es enviar el mensaje adecuado, a la audiencia adecuada, en el momento adecuado«. Como con cualquier otro contenido, está claro.

Anteriormente: Redactar según Google.

[Contenidos] Ser redactor web no es ser escritor de ficción

Hoy quisiera hablarte de escribir ficción y no ficción, de redactar un post y publicar una novela. Como siempre, desde una visión personal. Para empezar, yo estudié Comunicación audiovisual. Pero no por ser directora de cine o realizadora de programas de televisión (las salidas profesionales más lógicas). Lo que me interesaba era la parte del guión, eso de escribir historias que luego podrían trasladarse a una pantalla y ser vistas e interpretadas por alguien. Aunque pudiesen estar basadas en hechos reales, eran cuentos, todo ficción.

Te ahorro lo que pasó por el camino hasta aquí, es innecesario para lo que te quiero explicar. Simplemente decir que he acabado escribiendo y publicando varios libros. Entre ellos solo hay una historia corta inventada por mí. El resto están todos basados en la realidad, en mi experiencia (y en la de otros que la han compartido), y se les llama de no ficción al ser considerados manuales técnicos.

Cualquier día, a poco que leamos, estamos rodeados de una mezcla de las dos cosas. Y, como redactores, también mezclamos un poco de ambos mundos al escribir artículos aunque solo sea porque tenemos que escribir sobre conducir una moto cuando no tenemos ni carné.

Pero posiblemente una característica que las diferencia claramente es una idea que se resume en la afirmación de que uno es literatura y el otro no: un post, por muy bien escrito que esté, creativo que sea o mucho que nos impacte, no se puede comparar con una novela de pon-aquí-tu-escritor-favorito.

No es una cuestión de palabras, si no de forma en la que están escritos. Las palabras, la composición de las frases o las imágenes visuales que se pueden utilizar son diferentes. Dejar que la imaginación del lector intervenga para completar un relato no es lo que se espera cuando se lee un post tipo las cinco mejores herramientas para hacer algo.

De tanto en tanto, podemos darnos una licencia (¡y qué buenos posts salen entonces!) pero lo normal es que en la redacción corporativa pensemos más en Google que en el Premio Nobel de Literatura. Y eso que hay empresas a las que les vendría bien una buena mezcla a sus contenidos, algo más de ficción y menos lenguaje corporativo aburrido. Pero no la buscan.

El otro día me encontré con una oferta de empleo curiosa (no pongo el enlace porque ya está cubierta la plaza y borrado el anuncio). Todo parecía bastante normal (ya es algo esperado tener nociones de social media y analítica cuando buscan redactores) hasta que pedían que tuviese experiencia en escribir no ficción, repitiendo para que quedase claro que no servía la ficción.

Por un lado, parece lógico que alguien que ‘escribe literatura’ de ficción no esté acostumbrado a redactar un post. Y muchas ofertas de gente que quiere ‘ser escritor’ habrán tenido que recibir para ser tan específicos. Pero, por otro, tendrá unas cualidades de redacción que, bien canalizadas, pueden ser beneficiosas y no una lacra.

Para mí, la ficción y no ficción son dos cosas con las que me mezclo a diario y de cada una se pueden sacar cosas buenas para la otra. Aunque, eso sí, en diferentes momentos del día y según lo que esté escribiendo… Quizá porque estoy pensando la trama de otra historia corta mientras escribo contenidos para webs y blogs.

Originalmente publicado en mi newsletter sobre marketing de contenidos número 173 (2 de diciembre de 2013).

[Contenidos] Qué se puede aprender de Melvin Udall

De la película «Mejor… imposible» se pueden aprender muchas cosas, aunque seguramente la que más se recuerda es cómo describe el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). La imagen de Jack Nicholson subiendo a recoger el Oscar dando sus, digamos, pasitos seguramente contribuyó a ello.

Pero el tocado de Melvin es escritor, ¿lo recuerdas? Quizá sea esta faceta suya la que menos metraje tiene en la película pero, aún así, hay 5 cosas que se pueden aprender de la forma que tiene de escribir que puedes aplicar (aunque lo tuyo no sean las novelas románticas).

  • El escritor trabaja «solo» en casa (ahí deberían ir muchas comillas). Algunos tienen algún lugar especial en la casa pero, menos esos pocos afortunados, suele hacerse en condiciones no siempre favorables. Melvin dice que él siempre está trabajando así que casi grita a su vecino para que no le molesta aunque, dice, salga un olor putrefacto de su puerta después de oír un golpe seco.  Así que, busca tu espacio y tu momento para escribir y, cuando los encuentres, defiéndelos a muerte. Por cierto, la música ayuda a crear ese momento, aunque en la película la música con la que arranca la escena en cuestión sea extradiegética.
  • La soledad del escritor se lleva más o menos bien, según cada uno. Pero viene bien tener a alguien a quien contarle tus bloqueos. En la película, podría decirse que Melvin habla de sus problemas personales con casi todos los personajes de la película (su psiquiatra, su vecino, su novia…) aunque con ninguno habla de sus libros. De todas formas, el objetivo es el mismo: desbloquear su mente para avanzar. Da igual si es para la vida real o la de ficción, ordena las ideas para escribirlas mejor.

    melvin-udall-writing
    Melvin acabando su última novela
  • Saber de lo que se escribe es básico, una norma del primer día de clase de redacción, lo primero que aprende el escritor. Melvin parece escribir novelas románticas… o al menos de amor va lo poco que le oímos escribir. Y sabe meterse en la mente de sus personajes por lo que una fan explica entusiasmada. Hay quien investiga para descubrir a esa persona, él tiene un método que deja pasmada a la recepcionista.
  • Igual que otros escritores, Melvin celebra que ha acabado de escribir su libro. Atención: ¡el 72! En realidad, de aquí se pueden aprender dos cosas: no pierdas las ganas de celebrar los hitos y, relacionado con el primer punto, escribirás mucho si trabajas mucho. En la película no se ve la celebración pero desde luego es una costumbre que no podemos perder los que nos dedicamos a escribir. Sea un post o un capítulo, disfruta del momento.
  • Aunque sea debido al TOC, Melvin tiene una rutina muy clara de la que le cuesta evadirse. Forma parte del trastorno y no es porque sea escritor, pero también resulta de ayuda mantener una rutina a la hora de redactar. Muchos famosos tienen la suya propia… es una lástima, me hubiese gustado conocer la de Melvin y así también llegar a escribir 72 libros.

En «Mejor… imposible» hay otro personaje creativo: su vecino es pintor. De Simon saco el bonus de esta lista. Cuando su modelo le pregunta cómo consigue su inspiración, le explica que solo observa. Así que, como diría él, mira a tu alrededor buscando el destello que hace de tu realidad algo interesante y escribe sobre ella. Así la compartirás con los demás y será aún más real y más interesante.

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