Media News S26 A16

Televisión
¿Ver series en FF? Sí, alguna vez lo he hecho en lo que llamo series light, es decir, las que tampoco pasa nada si me pongo a mirar el móvil un rato y dejo a los personajes hablando de sus cosas. No todas se merecen ese trato. Como bien dice la Chica de la tele, hay algunas que tienen su propio ritmo. «Hannibal» es una de ellas: los personajes hablan con una cadencia que, si te descuidas y según el momento del día en que la ves, puedes acabar dormitando en el sofá. Vamos que no es una serie de acción: su gracia está tanto en lo que se dice como en lo que se insinúa o incluso no se dice o se sueña. Verla en FF sería no entender nada. Por suerte, hay series para todos los gustos y momentos porque, efectivamente, no hay que verlo todo.

Cine
Las películas de catástrofes son un género en el que entras o no, es decir, te lo tomas como algo posible o piensas que eso nunca pasará. Dentro de este género hay algunas que destrozan más cosas que otras. Por ejemplo, «El día de mañana» se carga la Tierra en un futuro posible pero también está «Godzilla» que se carga medio Estados Unidos y no me lo creo. Dice Ronald Emmerich:»Empiezo pensando que una nave espacial tiene que posarse así que debe tener piernas, y cuando una pierna es más grande que toda una ciudad se convierte en un objeto fascinante. Siempre me he sentido fascinado por el tamaño». Curiosamente es lo que para mi hace poco creíbles algunas películas de esas de David contra Goliat.

Internet
Elegir dominio puede ser algo complicado. Primero, claro está, por tener que decidir el nombre. Pero, al ritmo que llevamos, igual de difícil va a ser elegir la extensión del dominio. No se trata solo de ‘reservar’ la marca y comprar todos los posibles en todos los países. Es ya una cuestión de lógica porque no todos encajan en todos los negocios. Cuando sí lo hacen, resulta que ‘los buenos’ se registran con la misma rapidez que los .com de manera que la competición sigue reñida en algunos sectores. Si no se es rápido, hay que tirar de originalidad para sacar un nombre igual de fácil de recordar o más bien encontrar, aunque no tenga la extensión de dominio más propicia.

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De un tiempo a esta parte, parece que el mundo perfecto del cine y la tele no vende suficiente. Quizá la culpa la tiene la belleza real que nos recomienda ser como somos o la república independiente de nuestras casas que nos permite hacer lo que queramos dentro. No importa cuándo empezó pero ese ‘mundo real’ está ahí en cada bloque publicitario. Sigue habiendo coches en carreteras maravillosas y bebidas en playas misteriosamente vacías, sí. Pero también anuncios que nos recuerdan que la suciedad forma parte de la vida, seas una bayeta o un detergente, y que no todo ha de salir tan perfecto en las fotos que compartimos en redes sociales. No hay que olvidar que la imperfección es belleza.

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