[Contenidos] Cada palabra cuenta

Cada lunes republico un artículo de la newsletter semanal sobre marketing de contenidos que también envío cada lunes.

Es evidente que para el SEM (tanto optimización para buscadores como para anuncios en buscadores) la selección de palabras no es algo banal. Pero tampoco lo es considerando que cualquier texto ha de transmitir nuestra personalidad (valores corporativos) y que, por tanto, la elección que hagamos puede acercarnos o alejarnos del lector.

Los sinónimos son buenos aliados para evitar repeticiones. Un diccionario de este tipo (también sirve la pestaña Referencia de Word) es una herramienta útil pero también puede complicar la selección más adecuada de palabras. Por ejemplo, ¿es lo mismo decir «creo que», «en mi opinión», «me parece», «me da a mi que», «yo diría que», «pondría la mano en el fuego a que»? ¿»Te gustará» o «le encantará» tienen las mismas connotaciones?

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 15 (22 de noviembre de 2010). ¿Quieres leer el resto?

Encuesta: ¿Quién debe redactar los contenidos corporativos?

Hace ya tiempo que me ronda esta encuesta, concretamente desde que me invitaron a escribir un capítulo sobre contenidos en un libro dedicado Community Managers: ¿es este perfil el encargado de redactar los textos corporativos?

Mi postura es clara y es que, como en todo lo que rodea el marketing y más aún los medios sociales, depende del tamaño de la empresa. En un mundo ideal, sin duda que no pero parece que este perfil va a acabar absorbiendo al resto y las líneas de separación entre cargos se desdibujan. Cuanto más grande sea la empresa, más especialización; cuanto más pequeña, más concentración de tareas.

Y tú, ¿qué opinas? Participa con cinco clicks en la siguiente encuesta.

Actualización 19 de julio: ¡ya puedes consultar los resultados!

Media News S21 A11

Redacción web
Dan Zarrella ha creado un plugin para WordPress que mide la legibilidad de los posts. Como se instala en el admin, puedes saber antes de publicar el nivel de complejidad del texto. Te da un número y, según las indicaciones de su creador, cuanto más bajo sea mejor si quieres se comporta «especialmente» Facebook. Conociéndole, algún número justificará esa afirmación pero no deja muy bien a los lectores de esta red social. En cualquier caso, incluso después de probarlo, no tengo muy claro que sirva para medir gran cosa.

Internet
Encontrar un post titulado «¿Para qué un Blog?» (vía) me devuelve unos años atrás en el tiempo pero, como dice su autora, hay cosas que no cambian: «la constancia, el respeto por la edición, el cuidado de las formas, el sostenimiento del diálogo», esos son los retos del blogger. Para los que piensan que la blogosfera ha muerto, algunos números: hay quien destaca como titular la inversión pero a mi me gusta verlo desde el otro lado. Sea por la publicidad o por el simple placer de escribir, ¡aquí seguimos!

Televisión
Supongo que la noticia de la semana es la desaparición de «SLQH» o «Sé lo que hicisteis» antes de que les diese a las cadenas por abreviar los títulos. Pero la verdad es que por mucho que se pueda considerar buque insignia de la cadena no he visto más de 1h de programa en estos 5 años. Primero porque las sobremesas no están alcance de cualquiera y segundo porque no merecía ser grabado para ver después. Su obsesión por el guión se parece demasiado a «El intermedio» y ni así me hacían sonreir.

Publicidad
Las cadenas se quejan de que la inversión publicitaria sigue bajando (vía) y yo hago repaso mental de los anuncios que he visto últimamente para tratar de imaginar si eso le importa a los telespectadores. Mi conclusión es que no se trocea tanto las series (pro) pero también que el interés por ellas es menor (contra). Es un círculo de financiación que no sé bien dónde empieza, si en el contenido de calidad que llama a la audiencia y de ahí a los anunciantes o si es la inversión la que lleva a crear mejores productos. Seguramente una mezcla de las dos.

Cine
Ayer vi al fin «El crepúsculo de los dioses» y no fue en «Qué grande es el cine», más que nada porque ya no existe este programa, sino en laSexta3. Esta película es uno de esos clásicos que te repiten en la universidad pero que por algún motivo no te apetece ver. Y después de verla, ya sé por qué: porque hay estrellas que no deberían apagarse. Sí, es una industria, un negocio, pero la perspectiva que prefiero es la de fábrica de sueños y esa cada vez está olvidada. La protagonista se queja de la palabra y al color, hoy seguramente le molestarían los efectos.

[Contenidos] Llamando a las cosas por su nombre

Para los que nos dedicamos a escribir, elegir las palabras correctas en cada frase es imprescindible para hacer bien nuestro trabajo.  El dominio del lenguaje se compone no solo de ortografía y gramática, también de vocabulario. Hay que conocer el significado de las palabras así como las consecuencias de usarlas, sus connotaciones, sus implicaciones.

Y, que no se nos olvide al hablar de neologismos, también hace  falta saber un poco de inglés porque es en este idioma en el que nos llegan, por ejemplo, las palabras que describen los social media, perdón, los medios sociales… sí, algunas pueden traducirse pero no siempre se hace por diferentes motivos que no vienen al caso.

Dos casos de ‘nuevas’ palabras y los intentos por definirlas: Tristán describía las características de la influencia y Cristina se preguntaba si al marketing de contenidos como traducción de content marketing también se le podía llamar redacción.

Etiquetar las cosas es algo inherente al ser humano y camino de la web semántica, más todavía. Cada sector tiene su campo semántico o, dicho en un entorno 2.0, su nube de tags. Es lógico que los usuarios de cada sector conozcan esas etiquetas y las esperen cuando lean algo relacionado con él. En caso de no hacerlo, pensarían que no es un texto para ellos.

Es por esto que al escribir se ha de utilizar la terminología adecuada a los lectores. No basta con que un post está bien escrito desde un punto de vista formal, ha de conectar con los usuarios y la vía más sencilla (y efectiva a la vez) es hablar como ellos, con sus palabras y no con vacías expresiones corporativas.

La pregunta resulta evidente, ¿puede alguien que no conozca el sector escribir algo atractivo para ese público objetivo? Pero no se debería responder sin saber antes si puede hacerlo alguien  que no sepa escribir para la web. La combinación de las dos es la que dará el mejor resultado, la mezcla de conocimientos del sector y del medio en el que se ha comunicar.

[Contenidos] Escribir pensando en quién lo leerá

Cada lunes republico un artículo de la newsletter semanal sobre marketing de contenidos que también envío cada lunes.

Cualquier texto corporativo que escribamos lo leerán dos tipos de personas: por un lado, las de la propia empresa, de cualquier departamento y de cualquier nivel jerárquico; por otro, las ajenas a la empresa que incluyen tanto clientes como potenciales clientes y, no hay que engañarse, también la competencia. A este segundo grupo es a quien debemos dirigir nuestras palabras y en quien debemos estar pensando al escribir.

Tenemos que ponernos en su piel, imaginar que somos ellos y contestar a dos preguntas básicas: ¿qué queremos saber y cómo queremos que nos lo digan? Las dos se complementan ya que aunque la primera es la que fácilmente contestará cualquiera, la segunda es la que nos permite adaptar el mensaje al público objetivo de nuestra web, blog o de cualquier contenido.

Enfoque, lenguaje y tono, en definitiva, el estilo de escritura deberá ser diferente según quién nos vaya a leer. No hay que caer en el error de dar por hecho que los usuarios de nuestra web tienen los mismos conocimientos, por ejemplo, que nuestro inmediato superior: lo que a éste le parecerá obvio, seguramente a los primeros les puede suponer la diferencia entre nosotros y la competencia.

La propia empresa conoce bien (o debería) sus productos o servicios, en qué aspectos destacan o cuáles son sus mejores argumentos de venta. Posiblemente también lo sepa la competencia (o debería) pero quienes no lo saben son los clientes que queremos atraer. Todavía.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 14 (15 de noviembre de 2010). ¿Quieres leer el resto?

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