Media News S38 A17

Televisión
Antes de la era digital, las distribuidoras cinematográficas se podían llegar a preocupar de las condiciones en las que se proyectaba una película y enviaban recomendaciones para los operadores. Quizá por eso no me extraña que acabe pasando también en televisión, según cuentan. Es lógico considerando que haya algunas, repito, algunas producciones que son de tanta calidad como algunas, repito, algunas películas. Así se entiende que quieran asegurarse de que el visionado se realiza como es debido. El problema es que no todos los televisores están preparados como sí deberían estarlo las salas de cine. Quizá en el futuro los televisores se controlen a lo «The outler limits» y no tengamos que preocuparnos más de ajustar nada.

Cine
El cine es Historia y no se debería destruir, igual que los libros o cualquier expresión artística como la pintura. Al leer un artículo sobre la digitalización de películas hechas en Afganistán que podrían haberse perdido, inevitablemente recuerdo la sociedad de «Demolition man», concretamente la emisora de radio que solo emite jingles publicitarios (la escena en cuestión acaba con un gesto muy significativo). También pienso en «El libro de Eli» y lo que hace el protagonista por proteger su fe. Ambas son historias que imaginan el futuro, aunque la primera de forma idealizada (tras una época de destrucción) y la segunda directamente apocalíptica. Así que me alegra que alguien piense en conservar la Historia, en cualquiera de sus formas.

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Cada vez es más raro ver un anuncio de coches sin que al final salga una laaarga serie de complementos de última tecnología que, supongo, lo hacen irresistible por el precio que ponen justo al ladito. Es genial que la seguridad mejore, por supuesto, pero no todos esos cacharritos son una necesidad. Quizá haga que alguien se decante por un modelo u otro pero a mí me parece una pérdida de tiempo en el spot. Por eso me ha gustado tanto la idea del fashion assist de Mercedes-Benz: un personal shopper para que tu estilismo no desentone con tu coche. Hay que tomárselo con humor, claro, aunque bien podría ser una escena de «Cámbiame» y eso no hace tanta gracia. En cualquier caso, es una forma fantástica de transmitir lo que significa esta marca.

Internet
A la gente no suelen gustarle los experimentos. Por lo general, no les gusta cuando respondes que han de probarlo para saber cuál es la mejor solución. Lo que quieren es una receta del éxito. Pero no una cualquiera: una que esté probada por quien la escribe. Cada vez hay más artículos similares y llega un punto en el que todos parecen iguales: haz esto y venderás, haz lo otro y ganarás seguidores, haz lo de más allá y te retirarás rico… ¿Cómo hemos llegado a ese punto? Una cosa es hacer recomendaciones, fantástico para el marketing de contenidos, y la otra hacer creer al lector que todo es fácil y rápido porque no lo es. Nunca lo ha sido. Claro que algún truco se puede aprender de una página millonaria pero poco a pequeña escala que, al fin y al cabo, es lo que hace grande nuestro mercado.

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