[Contenidos] La IA está en el top de inversión para 2026

Hace varios años que ya no hago mi encuesta sobre el uso de contenidos en España, pero siempre tengo un ojo puesto en los datos del sector. Un informe tradicional es el de MarketingProfs y el de este año lo repasan en detalle en el CMI, pero me parece interesante dejar apuntados algunos titulares sacados del «B2B Content and Marketing Trends: Insights for 2026«:

  • El 89% utiliza la IA para la redacción de contenidos y el 53% para el contenido gráfico. Lo curioso es que el 34% afirme que los resultados no han cambiado por usar la IA y que el 45% diga que la calidad ha mejorado un poco.
  • La inteligencia artificial está en el top de inversión para 2026 (45%) y los recursos humanos en lo más bajo de la lista (9%). Podríamos decir que la externalización ocupa un punto intermedio (19%), aunque los medios pagados (25%) y la tecnología (21%) la superan.
  • Aun así, la calidad del contenido (65%) y las habilidades del equipo (53%) es lo que marca la diferencia para que el marketing sea efectivo. Aunque está muy relacionado con estos dos aspectos, sobre todo si se externaliza para lograr lo primero o complementar lo segundo, solo el 20% dijo que el presupuesto era lo diferencial.
  • En la lista de retos para el marketing de contenidos, me sorprende que el último sea la gobernanza (6%) y que en la parte central esté la colaboración entre departamentos porque mi percepción por lo que me encuentro es que está más bien en la parte superior de la tabla, aunque ahora esté ahí la creación de contenidos accionables (40%), a pesar de hacerlos por IA.
  • El 68% usa los contenidos para recopilar datos de los usuarios (first-party data), lo que alegra a un 52% porque así mejoran la personalización. No obstante, a la pregunta de cómo aplican esa personalización, el 85% dice que en campañas de email marketing y solo el 28% en marketing de contenidos.
  • LinkedIn (76%) y las newsletters (54%) son el lugar más eficaz donde los profesionales publican contenidos enfocados a ser líderes de opinión y lo miden en engagement (80%), más que en impacto en el negocio (63%) o autoridad de la marca (38%). Si te animas a cotillear esta red social, mi perfil.

Puedes consultar otras respuestas de la 16ª encuesta sobre marketing de contenidos y su metodología en el post del CMI.

[Contenidos] La (no) necesidad de publicar por publicar

Hace ya tiempo que me vengo quejando de falta de interés por las redes y leer a Lucas Aisa sobre contenido de relleno me confirma que no soy la única que piensa que algo falla en las publicaciones sociales.

Antes de mencionar un par de ejemplos reales de clientes, aclaro que yo también caigo en intentar mantener viva mi presencia repitiendo contenidos: unas 2/5 de mis publicaciones sociales son de relleno. Años atrás eran más, pero todavía podrían ser menos. Repetir es una forma de rellenar, más o menos justificada por intentar que el alcance no reduzca a la nada el esfuerzo que supone crear las piezas originales. Podría postear más de una vez al día, claro, pero eso sí sería rellenar por rellenar.

Y ahora los ejemplos. Un cliente publica cada día en su perfil de LinkedIn, aunque no siempre tiene contenido nuevo en su web para enlazar ¡y hay que alimentar a la bestia! Solución a corto plazo: reciclar algún post con un formato nuevo porque no hay presupuesto para crear más contenido nuevo (aunque lo hay para SEM por lo que he comprobado). La solución sin pensar en el problema sería reducir la frecuencia, pero eso acabaría llevando a abandonar el canal y no lo contemplan como factible.

Otro cliente publica una serie de materiales que por simplificar diré que son como un resumen anual. Hay que sacarlos por política interna, aunque solo cambian un par de números, así que dedican el mínimo esfuerzo porque el retorno público es inexistente. Solución a corto plazo: utilizar la misma plantilla desde hace unos cuantos años. La solución real podría ser buscar la forma de rentabilizarlos, aunque eso implicaría aumentar el presupuesto para cambiar estrategia, diseño y más.

En mi caso, republicar es una decisión tomada tras analizar el tiempo dedicado y el resultado obtenido; en el de mis clientes, es cuestión de que la inversión económica acaba en otro lugar, pero no me cuentan si antes o después de también calcular el retorno que les dan esos contenidos/canales. Es uno de los problemas de trabajar de fuera de la empresa: no siempre te cuentan algo que podría ayudarte a hacer mejor tu trabajo.

Como bien dice Lucas: «el efecto no es un incremento del presupuesto o de la dedicación, sino una bajada drástica de la calidad«. El usuario final puede percibirlo más o menos (mi sensación es que va a más), pero desde dentro desanima mucho ver cómo van los números sabiendo que se podría al menos intentar evitar.

[Contenidos] Combatir la inflación del contenido

Preparar una newsletter semanal te obliga a estar al día para alimentarla, pero también puede hacer que no veas el bosque. Cuando una edición se envía, pocas veces se reabren los temas en las siguientes y hay poco margen para la continuidad. Por eso, de tanto en tanto me apetece recopilar algunas lecturas relacionadas y así darles una nueva vida. Las del último mes son:

  • La inflación del contenido, un concepto interesante… y doloroso. Cuenta Pablo Castellano que «cada vez hay que producir más para retornar lo mismo (…) cada contenido que haces vale menos».
  • Razón no le falta y como muestra la pirámide de contenidos que recopila David Alcubierre: cuesta encontrar algo original y que no lo imiten o reaccionen a ello. Con tal inundación, es normal que haya inflación.
  • Cuando lo tengas claro, revisa este gráfico con nueve elementos para diferenciar tu marca. Una de ellos es la personalidad y ya sabes que es un tema que me interesa especialmente.
  • Y el secreto de ProBlogger es revisar los archivos para no perder el entusiasmo de los primeros meses.
  • Hay muchas formas de enfocar la creación de contenidos, pero termino con una pregunta clave que es obligado hacerse: “Your content should always answer the question “So, what?””, Nikki Carter.

[Contenidos] Propósito para 2024: mejor, no más

El año pasado por estas fechas comentaba que no es lo mismo propósito que objetivo y la semana pasada envié una newsletter con algunos propósitos alrededor de los contenidos que me llevaron a concluir lo difícil que puede ser distinguir entre calidad y cantidad. Y es que no se trata de hacer más, sino de hacerlo mejor. A los ejemplos que compartí me remito:

  • Leer más: quizá esto es como ir al gimnasio o aprender idiomas, pero está bien proponérselo también pensando en temáticas profesionales para salir de la burbuja que nos rodea.
  • Escribir más: contar lo que nos pasa es una cuestión de salud mental que, llevada a lo profesional, nos permite construir una marca personal más sólida. Además, es un placer que no debería perderse.
  • Publicar menos: en el otro extremo, también hay quien prefiere bajar el ritmo. También es válido, claro, solo hay que ser consciente de que puede afectar a los resultados a corto plazo.
  • Planificar más y mejor: está relacionado con lo anterior, aunque no todo el mundo lo ve así. Quizá no necesitas escribir/publicar más/menos, sino pensar en distribuir de forma que aproveches bien tus contenidos.
  • Medir más y mejor: no es que las plataformas lo pongan siempre fácil, pero es indispensable pararse de tanto en tanto a identificar los datos que aportan conocimiento, no quedarse solo con las métricas de vanidad.
  • Invertir menos y mejor: elegir dónde van a parar los recursos es quizá el mejor propósito posible porque casi resume los anteriores, ¿no crees?

Conclusión: «mejor» no siempre es «más», aunque «menos» tampoco es siempre «mejor». Por ejemplo: ¿alguien se puede proponer leer o escribir menos? Puede ser si quiere aprovechar mejor el tiempo para focalizarse solo en algunos temas. Es una cuestión de equilibrio, sea cual sea el porcentaje que mejor te funcione (sea 80/20 o cualquier otro).

Buscándolo me encuentro desde hace ya varios de años. He ido reduciendo al mínimo mi presencia en redes para dedicar ese tiempo a escribir con más calma aquí, en mi newsletter o en los libros que quiero publicar. Es mi intento de focalizarme en la calidad, no en la cantidad. Aunque a ciertos algoritmos no les guste el slow content, es lo que me sigue pidiendo el cuerpo.

Y ese es el camino que tengo intención de continuar en 2024: crear (y distribuir) mejores contenidos, aunque sean pocos.

[Contenidos] Originalidad y valor, ejes para encontrar tu próxima publicación

En una de mis newsletters de este mes, recomendé la serie de dos posts de Jay Acunzo y Melanie Deziel con su propuesta de matriz para elegir el tipo de contenido a publicar para destacar. Su idea es que no se trata tanto de ser la mejor opción, sino la favorita porque las decisiones se basan en emociones.

Apunta con razón que la atención sigue siendo un bien escaso, es decir, hay mucha competencia para conseguir que el usuario elija tu contenido por encima del resto, lo que suele ser una decisión emocional. Cada vez es más y más complicado porque se siguen generando montones de piezas, muchas veces sin que el resultado sea el esperado.

Para salir de ese bucle (o content hamster wheel como lo llaman), hay que plantearse un par de preguntas interesantes: ¿y si «hacer más con menos» es crear menos contenido, pero conseguir más resultados sin crear más piezas? ¿Y si no es problema de alcance, sino de resonancia? ¿Y si dejamos de lado la competición por volumen y apostamos por la de impacto (más relacionada con la calidad)?

El impacto del contenido se puede identificar visualmente con dos ejes:

  • Valor: una pieza informativa sería la que menos valor proporciona. En el extremo opuesto está aquella que clarifica alguna idea, a menudo basada en percepciones o experiencias personales. Un ejemplo para distinguir el valor de un contenido sería distinguir entre «Qué es…» y «Por qué…», como podría ocurrir en «Qué es la IA» o «Por qué tienes que usarla en tus contenidos». La primera solucionaría una duda a corto plazo, la segunda tendría una aplicación más larga.
  • Originalidad: una pieza general es menos original que una personal. Cuanto más pongas de ti en tu contenido y más a ti suene (y no a otra marca), más sube en la escala de originalidad. Un ejemplo sería «Lista de prompts para marketing» vs «El prompt que cambió mi forma de hacer marketing». Lo primero podría escribirla cualquiera, lo segundo no.

Como ves, hay cierta relación entre ejes y el resultado sería:

  • Contenido commodity, lo peor de lo peor: informativo y general. Una pieza que suena demasiado parecida a la que alguien más también ha publicado, con las mismas ideas y un bajo impacto porque ni ofrece valor ni es original. Y, como estás dentro de la rueda, reciclas contenido que no te llevará a ningún lado porque es de baja calidad.
  • Contenido favorito, lo mejor de lo mejor: personal y original. En esta zona de la matriz hay menos competencia porque se publica mucho menos, además se despierta la creatividad y puedes crear piezas que marquen la diferencia porque la calidad es muy alta. Es el lugar para contar pequeñas historias con gran significado.

Ahí está la diferencia entre competir por volumen o por impacto.

Para crear contenido con impacto, proponen rellenar estos huecos: «Me pasó esto (momento personal)… lo que me hizo darme cuenta de que (la idea que despertó)… que esto era (el aprendizaje, la solución)…». Es una forma de pasar de «¿qué quiere mi audiencia oír de mí?» a «¿qué tengo que decir sobre esto?». No siempre es fácil, pero es una buena manera de elegir sobre qué debería ir tu próximo post o newsletter (si no te convence, prueba con identificar tu contenido insignia).

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