Leo en «Qué!» (diario gratuito muy dado a titular las notícias escandalosamente) el artículo «Descubren que algunos olores son peligrosos al volante».
Lo interesante de la notícia no es que exista un estudio de la Wheeling Jesuit University que determina olores que pueden provocar sueño al conductor o fijar la concentración. Si ahora un coche vende diseño, confort, seguridad, consumo, precio, funcionalidad… ¿Te imaginas cómo sería un spot de un coche que «huele a…»?
Vienen a mí recuerdos de la película «Matinee» y de cualquier primigenio intento en la historia del cine de crear una máquina que transmita algo más que elementos visuales (siento no recordar el nombre del proyector que desprendía olores). También anuncios de detergentes con aromas de flores, ambientadores de brisa marina…
¿Al abrir la puerta del coche saldrían flores en vez de un montón de maletas en el Honda Jazz? ¿O por el tubo de escape quizá como el coche que vomita el perro? ¿En el interior pondrían unas montañas nevadas en vez de tablas de surf? ¿El coche dejaría un rastro de «buen olor» por toda la ciudad como el Saab deja estelas?
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