Media News S12 A22

Televisión
Leo «micro abierto» en un titular y me da la risa. No importa lo que venga después: no me lo creo. En esta época televisiva que estamos viviendo en la que los presentadores se rompen en directo, los colaboradores salen del plató y el público aguanta lo que aguanta, ¿en serio se quedan abiertos los micros sin intención? Para mí, son como los posados que dicen ser robados: artimañas que benefician a todos y a ninguno a la vez. ¿Dónde queda la profesionalidad de los implicados? Todos por los suelos porque la reglas del juego son evidentes y ya se sabe que cualquiera puede saltárselas… si quiere.

Internet
El nivel de nostalgia ha subido estos días gracias a Rubén y Fernando. Sus dos hilos han servido para llevarnos a otra época. Por un lado, un recorrido por la historia de los blogs que me recuerda por cuántas etapas ha pasado la blogosfera en estas décadas de vida. Hace que me pregunte cuál será la siguiente porque las redes vienen pisándoles los talones. Por otro, están las sintonías de las series de nuestra infancia, otro gran momento comparativo: ¿dónde ha quedado aquella inocencia? No busques nada que se emita ahora que se le pueda parecer: ves directamente a YouTube.

Cine
Este fin de semana se entregan los Oscars y la tinta ya hace días que corre libremente. De entre los artículos que tratan sobre todo tipo de categorías nominadas, me ha gustado el de quienes se llevaron la estatuilla dorada a casa por actuaciones breves, pero intensas. ¿O eres capaz de imaginar «El silencio de los corderos» sin Anthony Hopkins? Este es un caso en que los secundarios son más bien principales, pero también puede ocurrir que sean películas corales, como Ingrid Bergman en «Asesinato en el Orient Express». En cualquier caso, son actualizaciones que marcan la peli.

Publicidad
Este repost de Heraclio Fournier en Instagram no es una campaña de publicidad, pero podría serlo y de ahí viene mi interés. Vale, sí: viene también por la temática cinematográfica, aunque en este caso es secundaria. Me apetece imaginarme qué pasaría si las empresas dejasen que cualquier persona pudiese hacer campañas para sus marcas. Algo así como lo que ya hacen los estudiantes a escondidas, pero de manera que ofreciesen herramientas e incentivos. Podría ser un concurso anual en el que cualquiera podría participar, no solo agencias con recursos. Sería divertido, ¿no crees?

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