Vamos a acabar con la revista Fotogramas de enero después de la primera y la segunda parte, llega la tercera. Esta vez sobre las preguntas sin respuesta de la zona DVD.
Es cierto, ha de ser muy duro ser un DVD-adicto. La gente que les rodea no les entiende, no comprenden cómo pueden gastar su sueldo en películas que criarán polvo antes de que tenga tiempo para poder verlas. O que renueven su videoteca con DVDs a un precio excesivo. O, lo más díficil de enteder, que se compren todas las versiones de una misma película: la normal, la extendida, la del director, la especial, la de coleccionista, la que regala muñequitos…
Tampoco les ayuda mucho en su enfermedad (vamos a llamarla así, aunque seguro que muchos se ofenden antes de reconocerlo) que las distribuidoras saquen cada dos por tres alguna nueva versión de una película. ¿Por qué no invertirán sus esfuerzos en hacer versiones digitales de películas que sólo se pueden encontrar en VHS?
¿Es más fácil convencer a un DVD-adicto que compre X versiones de una película que a un cinéfilo para que compre un clásico por fin de DVD? ¿Es más fácil hacer un DVD que sólo tiene la película o producir múltiples reportajes y entrevistas para una edición como-la-quieran-llamar? ¿Es más fácil vender en un mercado con múltiples DVDs repetidos o con un buen fondo de películas en DVD? La respuesta en cualquier videoclub.
¡Ah! Y si eres un DVD-adicto un consejo: antes de entrar en ésos lugares prohibidos dále tu tarjeta de crédito a alguien de tu confianza.
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