[Contenidos] Comparte la responsabilidad de crear contenidos

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Pensar que estamos solos ante el peligro es un error. Escribir es un acto solitario, frente a la pantalla solo están tus pensamientos, pero hay más personas dentro de la empresa que pueden escribir así que la responsabilidad de crear contenidos no debe ser de una sola persona.

Casi siempre que advierto en clase de que hay que mantener una cierta frecuencia y ser constante en la creación de contenido, alguien se queja diciendo que no tiene tiempo para escribir o que su empresa no tiene tantas cosas que contar. Limitar los contenidos a una sola persona es un enfoque equivocado que frena a las empresas a ponerse en marcha.

Mi respuesta es otra pregunta: ¿podrías escribir algo solo una vez al mes? Pues ya sabes qué dijo Julio César: divide y vencerás. Así que reparte esta tarea entre el resto de empleados. Si encuentras a tres personas más que estén dispuestas a comprometerse una única vez al mes a escribir, ya tienes un post a la semana, lo que sería el mínimo para mantener un blog corporativo.

Delegar es una cuestión práctica además de una solución a los dos errores que he planteado hoy. Como diría el saber popular, dos cabezas piensan mejor que una o, lo que es lo mismo, cuatro ojos ven más que dos. El contenido será así más diverso y tendrá más puntos de vista. Eso sí, asegúrate de que todos mantienen una coherencia con lo que quieres comunicar.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 83 (12 de marzo de 2012). Suscríbete gratuitamente para recibir un nuevo artículo exclusivo cada lunes.

[Contenidos] Contenido que caduca y contenido atemporal

Si piensas en contenido para medios sociales, la rapidez de consumo hace que tengas la sensación de que todo caduca antes. Imagina un tuit o una actualización en Facebook, ¿cuánto crees que tardan en desaparecer de la vista de un seguidor o fan? ¿Aguantan una semana? Solo si has conseguido algún RT o ‘Me gusta’. Sin eso, el contenido para redes sociales prácticamente desaparece el mismo día que se publica.

Una ventaja del contenido es que su vida se alarga gracias a los buscadores y las recomendaciones. Piensa ahora en un blog, algo un poco más extenso y más fácil de encontrar en Google. ¿Cuánto crees que dura? Un post tiene una esperanza de vida mayor que otro tipo de contenido social, pero no porque le quitemos la fecha (algo, por cierto, que hace desconfiar del autor), sino porque el contenido estará disponible para ser encontrado años después de que lo publiquemos.

Y cuando el usuario llegue a ese post publicado hace seis meses, ¿todavía le servirá o cerrará la página para encontrar otro resultado más actual? Esa es la pregunta clave que debemos hacernos al elegir un tema sobre el que escribir. Podemos usar ejemplos para ilustrar, pero éstos quedarán obsoletos tarde o temprano: mejor enfocar el post hacia la moraleja, el aprendizaje que puede llevarse a casa el lector y que le servirá más adelante.

Aún es más atemporal hablar de ebooks o white papers. Este tipo de contenido está obligado a durar más que ningún otro. Si lo distribuyes a cambio del email, has de asegurarte de que pasado medio año o un año todavía tendrá sentido que alguien se lo descargue. Eso pensando en el usuario, pero también en el coste de producirlo: cuanto más atemporal es un contenido, más coste de producción tiene.

A la hora de programar tu calendario editorial, la mejor opción es combinar contenidos atemporales con los de actualidad para día a día seguir atrayendo a usuarios interesados en la última novedad que después se queden porque les ofreces artículos de fondo interesantes para ellos.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 82 (5 de marzo de 2012).

[Contenidos] Lo que he aprendido este fin de semana sobre la inspiración

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Hoy quisera hablarte de lo que he hecho este fin de semana. Como ya expliqué, estoy escribiendo un nuevo libro. O al menos lo intento. El día a día no me deja mucho tiempo y siento que no avanzo lo suficiente. Así que me planté y fijé como objetivo para este fin de semana: escribir, escribir y escribir.

Pero aunque aparentemente puse todo de mi parte, aquí te cuento por qué creo que he fallado para que, si también estás en proceso de escribir algo, pueda ayudarte mi experiencia.

¿Qué hice para preparar el fin de semana? Algunas cosas:

  • Durante toda la semana trabajé para asegurarme de que el fin de semana no tendría nada más que hacer que eso, escribir para mi y no para mis clientes.
  • Salí de Barcelona camino de un lugar retirado, donde hubiese algo detrás de la ventana que sirviese para dejar vagar la mirada por un paisaje que animase a escribir.
  • No me llevé los diversos libros que me he comprado estos últimos meses para no dejarme llevar por las palabras de los demás y escribir las mías propias.
  • Quité la wi-fi del portátil: nada de GReader, correo o redes sociales. La única ventana abierta era el Word para escribir… y la de la habitación del hotel.

En resumen, cambié mi rutina y eliminé distracciones, solo tenía que escribir. Y lo hice. Pero solo durante unas 4h de las 20 que aproximadamente había calculado tendría este fin de semana. Poco tiempo y por eso el resultado han sido solo unas 5 páginas y una nueva reestructuración del índice. Podría estar más satisfecha con lo que escribí pero, en realidad, lo que me alegra es haber descubierto por qué no fui capaz de escribir más y lo que he hecho para arreglarlo desde hoy mismo.

No sé qué pensarás tú después de lo que te he contado pero yo creo que conseguí desconectar demasiado. Tanto que en lugar de escribir me apetecía más quedarme mirando cómo un gato caminaba por el campo asustando a los pájaros que había a su alrededor o aprendiendo cómo era la vida en la zona durante la época medieval y modernista. Y, dentro de la habitación, el cursor parpadeaba en mi documento esperando a que yo teclease algo.

En definitiva, mi error fue perder de vista mi objetivo. Me alejé de mis problemas diarios lo suficiente como para también olvidar que tenía que escribir. No basta con poner los medios para que pase, hay que estar dispuesto a que pase. En cambio, me dejé influir demasiado por el entorno. El fin de semana no eran vacaciones, sino la excusa para trabajar (digamos) en mi hobby, mi nuevo libro.

Pero de todo se aprende y aquí está la moraleja de mi historia: no intentes buscar la inspiración donde normalmente no está, ella es la que te encuentra. Quizá si me hubiese quedado en casa, como cualquier otro fin de semana, hubiese escrito el doble o el triple.

Nunca lo sabré pero, para prevenir futuras situaciones similares, estoy reestructurando mi GCalendar para tener cada día un rato para escribir. Así seguro que podré darle la bienvenida a mi musa particular y no decirle que se espere, que no tengo tiempo para ella. Es de mala educación y así me lo ha pagado, con un fin de semana desastroso

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 81 (27 de febrero de 2012). Suscríbete gratuitamente para recibir un artículo exclusivo cada lunes.

[Contenidos] Adaptar el lenguaje al lector

Cada lunes republico aquí un artículo antiguo de mi newsletter semanal sobre marketing de contenidos que también envío los lunes a los suscriptores pero con contenido exclusivo.

Uno de los objetivos del marketing de contenidos es establecer una relación con los usuarios. Una forma de empezarla es hablar en su mismo lenguaje: si nos dirigimos a abogados y escribimos como si fuésemos adolescentes lo más probable es que no nos tomen en serio. Y viceversa porque los jóvenes tampoco se comunican con las mismas palabras que los adultos.

Personalizar nuestra redacción para, por ejemplo, incluir abreviaturas o expresiones que sólo una determinada franja de edad o sector concreto pueden comprender es válido únicamente en el caso de que nuestro producto o servicio sea tan específico como el lenguaje que usamos. No obstante, el castellano que llamaríamos llano (o plain language) sirve para comunicarse con todos por lo que en el caso de querer respetar tanto el idioma como las características del público, deberíamos utilizarlo.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 79 (13 de febrero de 2012). Suscríbete para recibir un artículo exclusivo cada lunes.

[Contenidos] Recursos para escribir bien

Cada lunes republico aquí un artículo antiguo de mi newsletter semanal sobre marketing de contenidos que también envío los lunes a los suscriptores pero con contenido exclusivo.

Aunque el tema principal de esta newsletter sean los recursos sobre marketing de contenidos, también se presta atención al idioma. Precisamente hoy la Fundéu ha publicado una completa lista de enlaces a diccionarios, traductores, guías de ortografía y gramática todos en línea y gratuitos para que la consulta de una palabra o expresión no pase por recuperar ese libro lleno de polvo que usábamos en el cole o por bajar a la biblioteca.

Escribir bien es el paso previo a escribir bien para Internet. Si no controlamos el idioma, no podremos expresarnos correctamente aunque también es cierto que algunas veces se puede saltar alguna norma si queremos conectar con nuestro público como hemos visto hace un momento.

Originalmente publicado en la newsletter Marketing de contenidos, número 79 (13 de febrero de 2012). Suscríbete para recibir un artículo exclusivo cada lunes.

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