[Contenidos] ebooks y estrategia de contenidos

Los ebooks son buenas herramientas para conseguir notoriedad ya que están muy centrados en un tema concreto. Son contenidos que deben buscar la atemporalidad ya que producir uno interesante cuesta más tiempo que otros tipos contenido así que por eso también suele tratar de rentabilizarse como veremos al final del post (que ya aviso me ha quedado larguito).

Pero empecemos por el principio, por la propia palabra porque ebook puede traducirse o interpretarse de dos maneras diferentes:

  • ebook como libro digital: es seguramente la más evidente, una versión del libro en papel para ser leída en un ereader. Sus formatos o extensiones habituales son .epub o .mobi para Kindle.
  • ebook como documento online: una versión online de un documento que podría imprimirse y tener en papel pero que se distribuye para leer online desde una plataforma como SlideShare o Issuu, por ejemplo, o que se descarga directamente para leer en ordenador. Su extensión es .pdf.

Se trata de dos tipos de archivo diferentes pero con el mismo nombre lo que en principio puede llevar a confusión a la hora de hablar de ebooks… aunque con el tiempo se irá normalizando. El motivo es sencillo: cuanto mayor sea distribución de nuestros contenidos, mejor para poder evolucionar igual que la tecnología o los gustos o la forma de consumirlos de nuestros usuarios. Y es que facilitar la lectura también es una cuestión de formato: un documento de cierta extensión es más fácil de leer en epub mientras que un documento corto no supone tanto problema leerlo en pdf. Además, vender un libro digital en pdf es una forma que debería abandonarse hacia los epub y, por su parte, los documentos online deberían ir adaptándose hacia dispositivos de lectura digital.

Por ejemplo, cuando hicimos el ebook de «Claves del nuevo marketing», aún no había facilidad para autopublicar un libro digital, por eso hicimos un pdf (que, por cierto, lleva casi 150.000 descargas). Si lo actualizásemos hoy, seguramente haríamos un epub o usaríamos la plataforma Kindle Direct Publishing (KDP). Otro ejemplo. Son los muchos autores que han aprovechado la propuesta de Amazon para crear sus ebooks de temática muy diversa (incluyendo historias cortas). Son documentos de no más de 50 páginas, algunas veces incluso 20 o 30, que se pueden comprar por menos de 3€ y leer cómodamente en Kindle.

Los ebooks tipo libro digital tienen ISBN propio, independiente del que tienen en papel. Por ejemplo, «Marketing de contenidos» ha sido publicado en este formato tanto para Kindle como epub, igual que otros de mis libros. Pero conseguir un ISBN para proteger un documento más corto no siempre sale rentable para los autores independientes (aunque las empresas de autopublicación ya lo ofrezcan, tiene un coste adicional que hay que considerar). Además, hay que editar y maquetar el texto para que los ereaders lo muestren adecuadamente.

Así que, para calcular lo que puede costar producir un ebook, hay que tener en cuenta la investigación, redacción, maquetación y forma de distribución (recuerda que hay plataformas que no son gratis). Pensando en tiempo, todo ello puede ser una semana o un mes, según los recursos que se dediquen.

A la hora de medir lo que devuelve esta inversión (por si piensas en cierta fórmula), es cuando hay que considerar para qué se ha hecho ese ebook. Algunos objetivos dentro de una estrategia de contenidos serían:

  • Si queremos aumentar nuestra visibilidad, podemos pedir a los usuarios que nos ayuden a conseguirlo, por ejemplo, con un tuit o actualización social como hacen en Foxize para el documento colaborativo sobre Branded content en el que he participado.
  • Si lo que queremos es recopilar datos de posibles clientes, podemos pedir a los usuarios que rellenen un formulario para recoger esta valiosa información y hacer crecer esos leads poco a poco. Es lo que hacen en InboundCycle con la guía «Marketing de contenidos: usuario VS Google» donde también he participado.
  • Si lo que queremos es premiar la fidelidad de nuestros seguidores, podemos hacer contenido exclusivo para suscriptores de correo, como he venido haciendo con los ebooks de mi newsletter.
  • Si queremos informar sin importarnos tanto el resultado previo a la descarga, ofrecer el contenido libremente es la mejor opción. La rentabilidad se consigue después, una vez consumido, como sugerencia de interacción (seguir en redes sociales, compartir el documento, solicitar información vía formulario…). Un ejemplo sería el informe «Estado del Marketing de contenidos en España 2012» que puede descargarse gratuitamente sin tener que hacer nada a cambio.

Todos estos ejemplos son archivos en pdf que se pueden descargar pero fíjate que cada uno lo llama a su manera: ebook o white paper, guía, documento… y es que la verdad es que poco importa cómo llamemos a este tipo de contenido más extenso si sirve a los objetivos de nuestra estrategia de contenidos. En lo que seguro coincidirán quienes hacen ebooks es que son útiles a largo plazo y, aunque puedan costar un poco hacerlos, merece invertir en ellos.

[Contenidos] Diferencias y similitudes entre ebooks y whitepapers

La semana pasada, al comentar formatos más extensos que un post, avanzamos algunas diferencias y similitudes entre los ebooks y los whitepapers: tienen objetivos diferentes y, por tanto, también contenidos. En otras ocasiones hemos recomendado la descarga de unos y otros pero hoy vamos a tratar de clarificar más teóricamente para qué podemos usar cada uno de ellos.

Empecemos por lo que tienen en común: son documentos de extensión variable que suelen ofrecerse para descargarse en pdf ya sea gratuitamente o a cambio del correo. En este sentido, son buenas herramientas para aumentar nuestra base de datos de leads, de suscriptores o de fans en Facebook.

Pero tienen muchas otras diferencias:

  • Los ebooks se asocian con la versión digital de un libro pero antes de que nos invadiesen los ereaders ya existían. Su maquetación suele ser horizontal, con destacados, espacios en blanco y tipografía vistosa de gran tamaño: lo importante es la parte visual, por eso se utiliza un programa de diseño o PowerPoint en los más sencillos. El texto se orienta a consumidor final (B2C) con consejos e inspiradoras imágenes que los acompañan. La idea es más entretener que atraer a la venta.
  • Los whitepapers, en cambio, se pueden maquetar directamente con Word, en una página vertical como cualquier otro informe. Eso sí, la portada bien chula y con referencias a la empresa creadora al pie de cada página. Su contenido habitual es técnico, sin prestar demasiada atención a las imágenes, más allá de gráficos. Su público mayoritario son empresas (B2B) y el enfoque mucho más comercial que el de los ebooks.

La elección entre uno y otro debería ser fácil para las empresas pero lo cierto es que aquí cuesta encontrarlos (algunos se camuflan en ppts) y se utilizan mucho menos que en Estados Unidos.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 39 (9 de mayo de 2011).

[Contenidos] Algo más extenso que un post

Cada lunes republico un artículo de la newsletter semanal sobre marketing de contenidos que también envío los lunes pero como ayer fue festivo, lo republico y la envío hoy martes.

Partiendo de la base de que cualquier empresa debe generar contenidos interesantes para su público objetivo, uno de los problemas previos (incluso antes de encontrar los recursos para redactarlos y promocionarlos) es cómo presentarlos. Utilizando el símil de cualquier producto de consumo: ¿cuál será su packaging? ¿Cómo lo consultará el usuario?

Veamos hoy los artículos cuya extensión es demasiado larga para un post y que, para facilitar la lectura, debería publicarse en una serie de posts o en otro tipo de formato. Los más habituales son los white papers y los ebooks, dos tipos de contenidos similares en cuanto a formato pero distintos en cuanto a público, objetivos y, en consecuencia, contenidos.

La semana que viene hablaremos más en detalle de las diferencias entre ellos, centrémonos en cómo lo verán los usuarios que lo consulten. La opción más fácil es ofrecer la descarga del archivo en PDF en cualquiera de sus variantes (gratis, previo registro, a cambio del email…) pero también se puede permitir la consulta online con herramientas tipo SlideShare o Scribd.

Los catálogos de productos y las revistas también se han digitalizado para ahorrar costes de imprenta por un lado y para aumentar el alcance por el otro. Se utilizan entonces servicios más atractivos visualmente como pueden ser los ejemplos de Issuu, UniFlip o nxtbook. Como es habitual en medios sociales, estos servicios permiten incrustar nuestros documentos en otras páginas.

No hay que olvidar que son combinables con otros pensados para extensiones más limitadas.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 38 (2 de mayo de 2011). ¿Quieres leer más? ¡Suscríbete!

[Contenidos] El título en un white paper

Desde la semana pasada, los lunes repaso un artículo publicado en la newsletter semanal sobre marketing de contenidos.

El grupo Mequoda ofrece white papers a sus miembros (descarga gratuita a cambio de una cuenta de correo). Hoy comentaremos el que han dedicado a cómo escribir un white paper que venda.

Un white paper es un informe temático, no necesariamente técnico pero sí sobre temas que requieren explicaciones amplias. Su base puede ser una ponencia, por ejemplo. Son útiles para empresas que tengan que educar a sus clientes y no merece la pena dedicarlos a productos de compra por impulso.

Don Nicholas, el autor del white paper que nos ocupa, no se ha esmerado mucho en el contenido: sólo 2 de sus 6 páginas contienen información útil y la respuesta al título ocupa una mísera media página. Eso sí, la portada es la standard de la colección de Mequoda y repiten al pie de página que puedes descargarte más material gratuito en su web, además de una inútil última página solo para esa misma frase.

Aún así, no te recomiendo su descarga. Después de leer su material, hay dos consejos que me han dejado claros sin que los hayan escrito: la elección del título y dejar clara tu marca es lo más importante antes y después de la descarga respectivamente.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 2 (23 de agosto de 2010). ¿Quieres leer el resto?

[Contenidos] Técnica AIDA resumida

El método más recurrido para llamar la atención (A) en el mundo online es muy similar al de las flores (web): los colores llamativos atraen a los insectos (usuarios). Las luces de neón de antaño son ahora banners y las noticias en lugar de ser anunciadas a gritos de ‘Extra, extra’ llegan a nuestros lectores de feeds o a la bandeja de entrada.

Cientos de tiendas se pelean en la calle (Internet) por despertar el interés (I) del peatón. Pero no de todos en general, la calle también está segmentada y cada escaparate (web) atrae a un tipo de peatón (usuario). Éste puede tener una necesidad real o no, en cuyo caso habrá que crearla. Entra en juego entonces el texto.

El peatón (usuario) entra en la tienda (web) y el dependiente (copy de la web) saca sus mejores argumentos de venta para provocar el deseo (D). Que si es lo último que le ha entrado en el almacén, que si qué bien te sienta, que si sale bien de precio, que si da buen resultado… de la experiencia del vendedor dependerá encontrar la USP que quiere oir el futuro comprador.

Con esa base, le será fácil conseguir la acción (A), es decir, a la compra. Si el dependiente hace bien su trabajo, al final del día el peatón estará feliz sin importarle realmente si al salir de casa esa mañana esperaba gastar algo o no.

Del acrónimo de atención (A), interés (I), deseo (D) y acción (A), surge la técnica AIDA según la cual el usuario pasa por estas tres etapas antes de decidirse a actuar.  Visto desde una perspectiva de contenidos digitales, el texto de una página web es el que consigue que el usuario se decida, lo que provoca el deseo. Éste parece ilógico y caprichoso pero puede despertarse desde la racionalidad de un copy bien trabajado. La atención y el interés pueden quedar en manos de los diseñadores.

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