11 años de mi newsletter sobre contenidos

Hoy a las 10h enviaré el número 575 de mi newsletter y justo hoy hace 11 años que envié el primero. Tenía que ser en pleno agosto, claro, es el mejor momento para experimentar. Entonces lo fue, al menos me sirvió para probar una herramienta de email marketing que complementase este blog. Al final del post te daré alguna recomendación para que apliques a tu newsletter, pero antes déjame que te hable un poco sobre la mía.

Por qué has de recibir mi newsletter

En estos años, mi newsletter ha cambiado varias veces. Primero servía para enviar un artículo en primicia, llegando a ser varias semanas antes de que se publicase en este blog; pero ahora el link a mi post de los lunes es uno más del resto, diría que el menos importante. Así que durante un tiempo enviaba solo contenido de creación, después fue una lista de links organizados por madurez de la estrategia y ahora es (al 95%) curación con recomendaciones sobre contenidos, pero ya no solo content marketing como empezó hace 11 años.

Estos cambios de orientación en el formato y temática tienen un motivo bien claro: mi newsletter es personal, igual que este blog, aunque no tenga una introducción en la que explique mis cuitas. Es una newsletter personal curada, así que el filtro varía según lo que leo y me interesa cada semana. Mis libros también han seguido esta misma evolución: del marketing de contenidos a la cultura del contenido.

El sector avanza y con ella mi vida profesional, así que no tiene sentido quedarse en el nivel básico, al contrario, me esfuerzo por seguir mejorando y ayudando a mis clientes (y suscriptores) a madurar hacia el nivel avanzado. Por eso elijo los enlaces pensando en su aportación y no me importa alejarme de fuentes más comunes porque creo que es mi labor como curator descubrir enfoques nuevos (aunque estén en inglés).

Esto es lo que ofrezco con la suscripción: enlaces recomendados para que los contenidos ayuden a tu empresa. No es solo una newsletter de estrategia de contenidos, es una mezcla de branding, marketing, SEO, inbound, UX, periodismo, creator economy… tiene un poco de todo porque así son los contenidos: tienen muchos enfoques y mi newsletter los sigue para contribuir a alejar la falsa idea de que solo sirven para una cosa.

Por eso no se puede decir que sea una newsletter de actualidad porque los artículos que enlazo son más bien atemporales, aunque hayan sido publicados la semana o mes anterior. Así que un buen motivo para querer recibirla es que sirve para estar al día tanto como para reflexionar. Si no la lees el lunes a las 10h que es cuando la envío, puedes dejarla para el fin de semana o leer varias cuando tengas tiempo. No hay prisa porque los contenidos no dependen de algoritmos con fecha de caducidad.

Algunos aprendizajes

Miro las estadísticas (cada semana antes de hacer el nuevo envío) y me fijo en qué enlace se lleva más clics. Pero si me obsesionase demasiado acabaría haciendo una newsletter que no me representa y la acabaría dejando de enviar. Este es mi aprendizaje para ti: si ha durado tantos años es porque la he cambiado para adaptarse a mí y no al revés. Está bien pensar en la audiencia, pero no puedes perder de vista el enfoque personal porque eso es lo que hace que la gente se apunte y se quede.

Los suscriptores van y vienen (sí, algunos vuelven), pero me estreso lo justo por ello (cuesta aprenderlo, pero es básico para la salud mental). Esta métrica se mantiene bastante estable gracias a que hago limpieza cada semana de aquellos que no han abierto ni una newsletter en los últimos tres meses. Así que me pasa un poco como en mis redes sociales: ni sumo muchas altas, ni resto muchas. Como te decía, más que las aperturas, me interesan los clicks porque hay unos cuantos (no porque sean afiliados). Aun así, también intento que algunos apartados contengan la información suficiente para ser entendibles.

Sí me preocupan los números de MusaLeaks porque es una newsletter de pago, pero no tanto los de ContentNews porque la sigo viendo como una apuesta personal. Dedico al menos una hora a preparar el envío, pero mucho más a leer y elegir lo que no comparto. Esas horas diarias son tiempo bien invertido que no necesito monetizar directamente porque me sirve para seguir atenta al sector, escribir este blog, mejorar mis clases y documentarme para nuevos libros. Este último aprendizaje quizá no les guste a los que empiezan en su newsletter (o en cualquier canal): hay que tener paciencia. Pero es así y acaba llegando el equilibrio en que te gusta lo que envías y crees que es rentable (de alguna manera, no ha de ser directa). Yo hace tiempo que lo encontré.

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