Media News S20 A24

Televisión
Eurovisión es un espectáculo televisivo que cada año busca nuevos retos visuales. Lo más innovador fue un par de segundos que parecieron imitar la realidad aumentada proyectando un par de animales. Se lo perdieron a pie de escenario, aunque supongo que pudo verse en las pantallas que tenían distribuidas. Pero quienes estuvieron allí vieron detalles que desde casa solo hemos podido captar gracias a algunos vídeos que corrieron al día siguiente. Así se ven a los que cambian escenografía, pero también a los cámaras que consiguen meternos en una canción o saber qué programa se usó en la realización.

Publicidad
La polémica de estos días sigue siendo la de Dorsia y Dove, es decir, una marca que acaba retirando su campaña y otra que ve cómo la meten en el debate sin comérselo ni bebérselo. Y es que los algoritmos no siempre juegan a favor de enterarse «de lo último»: todavía veo gente que se queja de la primera y felicita a la segunda, sin saber que ¿ya es pasado de la publicidad? Los anuncios tienen una vida bastante corta, quizá porque la exposición y la atención es menor o porque mañana habrá otra polémica que al final parece que es lo que quieren las marcas porque es la única forma de destacar. Lástima.

Cine
Una de nostalgia que hasta puede relacionarse con el párrafo anterior porque, ¿cuánto tiempo se recordará la lona de la discordia? Quizá hasta la próxima que venga, pero ¿y dentro de 40 años? Viendo las películas que se estrenaron en 1984 y cuántas de ellas se consideran clásicas, la pregunta es: ¿es posible que pase lo mismo si en 2064 alguien revisa los estrenos de este mismo fin de semana, por ejemplo? «Amigos imaginarios», «Disco, Ibiza, Locomía», «Lo que sucede después»… no sé si alguna de ellas pasará a la historia del cine como ocurrió hace cuatro décadas, pero yo prefiero repasar mi DVDteca.

Internet
La gala Met es otro gran evento que el mundo de la moda espera como ganas, aunque tiene poco interés en lo que a realización o fotografías se refieren (tenemos muchas otras alfombras rojas durante el año, aunque menos creativas). Lo que sí resulta interesante es el volumen de menciones en redes sociales. X/Twitter tiene su propio sistema de medición con el numerito debajo de la palabra que es tendencia y ver el total al terminar el día da una cierta perspectiva. Como con Eurovisión o la lona que toque, se sigue hablando pasado el momento oficial, pero no necesariamente sale del canal en el que se inició.

[Contenidos] Pensar a largo plazo para disfrutar de la redacción

Existe la sensación de que todo en la Red va deprisa porque el tiempo real es el único que se entiende hoy en día. Pero, por mucho que los DM y guasapitos lleguen al momento, la asincronía sigue estando muy presente en la comunicación, los plazos de respuesta de muchas peticiones superan las 48h y los modelos de atribución siguen generando debates en las empresas porque las conversiones se producen a más largo plazo de lo que le duraban las cookies al Monstruo de las Galletas.

Quizá sí que el tiempo de las redes sociales nos obliga a correr para no perdernos «el mejor momento para publicar», pero solo es un espejismo: los resultados de marketing y comunicación pueden tardar años en llegar. Cuesta tiempo y recursos consolidar una reputación, por poner un ejemplo. También tarda en hacer efecto el SEO, según cuenta Neil Patel.

¿Acaso pensabas que le dabas a publicar y automáticamente ese post salía en primera posición? Ya casi ni para los anuncios funciona así de fácil. Parece ser que Google, el mismo buscador que antes de implantar el scroll infinito en las SERP se jactaba de darnos en microsegundos millones de páginas ordenadas para resolver nuestras preguntas, se digna a tardar dos años en tener en cuenta los trabajos de optimización. ¡Y hasta tres!

Entonces, si el SEO es un trabajo igual de continuado que el de posicionar una marca, ¿por qué trabajan tan separados marketing y comunicación que todavía hay empresas en las que se pelan a la hora de distribuir presupuesto? Menos mal que no ocurre en todas, pero la sensación de que no llevan el mismo ritmo es evidente a poco que colabores con esos departamentos.

Ya, cada campaña tiene plazos concretos que respetar, normalmente cortos, pero también hay que dejar margen para aquellas acciones asociadas a objetivos más a largo plazo. Ir con tanta prisa por cumplir lo que se pide para mañana (léase ayer) hace que se olvide eso que tan bonito queda en la web corporativa y que también puede aplicarse a los contenidos: la visión.

La creación de contenidos se ha convertido en un aquí te pillo, aquí te mato. Parece que ya no se disfruta del proceso de redacción y se nota al leer, ¿te has dado cuenta? Seguro que te has encontrado con títulos que engañan, palabras repetidas, expresiones mal traducidas o temas que no aportan nada nuevo. Eso no es escribir, es cumplir con el expediente, publicar por publicar sin pensar a largo plazo. Así se puede estar un tiempo, pero no es sano que se convierta en la única opción.

Tu calendario puede resolver las dudas de hoy, esta semana o este mes. Pero, ¿qué te hace pensar más allá? Un roadmap, por eso es un pilar para tus contenidos. Con plazos de cinco o diez años en mente, se puede volver a disfrutar del proceso de escribir y así ganar también lectores que serán futuros clientes. La pregunta es si quieres dedicar ese tiempo desde ya mismo o te quedas en la superficie de qué vas a hacer mañana.

Media News S19 A24

Internet
Dos noticias que parecen indicar que el futuro no era tan fácil como parecía: 1/ a la fatiga de Zoom hay que sumarle un nuevo estudio que confirma que la actividad cerebral mientras estamos en videollamadas es baja. Doy fe que en algunas reuniones largas lo más divertido es fijarse en cómo se desenfoca de bien o mal el fondo, pero eso ya es prestar atención a algo, ¿no? Y 2/ las contraseñas van a ser difíciles por ley, al menos en el Reino Unido, pero quién sabe si acabaremos teniendo que recordar 16 caracteres random para las decenas de servicios que tenemos contratados online.

Publicidad
Era cuestión de tiempo que hubiese alguna campaña hecha con IA de manera que bien pudiese ser real. Y para más diversión es un viaje en el tiempo o, más concretamente, una imitación de lo que podrían ser fotografías antiguas para promocionar un concepto que oímos mucho últimamente, pero que no es nuevo: el desperdicio alimentario. Quizá es un tipo de anuncio que solo pueden hacer las marcas que llevan más de un siglo y medio en el mercado, pero está claro que aprovecha bien lo que puede hacer la inteligencia artificial. Por cierto que Heinz juega con la IA hace tiempo, así que me parece una buena evolución.

Cine
Lo divertido de buscar películas en IMDb no es solo encontrar sus trivias, secundarios que no recuerdas dónde viste o localizaciones que te suena haber visitado. También sirve para descubrir las pelis que se supone están relacionadas o las que pronto se estrenarán. Entonces es cuando llegas a la conclusión que has estado desconectada de los estrenos porque, ¿»Sister Act 3«? ¿Otra vez Willem Dafoe metido en una peli de Drácula? Quizá sea porque los blogs de cine que leo se dedican a promocionar afiliados de Amazon o de plataformas. O porque hace demasiado que no piso una sala.

Televisión
Este fin de semana es Eurovisión y ya hace unos días que se caldea el ambiente con semifinales, canciones anteriores y las que se supone tienen posibilidades de ganar este año. Es posible que también haya gente preparando menús con pica-pica de varios países, incluso haciendo banderitas para colocar en los palillos de los canapés. Claro que también habrá gente que se esté enterando ahora de que la final es el sábado porque no es lo que llamaríamos eurofan. A mí me gusta el espectáculo, pero no me quita el sueño quién gana ni cómo se reparten los puntos. ¡Mis 12 van para el equipo de realización!

[Contenidos] La (no) necesidad de publicar por publicar

Hace ya tiempo que me vengo quejando de falta de interés por las redes y leer a Lucas Aisa sobre contenido de relleno me confirma que no soy la única que piensa que algo falla en las publicaciones sociales.

Antes de mencionar un par de ejemplos reales de clientes, aclaro que yo también caigo en intentar mantener viva mi presencia repitiendo contenidos: unas 2/5 de mis publicaciones sociales son de relleno. Años atrás eran más, pero todavía podrían ser menos. Repetir es una forma de rellenar, más o menos justificada por intentar que el alcance no reduzca a la nada el esfuerzo que supone crear las piezas originales. Podría postear más de una vez al día, claro, pero eso sí sería rellenar por rellenar.

Y ahora los ejemplos. Un cliente publica cada día en su perfil de LinkedIn, aunque no siempre tiene contenido nuevo en su web para enlazar ¡y hay que alimentar a la bestia! Solución a corto plazo: reciclar algún post con un formato nuevo porque no hay presupuesto para crear más contenido nuevo (aunque lo hay para SEM por lo que he comprobado). La solución sin pensar en el problema sería reducir la frecuencia, pero eso acabaría llevando a abandonar el canal y no lo contemplan como factible.

Otro cliente publica una serie de materiales que por simplificar diré que son como un resumen anual. Hay que sacarlos por política interna, aunque solo cambian un par de números, así que dedican el mínimo esfuerzo porque el retorno público es inexistente. Solución a corto plazo: utilizar la misma plantilla desde hace unos cuantos años. La solución real podría ser buscar la forma de rentabilizarlos, aunque eso implicaría aumentar el presupuesto para cambiar estrategia, diseño y más.

En mi caso, republicar es una decisión tomada tras analizar el tiempo dedicado y el resultado obtenido; en el de mis clientes, es cuestión de que la inversión económica acaba en otro lugar, pero no me cuentan si antes o después de también calcular el retorno que les dan esos contenidos/canales. Es uno de los problemas de trabajar de fuera de la empresa: no siempre te cuentan algo que podría ayudarte a hacer mejor tu trabajo.

Como bien dice Lucas: «el efecto no es un incremento del presupuesto o de la dedicación, sino una bajada drástica de la calidad«. El usuario final puede percibirlo más o menos (mi sensación es que va a más), pero desde dentro desanima mucho ver cómo van los números sabiendo que se podría al menos intentar evitar.

[Contenidos] Impacto de la IA en la content curation

La inteligencia artificial está impactando en el mundo digital de forma tan rápida que a este paso lo acabaremos llamando también artificial. Hay datos que apuntan ese camino: ya solo el 12% está hecho por humanos y el 70% usa la IA para hacer borradores a diario o y semanalmente. Dentro de los niveles de madurez de la curación de contenidos, la IA también estaba presente, aunque los algoritmos han avanzado más deprisa que las empresas en abrazar las piezas de terceros.

Robin Good es de los que piensan que el componente humano es indispensable para hacer curation porque es su filtro el que aporta valor y merece seguirse. Ha enviado una newsletter sobre el impacto de la inteligencia artificial en la curación de contenidos con pros y contras (aclarando, cómo no, que evoluciona rápido, así que puede cambiar pronto).

Beneficios de la IA en la curación de contenidos

En resumen, la inteligencia artificial es una ayuda para la content curation al:

  • Descubrir: es mucho más fácil encontrar contenido relevante, sobre todo si se entrena al algoritmo.
  • Identificar tendencias, patrones y similitudes que costarían de ver sin un análisis ágil de datos.
  • Organizar las ideas y recursos de forma eficiente para destacar por encima del contenido mediocre.
  • Criticar y sugerir mejoras, además de profundizar en una idea para no quedarse en la superficie.
  • Encontrar fuentes y expertos relevantes que sirven de buen punto de partida.
  • Resumir, sintetizar e ilustrar cuando pieza de contenido, además de traducir y corregir.

Desventajas de la IA para hacer content curation

En resumen, la inteligencia artificial tiene algunos problemas con los contenidos, en general diría yo, porque:

  • No tiene ideas originales, repite lo que otros han dicho, sin abrazar la serendipia como hacemos los humanos.
  • No tiene experiencia real como sí tienen las personas que han vivido lo que han escrito, por mucho que la reformule.
  • No percibe emociones, ironías ni sarcasmos, no tiene empatía ni intuición.
  • No tiene un estilo propio y voz única, ni naturalidad, ni personalidad… o tiene varias, lo que es casi peor.
  • No diferencia información sesgada o inexacta, ni matices de contexto.
  • No se responsabiliza de sus decisiones, no tiene ética ni conciencia.

Todo esto hace que la comprensión del texto no sea tan veraz como podría parecer, haciendo que el contenido resultante no tenga suficiente calidad. Aun así, considerando los pros, la IA puede ser una ayuda también para hacer content curación siempre y cuando luego se le añada el componente humano.

Para ser legal, te aviso de que utilizo cookies en esta web:    leer detalles y configurar preferencias
Privacidad