Media News S08 A22

Internet
Darse un paseo por las ofertas de empleo de LinkedIn es la mar de divertido, pero no voy a entrar a debatir sobre lo que escriben las empresas: me quiero desahogar sobre lo absurdamente ineficaz que es su buscador. Es tan malo que está por encima del de Instagram, donde a veces cuesta encontrarte hasta el ombligo. Lo más gracioso de la red social profesional por excelencia es que finge que quiere aprender porque te permite ocultar resultados, pero te limita con unos filtros nada prácticos. Si así pretenden convencerme de pasarme a Premium, deberían buscar otras formas porque dan ganas de irse, no de pagar.

Cine
Llegó el día después de dos años de espera: se ha estrenado «Muerte en el Nilo». Quizá porque la expectativa era tan alta, la película no me ha gustado. Me esperaba cambios en los personajes y algo en la historia como ya pasó en «Asesinato en el Orient Express», pero destrozar por completo a mi querida Salomé era para levantarse de la butaca y salir del cine. Me quedé (¡12,5€ me costó la entrada!) y acabé viendo una escenografía cuidada, pero unas pirámides digitales, y un culebrón con todos los tipos de amor posibles como protagonistas, no un misterio lleno de potenciales asesinos. Por suerte, tengo el DVD de la versión de David Suchet y la de Peter Ustinov, así que puedo recuperarme de la desilusión.

Televisión
Manuel de Luna aprovecha que la serie «Kung Fu» cumple 50 años para hacer un repaso de su éxito. Recuerdo haber visto varios capítulos en alguna reposición posterior y el remake que sacaron el año pasado no le hacía nada de justicia. Solo aguanté el piloto, como en otras series que se olvidan del original, pero mantienen el mismo nombre («Walker» es otra). Me pregunto si no les saldría más a cuenta reponerlas en lugar de crearlas nuevas. Lo que seguro no harán será emitir las dos a la vez como sí hacen algunos canales con películas que se estrenan. Una lástima porque revisitar esas historias de juventud debe ser divertido.

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Cómo me gustan los anuncios que cuidan las palabras, sean muchas o pocas. Y Heinz lo hace, además con unas cuantas. Se ponen el sombrero de humor para un título que supuestamente ridiculiza a su nuevo producto y despiertan una gran curiosidad, así cualquiera lee el texto que lo acompaña. La fiesta sigue ahí porque piden disculpas hasta a su fundador por haber tardado tanto en desarrollar esta novedad. Desde luego es arriesgado viendo que parece que la tendencia es usar pocas palabras que entren en una actualización social, pero es perfecta para la contraportada de una revista (sí, aún las hacen en papel).

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