[Contenidos] Escribir a diario, ¿propósito u objetivo?

Año nuevo = Momento de hacer propósitos… o no (nadie se cree ya lo de ir al gimnasio). Los propósitos son intenciones, algo que se espera lograr si se le pone cierta voluntad. Quizá por eso tienen fama de no cumplirse y a los importantes de verdad se les llama objetivos para que suene más cercano a la realidad. Pero, escribir cada día, ¿es un propósito u objetivo?

Como siempre, depende de quién se haga la pregunta:

  • Para alguien que escribe en su tiempo libre, empezar con las morning pages es un buen propósito porque así se coge la costumbre de sentarse a vaciar la mente. Esto puede servir de preparación para ponerse al fin con esa novela que ronda la cabeza desde hace tiempo. Son cambios en el comportamiento a corto plazo.
  • Para quien quiere dejar de ser amateur y ganarse la vida escribiendo, no sirven los propósitos: hay que tener objetivos. Así que para publicar un libro hay que poner una fecha concreta y así desgranarlo en cuántas páginas o capítulos hay que escribir al día o al mes. Son cambios que se quieren hacer a más largo plazo.
  • Para los que vivimos de escribir, la cosa se complica. Cobramos por palabra, pero quizá no queremos escribir más (o más rápido), sino que estén mejor pagadas. O quizá más para un buen cliente y menos para aquel que nos quita el sueño. Son cambios de comportamiento, pero también de mentalidad, de enfoque del negocio.

Así que para alguien sentarse cada día a casar palabras puede ser un propósito y para otra persona un objetivo. En «The 5 pillars of digital writing«, Dickie Bush y Nicolas Cole consideran el primer pilar la costumbre de escribir a diario. Su truco para lograrlo es poner límites a las distracciones y reservarse tiempo para lograrlo, estableciendo así horas sagradas. Llámalo reuniones con tu propia escritura, pero has de planearlas y bloquearlas para no tener otra cosa que hacer ni en la que pensar.

Cada cual sabe cuál es su momento del día en que conecta mejor los puntos, solo hay que sumar que nadie le vaya a molestar. Además, puede variar en cualquier momento. Quizá en invierno es por la mañana y en verano por la noche, ¡tú lo sabrás mejor que nadie! Al principio quizá te cueste enfocarte, pero pasados unos días irás progresando, acostumbrándote a escribir y pasando de un propósito sin futuro a un objetivo medible.

Yo lo que hago es organizar mi calendario de trabajo en función de esas horas para poner ahí los posts más complicados o aquello en lo que necesito centrarme más. Entonces, pongo el modo «no molestar» en el móvil y dejo abierta solo la pestaña/app donde estoy escribiendo. No son horas sagradas estrictamente, pero es lo más cercano.

Este año me he propuesto publicar otro libro (¡el 17!), así que ya estoy viendo cómo encajar el redactar por trabajo y por placer para que haya horas sagradas para ambos. Espero que convivan como mis objetivos para 2023 y que el uno no eclipse al otro (hay que facturar, pero también disfrutar).

¿Escribes cada día? Puedes hacerlo tu propósito o tu objetivo para 2023. Clic para tuitear

[Contenidos] Quita lo que sobra, no sufras

¿Qué tienen en común una mudanza y una ruptura? Que hacen aumentar el volumen de la basura. Con más o menos tristeza, nos deshacemos de lo que habíamos guardado como recuerdo, pero ya no nos dice nada. Los mercadillos de segunda mano (incluido Wallapop) están llenos de objetos que formaron parte de la vida de alguien, pero que ya no quiere en ella.

Es muy fácil acumular cosas, incluso digitalmente. También se hace, y mucho, al escribir. Frase tras frase, la página en blanco se va llenando de contenido, bien porque se vuelca todo lo que se piensa o porque un algoritmo dice que hay que llegar a pon-aquí-cualquier-número. Pero, igual que nunca vas a necesitar los libros del instituto, tampoco hace falta que atesores algunas palabras y expresiones que no aportan nada al texto y lo complican.

No digo que escribas poco (eso es difícil y, además, a veces hace falta), pero sí que no te reprimas y temas quitar lo que sobra porque no hace falta extenderse para hacerse entender. Mejor una palabra bien elegida, que mil de relleno.

Revisa lo último que hayas escrito y trata de expresar lo mismo, pero de forma más específica y con convicción. Fíjate en:

  • Adverbios: ya sabes que los terminados en «mente» son un vicio del que quitarse; también los de cantidad (muy, menos, poco, mucho…) son una buena demostración de que sobran; pero los de lugar (cerca, arriba, atrás…) suelen ser necesarios para dar indicaciones; y los de tiempo (hoy, ayer…) pueden querer quitarse para convertir el texto en atemporal.
  • Negaciones: no, no las uses. O evítalas, puestos a servir de ejemplo. No niego (doble negación, ¡venga ya!) que algunas veces hay que incluirlas, pero es probable que haya palabras más adecuadas al contexto (cancelar, rechazar, vaciar, saltar…).
  • Coordinadas y subordinadas: seguro que las recuerdas del cole, cuando tocaba analizarlas. Era divertido, pero ahora hacen la lectura más complicada porque, sorpresa, nadie lee todo lo que escribes. Así que trocea o, mejor aún, reduce la extensión porque lo más probable es que sobre algo.
  • Pasivas: (casi) nunca hacen falta. Convertir las frases en activas resulta mucho más claro y quitará peso al texto.
  • Gerundios: son geniales como recurso literario, pero en textos persuasivos son poco directos, casi condicionales, como «comprando este producto colaborarás con» o «vayan cambiando con el tiempo» en lugar de «colabora con» o «cambian».
  • Repeticiones: la misma palabra repetida en cada línea es casi una ofensa al oficio, pero te aseguro que me ha tocado editar textos de esta calaña. Es fácil que ocurra cuando se reordenan frases entre párrafos, pero cantan si se lee en voz alta.
  • Coletillas y muletillas: quizá hasta te pase como a mí y las cambies cada cierto tiempo cuando te das cuenta de que las tienes. Lo mejor es que alguien te lo advierta, pero también has de poder hacerlo por tu cuenta, por ejemplo grabándote y escuchando a la caza de esas palabritas que, de verdad de la buena, sobran.
  • Extensión: además de reducir el número de palabras, ¿puedes reducir el de letras? Menos caracteres suele hacer más fácil la lectura. Piensa en sinónimos que no modifiquen el significado, como «de esta manera» y «así» o «elimina» y «borra». Un poco de aquí y otro de allí e irás mucho más al grano.

Hay quien a esto lo llamará resumir y un poquito sí lo es porque, al eliminar lo irrelevante, queda lo más importante. También habrá quien diga que esto lo puede hacer un algoritmo y un poquito de razón tendrá porque hay algunas IA que ya lo hacen.

Editar puede ser simplificar, sobre todo cuando hay que dar coherencia a un texto que ha perdido el norte. Llámalo como quieras y confíaselo a alguien de confianza, pero nunca publiques sin haber editado antes. Es menos doloroso que una ruptura y quizá hasta descubras que puedes guardar alguna idea para el nuevo piso, digo, un futuro post.

[Contenidos] Recopilación temática: UX writing

Después de la recopilación sobre CTA, te traigo una con lo que he enviado últimamente sobre UX writing. ¡Feliz lectura!

Estado del UX writing y content design

No son datos, pero las opiniones basadas en la experiencia también sirven para formarse una idea de cómo está el patio. Las ha recopilado Malko Gallegos en su newsletter 50 y son interesantes porque sirven para hacer terapia de grupo, ya que la mayoría de los equipos son “equipos de uno» como comenta alguien.

Tendencias en UX writing

Comuniza ha publicado un informe con las «10 ideas clave sobre los contenidos textuales de la era post-digital» (descarga a cambio del correo). Me llama la atención la distinción entre startups y grandes empresas porque hace tiempo que pienso que todo depende de la madurez y no del tamaño o edad.

Tono de voz aplicado a UX writing

El artículo de Frontitude hace un buen repaso a qué es el tono de voz con sus tipos (formal, humorístico, profesional…) y ejemplos. De nuevo, acaba saliendo Starbucks, tan clásico como MailChimp cuando se trata de microcopy.

Guía de estilo de UX writing en 6 pasos

Es un tema que me interesa mucho, aunque sigo pensando que por estos lares no se valora suficiente. Por eso te recomiendo este post, porque lo explica de forma muy sencilla y demuestra que solo hay que tomar decisiones y apuntarlas. Me gusta la imagen del tercer paso porque ¡hasta los puntos cuentan!

Pirámide invertida y UX

Si prefieres textos largos, seguro que has experimentado las ventajas de esta técnica de redacción. Pues no es la única: en Torresburriel proponen un par más que también tienen su interés para el UX writing. Pista: saca un reloj de arena y cómete unas nueces.

Léeme

Mientras Alicia estaba por el País de las Maravillas, comió y bebió porque leyó un papelito que se lo pedía. Los copywriters o los UX writers, según el contexto, escriben esos mensajitos para que el usuario haga algo. Pero pocas veces dicen «Léeme» y eso que quizá por habértelo pedido lo he conseguido con este párrafo.

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[Contenidos] Recopilación temática: llamadas a la acción

Este año, voy a probar un tipo de post diferente para el mes de julio: una selección de algunos de los últimos enlaces que he compartido en mi newsletter. Cumplo así con dos objetivos: mostrar qué tipo de contenidos puedes recibir cada lunes a las 10h y bajar el ritmo de publicaciones antes de, seguramente, pararlo durante agosto.

La primera recopilación la he dedicado a las llamadas a la acción. ¡Feliz lectura!

Con una CTA es suficiente

Si lo dudabas, es que has escrito pocas. Casualmente, estos días me he encontrado con varias landings que hacían lo contrario y también con este artículo que da ese y otros consejos para que convierta y sea rentable.

5 tipos de llamadas a la acción y 20 ejemplos

Una buena llamada a la acción es única, no funciona para otras páginas y obtiene resultados. Si algunas suenan similares es porque son la versión más sencilla de una CTA. ¿Y si en lugar de decir «regístrate al webinar» usas «quiero aprender a…»? Inspírate con estos 20 ejemplos y ¡a convertir!

CTA previsibles

Repetirse es inevitable, sobre todo si nadie te corrige (léase: si no tienes un editor que revisa lo que escribes). Una forma de no ser tan previsible es no pedir siempre lo mismo: ¿todo ha de ser «compra ya»? Pues no, hay otras acciones que pueden ser útiles para otros objetivos. Tienes cinco posibilidades para Instagram en esta imagen.

CTA para redes sociales

Hay poco espacio, pero siempre se acaba encontrando un hueco para incluir unas palabras que animen a hacer algo. Todo dependerá, claro, de cuál quieres que sea su siguiente paso. Tienes algunas posibilidades en esta infografía.

Llamadas a la acción y asuntos de newsletters, ¿se escriben igual?

No del todo, pero tienen puntos en común. Una llamada a la acción ha de ser concreta y directa, entre otros consejos. También es una buena recomendación para un asunto, aunque aquí se puede jugar con la sorpresa y la curiosidad, entre otros consejos, lo que no es buena idea para una CTA.

¿Cuál es el siguiente paso?

El objetivo de las llamadas a la acción queda claro en su propio nombre: que el usuario haga algo. Pero, ¿todos los contenidos deben llevar una o, en otras palabras, todos han de incluir un siguiente paso? La mayoría sí porque todos deberían publicarse por algo. Dejarlos en un callejón sin salida solo estaría justificado en algunas piezas informativas.

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[Contenidos] Escribe con convicción

Las marcas quieren ser líderes, pero no autoritarias, arrogantes o prepotentes. Son rasgos de personalidad de los que huir. Es mejor no pasarse de dominante y proponer algo casi indirectamente. ¿No? Pues no siempre, a veces conviene demostrar quiénes somos de forma contundente (léase, marcarse un «porque yo lo valgo»).

Por ejemplo: 1/ «somos una herramienta que te puede ayudar a conseguir ahorrar tiempo en…» y 2/ «somos la herramienta que te ahorra tiempo en…». ¿Cuál prefieres? Si no has contestado que la 2, vuelve a leerla: es más directa y corta porque está escrita con convicción.
La 1 deja abierta la puerta a que tu cliente siga buscando, ¿es lo que quieres? Si tú no crees en tu marca, estás dando razones al resto del mundo (competencia incluida) para que tampoco lo hagan.

Antes de seguir, aclaro: me estoy refiriendo a copywriting para vender, no para escribir posts en los que se expresa una opinión. En este caso, no hace falta aplicar la persuasión para convencer, al contrario, es interesante favorecer el debate.

¿Cómo escribir con convicción?

Lo primero es tener claro el briefing: conocer el tema sobre el que hay que escribir para creer en lo que se está vendiendo y el perfil al que te diriges para hacerlo con sus palabras. Después ya puedes ponerte a escribir quitándote de encima el síndrome del impostor porque, si el cliente lo percibe en el texto, se alejará en busca de alguien con más confianza en lo que vende.

Sigo con algunos ejemplos:

  • Conjuga bien los verbos: ni voz pasiva ni condicional ni futuro. Escribir en presente con voz activa siempre funciona. No: «Si reservas ahora, te puedes ahorrar un….»; mejor: «Reserva ahora y ahórrate un…».
  • Evita las negaciones: es fácil caer en ello, pero se arregla en la edición. En lugar de «No volverás a…», «Olvídate de…».
  • Concreta qué quieres decir: «creo» o «en mi opinión» son propias de posts, no de textos orientados a la venta. Tampoco «puede servir» o «es una opción». No dudes, no hipotetices, no balbucees. Cierra bien la puerta, que se queden contigo.
  • Hazlo claro: cíñete al nivel elegido y usa la empatía para destacar lo que es importante para tu audiencia, no para ti. No: «Nuestro equipo es especialista en encontrar los mejores descuentos en cruceros para que tú no tengas que perder tiempo buscándolos»; mejor «Te encontramos el crucero que estás buscando y al mejor precio».
  • Ves al grano: se tiende a escribir mucho porque parece que así se dan más argumentos, pero la mayoría de las veces se repite la misma idea, aunque sea con otras palabras. Solución: editar, editar, editar.

De hecho, yendo al grano todo es más claro y los verbos suelen ser los más directos. ¿Me podría haber ahorrado los puntos anteriores? Quizá, pero es una forma de ejemplificar mi punto de vista y así convencerte de que tengo razón. Eso es también escribir con convicción: demostrar un posicionamiento de forma clara y directa.

¿Crees en lo que vendes? Demuéstralo escribiendo con convicción. Clic para tuitear

Acabo con la idea que ha provocado este post: Harry de Marketing examples publicó una imagen y Greg Bussmann la republicó. De ahí saco el último ejemplo: no digas «Te ayudaré a crear posts más persuasivos», mejor solo «Crea posts más persuasivos».

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